Capítulo XXIII Esta es la realidad

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Cuando Freya abrió ambas puertas y las luces rojas de emergencia parpadeaban sobre ella, la chica notó la presencia de una persona en el corredor. Estaban en un hospital privado, que antiguamente había sido de su padre pero él le entregó la dirección a la mujer para que ejerciera en ello.

La mujer avanzó hasta quedar frente a su hermano que permanecía sentado y con la cabeza agachada. Sabía que no estaba dormido porque lograba notar en sus manos un leve temblor.

— ¿Estás seguro que no necesitas que te revise, Lawless?

— ¿Cómo está él?— la voz de Hyde fue áspera y deprimente. Lograba sentir lo cansado que estaba. Todos lo estaban.

— Logré controlar la hemorragia en su vientre a tiempo. La droga es lo que me preocupa.

— ¿Lo salvarás?— Lawless levantó un poco su mirada. A través de sus cabellos, Freya notó lo desanimado que estaba y decidió sentarse a su lado.

— Sabes lo fuerte que era la droga de nuestro padre, y los efectos secundarios que provocaba. Cuando la usaban en Ash, las sobredosis le afectó en el cerebro y Ash desarrolló demencia. La droga que está en el cuerpo de Mahiru lo está destrozando por dentro.

— ¿A qué te refieres? — Lawless giró a verla. Él conocía la historia de su hermano mayor con la droga, por lo tanto encontraba extraño que esa misma droga le esté afectando demasiado al castaño si sólo la usaron una vez.

— La droga fue directo a su corazón y contaminó su sangre. Está haciendo que varios de sus órganos comiencen a fallar, seguramente no encontró en qué sustentarse. Por eso está comiendo lo que encuentre a su paso... — La mujer se detuvo un momento y miró sus manos. Aún no se quitaba los guantes quirúrgicos, por lo que aún había sangre en sus dedos— La verdad es que no estoy segura si logre salvar a Mahiru.

— ¿Qué dices, Nee-san?— Freya se levantó cuando una enfermera le indicó que volviera a entrar a cirugía.

— Su corazón es su motor, y a estas alturas ya no servirá. La droga lo mató. Necesito hacerle un trasplante. Su cuerpo se debilita, y estoy tratando de depurar su sangre mientras llega el reemplazo para que la droga no siga avanzando. Pero si Mahiru no lo soporta en estas horas, va a morir — La mujer se detuvo un momento en el marco de la puerta, antes de volver a dirigirle una mirada al rubio — Deberías ir con Lily y World a la sucursal. Están haciendo labores de rescate y podrías infiltrarte fácilmente. Quizás podamos tener noticia de Ash más rápido.

La puerta volvió a cerrarse, y la tranquilidad en el pasillo volvió. Lawless bajó la cabeza nuevamente y miró sus manos. Tenía un leve temblor en ellas. Su ropa olía a sangre. Estaba sucio y cansado. En sí, el mismo estaba hecho un desastre a pesar de no haber hecho nada.

La sensación en su cuerpo era conocida. Ha pasado por esa situación miles de veces. Ha estado sentado en una silla para saber de sus hermanos cientos más. Pero algo lo hacía diferente en aquella ocasión. Quien estaba del otro lado de la puerta de cirugías, no era ninguno de sus hermanos. Esta vez estaba sentado sólo, esperando saber del bienestar de alguien más, mientras uno de sus hermanos estaba enterrado bajo tierra y quien sabe en qué condición.

¿Vivo o muerto? Esa era la pregunta que se hicieron los hermanos cuando llegaron al hospital hace ya unas horas, y todos los funcionarios médicos estaban corriendo de un lado a otro, atendiendo gente que se había visto involucrado en otro desastre.

Un atentado terrorista a una gran tienda comercial había ocurrido minutos antes, no muy lejos de la sucursal. Todos los hermanos comprendieron que ese atentado había sido obra de C3. Por ello la noticia principal había sido el lugar donde más víctimas se involucraron. Y no un gran edificio donde solo habían un par de personas dentro.

SNIPERWhere stories live. Discover now