Hermosa Pertinencia (Beautifu...

By AGBriela

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El "primer" amor de Devon, empezó con una aventura, noches de pasión, entrega total y sin compromisos. No ter... More

00.
Adelanto.
Personajes.
Primera Parte: I
II
III
IV
V
Segunda Parte: VI
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
Tercera Parte : XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI: Parte I
EXTRA: Lo que nunca te diré.
XXVI: Parte II.
XXVII
XVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII: Parte I
XXXII parte II
XXXIII
XXXIV
EXTRA
XXXV
XXXVI.
XXXVII
XXXVIII
XXXIX
XL
XLI
EXTRA.
XLII
XLIII
XLIV
XLV
XLVI
XLVII
Extra.
MARATÓN 2/?: XLVIII
XLIX
L
Epílogo.
Agradecimientos.
BEAUTIFUL IMPERFECTION YA ESTÁ DISPONIBLE.
Actualización 2022
LO LAMENTO ¡NECESITO SU ATENCIÓN!

VII

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By AGBriela

Capítulo 7.

Madrid, España. 5 de noviembre, 2016.

Devon: ¿Sam? ¿Ya vienes?

5:39

Leído al segundo.

...

...

Esperé y esperé y los malditos puntitos no dejaban de aparecer. Miré a mí alrededor y acomodé mejor mi sombrero, llevaba aquí veinte minutos esperándola pero no respondía ningún mensaje.

...

...

Y luego desaparecieron. ¿Podría ser peor? Suspiré y dejé mi teléfono en la mesa.

Samantha: Lo siento tanto Dev, no podré llegar. Pero te prometo que te tendré un sándwich de chimichurri cuando nos miremos. Prometo que ya no volverá a suceder, pero surgió un contratiempo y tú sabes lo olvidadiza que soy.

5:46.

Sonreí ante el texto y negué con la cabeza. ¿No podía solo dejarme enojado con ella?

No, no podría. Es demasiado dulce, ya tendrá sus motivos para faltar. Me levanté de la mesa y dejé una propina por el vino y salí por las calles. Pero un sentimiento me recorrió la columna vertebral. ¿Por qué siento que algo no anda bien? Se siente agrio y no puedo quitarme esa sensación, mi corazón palpitaba cada vez más rápido.

* * *

Fue a medianoche, cuando una llamada inesperada de Samantha me despertó, entonces en ese momento, supe porque la sensación en el pecho. Y no solo me apretó una parte de mí, sino que apenas podía gesticular una palabra.

—Dev... dev, ayúdame, por favor. Ven —ella hablaba atropelladamente, sollozando y pausando cada palabra. Yo me levanté de inmediato y me puse como pude una chaqueta y unos zapatos.

—¿Dónde estás? Mierda Samantha, no me asustes por favor —traté de hablarle con cariño, pero entre cada entrecorte que hacía y sus balbuceos, solo me quedaba estático.

En estos meses, Samantha se ha vuelto una persona importante para mí. Es como una segunda hermana, donde puedo ser yo mismo, tirarme un gas para ganarme una manada de su parte, charlar un buen rato, que me ayude con chicas... y juntarnos para burlarnos de "Demantha", el loco ship que circula por internet. Al principio, a su novio, no le agradé pero no hay nada que un tiempo conmigo no lo arregle. Ahora que quería a Samantha, haría lo que fuera por ella, siempre contará conmigo.

Una parte de mí pensaba que estaba reemplazando a Blake, pues ella era mi mejor amiga, y no había cosa que ella no supiera de mi vida y me daba palabras para no derrumbarme. Y la misma confianza que le tenía, ahora la tenía con Samantha. Jamás me ha juzgado, siempre me ha motivado y me recuerda mis buenas cualidades. Era increíble, esa mujer bajó del mismo cielo para traer luz y energía a la gente que pertenece a su vida. Todos deberían ver y conocer, la Samantha que yo sé.

—Estoy en mi casa... pero, no. ¡No, vengas! Fue mala idea llamarte, adiós Dev —y colgó la llamada. Miré indignado mi teléfono y corrí en búsqueda de las llaves de mi auto.

¿Qué mierdas acaba de pasar? Era imposible que cambiara de opinión. Hace unos segundos sonaba asustada, como si temiera por su vida. Oí su llanto, su tono era de súplica. Algo pasaba con ella y lo iba a averiguar. No la dejaría sola.

