Other Way to Battle

Por SakuraZala

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Siempre me dijiste "No hasta el final..." ¿Pero qué hay al final?... ¿Podré encontrarte al final del arcoíris... Más

Prólogo
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
PRÓLOGO ARCO II
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
PRÓLOGO ARCO FINAL
XXX
XXXI
XXXII

IX

745 69 16
Por SakuraZala

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

IX

—....Serena... Serena... —El llamado de sus labios, la alcanzó, tras haberse quedado dormida sobre su pecho, el nombramiento era tan insistente que terminó por traerla de vuelta a la realidad.

—¿Mm...? —Se movió levemente ubicándose en su habitación y reconociendo al instante a su amado, que no había parado de nombrarla, entre respiraciones agitadas y quejidos. —¿Ash?...

—...Serena... —Volvió a llamarla entre sueños. Sea que lo que fuera que estaba pasando en esos instantes dentro de su mente, lo preocupaba al extremo de llegar a mover la cabeza de un lado a otro, lo que la preocupó y reincorporándose sobre la cama, al sentarse a su lado, le colocó una mano en el rostro para tratar de despertarlo. —Ash... Ash... estoy aquí... ¿Me escuchas?...

Cual su llamado fuera lo único que necesitara para sentirse mejor, se detuvo en quejidos. Y en sesiones de parpadeos, abrió despacio los ojos, acostumbrándose a la luz tenue de la lámpara de noche que su amada había encendido para él, para encontrarse con aquellos orbes azulados que tanto necesitaba ver en ese instante, al punto que los castaños temblaron en alivio al verla.

—¡Serena! —se incorporó hasta alcanzarla, ella que inclinada sobre él, se dejó abrazar y lo recibió de la misma manera, sintiendo nuevamente su desnudez contra su cuerpo, de una manera natural y cálida, tanto que cerró los ojos por su contacto.

—Fue sólo un sueño... todo está bien... —le susurró al oído, al ver que la fuerza del agarre no disminuía ni un poco, la apretaba contra él, sin afán de lastimarla, pero de manera brusca, por lo que ella tratando de tranquilizarlo, empezó a acariciarle la espalda con los pulpejos de los dedos. Después de todo... lo que habían vivido hace pocas horas, podía ser precursor del sueño que ahora lo perturbaba. —Te amo... —prosiguió lo más dulce que pudo.

—Yo también te amo... no sabes cuánto... —le besó el hombro derecho, casi al mismo tiempo que respondió.

—¿Qué estabas soñando?... No quiero que te preocupes por cosas que no han pasado... dicen que si cuentas los sueños malos, estos no se cumplen —se separó para sonreírle. El campeón al verla nuevamente frente a él, le colocó una mano en el cuello para con su pulgar acariciarle la mejilla.

—Lamentablemente... hay algunos sueños que son sólo remembranzas... mis propias preocupaciones me están jugando bromas...

—¿Fue por las cosas que han estado pasando?... —No pudo sostenerle la mirada, al entristecerse al instante, al pensar que se trataba de algo que ella había propiciado al guardar sus secretos, aunque lo amara con todo su corazón, aquello que había pasado... la hacía sentir como si una brecha enorme se hubiera abierto entre los dos, no lo quería... ¿Pero qué podía hacer?... Sentirse alejada de él hacía que se desmoronara por dentro, como esos últimos días en que por alguna razón, la distancia entre los dos había crecido, al darse cuenta que en esos momentos compartían diferentes intereses, aunque jamás la haya dejado sola durante su recuperación... aquel sentimiento de soledad no haría más que crecer si ella no lo detenía, pero al mismo tiempo, el amor tan grande que sentía por él, la haría superar cualquier obstáculo, dos confluencias distantes a la vez... Y más ahora que le había propuesto... compartir el resto de su vida juntos... su razón de existir...

—¿Serena?... —Ash ni siquiera respondió a su pregunta al ver que ella misma se había contestado al cambiar tan drásticamente de actitud, podía sentirla vulnerable y desdichada por el simple hecho, de creerse culpable de algo que él pudiera llegar a decirle. Por lo que levantó su rostro, con la mano que la había tomado desde antes y en un acercamiento delicado la besó con suavidad, sin intenciones de separarse, aunque aquel beso durara lo mismo que un suspiro, al sentirla quebrarse contra sus labios, fue entonces ella quien apretó los párpados y se deslizó de su boca a su mentón y de este a su pecho en medio de sus lágrimas.

