Beat of my heart | Sterek |

By GusOBrien

516K 39.6K 6.6K

>>Historia Finalizada<< Se reconstruyó la mansión Hale y la manada se mudó a la gran casa. La convivencia est... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 41 |Final|

Capítulo 40

8.4K 623 96
By GusOBrien

La batalla final.

Era martes y fue su último control antes de la cesárea, había quedado definida en once días a partir de ese entonces a las 12:15, tenía que internarse a las nueve de la mañana, en ayunas.

Parrish estaba en la mansión atendiendo asuntos con Deaton y los demás. Así que Stiles se había ofrecido en acompañar a Lydia, y todos contentos. El control fue perfecto, vio su carita y le pareció preciosa, nunca antes la había visto tan linda. Pesaba 3.050 gramos y medía 49 centímetros. La pelirroja había subido 7 kilos y medio en todo el embarazo y su presión seguía bien.

- ¡Ja! - soltó la pelirroja mientras iban en el jeep. - Cállate que tu naciste gracias a una farmacia cerrada. - el castaño abrió la boca con indignación pero queriendo reír. - No soy fea, querido. -

- No, no eres fea. Solo... eres incómoda de mirar. - devolvió riendo entre dientes.

Lydia rodó los ojos y se acomodó el cabello detrás de la oreja. - Eres la prueba de que Dios realmente tiene sentido del humor. - retomó el insulto.

- Di lo que quieras, preciosa... Porque para mí eres como la P en la palabra psicología. Nadie sabe porqué esta ahí y a nadie le importa. - replicó sonriendo sin apartar la vista del camino.

La chica aplaudió burlona. - Te tendrían que dar dos medallas, Stiles. Una por retrasado y otra por si la pierdes. - debatió chequeando los dedos creída.

- ¿Es todo lo que tienes? - inquirió sonriendo socarrón.

- Tengo otro... - contestó ella sonriendo. - Hay días tontos y tontos como tú todos los días. O... Si los tontos volaban, tú no tocabas en suelo en la vida. - terminó quitándole la lengua.

El castaño aparcó la camioneta pero antes de salir... - Las fotos en las que sales tienen miedo a revelarse. - insultó haciéndola enojar.

Lo cierto era que no sabían en que momento empezaron a bromear con insultos. Tal vez simplemente Lydia decidió desahogar su estrés por el embarazo o porque Stiles empezó diciendo: ¡Dios! Dame paciencia porque si me das fuerza la mato. Pero bueno, así se trataban normalmente. Pero se querían de todos modos.

En cuento se acercaron a la mansión, la pelirroja le golpeó suavemente con el codo en el brazo a Stiles para llamar su atención antes de apuntar hacia un impecable Impala 1967 de matricula CNK 80Q3.

- ¡Oh, por dios! ¿De quién es esa maquina? - preguntó el castaño acercándose impresionado al vehículo. Vaya que era viejo pero estaba muy cuidado. Recién lavado. - Deben ser de los cazadores del que hablaron los chicos. - dijo e ingresaron a la casa.

- ¿Dónde estarán? - indagó la pelirroja al notar que no estaban en la sala.

- Creo que en el estudio. Oigo a Deaton. - avisó el castaño y subieron las escaleras para ir al estudio de Derek donde casi no entraban.

Estaban dialogando. Stiles uso su olfato y al primero que sintió fue a su Derek. Luego el de su manada y por último el aroma de algunos que no conocían. Vieron la puerta abierta y entraron.

En la habitación estaban, Deaton, Parrish, Derek y Scott con otros tres sujetos.

- Volvimos. - musitó nervioso moviendo las manos a modo de saludos.

- Bienvenidos. - saludó el veterinario.

Entonces Stiles se acercó al joven más alto. Era un castaño con cabello un tanto largo, ojos verdosos grisáceos oscuros, piel blanca. Realmente le sobrepasaba por mucho. Tenía vaqueros oscuros y una chamarra de mezclilla beige cerrada. Era delgado y medía cerca de los 1,95. - Hola. - saludó el hombre lobo pasándole la mano.

- Ho... - intentó saludar el chico alto.

