118 - Niebla

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Una marea de frío golpea lo que aún queda de mis latidos mientras el sol se acurruca, en algún rincón de un abrazo.

La neblina se desploma en mi rostro y mis huesos envejecidos en tu espera, aún bostezan.

A lo lejos, las luces de un semáforo aletargado, se abre paso entre lo oscuro que rodea el pavimento.

Mis pasos a tientas intentan hallar el sendero donde te perdí, una promesa echa trizas me sirve de vestigio para seguir buscando.

Ya no siento mis manos, escribo con mi alma desnuda y con la piel mortecina latiendo ...

Las deudas de un beso y un café bajo la lluvia me atormentan y el eco de esa promesa abortada en mi silencio, se deja caer como la nieve.

La escarcha blanquecina cubre mi cabello y me siento en la fogata de una caricia que alguna vez nos derritió el alma.

Es el frío con su abrigo que atraviesa la gris niebla o es un cigarrillo que lo acompaña en su odisea.

Hoy me haces falta es cierto , pero el invierno es más crudo en tu ausencia y el frío sin ti, ya no me hace gracia.

La niebla muda ciega y sorda  desdibuja mi sonrisa, tirita mi sangre carmesí y cómo extrañan tus gélidas manos, las mías.

Mil y un poemas en silencio #TDA2017Où les histoires vivent. Découvrez maintenant