SNIPER

By CuteDoll-Ran

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[ Servamp/ Yaoi/ AU] [ Sci-Fi/ Romance] [ Kuro/Mahiru] [Long-Fic] La guerra ha estallado y una de las zonas d... More

Capítulo I Sangre y destrucción
Capítulo II En esta ciudad del caos
Capítulo III ¿En quién confiar?
Capítulo IV Aquel que un día conocí
Capítulo V Quiero escapar junto a ti
Capítulo VI No pierdas el control
Capítulo VII Un paso a la vez
Capítulo VIII Confiemos
Capítulo X No me pidas hacer una locura
Capítulo XI Lo absurdo e innegable
Capítulo XII Una petición, una misión
Capítulo XIII C3
Capítulo XIV A casa...
Capítulo XV Aquella decisión
Capítulo XVI Mi verdadero motivo
Capítulo XVII No lo dejes escapar
Capítulo XVIII Persigue y destruye
Capítulo XIX Padre e Hijo
Capítulo XX Haz que mi voz llegue a él
Capítulo XXI Destrúyelo, en nombre de la guerra
Capítulo XXII Sincronízate, y lucha
Capítulo XXIII Esta es la realidad
Capítulo XXIV Es mi voluntad. Aquella que continúa
Capítulo Especial Al futuro que anhelamos

Capítulo IX Mentiras y engaños

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By CuteDoll-Ran

— Habla viejo, ¿has visto a dos niños merodeando por aquí?

Kuro tuvo que apretar el agarre en la boca de Mahiru cuando éste se removió. Sabía lo que pensaba el castaño, y no sería para nada bueno que éste saliera en la ayuda de ese viejo.

— No sé de qué hablan. Yo estaba durmiendo y me levanté por un poco de agua cuando ustedes llegaron.

— Mas te vale que estés diciendo la verdad, viejo.

— A menos que quieras que incendiemos esta miserable morada.

— Se los juro, es la verdad.

Mahiru percibió eternos segundos de angustia a la voz cargante y amenazante de los sujetos que irrumpieron en la casa. Cerró sus ojos cuando se sintió el tenso silencio, y apoyó su cabeza en el hombro de Kuro como una forma de intentar calmar sus nervios.

Mientras Ash se mantuvo alerta ante la inquietante calma y tranquilidad, hasta que la puerta principal de la casa fue cerrada con brusquedad y Mahiru dio un pequeño saltito. Kuro sostuvo con más fuerza su arma. Vigilante y cuidadoso, mantuvo apretado con una ligera fuerza el gatillo, y esperó receloso a los pasos que se acercaban a su escondite, hasta que la puerta del armario fue tocada con tres pequeños golpes y una voz conocida del otro lado.

— Ya se fueron, pueden salir.

La voz del adulto hizo a Mahiru despegar su rostro del cuello de Kuro y expresar una ligera mueca de felicidad, y Ash suspiro cansado al soltar el agarre que tenía con Shirota.

— Muchas gracias— dijo Mahiru tan pronto salió del ropero y Kuro a su espalda se acariciaba el hombro. El anciano sonrió amable.

— Deben estar congelándose con esas ropas húmedas, será mejor que se cambien — Mahiru iba a negar pero un estornudo llamó la atención de los tres, y Kuro rechistó fastidiado.

— Esto pasa porque eres un descuidado total — Ash le regañó, y Mahiru se acarició su nariz.

— Ya te dije que solo tenía un poco de sed.

— Y eso casi nos cuesta la vida.

Mahiru bajo su mirada cuando tanto los ojos de Kuro y del adulto lo observaban. Ash regañándole, y el anciano preocupado al no saber, obviamente, de nada.

— Lo siento — susurró arrepentido y sintió el suspiro cansado de la boca de Kuro. Sintió movimiento y Ash se quitaba la chaqueta oscura y fue cuando sus ojos miel captaron la ropa negra rasgada en el brazo del chico — Kuro te hirieron— Casi de inmediato, Mahiru se acercó y tocó la herida para ver la profundidad de ésta.

