Little Things » Niall Horan

By harryscinnamon

1.3M 83K 8.5K

HISTORIA GANADORA DE LOS PREMIOS WATTY 2014 Ganadora al "Mejor Fanfic de Niall" en los Premios WFA. ❝ ...Nunc... More

Sinopsis
Prólogo
I. She
II. You Can't Hide
III. Promises
IV. Shallow
V. Blackout
VI. Recover
VII. I'm Fine
VIII. Obsession
IX. You Da One
X. Reality
XI. Exception
XII. Versace
XIII. Runway
XIV. Impulse
XV. Blinded
XVI. Addicted To Love
XVII. Confession
XVIII. Farther Away
XIX. Time
XX. Clues
XXI. When You're Gone
XXII. I Can't
XXIII. Puzzle
XXIV. Out Of Control
XXVI. You're Perfect To Me
XXVII. Mess
XXVIII. Risks
XXIX. Epilogue
Nota de la autora (agradecimientos)
PREMIOS WATTY
¡Ganamos!

XXV. Confrontation

28.1K 2K 149
By harryscinnamon

Nota de la autora: capítulos dos días seguidos? Ah, soy genial (?) okno. Tan solo tenía inspiración y decidí escribir y adelantar un poco :) espero que les guste!

***

Punto de vista de Niall

-¿Qué tal resultó todo? -me preguntaba Harry esa misma noche. No pude contenerme a llamarlo. Él era el único que sabía respecto a la situación de Alyssa, y necesitaba conversar con alguien al respecto. Sabía que podía confiar en él, que ni siquiera dudaría en contestar mi llamada.

Me lancé de espalda a la cama, dejando mi mirada vagar perdida en el blanquesino techo.

-Una mierda, lo único que pude conseguir fue que mantuviera un par de cabritas en su estómago -solté molesto conmigo mismo, con mi ineficiencia-. La llevé a Applebee's e intenté que comiera, y lo hizo. Por un minuto creí que todo sería más fácil de lo que imaginaba, pero en cuanto llegamos al cine, no pasaron ni cinco minutos y Aly ya corría al baño -solté un suspiro e hice una pequeña pausa antes de retomar el habla- ¿Qué se supone que le dijera?

-Entiendo... -murmuró Styles, tan decepcionado como yo-. Que porquería de situación en la que estás metido, Niall.

-Lo sé...

-Supongo que lo único que te queda por hacer es hablar con ella, ¿No? -mis ojos se abrieron de sobremanera. ¿Hablar con ella?, ¿Enfrentarla? No.

-¿Qué? -pregunté con la voz temblorosa.

-A lo que me refiero es que no tienes otra alternativa, Horan. Si no puedes ayudarla indirectamente, tienes que hacerlo directamente -tenía sentido, de todas formas, sonaba jodidamente aterrador. Realmente temía por cómo reaccionaría Aly.

-¿Cómo lo hago? -estaba perdido, totalmente perdido.

-Habla con ella, dile que... No sé, que sabes de sus hábitos alimenticios. Explícale que está mal, que tiene que detenerse. No creo que ella esté consciente del daño que se está haciendo, hermano -explicó.

-Lo haces sonar tan fácil...

-Y no lo es, pero no tienes otra alternativa. Ánimo...

Esa noche dormí inquieto, intranquilo, molesto, y con pesadillas donde números, imágenes de una balanza y huesos se mezclaban en mi mente.

A la mañana siguiente, despertar fue algo así como un alivio. Con intenciones de distraerme un poco, fui a visitar departamentos ubicados en Manhattan, esperando que estuviesen lo más cercanos al de Aly. Tras mirar unos cuantos, finalmente me decidí a firmar por uno de ellos. Sabía muy bien que por lo que se me venía encima, lo más importante en mi vida se reduciría a estar cerca de mi novia, y que comprar un departamento amueblado parecía ser lejos la mejor ayuda y solución del momento.

Punto de vista de Alyssa

Esa mañana recibí un llamado de Anna Petrova para que me presentara con ella en su oficina en cuanto antes. Con la idea de que probablemente trataríamos algunos detalles del desfile, o que quizás incluso me pediría realizar un par de fotografías para la promoción de este. De inmediato me duché y me vestí, para llegar así lo antes posible al lugar.