—¡No quiero esto! ¡No quiero sentirme separa de ti!... ¡No quiero perder los momentos preciados que tenemos!...

El joven cerró fuerte los párpados al escucharla, había pensado que las cosas habían quedado un tanto más calmas luego de la propuesta, regalándole todas aquellas hermosas palabras que reafirmaban el vínculo entre los dos, para terminar prometiéndole que haría lo que fuera por ella y tras esto reafirmar el inmenso amor que los une en una demostración intensa de su deseo por el otro, nuevamente en la cama de ella. Sin embargo, las cosas no eran tan fáciles como él pensaba... aquí el que más sufría no era él, quien había sufrido la pérdida en su propio cuerpo... era ella... que trataba de mantener su vínculo latente a pesar de sentirse quebrar por dentro día con día... No pudo evitar pensar en el anillo que recién había adquirido, haberse quedado viéndolo, mientras sonreía bobamente sentado en su cama, pensando en la expresión que tendría ella al verlo, preguntándose ahora si hubiera sido mejor esperar a proponerse con él. ¿Será que no había sido tomado en serio? ante su propia duda cerró los ojos con fuerza, no se dejaría inundar por sus preocupaciones, cuando lo más importante en ese momento era ella.

—No los perderás... te lo juro... —agachó su cabeza hasta encontrar la de ella y atraparla en un beso esta vez con intenciones de no dejarla ir, más que por el deseo permanente que su amada le despertaba, por su propia sanidad mental... nada podía hacerlos sentir más unidos que eso... La besó... la besó... y la besó de manera tan posesiva y adicta que terminó haciéndola jadear, momento en que su lengua intrusa inició su escrudiñar dentro de su boca, haciendo contacto con la de ella, elevando la intensidad del beso al punto de reacomodarse sobre la cama. Terminando por verse a los ojos que entre temblores, se transmitían sus propios miedos y dudas sobre los acontecimientos por los que estaban pasando.

ADVERTENCIA: LEMMON

La había halado bajo de él, dispuesto a todo en un segundo, pero la imagen del anillo y él mirándolo lo abarca por completo, nublándole el pensamiento sobre lo que estaba por hacer. Debía tranquilizarse... de la misma forma que seguiría adelante con sus planes de entregarle tal objeto preciado a su amada... debía comprender que ella en ese instante no era ella misma... Situación con la que había tenido que convivir... a su gusto o sin él... el sufrimiento de verla perderse dentro de sí misma iba a terminar por desquiciarlo si no ponía de su parte.

—...Ash... —lo llamó casi en un susurro, lo que lo trajo de vuelta a la realidad, la mirada de zafiro se había desviado, mientras las lágrimas se le escurrían a los lados del rostro. —Si no... lo deseas... —no sabía que hacer consigo misma, tumbada debajo de él, sin mover un músculo, pero sin que él reaccionara tampoco, la hacía sentir completamente extraña y ajena... a él y a la relación. A pesar que hace tan sólo unas horas habían estado juntos... ¿Acaso lo había hecho por compromiso?... ¿Por no dejarla sola?... ¿Podía él saber que era lo que había dentro de su cabeza?

—¿Cómo puedes pensar eso?... —jadeó de solo pensar que ella le reclamaba algo como eso... ¿Desearla?... si eso lo hacía con cada respiración de día con día. Jamás había hecho alarde de su virilidad, pero ante su iniciativa, tomó su miembro con una mano y rozó la punta contra la entrada escondida entre sus piernas, en dos... tres ocasiones, lo que alteró la respiración de ambos.

—¿Puedes sentirlo?...

—A... ¡Ash! —abrió grandes los ojos en sorpresa de aquella sensación que la invadió al instante, sentía sus piernas temblar y los dedos de sus manos tornarse fríos, por la inminente necesidad de sentirlo abarcándola, sólo con aquel sutil toque. Apretó los párpados, mismos que casi al instante se suavizaron en expresión al sentir sus labios en contacto con los suyos nuevamente.