— Aah... solo me rozó. No es nada grave — aun cuando dijo aquello, Mahiru le tomó de la muñeca y le obligó a levantar el brazo. Presionó la herida y Kuro dio un quejido.

— Estábamos corriendo — musito Shirota sin quitar sus ojos de la pequeña rozadura — si ese disparo hubiera sido unos centímetros más a la izquierda... hubiera dañado una arteria axilar— Mahiru completamente serio miró los ojos verdes de Kuro, y éste reprimió una pequeña risita.

— Dios. Que dramático eres. La bala apenas me rozó y tú ya sacas tremenda historia— Shirota hizo un puchero porque tomaron sus serias palabras por broma.

— ¿Eres médico muchachito? — la voz del anciano los interrumpió en esa extraña batalla de miradas burlescas.

— Si — Mahiru le sonrió algo apenado. La palabra médico era demasiado para él aun— En realidad estoy estudiando medicina, apenas llevo dos años y medio.

Ash miró confundido cuando el viejo se sorprendió por un segundo, y luego sonrió con amabilidad. Arqueó una ceja al sentirse levemente azorado. Algo le inquietaba, y no sabía si era por el lugar, el viejo frente a ellos o la posibilidad de que los sujetos volvieran.

— Mahiru, quítate esa ropa antes de que enfermes — le dedicó una mirada seria al castaño. Sus ropas aún seguían bastantes húmedas, y él podía aguantar aquello y no preocuparse por un resfriado, pero algo le decía que el cuerpo delgado de Shirota no aguantaría traer ropas húmedas, no sin antes enfermar.

— Primero necesito curarte esa herida — Suspiró. Mahiru es tan terco que le devolvió la mirada.

— Solo fue un raspón, no exageres.

— No estoy exagerando Kuro. Se puede infectar, y eso será un dolor de tratar.

— Si tú enfermas, eso sí será un gran dolor en el trasero— Kuro trató de ignorar las muecas fastidiosas de Mahiru, cuando el anciano se les acercó con algunas prendas en sus manos

— Les daré este cambio de ropa a ambos, no sería nada bueno que enfermaran— habló, y luego miró con gentileza a Mahiru — Deberías hacerle caso, en estos tiempos de guerra, no es bueno enfermarse, y tu amigo se preocupa por tu salud. Bueno, ambos se preocupan mucho por el otro— Kuro gruñó y desvió la mirada cuando Mahiru hizo una mueca disconforme. El castaño acababa de perder la pelea verbal de tratar esa herida inmediatamente— ¿O acaso ustedes dos son pareja?

Tanto Kuro como Mahiru abrieron sus ojos asustados. ¿El anciano acababa de mal interpretar sus acciones de berrinche como un acto amoroso? Shirota de inmediato se alteró, y comenzó a agitar sus manos en una acción de timidez extrema.

— ¡NO! ¡Claro que no! Kuro solo es mi amigo... creo — se susurró Mahiru avergonzado, y ante el silencio, su corazón se agito y temió que Kuro y el anciano lograran escuchar sus latidos vergonzosos — ¡Ahm! de hecho, sólo llevamos un día conociéndonos... Aunque conocí a Kuro hace tres años... ¡Bueno! en realidad Kuro tiene una misi—

La voz de Shirota se amortiguo en la mano y agarre de Ash que soltó un extraño gemido por la sorpresa. Parpadeó confundido cuando lo silenciaron tan bruscamente que se incomodó ante la presencia del cuerpo de Kuro en su espalda.

— En realidad Sí. Es mi novio — un segundo le bastó a Mahiru para enrojecer de cuerpo completo— Y preferiría que nadie lo viera desnudo mientras se cambia de ropa. Si no es mucha molestia, ¿podría dejarnos a solas?

— Oh... seguro— apenas habló el adulto antes de marcharse a un cuarto continuo de la casa, cerrando la puerta tras de él y dándoles la privacidad que buscaban.

Con cada latir de su corazón, Mahiru creía que moriría de la vergüenza ahí mismo si enfrentaba la mirada de Kuro. Pero tan pronto lo giraron para verse, sus planes de exigirle una explicación por sus comprometedoras palabras murieron cuando vio el enfado contenido en las esmeraldas de Kuro.

