SIEMPRE TUYA ©

By lauravaleno

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Engreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso... More

SINOPSIS.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo especial.
Capítulo especial ll parte.
¡Noticias!
¡SEGUNDA TEMPORADA!
Agradecimientos.

Capítulo 18.

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By lauravaleno

Habíamos llegado hace más de una semana de la luna de miel, me levanté de la cama y entré al baño, por suerte el closet estaba dentro del baño, así podía alistarme, hoy tenía que volver a la empresa a trabajar como siempre, aunque Gregg dijo que no era necesario, ya que era la esposa de Alexander, no quería quedarme aquí haciendo nada mientras esperaba a que llegara el de la empresa.

Hoy teníamos una cena con parte de la familia de Alexander, incluyendo un tío de él por parte de Anny que viene de Canadá, aunque en un principio no lo vi muy necesario, Gregg y Anny me insistieron mucho, ya que están muy contentos por presentarme como la nueva integrante de la familia.

Me despojé de mi ropa y decidí entrar a la ducha, el día estaba asoleado, así que disfrute mucho el baño, al terminar solo salí y me maquillé algo ligero, apliqué un poco de máscara de pestaña, brillo básico y un poco de sombras. Escogí algo formal, un pantalón ajustado color negro junto a blusa negra y una chaqueta a juego con el color del pantalón, me vestí rápidamente y cepillé mi cabello dejándolo en ondas pronunciadas, cepillé mis dientes y salí de allí.

Alexander aún seguía dormido profundamente, por lo que no quise despertarlo, así que tomé mis cosas y bajé, Isabelle se encontraba preparando el desayuno, por suerte me la llevaba bien con ella y era una gran persona, me trataba muy bien desde que llegue.

—Buenos días, nana —espeté saludando con una leve sonrisa.

—Buenos días, mi niña —asintió ella sonriendo.

—¿Te puedo ayudar en algo? —cuestione acercándome a ella amablemente.

—Oh, mi niña, no te preocupes por eso, Alexander dijo que no quería que tú hicieras tareas de la casa, menos ahora que eres su esposa —agregó amablemente.

—Ahora decide por mí —bufe mentalmente.

Respiré hondamente y quería matarlo, esperé a que Isabelle sirviera el desayuno y me senté en la mesa a desayunar, la comida estaba deliciosa, ya que ella cocinaba muy bien, el silencio se hizo presente y en verdad extrañaba tener a Aliah para hablar de nuestros días, poco después unos pasos inundaron el lugar, Alexander bajó y saludó a su nana, se acercó a ella dándole un beso en la mejilla mientras que me miraba curioso.

—Buenos días, nana —espeto él acomodando su corbata.

—Buenos días, mi niño, ¿quieres algo de desayunar? —cuestiono Isabelle mirándolo con una sonrisa.

—No, nana, la empresa está llena de trabajo y no tengo tiempo, comeré algo allá —respondió él mirándome.

—Por lo menos bebe un vaso con jugo, James Alexander —espeto su nana molesta.

—Está bien nana, solo porque sé que te enojas —respondió él a regañadientes.

Isabelle se marchó dejándonos en un silencio incómodo, terminé de desayunar y me levanté de la mesa dejando a Alexander a un lado, desde que volvimos de la luna de miel, lo noto, bastante extraño, lavé el plato y volví a salir, él aún seguía allí por lo que la nana de él me miro.

—Kaylee, ¿vas a salir algún lado? —cuestiono Isabelle confundida.

—Sí, Isabelle, voy a ir a la empresa, no quiero quedarme aquí haciendo nada —respondí sonriendo.

—Vamos entonces en mi auto —comento Alexander mirándome atento.

Asentí y tomé mi bolso, salimos de la casa y subimos al auto, el camino fue un poco incómodo y silencioso, al llegar Alexander aparco y bajamos, caminé rápidamente hasta el elevador para no tener que toparme con él, pero fue imposible, él se subió al mismo tiempo que yo, solo bufe mentalmente.

Cuando llegamos al piso 30, las puertas del elevador se abrieron y salí, todos nos quedaron viendo atentos, cosa que me incomodó, caminamos por el pasillo, primero yo y después Alexander, me senté en mi escritorio y Jessica se encontraba allí, al verme sonrió.

—Hola, Kay, es un gusto tenerte en la empresa nuevamente, pero esta vez como la esposa del jefe —comento ella sonriendo.

—Gracias, Jess, me hiciste falta — espeté con un tono alegre, en verdad la echaba de menos.

