Beat of my heart | Sterek |

By GusOBrien

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>>Historia Finalizada<< Se reconstruyó la mansión Hale y la manada se mudó a la gran casa. La convivencia est... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41 |Final|

Capítulo 27

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By GusOBrien

Marcando territorio.

Lo juraba, estaba decidido a saltar y tirarse encima del Íncubo de pelo negro. El maldito Archie le había salvado la vida después de que Derek le desgarró el cuello. Pero el hombre lobo se quedó quieto cuando Jughead levantó una mano indicando que esperara.

- Te queda ese color, querido Stiles. - dijo el demonio, observando sus ojos amarillos, sonriendo socarrón.

- Lo sé. - replicó el castaño, gruñendo, completamente transformado. - Y puedo matarte fácilmente. -

- Vengo en son de paz, amigo mío. - repuso el chico, levantando las manos pacíficamente. - Y antes de sacar conclusiones, te informó que Archie no me salvó. Y ya no estoy con él. -

- ¿Por qué debería creerte? - preguntó furioso.

- Porque el futuro niño de Lydia está en peligro y me necesitan. - confesó haciendo que el chico volviera a su forma normal.

- ¿De que demonios hablas? - intentó fingir que no sabía nada.

- Solo voy a decirte que Parrish no es humano y puede ser más poderoso que todos ustedes juntos. Pero no es el malo aquí. -

- ¿Qué? -

- Hablaremos más tranquilo en el regreso a clases, luego de año nuevo. - replicó Jughead. - Por el momento cuida de Lydia. - fue lo último que dijo el pelinegro antes de desaparecer en una nube de humo negra.

La puerta de la cocina se abrió del todo de un empujón. Eran Derek y Scott quienes habían entrado a toda velocidad. - ¿Estás bien? - preguntó el mayor tomando a Stiles de los brazos, asegurándose de que el chico se encontraba bien porque en realidad no lo parecía. El pobre castaño estaba blanco como el papel, sorprendido y con los ojos llorosos. - Oye, ¿qué sucedió? - cuestionó preocupado, colocando, esta vez, las manos en las mejillas del menor.

Al principio Stiles no sabía que contestar. Boqueó varias veces respirando pesadamente, pero al final pudo decir el nombre de Archie entre tartamudeos.

- ¿¡Archie!? - exclamó Scott aterrorizado. - ¿Archie estuvo aquí? -

- No, no era él. - dijo por fin el chico. - Su amigo. El de pelo negro. - contó mirando a ambos presentes.

- ¿Te dijo algo? ¿Te hizo algo? - le preguntó Derek. - Ese demonio lo salvó. Lo mataré. No debe estar lejos. - farfulló y se intentó ir hacia la salida pero Stiles le tomó de la muñeca.

- Ya se fue. Pero creo que no vino a hacerme daño. - supuso.

- ¿Entonces a qué? - devolvió Derek malhumorado.

- Me dijo que no fue Archie quien le salvó y que ya no está con él. Dijo que el bebé de Lydia esta en peligro y que quiere que cuide de ella. Ya no me dijo más. Creo que me lo explicará cuando regrese a la escuela. - replicó Stiles.

- ¡No! ¡No vas a volver a hablar con él, Stiles! - negó el mayor con el entrecejo fruncido.

Escucharon que Cora llamaba a Scott y éste los dejó solos.

- Tal vez esté diciendo la verdad, Derek. - murmuró el castaño más calmado.

- ¡Me importa una mierda que esté diciendo la verdad! - gritó el mayor, haciendo que Stiles diera un respingo en su lugar por el susto.

- Pero... -

- ¡No! - interrumpió. - Dejarás de ir al instituto si es necesario, Stiles. Casi te pierdo una vez y no pienso volver a correr ese riesgo. - musitó con molestia, sintiendo sus ojos arder de rabia por las ganas de echarse a llorar.

Stiles sintió una presión en el pecho y un nudo en la garganta al ver a su novio tan triste y desprotegido al recordar que casi lo perdía y que si no le hubiera mordido, él hubiera muerto. Pues tenía razón. Tal vez ese par de demonios volvieron para vengarse de alguna manera el no haberles permitido regresar a la amada de Archie del infierno.

- Esta bien. No lo haré. - dijo el chico antes de abrazarlo y esconder su rostro en el pecho de Derek.

Éste le respondió el abrazo y cerró los ojos para después suspirar. - Prométemelo. - le susurró al oído.