— De verdad, ¿en qué estas pensando, Mahiru? — Shirota tragó nervioso. La presencia, aura, voz y ojos de Ash cambiaron por unas bastantes sombrías y amenazantes— No fastidies más esta tarea. A nadie. Absolutamente a nadie puedes hablarles que esto es una misión— si no fuera porque sus rostros estaban tan malditamente cerca, Mahiru no hubiera escuchado ese intimidante susurro — No sabemos las verdaderas intenciones de ese viejo, incluso si nos ayudó ahora, nada te confirma si mañana no nos traicionará.

— Pero—

— Pero nada Mahiru. Cada vez que abres la boca, el resto tomará tus palabras en tu contra. Estamos en medio de una guerra, no puedes confiar en nadie, y mucho menos revelar información. ¿Quieres que te maten?

Se mordió los labios. Lo entendía. Claro que lo sabía. O al menos, Mahiru creía poder entenderlo, pero aun no quería hacerse por completo a la idea. Le aterraba el simple pensamiento de saber que sí, está atrapado en un desconocido lugar y cada paso en falso era una mina que pisaba.

Quería alejar su terco y miedoso corazón de la clase de mundo en que cayó. Porque sabía que estaba sólo -si no fuera por Kuro- literalmente, estaría abandonado...

— Perdón... — se sorprendió de escuchar su propia voz quebrada, pero se negó a buscar la mirada de Kuro, porque el chico tenía razón.

Y Ash sintió una ligera angustia en el pecho. Solo quería hacerle ver a Mahiru que confiar en todos era un grave error que estaba cometiendo, pero la inquietud de ver a Shirota desanimado, de alguna forma, también le afectó a él.

Se desordenó sus propios cabellos con algo de brusquedad antes de tocar los de Mahiru con un cariño inusual en él.

— Solo trata de no hablar de estos temas con nadie. No puedes depositar tu confianza en todos los que ves aquí— le susurró, suavizando su voz, y se alejó para tomar el cambio de ropa y cambiarse.

— Yo confió en ti, Kuro — esas palabras le hicieron detener sus movimientos, y mirar de reojo a Shirota— ¿O acaso tampoco puedo confiar en ti?

Algo en sus palabras hicieron que Kuro entrecerrara sus ojos, y su mirada expresara confusión. Mahiru no lo comprendió, no cuando Ash le negó la mirada y se quito la camiseta negra.

— Una guerra cambia la mentalidad de la gente, y una vez que te hundes, es difícil salir de ella. Cosas como la confianza, son tan frágiles de romper como el cristal — Antes de que Mahiru respondiera a sus palabras, Kuro le lanzó la ropa a la cara — Cámbiate.

Y no fue capaz de replicar aquello. Mahiru se giró y se quito la ropa con rapidez, el frío en el ambiente le estremecía el cuerpo y estornudó tres veces para su mala fortuna. No quería enfermarse, aquello solo le traerían más problemas a Kuro.

— Déjame ver— Una mano helada en su frente, y el ceño fruncido de Ash le sacaron de sus pensamientos.

— No estoy enfermo Kuro — Mahiru le dedico una pequeña sonrisa. Le alegraba que a pesar del enfado de Ash, éste aún se preocupe de su salud.

— Hice un poco té— La voz del anciano hizo a Mahiru separarse algo ruborizado. Había olvidado que les habían dejado ese momento a solas por las palabras de Kuro, cuando en realidad Ash solo buscaba reclamarle. Suspiró algo apenado por eso.

Kuro miró las tres tazas de alguna clase de té. Frunció un poco las cejas al entrar en un pequeño debate. Mahiru estaba demasiado frío y su cuerpo temblaba un poco, de alguna manera una bebida caliente no estaría mal para Shirota.

Pero no le daba la suficiente confianza de beber ese té. ¿Y si el anciano había puesto algo en ellos?, ¿Veneno?, ¿Drogas? No quería ser extremista, pero de mala manera y desde pequeño, había aprendido que nunca debería confiar en nadie.

Mucho menos de gente desesperada y atrapadas en una guerra.