Alexander entró a su oficina y daba gracias a Dios que nadie había comentado nada, teníamos que fingir delante de los empleados, pero aún no era el momento, por lo que solo me dispuse a trabajar, el día transcurrió normal y bastante rápido para mi parecer, la mañana se basó en solo agendar las citas, crear la nueva edición de las revistas y llamar a los clientes, después organice la agenda de Alexander.

Dieron las 7:00 P.M., y era hora de irnos, tomé mi bolso y golpeé la puerta de Alexander con un poco de fuerza, espere hasta que él dio un "adelante" y entré; se encontraba con su vista clavada en unos papeles sobre su escritorio leyéndolos, subió su mirada al escuchar mis tacones en el suelo, camine hasta quedar a pocos metros frente de él.

—¿Me piensas llevar a casa o tomo un taxi para no molestarte? —cuestioné tajante, estábamos un poco molestos luego de que le reclame hace unos días por su comportamiento y repitiéndole que no podía estar con Alessa.

—Espérame afuera, ya nos vamos —respondió él, elevando los ojos al cielo, volviendo a mirar los papeles.

—Te espero diez minutos James Alexander, si no sales me iré sola —espete con seriedad caminando hasta la entrada de la oficina.

Él únicamente me miro sorprendido y salí de allí a paso firme, lo que menos quería era estar al lado de él en estos momentos, ya que me sentía un poco incómoda, me senté en mi escritorio y esperé a que él saliera de la oficina, Jessica se había ido ya por lo que quedábamos nosotros dos solos en la planta junto a los guardas de seguridad.

Poco después salió Alexander y me levanté acomodando mi ropa, bajamos al estacionamiento y nos subimos al auto, decidí irme en el asiento del copiloto, por lo menos el ogro no me dijo nada durante todo el camino, lo cual fue silencioso. 

Al llegar entramos a la mansión, estaba la familia de Alexander y otros miembros de ella lejanos, me acerqué a Anny y gregg para saludarlos, Alexander fue a saludar algunos de sus primos y tíos, tome la mano de Mía y la lleve hasta a la habitación de invitados para hablar de Alexander.

—Estoy nerviosa, en serio —dije entrando a la habitación.

—Kay, cálmate, solamente viene la familia a cenar —espeto Mía sonriendo tocando mis hombros para poder tranquilizarme.

—Lo sé, ya me calmaré —asentí con un tono de nervios mientras mordía mi mejilla.

—Bueno, ahora sí, no hemos tenido tiempo de hablar del viaje, cuéntame —comento ella con una sonrisa amplia.

Comencé a narrarle todo lo que había sucedido, desde la noche de bodas y hasta el último día del viaje, ella por supuesto se esperaba que Alessa estuviera en el viaje, pero le sorprendió saber que ella no estuvo en todo el viaje sino solo el día siguiente cuando llegamos, pero lo que más le sorprendió es que él estuviera en toda la luna de miel a mi lado, a mí también me tenía un poco pensativa eso.

—Esa vieja es una maldita perra, mis padres no pueden enterarse de eso, porque Alexander estaría en graves problemas —comento Mía suspirando.

—Lo sé, pero logré estar con él en todo el viaje, aunque pensé que sería difícil —confesé un poco pensativa.

—¿Por qué lo dices Kay? —cuestiono Mía confundida.

—Porque Alexander está enamorado de ella Mía, es algo obvio que ella estaría allá —espete con voz baja, ya que escuchamos a alguien en el pasillo.

Mía estaba un poco confundida, sabía muy bien que ella odiaba la idea de creer que su hermano siguiera con Alessa, pero yo no podía hacer nada pese a que soy su esposa, sus acciones son ajenas a mí, solamente sabia que si Alexander incumplía nuestro trato, dejaba todo hasta aquí, no iba a permitir que él jugara conmigo como se le diera la gana.

—No te preocupes, Kaylee, tienes mi apoyo incondicional y lo sabes —asintió Mía con una sonrisa.

—Gracias, Mía —sonreí un poco aliviada abrazándola.

Ella solo asintió y miré al techo, tenía que cambiarme para la cena, así que Mía me ayudó a escoger algo mientras me duchaba, dejo sobre la cama un vestido en chándal beige, junto a unos tacones blancos, terminé de alistarme y bajamos, la tensión se sentía en el ambiente, ya Mía estaba un poco molesta y lo sabía, lo que realmente me hacía sentir bastante incómoda, ya que yo fui quien le contó todo lo que había pasado en el viaje.