Iba a recuperar su yo de siempre... su sonrisa adorada... costara lo que costara... pero no estaba dispuesto a esperar a ese entonces para demostrarle cuánto la amaba y que era su dueña incondicional. Las dulces expresiones que escapaban de sus labios y los movimientos tímidos de su cuerpo se lo decían... ella también lo necesitaba, no era el momento de quebrarse, sino más que nunca mantener unidas todas sus partes, entre sus fuerzas, convicciones, cuerpo y mente para hacerla sentir tranquila, segura, pero sobre toda confiada de él.

En medio de aquel beso prolongado, que terminaba con ambos jadeantes frente a frente, daba paso a los ojos cerrados de la joven artista de brillo perdido, al sentir como las manos de su amado aprisionaron sus pechos contra ellas, mientras en un acto pocas veces experimentado, sintió su lengua recorriendo el camino de su esternón, recolectando las pequeñas perlas de sudor que se encontraban extraviadas entre sus pechos y sobre ellos.

—¡A, ¿Ash qué haces?! —el sonrojo perfecto y duradero se posó como mariposa sobre su faz, casi al mismo tiempo que su cabeza se corrió hacia atrás, empujándose contra la almohada al sentir el contraste de texturas rodeándola, la firmeza de sus dientes, la suavidad exquisita de su lengua y la calidez profunda de su boca sobre el delicado botón de su pecho.

—...Serena —No pudo evitar su propio gemido al sentirla moverse de esa manera debajo suyo. Sabía que lo que le hacía le gustaba y ver el resultado le llenaba de enorme satisfacción, por lo que prosiguió.

—...Por favor... no más... —empezó a revolverse entre las sábanas —No puedo... soportarlo más... —le llamó finalmente, por lo que su amado separó los labios para soltarla y levantó la mirada hacia ella, sorprendiéndola al ver el fulgor que había despertado en él a través de aquella mirada castaña que parecía podría engullirla si la miraba de cerca.

—...¿Quieres... que me detenga?... —preguntó tratando de recuperar el aliento que tanto movimiento de la mandíbula le había robado.

—...No... Pero... —No pudo continuar, ya que inmediatamente cerró con fuerza los ojos al sentir, que si bien había dejado sus pechos, se inclinó sobre ella para seguir besándola, pasando de ellos a su abdomen, deteniéndose sólo al llegar a colocarse con sus besos entre sus piernas, llevándola a inhalar tan profundo que pensó que podría sostener el aire dentro de los pulmones por bastante tiempo y así lo hizo hasta que tuvo que liberarlo junto a un pequeño grito tratado de ser controlado, pero con el menor de los éxitos.

Pudo ver y sentir como le doblaba las piernas al flexionar ligeramente las rodillas para adquirir más espacio, al mismo tiempo que se alejaba un poco para observar.

—¡¿Ash Ketchum, qué estás haciendo?! —gritó una vez pudo recobrar un poco de control al verlo alejado. Pero como siempre analítico de su propia táctica, buscaba la mejor forma de llevar acabo su cometido.

—...Tranquila —Le respondió más pronto de lo que esperaba, llevándola a cerrar los ojos al sentir sus dedos exploradores abriendo paso entre las vertientes de su centro, tocándola delicadamente y sirviendo sólo como apoyo a la separación de aquellos a los ojos del entrenador, par de pétalos que cubrían su interior.

En ese instante lo perdió de vista a él y se perdió en sensaciones ella misma. Las caricias... se volvieron tan cercanas y atrayentes que podía sentir el significado del amor a través de sus besos y su lengua, conociéndola de manera tan íntima que fácilmente podría caer ahogada en el cúmulo de sensaciones y emociones que le despertaba, completamente suave y diferente a lo que había experimentado antes. En ese momento lo escuchó deglutir... y continuar con los movimientos de aquella cálida visitante dentro de ella. Se lo había tragado... cual fuera la miel más dulce y deseada para su conquista, su amado disfrutaba recolectando sus sensaciones vueltas líquido para sí. No sabía que pensar... en realidad no podía pensar en nada... parecía que jamás iba a detenerse, hasta que su propio cuerpo le hizo ver que era todo lo contrario, toda aquella energía que iba acumulando brindada por las sensaciones que él le propiciaba, debía estallar o ella misma reventaría, reflejado en el movimiento de su cadera que empezó a erguirse, lo que alertó a su amado sobre los sucesos que estaban por terminar, pero no dudó en llevar su cometido hasta el final, cerró los ojos y juntando sus labios lo más que pudo hacia ella, trató de detonar su culminación con la estimulación que le brindaba.

