-debo admitir que cuando me dijiste que trabajaríamos a bordo... esto no fue lo que imagine-dijo Watson a un bajo volumen, para que solo Holmes lo escuchara, aunque fueran los únicos ahí que hablaran inglés. Se encontraba un poco asqueado por el piso que se encontraba lavando, un poco incrédulo de que pudiera ensuciarse de ese modo.
Se encontraban trabajando rodeados de marineros chinos, todos reacomodando la mercancía o izando las velas. Ellos parecían ser los únicos encargados de la limpieza de aquel barco.
-llegaremos en dos días a Wusong, si tenemos suerte allá encontraremos un barco de vapor en vez de un barco de velas, algo un poco más... agradable y... ¡vaya! Estos pisos no pueden haber quedado así de un solo viaje, deduzco que somos las primeras personas en tratar de quitar los hongos formados entre la madera-se quejó el detective, parando sus movimientos por el brusco balanceo que comenzó a tener el barco, algo mareado.
Se encontraba bastante insatisfecho con el camino que habían sido obligados a tomar, teniendo que trabajar en aquellas tareas que no podían menos que parecerle desagradables.
-me disculpo por haberlo arrastrado conmigo en esto, Watson, lo que menos quería era involucrarlo y menos aun viendo a donde nos ha llevado esta persecución-
Watson lanzo un suspiro, limpiando un poco el sudor de su frente, pues el sol les daba de lleno sobre sus cabezas. Cierto era que no estaban acostumbrados a realizar esas actividades de limpieza, sabía cómo eso hería el orgullo de Holmes, incluso el suyo propio, pero eso no haría que se arrepintiera.
-no tiene por qué disculparse, ambos fuimos víctimas en los juegos de Sanders-le dijo el doctor mientras colocaba su mano en el hombro ajeno-no me agrada esto más que a usted, pero no me arrepiento de haber salido a buscarlo... te perdí una vez, no lo haré una segunda-
Era una declaración que Holmes se había visto venir, pero a pesar de haberlo visto venir, no pudo evitar soltar mostrar una sonrisa sincera, misma que Watson se encargó de corresponder. No podía besarlo en público, por lo que tuvo que conformarse con una delicada caricia sobre uno de los costados del rostro del pelinegro, disfrutando del suspiro que había logrado arrancarle.
Reconsiderando un poco las cosas, ya no parecía tan malo la situación en la que se encontraban, eso hasta que a Watson le regreso un dato ignorado a su memoria.
-¿dijiste dos días?-
* * *
No se sentía especialmente bien ese día, fue una sorpresa para él haber sacado fuerzas de solo dios sabe dónde para enfrentar lo que tenía que hacer.
Hablar en público jamás había sido tan difícil para él, mucho menos cuando se trataba de jóvenes estudiantes que posiblemente le admiraran y quisieran, sobre todo siendo el egresado de esa misma universidad, de ese MIT que ya no reconocia.
"Si son listos, tendrán a alguien mejor para admirar" pensó para sus adentros, tratando de concentrarse en las letras que aparecían en la pantalla frente a él, sabiendo que solo debía leer lo que decía.
¿Dónde había quedado su maravillosa e improvisada forma de hablar? Estaba seguro que había muerto con una parte de él tiempo atrás.
Hablar de sus padres no fue su primera opción, pero si ese recuerdo doloroso competía con la pesadilla de Ultron ganando la batalla y destruyendo la tierra... pues era obvio quien era el ganador. Ese recuerdo era su puerta de escape hacia la realidad, donde ese robot homicida que tenía por "hijo" había sido destruido.
Lo que no esperaba erala ausencia de la que sería su ancla a la realidad, quedándose momentáneamente en blanco al ver el nombre de Pepper Potts en la pantalla.
-...y manos a la obra-pudo decir antes de que sintiera el nudo en su garganta con fuerza en su garganta, escuchando los aplausos lejanos, como si realmente solo se los estuviera imaginando.
-woao... eso.. eso que hiciste me dejo sin aliento, de verdad, Tony, que generoso ¡que fortuna! ¡woao!...-Tony dejo que le quitaran el micrófono de su saco, sintiéndose de pronto algo sofocado, sintiendo el tono falso de la persona que insistía hablar con él-... y es que, solo por curiosidad ¿alguna porción del dinero se ofrecerá también a los maestros? Si, ya se, que asco, pero te explico...-
Oficialmente había dejado de ponerle atención, buscando con la mirada una ruta rápida para escapar de esos gritos, de esa fama, de esos halagos que ya no parecían reales... que recién veía que jamás habían sido reales.
-allá está el baño ¿verdad?- pregunto el castaño, sintiendo cierto alivio en cuanto vio su salida.