En cuanto entré, me percaté de que Anna no se encontraba sola, sino que una joven chica se encontraba a su lado, vestía una bata blanca y llevaba un bloc de notas entre sus manos. ¿Qué diablos era todo eso?

-Buenos días, Alyssa -me saludó, Anna-. Toma asiento.

-Buenos días -le correspondí, obedeciéndole.

-Alyssa, te presento a Charlie Pritchard -la recién nombrada se me acercó para que estrecharamos las manos-. Charlie se encuentra aquí para ayudarme con ciertas modelos a las que he citado nada más para realizar una evaluación física de rutina -anunció, y pude jurar que de un minuto a otro, palidecí-. Así que por favor, desvístete y sube a la balanza.

Obedecí, sin sentirme incómoda del todo, aunque como siempre avergonzada. Subí a la balanza sin ser capaz de mirar, siendo demasiado doloroso para mí leer aquel número. Finalmente, escuché cómo la chica anunciaba el resultado final.

-Cuarenta kilos -tuve que contener el impulso de sonreír. ¡Tan solo estaba a cinco kilos de llegar a mi peso ideal!

Dirigí mi entusiasma mirada hacia Petrova, quien negaba con la cabeza gacha. ¿Qué diablos sucedía?

-Vístete por favor, Alyssa -me ordenó, y nuevamente seguí las órdenes de sus palabras, para luego tomar asiento frente a ella-. Retírate, Charlie, gracias.

Con un amigable gesto de la mano, Charlie se despidió de mí y salió de la habitación dejándonos a solas.

-Mira, cielo... Me temo que no podrás participar en el desfile de París -soltó.

"Mierda. Mierda. Mierda."

-¿Qué? -pregunté, como si lo que acababa de escuchar fuese un error. ¡Tenía que serlo!, ¡Tenía que ser un error!

-No puedes ir, Alyssa, no con ese peso.

Claro, una vez más, mi sobrepeso me limitaba, me rompía las oportunidades, acababa conmigo.

-Pero, Anna... -quise terminar la frase, mas no pude, ella me interrumpió. "Puedo bajar, puedo seguir bajando" quería decirle.

-Haremos una suspensión del contrato durante un mes, ¿Qué dices? Nadie tiene que enterarse. Necesito que corrijas este pequeño detalle, tú sabes bien a lo que me refiero -oh, por supuesto que no sabía. Por mi parte creía que me estaba pidiendo que continuara bajando, siendo que en realidad me estaba solicitando todo lo contrario-. Seguirás recibiendo tu sueldo, después de todo, es una decisión personal. De cualquier modo, debes corregir esto, Alyssa. Tienes que entender que no puedo mostrar a mis modelos así, no con ese peso...

Traté de tragarme las lágrimas que amenazaban por salir. ¿Cuándo diablos sería lo suficientemente perfecta para la gente a mi alrededor?

-N-no te preocupes... Yo me encargaré -le dije, poniéndome de pie. Ella me imitó acompañándome a la salida.

-Tranquila, cariño. No eres la única que le ha sucedido, ya van dos de tus compañeras con la misma historia. Tienes que saber que la marca las apoya totalmente, y que si necesitas ayuda, no tienes que dudar en pedirla.

-Gracias... -volví a decir, antes de salir por esa puerta, con todos mis sueños destrozados entre mis manos.

(...)

Volví a mi departamento completamente desganada, sintiéndome aún más cansada de lo normal, sumamente derrotada. Cada día la idea de que tenía que bajar de peso lo antes posible se adhería más y más a mi piel, especialmente en ese entonces que había perdido la oportunidad de modelar en París por culpa de ello. Tenía que mejorar, por mucho que eso significara empeorar.

Estaba dispuesta a pasar el resto del día en mi cama, bajo las sábanas y dormir durante toda una eternidad. Y así pretendía hacerlo, hasta que mi teléfono celular empezó a sonar a mi lado.

-¿Estás en casa? Voy llegando a tu departamento -anunció una voz. La única voz que me hacía bien escuchar.

-Sí... -dije en un suspiro-. ¿Qué ocurre?

-Tenemos que hablar, Alyssa -mierda. Eso no podía significar nada bueno. No, no mas drama por favor, no quería más problemas, ya había tenido suficiente.

