He vuelto a mirar esa amargura, bordada de frustraciones que anidaron en mis noches de insomnio.
He vuelto a perder esas batallas con mis temores oliendo a soledad y olvido.
He vuelto a remendar esas heridas que se habían escondido en mis zapatos.
He vuelto a recortar la silueta de un sueño y la embarqué en el cauce de lo absurdo.
He vuelto a saborear los recuerdos de tu mirada, navegando en el silencio.
He vuelto a remojar mi añejo pan, en tus secretos desnudos al amanecer.
He vuelto a tomar de tu mano, recorriendo a ciegas por el boulevard de las murmuraciones.
He vuelto a diseñar el mismo que anhelo que compartí contigo en mis versos.
He vuelto a sentir el perdón de tus labios, cada vez que los míos, cayeron rendidos en tu boca.
He vuelto a abrazar tu risa con la misma timidez de mi osadía. He vuelto ha merodear tus huellas, acechando el vaivén de tus cabellos.
He vuelto con algunos versos en mi abrigo, algunos saben a melancolía, otros, a esperanza; sin embargo todos guardan el sabor a ti.
He vuelto para amarte de la única forma que ahora puedo, de lejos y en silencio