- Yo me acuerdo de ti. - interrumpió el otro que estaba a su lado. Era rubio, de estatura parecida a la de Derek de 1,83... tal vez uno o dos centímetros más. Tenía jean azul oscuro, camisa negra y una chaqueta de cuero de color marrón. El hombre extendió la mano, le sonreía radiante mostrando su dentadura perfecta. Stiles estrechó la mano al joven y éste le miró de pie a cabeza soltando aroma a excitación. - ¿Eres... Stuart? -

- Stiles. - corrigió poniendo los ojos en blanco. Le miró detenidamente, confundido. - ¿De donde me conoces? - inquirió serio.

- Fue hace como... ¿Año y medio? - pensó un instante. - Te vi en la estación de policía. Tu papá es el alguacil. - el menor asintió desconfiado. - Fue cuando vinimos a investigar sobre los animales que se estaban volviendo locos... -

- ¿FBI? - preguntó recordando.

- Oh, esos eran nuestras identificaciones falsas. - replicó el chico alto con algo de vergüenza.

- Pero nos fuimos al ver que ya estaban tratando el tema. - continuó el rubio mirando a Derek de soslayo. - Has crecido. - dijo sonriéndole con picardía, cambiando el tema.

Entonces Stiles se percató de que aún no había soltado la mano del rubio. Se lo soltó rápidamente y metió las manos en su sudadera roja.

- Ellos son los hermanos Winchester. - presentó el druida. - Sam y Dean. - musitó con ademán primero al alto y luego al bajo.

- ¿Y él? - inquirió apuntando con la barbilla a otro hombre más mayor, quien miraba por la ventana, ignorando, apartado de todos. Llevaba una gabardina marrón beige.

- Cas... Nuestro amigo. - dijo Sam sonriendo tímidamente.

- ¿Está drogado? - cuestionó Stiles sin dar crédito al verlo sonreír mirando al techo.

- Ignóralo. Salió de un coma hace unas semanas y sigue un poco idiota. - replicó Dean pavoneándose.

El hombre de la gabardina se acercó al castaño y le apuntó con su dedo índice. - Tira de mi dedo. - pidió sonriendo. El menor se alejó rápidamente de él y fue al lado de Derek. El moreno le sonrió de medio lado a modo de saludo.

Luego de que la pelirroja saludara a los cazadores, retomaron el tema.

- Genial... si son tan buenos con estas cosas, ¿Dónde estaban cuando secuestraron a mi amigo? - cuestionó la pelirroja apuntando a Stiles.

Dean miró a Stiles pero volvió la mirada a Lydia. - Estábamos escapando de la policía, bonita. Por culpa de unos clones nuestros que masacraban en lugares cerrados. Mis disculpas. - ironizó. - Pero de haber sabido lo que te hicieron, hubiera hecho una excepción. - murmuró guiñando un ojo al Beta de Derek. Éste apretó suavemente la mano de su Alpha al percibir el olor a enfado que despedía.

Entonces Dean se dio cuenta de que eran pareja y carraspeó nervioso antes de seguir hablando ahora con Deaton.

Poco a poco mientras escuchaban las cosas que explicaban los cazadores, Derek y Stiles se apegaban más el uno al otro hasta que en mayor le tomó de la cintura y se inclinó a darle un beso en la mejilla. - ¿Nos vamos de aquí? - susurró en su oído.

- De acuerdo. - aceptó el castaño y desaparecieron para subir al cuarto.

#
#
#

Con embestidas largas y profundas pero lentas, Stiles gemía entre besos debajo de Derek. Los jadeos de ambos solo era audible para ellos mismo. Habían aprendido que hacer el amor lento y suave era algo discreto mientras había gente en la mansión.

Pero claro que también les encantaba hacerlo salvajemente y para ello iban al loft o a la residencia Stilinski cuando el Sheriff tenía doble turno. Solo que ese momento, a ambos les urgía desahogarse mientras Deaton se encargaba de los nuevos invitados en la casa.

Tras sentirse al borde del abismo, el moreno aumentó la velocidad hasta correrse dentro del su novio quien a la vez se dejó ir.

- Tenías que haberla visto. - habló el castaño en susurro recostado sobre el pecho de Derek luego de unos minutos de silencios absoluto. - Lydia estaba muy feliz cuando vio a su bebita. -

El moreno acariciaba el brazo del menor. - ¿Qué piensas que será nuestro hijo? - preguntó en el mismo tono.