-¿Ahora mismo? Niall, ¿Sabes? He tenido un día espan...

-No, preciosa -me interrumpió-. Esto no puede esperar un día más.

Fue la seriedad de su voz la que me obligó a acceder ante sus caprichos.

-De acuerdo, te espero.

Con pesadez, me puse de pie y me observé en el espejo. Mi rostro no tenía expresión ni color alguno, mas no tenía interés de camuflarlo con capas de maquillaje, no tenía ganas de verme bien. De todas maneras, aunque lo hubiese intentado, no lo hubiese logrado, pues cinco minutos después de haber cortado la comunicación con Niall, este estaba haciendo su estelar aparición en mi departamento.

-Hola -lo saludé con una sonrisa torcida en cuanto le abrí la puerta, confiada en que él me ayudaría a olvidar mis problemas. Me hice a un lado para dejarlo pasar, esperando recibir un beso a modo de saludo, mas él pasó de largo-. ¿Qué te sucede?

-Tenemos que hablar -repitió mortalmente serio, tanto como cuando me lo había dicho por teléfono.

Tal vez él no pudiese ayudarme a olvidar mis problemas, no esta vez. Tal vez él solo se fuese a encargar de enrostrármelos.

Punto de Vista de Niall

-Sí, eso ya me lo dijiste -replicó ella, con evidente incomodidad, tomando asiento en uno de los sillones del living-. Cuéntame entonces, qué es de lo que tenemos que hablar.

-Alyssa... Yo... -aún permanecía de pie, pasándome las manos por el cuello y la nuca, nervioso a más no poder-. Yo... ¿Recuerdas la cena de hace dos noches? -le pregunté, ella asintió- Bueno, te escuché...

-¿Escucharme?, ¿Escucharme haciendo qué? -quiso saber, extrañada.

-Te escuché vomitar... Otra vez -expliqué.

- Ajá, sí, lo siento, cariño, no quería decirte porque sé que... -excusas, excusas y más excusas, otra vez me iba a venir con la misma mierda de que se sentía mal.

-¡Basta, Alyssa! -exclamé, alzando la voz más de lo que habría esperado-. Basta -repetí, fijando mi mirada en la suya, tratando que por favor se detuviera-. Deja de mentirme ¿Quieres?

-No... No sé de qué me hablas... -murmuró, removiéndose en su lugar del sillón.

-¡Sabes perfectamente de lo que te hablo! No es como si la comida realmente te hubiese caído mal, o como si estuvieses enferma ¿Verdad? Tú te indujiste a hacerlo -la acusé, robándole una exclamación de sorpresa.

Mis ojos se tornaron vidriosos, cristalinos. Hacer esto me estaba costando la puta vida, me estaba costando todos mis malditos esfuerzos. No recordaba haber hecho tan jodidamente difícil en mi vida. Nada, absolutamente nada podía compararse con la experiencia de tener que enfrentar a la persona que tanto amas y que tanto se destruye.

Me acerqué hacia donde estaba, arrodillándome para quedar a su altura.

-No estás comiendo, princesa -murmuré, cogiendo una de sus delgadas manos entre las mías-, y si lo haces lo expulsas de inmediato. Lo hiciste en el cine también, ¿Recuerdas?

Ella me observaba estática, petrificada. En tanto, yo seguía intentando de superar ese nudo en la garganta, de mantenerme firme y ser el pilar que ella tanto necesitaba. Lo único que quería era que me explicara, que me dijera qué diablos le había sucedido en el camino de su vida como para terminar de esa puta forma.

-¿Por qué lo haces, preciosa?, ¿Por qué mierda te haces esto si eres tan perfecta? -mi voz se quebraba, y no había nada que pudiera evitarlo.

-Tú... Tú sabes bien porque lo hago -confesó finalmente, admitiendo cada una de mis afirmaciones-. Tengo que hacerlo, tú no me querrás si soy... Gorda.

-¿Gorda?, ¿Alyssa, te sientes gorda?, ¿Cómo mierda vas a sentirte gorda si estas esquelética? -desesperación y frustración, las dos emociones que obligaban a que mi voz temblara.

-No te burles -murmuró, liberando sus lágrimas, mientras que yo aún me contenía de hacerlo.