— ¿Kuro?— el pequeño llamado de Shirota le hizo buscar su mirada, y el castaño le preguntaba silenciosamente si estaba bien aceptar esa bebida. Al menos ya Mahiru estaba aprendiendo a ser menos impulsivo y más cuidadoso.

— Tomaré algo.

Se adelanto y acepto de ese té. Lo admiró por pequeños segundos y a la vista, el agua parecía normal. Era un sencillo té verde, y se atrevió a darle un sorbo. Estaba caliente y algo amargo.

— Lamento no darles algo más de comida, pero...

— Está bien. Con el té es suficiente — Dijo Mahiru cuando entendió las palabras. El anciano no podía malgastar su poca o nada de comida en unos chicos extraños. Shirota acepto la tacita de Té de las manos de Kuro con una pequeña sonrisa.

— ¿Y cómo fue que cayeron en este lugar? Los dos se ven demasiado jóvenes como para ser parte de la milicia.

Nuevamente, Mahiru se mordió sus labios antes de querer hablar. Kuro ya le mencionó que no debía hablar de su rescate con nadie, pero entonces, ¿Qué responder? No podía decirle que estaban de turistas en la zona y por su estupidez casi los atrapan. Aquello era una mentira difícil de creer.

— Me gustaría hacerle una pregunta— La voz de Kuro sonó fuerte y algo amenazante — ¿A qué hora los rebeldes hacen cambio de guardia?

Ash había cambiado por completo la conversación y Mahiru no supo si sentirse mal o no cuando el anciano había sido ignorado, pero éste, contrario a lo que pensaba, sonrió con calma y bebió de su té.

— En unas tres horas más harán relevo de guardia, muchachito.

Mahiru buscó algún reloj en la casa, y en la pared cercana a la puerta principal había uno. Eran las seis de la tarde, eso significaba que tan pronto el sol se escondiera debían marcharse de esa casa.

Casa, ¿podría llamar esa vivienda un hogar? Estaba tan deshecha que pasar la noche ahí debería ser horrible para el cuerpo. Y más para un anciano que vivía solo. La humedad y frío del ambiente no eran buenas compañeras para alguien que bordeaba la tercera edad.

— ¿Cómo puede vivir aquí? — Mahiru pensó en voz alta y cuando se dio cuenta, se tapó su boca con ambas manos.

— Ohh, no soy el único que vive así aquí — El adulto les hizo una señal de sentarse en un pequeño banquito de madera, el único que había — Hay más personas como yo viviendo en esa ciudad. O más bien, los que quedan. Todos los jóvenes y mujeres fueron llevados a la otra zona de la ciudad. Los hombres para enfrentarse en la guerra, y las mujeres para tratar a los heridos.

Algo hizo click en la mente de Mahiru. Eso explicaba por qué habían chicas como enfermeras y sólo hombres como guerrilleros. Pero lo extraño es que nunca vio a ningún chico que bordeara su edad en ese lugar...

— Los más viejos nos dejaron aquí, y los pocos que lograron huir, solo Dios sabe qué les ocurrió y si lograron salvarse.

Shirota apretó la tacita en sus manos. Él no podía ayudar. Él no podía hacer nada por aquellas personas. Apenas podía cuidarse así mismo, y si no fuera por Kuro, hace mucho habría muerto allí.

— Lo siento mucho — susurró abatido.

— ¿Cómo consiguen la comida?— Mahiru se sorprendió por las palabras de Kuro. Éstas seguían tan frías que estuvo a un segundo de reclamarle por el áspero tono.

— Oh... Los rebeldes nos dan algunas provisiones a veces. Debemos cuidar mucho nuestras raciones diarias.

Kuro observó atento las facciones del anciano. Mentía. Algo le decía que el viejo mentía, pero no lograba descifrar el motivo. ¿A quienes les importaría alimentar a personas que no les era de mucha ayuda? ¿Aquellos sujetos? Por supuesto que no. Un anciano, ¿De qué serviría?

— Bueno, será mejor que descansen un poco. Si van a marcharse cuando hagan el relevo, lo mejor es que tomen este momento para recuperar las fuerzas.