- Creo y quiero que sea niño. - contestó rotundamente.

- ¿No quieres una niña? - inquirió curioso.

- Pues si es una niña bienvenida sea. Pero odiaría tener que hablarle de ciertas cosas que le pasa a cierta edad y de seguro seré tan celoso que no le dejaré tener novio hasta que cumpla los treinta. -

- Estoy de acuerdo contigo con eso de no dejarle tener novio... pero yo sí quiero que sea niña. - musitó haciendo sonreír de ternura al castaño.

Es que jamás en su vida imaginó estar hablando del tema con Derek Hale. Resultaba asombroso recordar que tiempo atrás se la pasaban peleando y de pronto todo cambió muy drásticamente.

- Tú te encargarás de llevarlo o llevarla al kinder, yo lo llevaré a los cumpleaños de sus amiguitos. - divagó ilusionado.

Muerto de ternura Derek lo apretó contra su cuerpo como queriendo fundirse a él.

Al cabo de otro momento de silencio, Stiles comenzó a dibujar círculos con su dedo índice sobre el pecho de su Alpha.

De repente Derek soltó un suspiro de alivio. - Quiero pasar el resto de mi vida contigo. - dijo estando en la misma posición esta vez acariciando su espalda. Su tono de voz era tranquila, pacífica.

- ¿Me estás proponiendo? - preguntó tranquilo sin dejar de hacer circulitos que erizaban la piel.

- Eso depende de si dices que sí. -

Sí, digo que sí. - se apresuró a responder.

- Entonces sí, quiero casarme contigo Stiles Stilinski. -

- Muy bien... - se sentó para mirarlo siendo imitado por el otro. - Entonces vamos a casarnos. - aceptó dándole un beso apasionado en sus labios.

- Quiero aprender a decir tu nombre. Tu nombre real. - comentó tomando su mano y jugar con sus dedos.

El castaño carcajeó por lo bajo. - No. No quieres. -

- Sí, por favor. - rogó Derek atrayendo las manos de su novio y le besó sus nudillos.

- ¿Por qué? Es una monstruosa palabra con demasiadas consonantes. Parece que alguien esta estornudando cuando lo dicen. - bufó frunciendo el ceño.

- No me importa... - reprendió. - Nos vamos a casar pronto y quiero ser capaz de llamar a mi esposo por su nombre de nacimiento delante de las personas que queremos. -

El menor sintió como las mariposas de su estomago revoloteaban por todas partes. Sonrío intimidado y le besó la mejilla. - Eres un tonto. -

- Lo sé. ¿Me lo vas a enseñar? - preguntó elevando las cejas.

- Por supuesto que sí. - respondió volviendo a besar sus labios, solo que esta vez fue más largo, más lento y más apasionante.

- Claro que para casarnos esperaremos que termines la universidad luego de tener a nuestro hijo. - aclaró.

- Estoy de acuerdo. - musitó el castaño.

#
#
#

Una semana después...

Con el paso de muy pocos días, aún así los hermanos Winchester se habían ganado el cariño de la manada y aunque Stiles creía que Dean esa un patán presumido, llegó a caerle muy bien el cazador. A pesar de que el dichoso no dejaba de coquetearle todo el tiempo y tentar a su suerte cuando Derek estaba cerca.

- ¡Sam! ¡Dean! - gritó Scott a todo pulmón desde el piso de abajo. Los susodichos bajaron la escaleras a toda velocidad con sus armas en la mano.

- ¿Qué sucede? - preguntó Sam exaltado, mirando por todas partes.

La manada estaba apretujada en la sala porque al parecer el día que Archie iba a llevar a la hija de Lydia había llegado y la chica estaba muy asustada, abrazada de Parrish. Y Derek y Stiles muy inquietos caminando de un lado a otro.

- Los demonios están afuera. - dijo Liam un poco asustado.

Dean asintió frunciendo el ceño y miró su amigo. - ¡Cas! ¡Castiel, levanta tu trasero de ese sillón y vamos a matar a esos dos. - ordenó y el mencionado negó con la cabeza.

- ¿Para que quieren un ángel caído si no les sirve para nada? - cuestionó Malia.

- Yo ya no participo en actividades agresivas. - divagó pacíficamente sonriendo.

- Nosotros podemos con ellos, Dean. - insistió Sam tirando de su brazo.