Quería hacerla flotar y lo había logrado, no había felicidad más grande para él que verla, embellecida por el rubor natural que le dejaban sus encuentros. Completamente exhausta dejó descansar las piernas a lo largo de la cama, por lo que él se tumbó a su lado, viéndola sonreírle.

—¿Quieres descansar un poco?... —preguntó suave, mientras le pasaba un cabello tras la oreja, al ver los ojos azules amenazando con cerrarse frente a él.

—Por favor Ash... ven aquí... —prácticamente lo haló a posarse sobre ella, uniéndolo a sus labios en un pequeño beso que sirvió de intermediario, entre la mirada que se brindaron ambos a los ojos, para segundo siguiente, buscar acomodarse entre sus piernas y tras levantar un poco sus caderas, adentrarse en ella como tanto había esperado, sin embargo, se sintió deslizar tan suave y pronto que por un momento sintió que iba a hundirse dentro de ella por completo, por lo que cerró los ojos ante la inminente calidez que lo rodeó, a través de los gemidos dulces que ella le brindó al recibirlo.

No tardó nada en empezar a moverse, tratando de controlar su ímpetu voluntarioso, inicio con un golpeteo suave, sin embargo, parecía que por muy delicado y suave que me moviera, la sensación que le brindaba a su amada se desbordaba, los estímulos residuales aún la gobernaban y adjunto a la sensación de su ocupación dentro de ella, parecía que podría terminar en cualquier momento, por lo que empujó fuerte un par de veces para verla estallar nuevamente aún con él dentro.

Aún y cuando la presión dentro de ella intentó arrastrarlos juntos en el porvenir de sensaciones, pudo resistirlo.

—...Serena —levantó la mirada hacia ella, sonrojado por la situación, pero siendo recibido por ella, quien lo miraba de la misma forma, se dispuso a darse rienda suelta sobre su actuar. Se puso de rodillas en la cama, levantándola un poco sobre sus piernas e inclinándose sobre tu pecho la besó, al mismo tiempo que sus movimientos iniciaron al erguirse un poco, al hacerlo, la reina que no lo perdió de vista, pudo ver con más claridad como el abdomen bajo de su amado se pegaba con fuerza y cada vez con más velocidad contra ella, al mismo tiempo que lo sentía entrar y salir en un ritmo sincronizado y sin abandonarla nunca por completo. Un juego iniciado por los dos, en que disfrutaban al máximo de su relación, la necesidad de estar juntos... y de demostrarse todos los sentimientos que guardan por el otro.

—Sere... Serena... ah... le resopló en el oído entre alientos, al doblarse un poco más sobre ella, a lo que su amada lo recibió en brazos, juntando su rostro a su hombro y su pecho a los suyos, en un afán por no dejarlo caer en medio de las sensaciones.

—¡Ash! ¡Ash yo!... —apretó con fuerza los ojos.

—Vamos... ¡Vamos! —gritó en medio de su propia necesidad por expresarse. Y tomándola con una mano por la cadera, se apoyó en ella para dejarse ir, al mismo tiempo que ella apretó con fuera la mano sobre su espalda, al sentirse perder en medio de toda la desesperación por alcanzar la cima juntos.

Terminaron por tomarse de las manos y tras darse un último beso, finalmente se dejó caer sobre ella, que volvió a abrazarlo, ahora pasando sus manos sobre su cabello y cerrando los ojos exhausta.

Continuará...

Bueno xD Esto es libertad de expresión juajuajua, sé muy bien que hay lectores a los que no les gusta este tipo de contenido, bueno, ahí estaba la advertencia. Debía un momento cítrico bien narrado así que aquí está.

ARIGATO MINNA-SAN!

JA NEE!

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