-señor Stark, de verdad lamento lo del telepromter, no supe que la señorita Potts cancelo-trato de disculparse su nueva asistente personal, quien se veía realmente preocupada por el error durante su debut con el millonario-no hubo tiempo para cambiarlo-
-esta...bien-logro murmurar apenas-ahora vuelvo-fue lo último que dijo antes de salir a toda prisa por la puerta, encontrándose con la puerta que lo llevaría al baño, la cual ignoro para seguir caminando por el pasillo, directo hacia el elevador.
"...la oportunidad de salvar vidas en vez de destruirlas..."
"...Ultron nos cree unos monstruos..."
"...si cometen un error..."
"...lo que esta mal en el mundo..."
"...igual que criminales..."
"... no es un juego Stark..."
Salió de sus pensamiento al ver a una mujer parada frente al elevador, esperando a que este abriera sus puertas. Se recargo el pared, sin decir nada, solo esperando, igual que ella.
-fue muy lindo lo que hizo por esos chicos-le dijo la mujer con voz neutra.
-se lo merecen-contesto el castaño, quitándole un poco de importancia al hecho, no deseando hablar-y calma mi conciencia-termino por murmurar, pareciendo de pronto bastante interesado en el piso.
-dicen que hay una correlación entre la generosidad y la culpa, pero... si tiene el dinero... ponga las manos que quiera a la obra ¿verdad?-Tony la miro con sorpresa, tratando de sonreír apenas se recuperó de la impresión, sintiendo una impetuosa necesidad de huir de la mujer, pues su tono... tal vez fuera solo su imaginación, pero había notado algo de reproche y desprecio en el.
Se colocó a su lado, con su mano temblando un poco al llamar al elevador, actuando con un poco de duda, pues se sentía expuesto en esos momentos.
-¿va a subir?-pregunto apenas encontró su voz para hablar, buscando cualquier excusa para no subir al elevador con ella, sintiendo el aire faltarle a sus pulmones y avisándole que no faltaba mucho para que su cuerpo reaccionara en un ataque de ansiedad.
-estoy justo donde quiero estar-le dijo ella, abriendo su bolso para buscar algo entre sus cosas.
-señora ¿Qué hace?-le dijo Tony tratando de impedir que tomara algo, pues había visto un arma, pero la mirada de la mujer y el objeto que realmente sostenía hicieron ver su error-lo siento, son gajes del oficio..-
-trabajo en el departamento de estado-le conto ella-recursos humanos... sé que es aburrido, pero eso me permitió criar a un hijo... y me enorgullece, el hombre en que se convirtió-inmediatamente la mujer estrello una foto contra el pecho de Tony, con su expresión cambiando drásticamente, habiéndose tensado cada facción de su rostro-su nombre era Charles Spencer... usted lo mato-
Sostuvo aquella foto, sintiendo la fuerza de aquella mujer, quien aún presionaba contra su pecho, sin ser capaz de moverse o simplemente apartar la mirada.
-en Sokovia... y no es que le importe a usted, claro-dijo ella con dureza, tragándose el nudo en su garganta para que su voz no temblara al hablar, transmitiendo todo su odio y desprecio hacia el castaño- ¿piensa que pelea por nosotros? Solo pelea por usted-casi escupió las palabras, viendo la leve negación que trataba de hacer el castaño con la cabeza, por fin separando su mano del pecho de este, dejando la fotografía con él-¿ahora quien vengara a mi hijo, Stark? Ya murió, y lo culpo por ello-
Habiendo dicho esas palabras, la mujer se dio media vuelta, caminando por el pasillo en dirección opuesta al castaño, quien la observo marcharse, con sus ojos cristalinos, pero tratando de mantener la calma.
Las puertas del elevador por fin se abrieron, con el millonario entrando a paso lento, sosteniendo con fuerza la fotografía, la cual miro en una acción involuntaria de sus ojos. Recargo la cabeza hacia atrás, sintiendo un fuerte dolor contra su pecho.
"lo mate... yo lo hice" comenzó a pensar, con su mente recordándole que esa no había sido la única vida que se había perdido, que había más al que él había asesinado.
El sonar de su teléfono le martillo los oidos, sintiéndolo a un volumen más alto de lo normal. No era una llamada como tal, si no un mensaje.
Un video adjunto de lo que parecía una explosión, ocurrida en Lagos, con los noticieros en vivo de la situación.
"Se lo adverti, señor Stark. Los vengadores necesitan control" eran las palabras con las que Ross había acompañado el enlace.
La migraña comenzaba a abrirse paso en su cabeza, negando frenéticamente al leer lo ocurrido.
"Aun puedo arreglarlo... puedo solucionarlo" pensó, sintiendo que cometió un error al tardar tanto en decidir "firmare, esa es la solución"