* * *

Llamé a su puerta por horas y horas, pero solo me tocaba escuchar sus sollozos, oírla partirse y derrumbarse. Una impotencia creció dentro de mí, pero no podría hacer algo, no si ella no me lo permitía.

Ella puede confiar en mí, como yo confío en ella. Sé lo que se siente

Madrid, España. 24 de noviembre 2016

—Samantha, habla conmigo —ella giró su rostro y siguió caminando, yo la seguí, pero de espaldas.

—No quiero hablar Devon —bajó la mirada y me esquivó. Yo me quedé viendo su espalda desesperado. ¿Cuándo empecé a rogar a una mujer? Oh, sí. Cuando me importa y la quiero, más por su cambio repentino conmigo y sus miradas cabizbajas y su excesivo maquillaje.

—Llevas evitando desde aquella noche Sam, y no me iré de aquí, hasta que me digas que demonios te está pasando —la sostuve de su mano y ella se quejó. Miré su muñeca y luego su muñeca, levanté un poco su suéter y vi una marca, una marca morada alrededor—. Pero que...

—Adiós Devon —se soltó bruscamente y salió por la carretera, sin dejarme hablar ni poder preguntarle si necesitaba de mí. Una parte de mi interior, rogaba que la persiguiera, la otra, que no interviniera. La vi por un momento, su cuello tenía otro moretón. Alguien la estaba lastimado y tenía miedo de lo que podría pasar. La estaban aislando, ella tenía miedo. Miraba un miedo genuino en su mirada. ¿Quién la hacía callar? Ella era una flor y no quería verla marchitar.

Madrid, España. 28 de noviembre, 2016.

—Mierda Daniel, habla más despacio que no te entiendo mucho. Eres una maldita perra. ¿Lo sabías? Me levantaste a las ocho de la mañana. ¿Pero sabes por qué lo haré? Porque los amo ¿Qué? Joder. Buenas tardes para ti también... ¡No! Pásame a tu mujer que yo si la tolero en sus días... ¡Ay! Joder, sabes que te amo Gabriela... sí, sí... como sea. Prometo no intoxicarnos con la comida —coloqué mi teléfono en mi otra oreja y ojeo la lista de cosas que necesito comprar—. Rayos mujer, hablas muy rápido y te oyes desesperada. ¿Seguro que nuestro niño te complace? —reí por mi ocurrencia y oí los reclamos de mi mejor amigo en la otra línea mientras su mujer me regañaba. Colgué lo antes posible y volví a mirar la repisa.

Vale, era hora de hacer las compras.

1. Papel Higiénico

2. Pasta Dental

3. Desodorante

4. Sándwiches

5. Chimichurri.

Aunque esto último, era menos probable. Puesto que ni sabía lo que era, su nombre sonaba interesante y por eso lo comía.

Y otras cosas más. ¿Es qué acaso Gabriela pretendía matarme? Amo a mis amigos pero soy el menos capacitado para hacer las compras. Yo solo sirvo para hacer sándwiches y licuados. Esa es mi especialidad, no creerme Auguste Gusteau a estas alturas de mi vida.

Miré confuso todas las repisas y miré el mensaje que me había enviado Gabriela.

Son muchas cosas, pero esta mujer tiene cierto poder para controlar a Daniel y darme órdenes. ¡Y eso que yo no le prometí amor eterno en el altar!

Pero ya qué, todo sea para que sus hijos tengan comida. Y ya que tengo insomnio, mejor les hago sus pequeñas compras, sí como no.

6. Leche

7. Chocolate Líquido

8. Queso

9. Cereal... ¿Qué?

¿Qué mierda es esa? ¿Es comestible?

Fui al lugar de cereales y repasé cada uno de ellos.

Vi uno colorido, que se parecía al de la imagen. Supongo que era ese. ¿Y si no? Bueno, Melody es difícil de engañar, pero los gemelos se tragan cualquier cosa. Estiré mi mano para poder cogerlo cuando una alerta despertó en mí.

—Vaya, nunca creí verte comprar cosas para niños —mi cuerpo se congeló al escuchar de nuevo esa voz. Apreté mi mandíbula y mordí mi labio. Que no sea ella, que no sea ella—. ¿No vas a saludarme Devon? —giré mi rostro para encontrarme de nuevo con ella.

