Capítulo XIV A casa...

2.9K 386 244
                                    

Una vez más, Mahiru volvió a suspirar en ese estrecho abrazo. No sabía si llevaban un minuto o dos, pero sabía que era el tiempo suficiente para que su cabeza comience a divagar en fantasías. Una donde la calidez de Kuro era conciliadora y agradable, y él anhelaba ese contacto muchísimo tiempo más...

Tonto e ilusorio. Él quería la compañía de Kuro todo los días y a cada momento. Lo había invitado ya a casa, y él se sintió dichosos de la aceptación del chico.

Perderlo ahora, era una opción que no quería tomar.

Mahiru cerró sus ojos; pensando, buscando una idea o modo de alejar esos pensamientos pesimista de Ash. Pero un tonto malestar en su pecho le hacía creer que el poco tiempo que han estado juntos, no era suficiente razón para apaciguar la motivación de matar de Kuro.

Porque Ash se veía decidido. Algo le decía que por más que sus manos temblaran, el corazón y pensamientos de Kuro estaban ya listos para tomar esa orden, y acatarla.

Por más que le doliera. Ash estaba hecho y entrenado para matar.

Pero, también estaba ahí él y su terco temperamento para girar las cartas y hacerle ver a Kuro, que tomar esa decisión es equivocada. Y siempre. Siempre hay una ventana más por abrir. Si Kuro no lograba verla, él quería guiarlo a una salida.

Quería salvarlo. Quería ayudarlo...

— Kuro... — Le susurró abriendo sus ojos, pero sin alejarse — Yo te dije que cualquier inseguridad que tengas, puedes hablarlo conmigo y que yo esperaré hasta que estés listo. Pero sabes que ésta situación no puede esperar. Necesito saber qué pasa por tu cabeza ahora, Kuro.

En algún momento, Ash había cerrado sus ojos igualmente, y tan pronto Mahiru quebró la tranquilidad del cuarto, los entreabrió decidido a ignorar esas palabras.

— Si quieres saber qué pasa por mi cabeza ahora, te diré que quiero besarte.

Un segundo o dos, Mahiru se quedó aturdido viendo la mesita vacía de la comisaría mientras su cabeza reposaba en el pecho de Ash. Para después, muy lentamente, alejarse del abrazo y buscar la mirada contraría sin creer lo que acababa de oír.

— ¿Q-Qué...?— tartamudeó turbado.

— Querías saber, ¿o no?

Como si fuese lo obvio, la mirada de Kuro era demasiada seria y penetrante. Y Shirota repasó la frase una y otra vez, y con cada segundo, su rostro comenzó a enrojecer. Interiormente, su corazón dio un brinco estúpido y alocado, y comenzaron los nervios por su cuerpo desmoronándole los pensamientos.

— Yo... ¡No estés bromeando Kuro!

— No estoy bromeando — mintió.

— ¡No me cambies el tema! — Mahiru agarró de los brazos a Ash, buscando en su mirada la mentira descabellada del chico — Estamos hablando de un problema serio, no estés jugando— Mahiru calla cuando fue Kuro quien le agarró de los brazos esta vez.

— Mi petición también es seria, y no es un juego. Anoche me pediste un beso y te lo di— Mahiru quedó sin aire por la revelación— Ahora yo te pido uno.

— Yo no... no pediría una cosa así...

Kuro sonríe internamente al verlo confundido. Era lo que buscaba. Cambiar el tema, y alejar a Mahiru de ese problema para que no terminara haciéndose cargo. No necesita que Shirota meta sus narices en conflictos ajenos, y por culpa de ello, saliera lastimado.

No se lo perdonaría. Jamás.

El tema es distinto con sus hermanos. Y no es como si no le importara el bienestar de ellos. Pero Kuro confiaba ciegamente que cada uno podía defenderse muy bien, sólo o en compañía. Él no necesitaba estar detrás de sus sombras cerciorándose del movimiento que daban.

SNIPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora