SNIPER

By CuteDoll-Ran

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[ Servamp/ Yaoi/ AU] [ Sci-Fi/ Romance] [ Kuro/Mahiru] [Long-Fic] La guerra ha estallado y una de las zonas d... More

Capítulo I Sangre y destrucción
Capítulo III ¿En quién confiar?
Capítulo IV Aquel que un día conocí
Capítulo V Quiero escapar junto a ti
Capítulo VI No pierdas el control
Capítulo VII Un paso a la vez
Capítulo VIII Confiemos
Capítulo IX Mentiras y engaños
Capítulo X No me pidas hacer una locura
Capítulo XI Lo absurdo e innegable
Capítulo XII Una petición, una misión
Capítulo XIII C3
Capítulo XIV A casa...
Capítulo XV Aquella decisión
Capítulo XVI Mi verdadero motivo
Capítulo XVII No lo dejes escapar
Capítulo XVIII Persigue y destruye
Capítulo XIX Padre e Hijo
Capítulo XX Haz que mi voz llegue a él
Capítulo XXI Destrúyelo, en nombre de la guerra
Capítulo XXII Sincronízate, y lucha
Capítulo XXIII Esta es la realidad
Capítulo XXIV Es mi voluntad. Aquella que continúa
Capítulo Especial Al futuro que anhelamos

Capítulo II En esta ciudad del caos

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By CuteDoll-Ran

"¿Qué es esto?"

Mahiru se preguntó al momento en que lo bajaron del vehículo y lo posicionaron frente a un gran edificio. Una mirada rápida a su alrededor, y detalló el estado en que estaba la ciudad en donde lo habían llevado ahora.

"¿Qué ciudad es esta?"

Si bien Mahiru estaba de labores médica en aquella zona, él nunca tuvo su oportunidad de ver sus alrededores. Porque naturalmente, ha estado tres meses en el puerto Norden, y escasamente ha tenido días libres.

— Avanza—    un golpe en su espalda le hizo de mala manera avanzar. Aun seguía amarrado de manos, y notaba con molestia que su pierna derecha estaba seguramente herida, quizás producto del impacto que se dio contra la pared.

Lo llevaron dentro del edificio y Mahiru rápida y disimuladamente detalló su entorno, buscando salidas y posibles vías de escape. Pero sólo se encontró con varios pasillos enormes, y a cada tanta distancia, algunas puertas. ¿Ese lugar sería posiblemente un colegio? Porque de primera vista, aquella ciudad estaba destruida, y por los daños del lugar, tal vez llevaban sus varios días y semanas.

¿Por qué ellos nunca tuvieron noticias de que una de las ciudades cercanas había sido destruida?

...

Mantenía los sentidos alertas, pisando con cuidado pero moviéndose ágilmente. Aunque no había mucho por donde buscar y ver, el polvo en el aire aun era persistente, y él usaba su bufanda gris como cubre bocas.

Una mirada a la izquierda, y observó fugazmente como al final de esa calle las llamas aun estaban encendidas, dejando todo en cenizas, y destruyendo lo poco que aun quedaba en pie. Ash se encaminó a aquella zona, según el mapa, por esa dirección se encontraba el hospital.

Al menos esperaba encontrar al chico vivo, de lo contrario, ese sería un viaje gastado.

...

— Ayuda ahí. Atiéndelos.

La amabilidad no estaba en la lista de aquellos hombres. Mahiru sintió el fuerte empuje en su espalda al hacerlo avanzar y casi tropezar en el marco de la enorme puerta. Definitivamente, estaban en un destruido colegio, y lo acababan de llevar a lo que sería el gimnasio.

Y le golpeo mentalmente ver a gente en el suelo quejándose por dolores. Aunque eran todos hombres mayores, verlos sangrándose a la mayoría le removió algo en el pecho.

Tragando con dificultad, tomó en sus manos temblorosas unas pequeñas gazas y desinfectantes que estaban tirados en el suelo, y fue a ayudar y atender a esos tipos.

Claro que no era el único ayudando ahí. Habían chicas con cara de terror total en sus facciones apoyándose. Ellas parecían ser al igual que él, chicas secuestradas con el único fin de proveer a esos tipos de una atención medica más rápida y eficiente.

Se mordió los labios cuando se acercó a un hombre de mirada amenazadora pero con un brazo sangrando abundantemente.

— ¿Un hombre?, ¿no pudieron encontrar alguna hermosa chica?— Mahiru detuvo todo movimiento e intensión de atender a ese sujeto.

— Fue el único sobreviviente en el puerto, ¿que mas querías? — uno de los tipos que lo habían traído a ese devastado lugar habló.

— Alguna hermosura con pechos enormes quizás— Shirota hizo una mueca, orgullosamente podía dar media vuelta y atender a otro, pero instintivamente algo le decía que sería mala idea dar hostilidad. En especial cuando todos los sujetos allí presente poseía armas — miraré a otro lado y fingiré que es una hermosa chica quien hace el trabajo.