Ella, la chica que rompió mi corazón, ella, cuyas palabras se clavaron como daga en mi conciencia, ella, la que logró apartarme y que creará nuevas murallas alrededor mío, ella, la que jugaba conmigo, ella, quien amé con todo mi ser y me devolvió todo con mentiras.

—Vete a la misma mierda —empujé el carrito hacia el lado contrario donde estaba ella y empecé a enfocarme en los cereales. ¡Sólo en los malditos cereales!

No sé en qué momento mi cuerpo empezó a hervir y poco a poco iba perdiendo la cordura. ¡Ella estaba aquí! Después de todo este tiempo...

Joder Devon, no insultes. Eres un ejemplo para tus sobrinos. ¡A la mierda! Ellos no están aquí y lo único que quiero hacer es cortarle la cabeza a esta mujer. ¿Se atrevió a volver luego de querer hacerme un completo imbécil ante las cámaras y ese día en la habitación?

—Devon, tenemos que hablar.

Me solté de ella como si su mano quemara cuando ella trató de tocar la mía, era su mano izquierda y pude notar claramente como carecía de anillo.

¿Se habrá casado?

¡Y a mí que me importa si sí, o sí no!

—No hay nada de qué hablar, a menos que te aparezcas así aquí. Tú por tu lado y yo con el mío, así lo decidiste y a mi me encantaba esa decisión —hablé firme y le miré con odio a los ojos.

Sí, la amé como loco y ahora la odio con la misma intensidad. Pero aprendí a enfriar mi corazón y que aquellas palabras, que en su momento me hirieron, dejaron de hacer efecto. Yo era Devon, no era el mismo y no lo volvería hacer. Cambié, no sé si para el bien o para el mal, pero estaba muy seguro que no iba a caer de nuevo por esta mujer, ni por otra.

¿Idiotizado de nuevo? ¿Mi nueva naranja? Joder no, amo la soltería y la comida, a mis amigos y familia, lo demás, es vanidad.

Y eso que estoy siendo un caballero con esta mujer. No merece ni mi respeto ni que le preste atención.

—No Devon, joder. Te extraño —me detuve en medio del pasillo, que estaba desértico. Su voz se retumbaba en mis oídos, una y otra vez; haciendo eco en mi interior y recordando todas las mentiras que fueron construyendo nuestro "amor". Vaya, que patético era. Me giré para encararla, ella tenía lágrimas en los ojos y dejó caer su canasta—. No he dejado de pensar en cómo te destruí Devon, no puedo continuar así. Te extraño y te sigo amando como aquel día que te alejé de mi vida. Mierda Devon, me enamoré de ti —trató de acercarse a mí pero yo iba retrocediendo.

Sonaba sincera pero su teatro ya se le cayó una vez. No volvería a caer en ninguna de sus mentiras.

Una parte de mí creía que no era esa bruja, la que aún replicaba nuestros momentos felices y recordaba cuando la amaba; pero la otra, la más realista, me recordaba cómo me utilizó y me dejó como un pañuelo fácil de desechar. Además de que estaba en Madrid, justo aquí, en la madrugada, creyendo recuperar un amor que hace tiempo decidir quemar y regalárselo al viento, pues era el único que hacía olvidar sin lastimar, y que con el tiempo, solo te recordaba que no debías volver a caer con la misma piedra, ni incrustártela en el camino. Unas veces era fuerte y casi te hace desfallecer, pero otras como la brizna, a veces son tan cortas y frescas, como los que anuncian la primavera.

—No sigas mintiendo, no. No, aléjate de mí —la miré de nuevo a esos ojos verdosos, unos que por un tiempo me hacían perder mis cinco sentidos. Y ahora, solo quedaban viejas heridas cerradas, un rencor oculto en mi pecho, daños ocultos y maquillados. Era otro, era otro y no volvería a caer...

—Sólo escúchame, por favor. Te pido una oportunidad.

—Mi corazón te la pidió y eso no impidió destrozarlo hasta que lo dejaste en cenizas Isabella. Si me disculpas, tengo a otra chica a la cual ir a complacer en la cama —me giré fríamente, tratando de no escuchar sus sollozos y lamentos. Una parte de mi corazón se imprimió, pero la otra se sentía más fuerte que nunca. Ella no merecía mi tiempo, no después de lo que hizo. Llamenme inmaduro por no perdonar, pero no me dejaría manipular nuevamente. Nunca me amó y nunca me amará.