- No lo creo... - habló de pronto Stiles. - No son solo Archie y Cheryl. -

Ambos cazadores se acercaron y apartaron las cortinas de la ventana para encontrarse con una cantidad exagerada de personas con el cuello sangrando y con ojos negros claramente visibles pese a que era de noche.

- ¿Por qué tienes el cuello degollado? - preguntó Scott sin entender.

- Por si le hacemos un exorcismo. Sin los demonios poseyéndolos solo son pedazos de carnes. - bufó el cazador rubio.

- Tendremos que matarlos a todos. - soltó Sam y la manada miró a Scott, el señor yo no mato a nadie.

Este se encogió de hombros. - Lo que sea para salvar al bebé de Lydia - aceptó.

- Perfecto. Ahora vamos a matar a todos esos hijos de perra. - exclamó Dean sonriendo socarrón mientras le quitaba el seguro a su pistola.

Acto seguido todos salieron tranquilos de la mansión.

El silencio era insoportable, tanto la manada como los demonios se miraban mutuamente sin decir nada. El único que sonreía era el Íncubo pelirrojo. Y alguien faltaba...

- ¿Dónde está Jughead? - preguntó Stiles en voz baja mirando por todas partes mientras se pasaba la mano por el estómago.

- ¿Tienes hambre? - preguntó Derek extrañado ya que a los hombres lobo no les duele la panza.

- No... creo que me duele un poco. - respondió haciendo una mueca.

- De seguro tiene que ver con el bebé. Tal vez tu lobo te debe estar buscando. - opinó el Alpha.

- Tal vez... ¿Has visto a Jughead? - insistió.

El moreno escaneó el lugar. - ¿Buscas algo, lobo mastodonte? - interrogó Archie.

- ¿Dónde está? - le preguntó sabiendo de que le hablaba, sacando las garras lentamente.

- Oh... ¿Te refieres a esto? - indagó chasqueando el dedo, haciendo aparecer al pelinegro atado en el árbol con un hilo fino resplandeciente. - Tendrán que ser un poco más originales porque si sus patéticos cazadores nos exorcizan, también morirá su querido aliado. - se burló.

Stiles refunfuñó dando varios pasos para adelante pero Derek lo detuvo. - Suéltalo, Archie. - ordenó furioso, haciendo brillar sus ojos ámbar.

- Adoro cuando me diriges la palabra, Stiles. - admitió el demonio. - Pero no. -

- Te juro que seré yo quien te matará, Archie. Te lo prometo. - amenazó zafándose de la mano de su novio.

- Dame lo mejor que tienes. - murmuró encendiendo sus ojos violeta.

Entonces el castaño se colocó frente a todos y sacó sus garras de un solo movimiento. Atrás de él, cada hombre lobo hizo brillar sus ojos, transformándose al instante.

- Cómo diría un amigo... - expresó mirando un segundo a Dean. - Hijo de perra. - insultó antes de correr hacia los demonios con los demás haciendo lo mismo.

Derek atacó a una mujer rubia muy pálida dándole un puñetazo en la cara y aunque casi logró derribarla, la mujer no se inmutó y le devolvió el golpe. Él se esquivó y regresó más puños.

Del otro lado, Allison derribó fácilmente a cinco demonios con la ballesta con flechas bendecidas, cortesía de Sam. Y Theo con sus dagas bañadas en agua bendita tumbó a mas de tres.

A Malia y a Kira no les iba tan mal ya que ambas compartían patadas y puños con los demonios, pero si fueron heridas y llegaron a sangrar bastante.

Sam y Dean compartían una daga que al clavarlo en el cuerpo de la personas de ojos negros, morían al instante. De vez en cuando se lo alcanzaban a Chris.

Scott y Stiles lucharon espalda con espalda pegados. Se ayudaban el uno al otro indicando adonde tenían que golpear. Y aunque mucho no les resultaba, lograban retrasar a los demonios para que no se acercaran a Lydia, quien era protegida desde adentro con Parrish como escudo.

Pero de pronto todo se empezó a descontrolar. Los lobos eran lastimados gravemente, Theo fue herido también y Liam, Isaac y Jackson quedaron inconscientes.

Lo más terrible fue cuando un demonio colocó a Derek de rodillas y con el lobo Alpha muy lastimado y débil se acercó lentamente para acabar con él. Entonces Stiles rugió con fuerza convirtiéndose en el lobo blanco antes de lanzarse sobre el que quería matar a Derek, y le arrancó la cabeza con los dientes.

Otro demonio pateó fuertemente al lobo blanco lanzándolo lejos, pero así de veloz, todos se quedaron impresionados cuando la ropa de Derek se hizo pedazos dejando surgir a un enorme lobo negro de ojos rojos. El animal atacó al que lastimó a Stiles, haciéndolo pedazos en cuestión de segundos.

Pasó muy rápido. Con rabia el lobo negro ayudó a los demás despedazando a cada demonio. Pero por desgracia eso no los mataba. Sin más, corrió hacia su castaño que había vuelto a su forma humana, en cuando llegó a él, también volvió a ser normal. No les importaba estar desnudos en medio de todos, pero claro que corrieron hacia adentro de la mansión.

Al volver, creyendo que todo quedó controlado. El ver a Parrish tirado en el suelo no indicaba nada bueno. Lydia no se encontraba en la sala y a salir de la casa se encontraron con lo peor.

Theo tirado en el suelo desangrándose, Sam y Dean inconscientes con los otros hombres lobo y Lydia con las garras Archie sujetando su cuello.

Stiles se sentía sofocado, todo se le estaba yendo de las manos y cuando creyó que todo estaba perdido apareció Castiel atrás de los demonios. Con una sonrisa, el ángel caído encendió un fósforo y lo arrojó al suelo. La trampa del diablo hecho con aceite santo atrapó de una vez por todas a los dos demonios mas importantes y tras el desconcierto de los mismo, Derek apartó a Lydia de las garras del pelirrojo.

- ¡Libéranos de aquí, ángel caído o te juro que te comeré! - amenazó Cheryl.

- No puedo hacerlo, bonita. - se disculpó y se apartó. Para mala suerte de los demonios Dean y Sam despertaron.

Stiles vio cuando Dean sacó un cuaderno o libreta con hojas viejas y cayó en la cuenta de que estaban por exorcizarlos. - ¡No! Jughead morirá si lo haces. - exclamó asustado.

- Deja que lo hagan, Stiles. - susurró el Íncubo pelinegro cabizbajo aún amarrado al árbol.

- No lo harán. - replicó frunciendo el ceño.

- Déjame esto a mí. - habló Castiel apareciendo nuevamente de la nada frente a Jughead. - Yo te lideraré, lindo costal de papas. - murmuró tocándole la nariz infantilmente. - ¡Ploop! - entonces el hilo resplandeciente desapareció al igual que el demonio.

- ¿Podemos hacerlo ya, lindura? - inquirió Dean con sarcasmo.

- Emm... sí, sí. Claro,sí. - farfulló y se apartó.

- Tú no me harías esto, bonito Stiles. - escucharon decir a Archie.

- ¿Qué te hace pensar que no permitiría? - devolvió el castaño.

- Sé que no me matarías. ¿Recuerdas que me clavarse un puñal en el corazón? Moriré si me vuelves humano. -

- Prometí que yo te mataría. - explicó. - Pero le dejaré su trabajo a los Winchester. No seré como tú. Muérete, hijo de perra. - se burló dándole la espalda seguido de escuchar hablar al cazador rubio en una lengua extraña...

- Exorcismus te, omnis immundus espiritus... - seguido de los gritos de Archie y Cheryl gimiendo de dolor.

...

Stiles creyó que todo había terminado con Archie y Cheryl muertos al fin, pero no era así. Al instante se percató de lo que le pasaba a su manada. Los latidos de sus hermanos Betas eran muy leves, Kira se quejaba de dolor por lo bajo, Derek igual de preocupado que él, Allison consiente pero lastimada, y su hermano, Scott inclinado frente a Theo, quien no emitía signos vitales.

- ¿Está muerto? - le preguntó apoyando la mano en su hombro.

Su amigo Alpha negó muy débilmente. - Lo estará. -

- Sabes que es lo correcto, hermano. -

- Me equivoqué contigo. No volveré a cometer el mismo error. - bufó sacando sus dientes y clavándolas en la muñeca del cazador.

