148 - El aprendiz

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Me has enseñado que la tristeza sabe mejor, cuando naufrago mi dolor en tus labios y el café sabe a hiel si lo endulzo con tu indiferencia.

Me demostraste que la sabiduría no siempre acompaña a la cordura; que a veces es necesario perderse para valorar esa mano que te devuelve al cauce o que simplemente te detiene.

Me mostraste que bailar es más que contornear el cuerpo; es besar la melodía de tus sueños; es dejar en libertad volar el alma, sin mapas ni reglas; es sumergirse en el mar de tus miedos y conquistarlos con el ritmo de tus versos en movimiento.

Me entregaste en un abrazo, tu fuerza; en tus besos, tu aliento; en tu mirada, un sueño y en una caricia, la esperanza de camino nuevo, con el color de una esperanza en revuelo.

Me diste el secreto de tu voz en tu silencio; dibujaste en mi piel, el mapa, para decifrar tu misterio; por eso me recuesto en tu paz y despierto con mi piel sonriendo

Tu inexperiencia le dio tantas lecciones a mi sabiduría; tu simpleza resolvió mi atormentada filosofía; me enseñaste en unos segundos, lo que se tarda en aprender, una vida.

Tú fuiste mi maestra y yo el aprendiz; sin embargo me dejabas regañarte para no herir mi orgullo; acariciabas mis reproches; apagabas con un beso, el ardor de mi enojo; encendías mi confianza, con el borde de una caricia y en tu silencio para escuchar mis lecciones, se encerraba tanta sabiduría.

Tú fuiste mi maestra y yo un simple aprendiz…      

Mil y un poemas en silencio #TDA2017Where stories live. Discover now