Stiles se separó unos centímetros para mirarlo y asintió inocentemente. - Lo prometo. -

- Perdóname por haberte gritado así. - se disculpó el mayor acariciándole la espalda.

- No te preocupes. Tenías razón, Derek. -

Volvieron a abrazarse. Después volvieron a la fiesta y partieron el pastel. Que por cierto casi nadie quiso comer. Solamente la manada.

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La primera navidad de Cora y Derek después de tantos años creyéndose muertos. Pensaron que jamás volvería a ser lo mismo. Creyeron que nunca más volverían a pasar una navidad juntos y por fin lo volvieron a hacer. El hiperactivo y pálido castaño le había cambiado la vida a Derek y él estaba muy agradecido por eso. Pasó tanto tiempo evitando sentir lo que sentía en ese momento y cuando decidió abrir su corazón, el chico lo valoró. No como con Jennifer o Kate. Stiles le había devuelto lo que era antes Derek.

Todos. Absolutamente todos estaban felices por pasar la navidad juntos. Esa noche, la cena de navidad incluyó pavo, puré de papas con salsa y pasteles salados. Y disfrutaron de la bebida tradicional de nochebuena; ponche de huevos que había hecho la madre de Lydia. Tenía leche, crema, huevos batidos y brandy.

Por culpa de la fiesta de hacía dos días, la manada se dispersó temprano. Los invitados se marcharon a sus casas y la manada a sus cuartos. Obviamente luego de abrir los regalos de navidad.

...

De repente Derek se sentó en la cama, frente a frente con Stiles. Estiró la mano y le acarició detrás de la oreja mirándolo con ternura. - Gracias. - susurró contemplando sus ojos, sus labios y cada lunar de su pálida tés.

- ¿Por qué? - preguntó elevando las cejas, muy similar a como él lo hacía.

- Por todo lo que estás pasando conmigo. - contestó el moreno.

- No agradezcas por eso, tonto. - replicó el menor.

- Eres un buen chico. - dijo de pronto con una pícara sonrisa.

Y como Derek no era alguien de demostrar sus sentimientos, a su modo rompió la tensión haciendo un chiste sobre perros. Rascarse detrás de la oreja y decirle que era un buen chico. De un manotazo, el castaño apartó la mano de su novio y éste se echó a reír. - Eres un imbécil. - le regañó y se levantó de la cama.

- Vamos... era broma. - el mayor no podía dejar sonreír. Stiles se ponía peor que él con esos chistes. - Ven a dormir. - bromeó golpeando su lugar en la cama.

- Dormiré en el sofá. - farfulló tomando su almohada y la sabana. - Hasta mañana, Derek. -

El moreno se puso de pie y le tapó el camino. - Vuelve a la cama. - le ordenó.

- Quitarte de mi camino. - recalcó haciendo brillar sus ojos amarillos.

- No seas un lobo amargado. - se burló Derek cruzándose de brazos. Pero no vio rastros de buen humor en el chico. Entonces le abrió el camino y el menor salió sin pensarlo dos veces. Pero creyendo que era broma, le dejó irse.

No tenía idea de cuanto pasó y su novio no había vuelto. Se levantó de la cama, se colocó sus sandalias y bajó solo con bóxer puesto para buscar a su lobito gruñón. Cuando vio a Stiles, acostado, tapado hasta el cuello y colocado de medio lado en el sofá, le partió el alma. No creyó que el castaño se tomaría aquella broma tan enserio. Se acercó al sillón, escuchó su  respiración y comprobó que el lobo seguía despierto, incluso abrió sus ojos y lo miró preocupado.

- Te prometo que ya no haré bromas de perro. - murmuró acariciando su brazo por sobre la sabana.

- Te tardaste. - replicó Stiles con seriedad.

- Pero creí que fuiste a buscar algo a la cocina y volvías. Te tomaste la broma muy a pecho. -

- La verdad es que quería estar solo, Derek. - admitió sentándose. Aquello, a Derek le hizo un hueco en el corazón y tragó saliva, pero Stiles se dio cuenta. - No, tonto. No es por ti. - corrigió acariciando su mejilla.

- ¿Entonces? - cuestionó frunciendo el ceño.

- Estaba pensando en que está mal que le este ocultando a Lydia lo del demonio. - comentó Stiles.

- Ya hablamos de eso, Stiles. - replicó el mayor poniéndose de mal humor.

- Es que hay algo que no te he dicho, mi amor. - interrumpió y Derek levantó las cejas apretando la mandíbula a modo de espera. - Jughead me dijo que Parrish no es humano y que puede ser más fuerte que todos nosotros juntos. - confesó poniendo al moreno furioso.