#
#
#

Durante el shock, Lydia le pidió a Stiles que cuidara de su bebé por si algo le pasaba y fue ahí donde entendió por qué había tenido esa sensación de déjà vú con una voz de mujer pidiendo que protegiera a su hija. No entendía porque sucedía pero no hacía falta indagarlo. Todo iba a estar bien.

La presión del momento, el estrés y el shock al estar entre las garras del Íncubo habían adelantado el parto de Lydia pero gracias a Dios no hubo complicaciones y el bebé se separó de su madre en 40 minutos. Lo poco que podían apreciar de la niña fue que era una rubiecita y piel de tomate.

La pelirroja fue dada de alta a los tres días. La nueva abuela Natalie estaba encantadísima.

A la niña la llamaron Martina Parrish en honor al apellido de la pelirroja, cuyo nombre les gustó a todos, sobretodo a Stiles. Más allá de Natalie, Jordan, o la misma Lydia; fue Stiles quien se enamoró en el mismo momento que cargó a la niña... Su olor tan puro, tan nuevo y tan dulce le fascinó y no se arrepintió de haberse declarado su padrino cuando supo que su amiga quedó embarazada.

Otro lobo quien quedó embobado por la pequeña fue Derek. Su lobo casi pierde el control cuando la olió y se convenció de que quería una niña.

...

- ¿Estás seguro de que quieres intentarlo? - preguntó Stiles desde la cama observando a Derek en el centro de la habitación con una toalla rodeando su cintura.

- Quiero intentarlo. - respondió deshaciendo el paño, dejándolo caer al suelo.

El castaño se deleitó contemplando la escultural figura de su Alpha. Un increíble cuerpo desnudo que dejaba poco a la imaginación y le hacía sentir orgulloso por ser el único quien podía tocarlo, sentirlo y tenerlo cuando él quisiera. Su miembro en descanso seguía siendo intimidante aún de aquella forma y aunque comenzaba a ponerse cachondo, sacudió la cabeza para concentrarse en lo importante.

Derek sonrió de manera socarrona al ver lo que causaba en Stiles por su cuerpo. Entonces cerró los ojos...

Stiles sonrió espléndido al ver como Derek se convertía en lobo completo al primer intento. Un precioso animal peludo de color negro azabache y brillante. - Por Dios. - susurró maravillado y se tapó la boca de la impresión cuando el lobo abrió los ojos mostrando sus grandes y relucientes rojos.

Su olor... el olor de Derek aumentó cien veces más provocando que cerrará los ojos, inhaló profundamente y exhaló con un jadeo.

- Eres una maldita bola de pelo increíble, Derek. - expresó bajándose de la cama para ir hacia su novio, se arrodilló frente a él y le acarició el lomo. El animal se acercó y restregó su hocico en el pecho del castaño, buscando que este lo abrazara.

Apretó al lobo entre sus brazos con fuerza y se alimentó se su olor. - Éste es el momento donde tendría que hacerte un chiste de perro. - murmuró sin dejar de acariciarle, pero Derek le gruñó. - Tranquilo, amigo. No lo haré porque tú no lo hiciste cuando me convertí por primera vez. - el lobo gruñó nuevamente. - Sí, lo sé. Lo acabo de hacer. Lo siento. - se disculpó riendo.

Al cabo de unas horas hablando con Derek... Bueno, hablando solo, Derek subió a la cama aun siendo un lobo y Stiles se acostó a su lado para abrazarlo y dormir con su calor, su aroma. Pero cuando por fin cayó dormido, Stiles desapareció para darle paso a su gran lobo blanco.

- - -

Continue Reading

You'll Also Like

321K 21.7K 22
Nunca se imaginaron que algo así fuera a pasar. Jamás se les ocurrió que el destino los hubiera puesto en el mismo camino. Stiles y Derek nunca pensa...
138K 14K 155
Derek y Stiles deciden empezar a reconocer los sentimientos mutuos y con ello las consecuencias que pueden atraer. Está historia contiene smug, mpreg...
391K 41.3K 96
San y Wooyoung son los típicos mejores amigos inseparables que fácilmente te hacen pensar que son pareja, o eso eran hasta que entraron a la universi...
61K 5.1K 12
Bajo las órdenes de Derek Hale, Stiles Stilinski no tuvo más remedio que hacerse pasar por su futuro esposo. El poderoso magnate lo bañaría de joyas...