Durante la velada todos hablaban animadamente, ya fuera de negocios, de viajes y de otros temas, era algo normal que en la familia Harrison hablaran de esto a menudo, me levante de la mesa y fui a la cocina, tome un poco de agua mientras sentí como alguien me tomaba de mi vientre, voltee bruscamente para encontrarme a Alexander apretándome un poco a él.

—¿Sucede algo Alex? —cuestione mirándolo un poco curiosa.

—Mis padres ya se van a ir, deberías ir a despedirte —espeto mirándome atento.

—Ya voy a despedirme, estoy tomando algo de agua —respondí asintiendo.

Él asintió y salió de la cocina, deje el vaso sobre la isla y salí nuevamente hasta la sala, después de despedirnos de todos, Isabelle me brindo un postre, me senté en la isla mientras Alexander se había ido a acompañar a sus papás afuera.

—Está delicioso este postre Isabelle —espeté saboreando el limón.

—Es el postre favorito de Alex, cuando era pequeño cada fin de semana se lo preparaba con las galletas de chispas de chocolate que tanto le gustan —espeto ella sonriendo.

—¿Alexander siempre ha tenido ese temperamento que lo caracteriza? —cuestione curiosa.

—No, siempre ha sido lo contrario —espeto Isabelle mirándome; —Alexander siempre fue muy alegre, bastante carismático y unido a sus papás, pero todo cambio con la llegada de Alessa a la vida de mi niño, Gregg y Anny nunca estuvieron de acuerdo con la relación de ellos, yo tampoco, pero me mantuve al margen, ya que es la vida de Alexander, él es un adulto y sabe lo que hace —añadió con un suspiro.

—Es muy extraño el porqué nunca aceptaron esa relación, claro que ellos deben tener sus razones —comente terminando de comerme el postre.

—Quizás mi niña, pero eso solo lo saben ellos —asintió nana un poco indiferente.

—Tu comida es deliciosa, Isabelle, muchas gracias —espete levantándome de la isla y lavando los platos sucios.

—No es nada, lo hago con todo el cariño —respondió levemente sonriendo.

—Iré a dormir, descansa nana —me despedí con un leve abrazo.

Subí las escaleras y camine por el pasillo, entre a la habitación cerrando tras de mí la puerta, me despoje de mi ropa y decidí darme un baño con agua fria, aunque el día había sido bastante tranquilo, me sentía un poco cansada, me coloqué mi pijama y decidí llamar a mi mamá, por suerte contesto a los dos timbres.

—Kay cariño —saludo con un tono alegría.

—Hola mamá, es bueno escucharte —espeté con una sonrisa amplia.

—¿Cómo estás, hija, Alexander, está portándose bien? —cuestiono mamá un poco preocupada.

—Si mamá, todo está bien —suspire hondamente; —solo hemos estado ocupados con el trabajo y bueno con una cena que teníamos con la familia Harrison —añadí sentándome en la cama.

Mire la hora y eran casi las 11:00 P.M., Alexander se había ido hace más de una hora y aunque no quería imaginarme que estaría con Alessa, él sabía lo que pasaría, no sería tan idiota de poner todo en juego, aunque él sabía muy bien lo que hacía, deje mi celular a un lado cargando y me asome en el balcón de la habitación, la mansión de Alexander era bastante lujosa, tenía una piscina inmensa y grandes jardines, 8 habitaciones y una biblioteca enorme.

Salí al pasillo, en realidad no tenía mucho sueño, solo estaba un poco cansada, decidí bajar por un vaso de leche, así que camine hasta las escaleras, la casa era realmente grande, baje a pocas zancadas sobre mis pies y llegue a la cocina, puse un poco de leche en una olla para calentarla mientras miraba por la ventana, comenzó a llover por lo que sabía que hoy dormiría al menos un poco bien, la lluvia me relajaba bastante.

Tome el vaso de leche y me dirigí hasta la biblioteca, Alexander tenía bastantes libros allí, tome uno y mire que era un álbum de fotos familiares, desde que Anny y Gregg eran jóvenes, hasta donde Alexander, Mia y Dereck estaban pequeños, era tierno ver como se querían desde niños, tome mi leche tibia mientras miraba las fotos, sentí como abrieron la puerta y escuchaba unos pasos, quizás era Alexander que había llegado, decidí cerrar el álbum y dejarlo en su sitio, apague la pequeña lámpara sobre el escritorio, salí del estudio y deje el vaso en la cocina, los pasos se oían en el segundo piso, solo subí las escaleras para ver quien era, necesitaba hablar con Alexander.




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