- ¿Qué se supone que es? - indagó frío.

- No lo sé. Por eso quería hablarlo conmigo... pero no lo haré. - farfulló lo último al ver que Derek se enfurecía más.

Su Alpha se puso de pie y caminó a las escaleras. - Sube cuando quieras. - finalizó subiendo las escaleras.

Esa noche no estuvieron tanto tiempo peleados ya que el castaño subió y luego de unos cuantos cariñitos el mayor se ablandó y tuvieron una noche romántica. Al estilo Sterek, claro está.

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Pronto pasó año nuevo. Esa noche cada quien la festejó con su respectiva familia y Stiles invitó a Derek, Isaac y Cora a pasarlo con su padre en la residencia Stilinski. El Sheriff estaba encantado de tener invitados en la cena de año nuevo. Hacía años no tenía una cena tan reconfortante.

Dos semanas después Stiles estaba entre ansioso por volver a la escuela y nervioso por encontrarse con Jughead ahí. O peor aún, que Archie Andrews volviera a la escuela. Pero para ello, aún faltaban dos días.

El entrenamiento de ese día lo habían pasado en el loft porque necesitaban ayudar a Breaden con cierta información. Resultaba que la mujer estaba en busca de una mujer coyote que tenía como alias: La loba del desierto. Cuya información era escasa. También necesitaban ayuda del Sheriff ya que la loba del desierto estaba tras su hija quien la manada suponía que era también mujer coyote y su mamá quería matarla. Las fuerzas policiales y Scott se encargaron de ese tema.

Ese día, al finalizar los entrenamientos, Stiles y Lydia estaban hablando en la cocina cuando de pronto el castaño escuchó hablar a Derek y no le entendía. Se paró en la puerta junto con su amiga y observó que Breaden y Derek hablaban en francés.

- Regardez-moi. - empezó a decir Breaden mientras el moreno le miraba con atención.
- Je suis le plus mignon village.
Ceux qui me voient se sentent ensorcelé.
Comme ravi ...
Lorsque les femmes sont venus, je regarde un mauvais œil.
A mon grand regret ...
Je suis le plus mignon village. - expresaban los dos al mismo tiempo, notándose que al Alpha le costaba pronunciar algunas palabras.

(Mirenme.
Soy el mas lindo del pueblo.
Los que me ven se sienten embrujados.
Como encantados...
Cuando llego las mujeres me miran de reojo.
Muy a mi pesar...
Soy el mas lindo del pueblo.)

- La puré de tu hermana, maldita. - murmuró el castaño para los oídos de la pelirroja apretando los dientes con rabia mientras Lydia se reía.

Stiles caminó decidido hacia los dos y como Derek estaba sentado en un sofá individual, el menor se sentó en el regazo de su novio.

Éste pasó las manos por la cintura del chico y lo apretó metiendo su nariz en el hueco entre su cuello y hombro, olfateando el delicioso aroma de su Beta. - Hola. - le susurró ahí mismo. Sacó el rostro del cuello y le miró a los ojos antes de darle un beso en sus labios. - Te extrañé. - le dijo con una media sonrisa. Sabía que Stiles estaba celoso, más allá del olor a celos que brotaba por sus poros.

- Yo también te extrañé mucho, mucho, mucho, mucho. - expresó besándolo la mejilla varias veces. - MI novio. - recalcó mirando a la morena con una sonrisa fingida. - ¿Qué hacían? ¿Hablaban? - cuestionó con sorna.

- Era francés. - informó Derek aguantando la risa.

El castaño elevó una ceja y le miró confundido. - No sabía que sabías francés. ¿Por qué nunca me dijiste? Tú y yo nos contamos todos. -

- No. Es que yo tampoco sabía, Stiles. Y ella me estaba enseñando. - explicó él con la misma expresión.

- Tiene muy buen acento. - admitió la chica tratando de entrar en la conversación.

- Sí, ya lo sé. - farfulló el menor fulminando con la mirada pero sin dejar de sonreír falso.

- Posiciona muy bien los labios. - volvió a decirle ella.

- Sí, ya lo sé. Pocisiona muy... - el castaño se calló y abrió los ojos como platos. Esta vez se giró y fulminó con la mirada a Derek. - ¿Qué le posicionaste qué? - preguntó serio.

- No... Es que para pronunciar francés tienes que posicionar los labios de una manera especial... Sí, muy sexy. - contó Breaden mirando al moreno. - Y tú lo hiciste muy, Derek. - admitió.