No fue la primera, no sería la última.

Madrid, España. 5 de diciembre 2016.

"Isabella Aldana, la reconocida modelo de Victoria Secret, ha revelado en su más reciente entrevista, la verdad sobre su relación con el famoso futbolista Devon Rodrigo Acosta"

Apagué la televisión y tiré la cerveza en mi pared, haciendo quebrar la botella en miles de cristales alrededor.

Puse mis manos en mi cabeza y jalé de mi cabello. Era una mentirosa, manipuladora. Ella solo quiere llamar mi atención para que este asunto se extienda. Pero ya no más, yo tenía que ser libre de mi primer amor, olvidarla de una vez.

No medí mi tiempo, en la cual estuve pensando y viendo de nuevo el número de Isabella, cuando un mensaje repentino me hizo salir de todas mis casillas y el odio que sentía por cierta mujer.

Samantha: ¿Estás bien? Vi las noticias y sé lo que está pasando Devon. No le creas nada, eres un hombre maravilloso. ¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que te estoy alejando de mi vida, tal y como ella lo hizo. Lo siento tanto, pero a veces no quisiera involucrarte tanto en mi mierda. No lo mereces. Te quiero tanto que quiero protegerte.

Releí el mensaje millones de veces, dejé de contarlas. Solo podía observar una y otra vez, sostener mi teléfono entre mis manos y pensar en que podía contestarle. A Samantha le importaba, se preocupó por mí. Yo le abrí una parte de mí, confié en ella, y en cierta manera duele que se haya apartado, pero este mensaje me demuestra que si se apartó fue por una razón. Temía por ella, quería que estuviera bien. ¿De qué me tenía que proteger? ¿Quién le estaba haciendo tanto daño? ¿Por qué no denunciaba? Thomas no me lo tragaba, nunca la ha tratado como debes de tratar al que se supone que es el amor de tu vida. Veo la mirada de Samantha y veo amor, pero Thomas no merece ese amor tan genuino e incondicional. Samantha debe abrir los ojos pero no tengo ni idea qué hacer para ayudarla. Ella no se estaba dejando ayudar y mis opciones se veían limitadas.

Devon: Solo tengo varios planes en cómo matarla.

Su respuesta fue inmediata.

Samantha: Podemos hacer un equipo, tú la distraes y yo la golpeo. ¿Prefieres un hacha, cuchillo o pistola para su muerte?

Reí por el mensaje y sonreí, esta era mi Sam, no la chica que huía y se escondía en sus ropas.

Devon: Prefiero veneno, pero con su propio veneno.

Samantha: Perdón Devon, no quería alejarte. Sólo que...

Devon: No hay nada que disculpar, pero espero que me seas sincera porque llorabas esa noche.

Por varios minutos aparecían los puntitos que indicaban que estaba escribiendo, luego desaparecían y se iba de línea, pero después de quince minutos, por fin respondió.

Samantha: Prometo contarte la historia, lo prometo. Sólo que ahora, no es el momento más indicado.

Momento indicado. ¿Cuántas veces no dije yo lo mismo? Siempre que uno lo espera, el tiempo se va de las manos y nunca se actúa. Se hace hoy, no mañana. No se pospone, se adelanta.

Luego me sumergí en mí mismo y costó salir de esa oscuridad.

Haré todo lo posible por saber qué es lo que lastima el corazón de Samantha, lo haré, y cuando lo descubra, haré que vuelva a sonreír. No me gusta la Samantha apagada, quiero a mi amiga llena de vida de vuelta.

Y si busco en internet, sé que hablarán mentiras de ella, como las hablan de mí. Me gusta poder tener estas cosas en común con ella, me hacen saber que tengo a otra luchadora a mí lado.

Y nadie le haría daño. Debo ayudarla, debo estar listo cuando ella grite auxilio, debo tener mis brazos abiertos, cuando ella quiera retomar su vida. 

N/A 2022: Quiero dedicar este capitulo a @Smith_Megan. Aquí ya empezamos a ver los cambios. ¿Los ven?


Las loveo, Bry.

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