Mahiru asintió y bebió de lo poco de su té, y luego buscó a Kuro a su lado y éste miraba su tacita aun llena. Suspiró, Kuro debe estar pensando en un modo de escapar. Lo mejor sería que él no interrumpiera en nada.

Lo mejor sería descansar un momento.

...

Llevaba un rato despierto y Mahiru miraba sin mucha atención un punto muerto en la ventana de la casa. Había anochecido y la vivienda estaba en un silencio inquietante, y escasamente iluminada por unos faroles de la calle. Estaba acostado en el duro suelo y una ligera manta le cubría el cuerpo, Kuro estaba sentado a su lado y aparentemente, seguía dormido...

Los dos habían caído rendido hace unas horas, y ahora le sorprendió ver a Kuro con sus ojos cerrados pero abrazando su arma. En la mañana no había querido dormir, ¿y ahora lo hacía sin preocupaciones?

¿Debería molestarse, o inquietarse?

Quiso levantarse pero estaba algo aturdido y sus manos las sentía extrañamente pesadas.

— Kuro... — llamó en el silencio y Ash no hizo ninguna reacción— Kuro, despierta — esta vez, con algo de esfuerzo, llevó una mano y tocó los dedos de Kuro, solo así, Ash abrió sus ojos y lo observó.

— ¿Qué pasa?, ¿Tienes frío?

Mahiru se asustó cuando Kuro se levantó e inmediatamente cayó al suelo. En sus ojos verdes vio la confusión y el cuerpo de Ash temblaba ligeramente al mantenerse arrodillado.

"¿Una droga?" Pensó inmediatamente aterrado Mahiru. Porque sus mismas piernas las sentía demasiado entumecidas y no creía poder mantenerse de pie. Además su visión estaba algo borrosa a la lejanía y su garganta estaba demasiado seca.

Sintieron ruido y Kuro alcanzó su arma cuando la puerta se abrió.

— Vaya sorpresa, están despiertos.

Shirota jadeó azorado y trató de levantarse, pero solo consiguió arrastrarse y quedar junto a Kuro.

— Así que eso hace la escopolamina en una reducida cantidad, afectan las terminaciones nerviosas.

Casi con horror Mahiru observó un sujeto fornido con un cigarrillo en su boca, y a su lado, el mismo anciano que los había salvado, ahora mirando curioso una bolsita con un blanco contenido.

— El castaño sabe medicina— informó el viejo — el otro debe ser su guardaespaldas o algo parecido. Ambos tomaron de la droga, así que puedes llevártelos y hacer lo que tanto les gusta a ustedes— casi asqueado, el viejo les dedico una mirada con desprecio.

— No me interesan los hombres. Solo me llevaré al mocoso que es médico, con el otro puedes seguir experimentando tus estúpidas drogas, viejo.

Ash apretó sus dientes. Era el colmo. Era lo último y jodidamente molesto que le faltaba para terminar el día. Sabía que había algo raro con ese viejo. Imaginó que podría tener droga ese té, entonces, ¿por qué hizo que Mahiru bebiera de eso?

Él apenas bebió de un par de sorbos y ahora sus piernas las sentía algo entumecidas. Mahiru bebió de toda la taza y ahora ni siquiera puede mover su cuerpo.

Se reprendió mentalmente por su estupidez.

— Suelta esa arma, niño.

Y lo más probable, es que después se vuelva a recriminar por lo que va a hacer. Cuando el sujeto avanzó un paso en el interior de la casa, y él apuntó con su arma sin quitarle la mirada a los dos tipos.

"Un ataque o dos de mi estúpida locura no hará la diferencia ahora"

Pensó Ash al momento de apretar el gatillo y el sujeto frente a él apuntarle con rapidez. En ese segundo, sintió las manos heladas de Mahiru en su rostro, y se sorprendió cuando éstas le taparon la visión cuando resonó el disparo en la casa.

Shirota no dejó que él viera a quién había matado.

::: *** :::

Ya era hora que actualizara ~~ xd Lo bueno! es que ya esta semana podré estar desocupada!(?) Al fin Dios!! (?)

Así que nos estaremos viendo prontito~ Espero que les haya gustado! 

Bye Bye~

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