-Nunca en mi vida he hablado tan en serio, Alyssa -le advertí-. Y a mí no me importa tu maldito peso, Aly... Jamás me ha importado, yo te quiero por quién eres...

-No mientas... No lo hacías en Irlanda. Nunca podrías haberte fijado en mí -me sonrió con una amargura que pareció clavarme mil estacas una y otra vez.

-¿Qué?, ¿Lo dices en serio? -le pregunté, incrédulo-. Alyssa, yo te adoraba, tú sabes que siempre te defendí de lo que todos dijeron, yo...

-Hasta que llegó Amber el día que audicionaste para The X Factor, ¿No? Cuando empezó a molestarte con tu amiga, la gorda. ¿Recuerdas? -palidecí- ¿Lo recuerdas?, ¿"Alyssa es una gran persona"? Wow, que buena broma.

-Me escuchaste... -solté en un hilo de voz.

-¡Por supuesto que te escuché, imbécil! -exclamó, y esta vez, en la palabra imbécil no había ningún rastro de cariño.

-Eso fue una estupidez, yo lo único que hice fue reírme... -espeté, tratando de defender lo indefendible. Había sido un patán y lo sabía.

-¡Reírte de mí!, ¡De la muy estúpida que nada más quería anunciarte que se marchaba de Irlanda!, ¡Y vaya la sorpresa con la que me encontré! -Aly soltó su mano de mi agarre y se puso de pie-. La única persona en la que confiaba en este mundo era exactamente igual que el resto de los imbéciles de esa inmunda escuela. ¡Quién lo habría creído!

Guardé silencio.

-Por eso fue que... -todo parecía encajar a la perfección. Ella se había marchado sin despedirse, desapareciendo de un día para otro básicamente por mi culpa. Y del mismo modo, yo fui quien terminó empujándola a su propio abismo, yo acabé con su vida.

La había jodido. La había jodido como nunca antes.

-Perdóname... -murmuré, poniéndome de pie, y pasándome las manos por el rostro, al tiempo en que negaba con la cabeza tratando de procesar toda esa información-. Perdóname, perdóname por todo, perdóname por esa puta risa, por haberte hecho esto, por...

-¿Perdonarte? Niall, me heriste... Pero gracias a ti fue que pude abrir mis ojos -me sonrió, como realmente queriendo decir que no había nada que perdonar-. Gracias a ti fue que comencé mi dieta y por ti es que...

-¿Dieta? -repetí, desesperado por hacerla entrar en razón- ¡Alyssa, no estás comiendo ni una puta mierda!

-¿Vas a seguir burlándote de mí? -preguntó, casi espantada.

-Alyssa, no lo entiendes, yo...

-¡Vete!, ¿Quieres? Ya tuve suficiente por hoy.

-Aly...

-¡Niall, vete! -me gritó.

Con esas palabras, le dediqué una última mirada, sintiéndome la peor escoria del mundo. Quería explicarle todo, mas... Tanto ella como yo necesitábamos un segundo para respirar. Había hecho mi mejor esfuerzo, y había salido tan derrotado como el día anterior.

Me preguntaba si realmente tenía posibilidades de ganar esta dura batalla. De cualquier forma, no importaba, contra toda estadística, lucharía hasta el final para salvarla. Su vida estaba entre mis manos, era yo quien tenía el poder de decidir su destino.

Continue Reading

You'll Also Like

1.3K 137 6
Batman es el héroe, pero el tiempo pasa factura, la rutina tedia y puede llevarnos a dónde jamás pensamos llegar, para bien o para mal. Quizá tener c...
9.2K 547 54
¿Niñero? , ¿ Estás loco? ¿ Cómo voy a trabajar de eso ?... PROHIBIDO ADAPTAR COPIAR O ALTERAR LA NOVELA DERECHOS RESERVADOS
1.6K 165 8
Hailey Shiloh Birdwhitle ex-vencedora de los Septuagesimos terceros juegos del hambre con tan solo 17 años. [𝘛𝘩𝘦𝘩𝘶𝘯𝘨𝘦𝘳𝘎𝘢𝘮𝘦𝘴 �...
28.7K 1K 16
Cuidado con lo que deseas, algunos deseos si se pueden volver realidad. PS: NO ES MÍA, pero me encanto. TODOS LOS DERECHOS A SU AUTORA ORIGINAL. Y te...