- Ah, ¿si? - habló Stiles y tomó a Derek del mentón. - A ver... Muéstrame boca sexy como dice ella... Pero a mí que soy tu novio. - miró a Breaden con odio mientras movía la cara de Derek con brusquedad, buscando apretar las mejillas del moreno haciendo mostrar sus labios. - ¿Era así? -

- No. - negó la morena. Y luego de mirarlos a ambos, decidió preguntar. - ¿Y desde cuando ustedes son novios? -

El chico colocó su brazo alrededor del cuellos de su novio y lo apretó como si éste quisiera escaparse. - ¡De toda la vida! - exclamó. - Tenemos una historia de amor de novela. De esas que te hacen llorar, ¿sabes? - miró a Derek. - ¿Le contamos? - preguntó retórico, presionando aún más al mayor. - Ok. Te cuento. - dijo mirándola. - Fue muy tranquilo en realidad... Yo me estaba muriendo... - exageró el ademán. - Estaba en medio del bosque desangrándome porque un Íncubo me clavó sus garras en el pecho... Y ahí llegó él, y se le paró el mundo cuando me vio. - observó a Derek con cariño, presumiendo su novio. - Luego volvió en sí y... ¡Garra, garra, garra! Y uno por uno fueron cayendo... - gritó y farfulló espantando a la mujer. - Y eso que eran cientos... cuatrocientos demonios y él me salvó la vida. - agarró al moreno del cuello y lo atrajo para besar sus labios sonoramente. - Dio su vida por mí y nunca me voy a olvidar de eso. - Volvió a mirar a la chica con la sonrisa falsa y continuó. Mientras, Derek aguantaba la risa lo más que podía. - Y después todo muy tranquilo... Me morí... Pero después Derek volvió, me mordió y desperté.  -

- Waw. - expresó Breaden falsamente.

- Esa es nuestra historia de amor. Básicamente... Sin exagerar. - musitó el castaño.

- Me imagino. - asintió igual de falsa. - Falta el altar simplemente. Si a mí me salvaran la vida, yo me caso. - lo dijo mirando a Derek.

- ¡Sí! Yo me caso. - interrumpió el castaño poniéndose frente al rostro de Derek. - ¿Vamos a casa? -

- Sí, vamos. - asintió Hale. - Au Revoir. - se despidió de la chica en francés.

- Au Revoir, Derek. - respondió la morena sonriendo socarrona.

- Sí, adiós. - dijo Stiles estirando a Derek de la mano, dirigiéndose hacia la puerta de la entrada del loft.

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Mientras lo embestía con fuerza y rapidez, el moreno lo besaba con gula tragándose los gemidos de Stiles. No paraba. Castigaba su próstata una y otra vez y Stiles estaba al bordes del precipicio.

- Oh por Dios, Derek. - gimió el castaño entre besos.

- Shhh... estoy cerca. - murmuró follándole con fuerza.

No podían gemir alto ya que la manada estaba en la mansión y al par de calenturientos se les ocurrió tener sexo a las tres de la tarde, una semana después del entrenamiento en el loft. Por suerte para Derek, no hubo rastros del Íncubo que quería hablar con Stiles.

Los excitantes golpes de la pelvis de Derek empezaban a sonar mas fuerte hasta sintió el semen caliente de Stiles en su abdomen, cosa que lo encendió aun más. Hundió la cabeza en el cuello del castaño y mordiéndolo con fuerza, se vació en su interior, gimiendo a mismo tiempo, sintiendo el aire escapar de sus pulmones.

Se dejó caer sobre el menor y disfrutó de su aroma, restando importancia a la esencia del chico que había entre ellos. Amaba quedarse pegado a su novio cuando terminaban de hacer el amor. Y Stiles siendo un hombre lobo lograba soportar el peso del mayor y también disfrutaba de su contacto.

Al cabo de unos minutos se bañaron juntos y se vistieron con algo cómodo antes de bajar con sus amigos. Pero a mitad de la escaleras, Isaac entró exasperado por la puerta. - Tienen que salir, ahora. - ordenó el de rizos con evidente preocupación. La pareja bajó corriendo y salieron. 

Jughead estaba recostado por un árbol con las piernas cruzadas a la altura de los tobillos y cruzado de brazos.    

- Si no te vas ahora mismo, te haré pedazos. - amenazó Derek sacando las garras. El resto de la manada estaba igual en posición de ataque.

- Tranquilo, lobo. Tengo que hablar con ustedes. - dijo serio, mirando a la manada. Especialmente a Lydia.

- - -

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