El brazo extendido en su dirección le dio la señal a Mahiru de proceder en su trabajo. No formuló palabras, ni mucho menos observó el rostro del sujeto. Solo tenía su mirada puesta en el brazo y utilizar sus dotes médicos para detener ese sangrado.

"Solo me pregunto si sigo cerca del puerto... o qué tan lejos me habrán llevado estos sujetos"

Aunque mentalmente se decía que idear un plan de escape sería un fracaso total teniendo en cuenta que no tenía a nadie de su lado, y estaba rodeado de enemigos. Para empezar, tampoco sabía precisamente hacia qué dirección correr.

Porque tampoco sabía a qué maldito lugar lo habían llevado.

Mahiru simuló mirar a su alrededor sin llamar tanto la atención. Habían sujetos en las puertas con unas enormes y pesadas armas, otros tanto estaban cerca de las ventanas, y suponía también que en el corredor habían más.

Definitivamente, correr sin un objetivo en mente solo detonaría su inminente muerte.

...

Soltó un suspiro. Mahiru no sabía con exactitud la hora, pero sentía que llevaba horas y horas trabajando. Se movía de un paciente a otro y no sabía realmente de dónde venían tantos hombres heridos, ¿Estarían en las cercanías de algún movimiento guerrillero? Porque no se explicaba cómo a cada minuto salían y entraba gente de aquel gimnasio.

"Estoy cansado"

Trabajar bajo presión y con ese miedo latente que ante algún movimiento en falso te dispararían, cada minuto, a Mahiru le gastaba un poco más de su energía. Una mirada a su alrededor, y las chicas que trabajan igual que él se veían agotadas.

No sabía cuánto tiempo llevaban aquellas muchachas sin descansar.

— Mira lo que haces, muchacho — una voz grave y rasposa le alerto que estaba derramando el desinfectante al suelo— ¿acaso quieres una bala en el cerebro?

— Lo siento.

Con rapidez termino de atender a ese hombre, y tomando sus implementos, se alejo para ir por otro, al menos, era la idea.

Pero fue cuando caminaba entre esos sujetos que sintieron un temblor en sus pies y un ruido de una explosión a lo lejos, Mahiru nuevamente creyó entrar en una especie de pánico interior. Todos en el gimnasio se levantaron alterados y prepararon sus armas para su desgracia. Las chicas enfermeras gritaron y él no sabía a dónde mirar para no gritar también.

— ¡Hicieron explotar la bodega Este!

— ¡¿Quién fue?! ¡Alguien sabe!

Para Mahiru, todo fue griterío y caos al ver a todos levantándose con armas y corriendo por los pasillos, dejándolos a ellos casi olvidados si no fuera por unos pares de hombres armados.

Los dejaron a los cuatro en una esquina y con clara señal que jalarían del gatillo si uno hacia un movimiento sospechoso. Y se mordió los labios. De entre los rehenes era el único hombre pero tampoco podía hacer algo para ayudar a aquellas chicas.

Solo le restaba esperar y ver qué sería de él en las próximas horas o minutos...

O segundos. Con algo de confusión, vieron a unos sujetos ingresar al gimnasio y saludar a quienes los custodiaban.

— ¿Y qué fue todo ese alboroto?

— Al parecer uno de los imbéciles del grupo Q10 se les olvidó apagar un cigarrillo, hicieron explotar la bodega. Pero el resto igualmente se fue a preparar para la línea de ataque.

— Que imbéciles, ¿quieren llamar la atención acaso? — Una corrida de risas le siguieron y Mahiru dudó unos segundos, viéndolos de ese modo, ellos no parecían hostiles.

— ¿Ahora tienen a un chico? — ante su mención, Mahiru levantó la mirada y se topo con una desagradable— Ya pasan de las tres de la madrugada, sería bueno si empezáramos nosotros, ¿no?

"¿Empezar?, ¿qué cosa van a hacer?"

Un terror le invadió cuando tomaron a las chicas primero, y luego a él del brazo.

...

Una explosión a lo lejos llamo su atención hace unos momentos. Kuro detalló con el binocular las lejanías, y las llamas eran incluso visibles desde la distancia. Suspiro con cierto fastidio al guardar nuevamente sus binoculares en uno de los bolsillos trasero.

— Me tomará cerca de una hora llegar a ese lugar.

Eran aproximadamente veintisiete kilómetros de distancia. Aun si corría, esperaba no encontrarse con algún inconveniente que lo retrasara. Y también, esperaba que en ese lugar estuviera definitivamente ese chico, porque llevaba cerca de veinte horas buscándolo, cuando en su misión le habían dado veinticuatro.

Simplemente no habían contado con que se llevarían al muchacho a otra ciudad.

...

Un fuerte gemido, y Mahiru sintió un desagradable escalofrió en su espalda. Lo habían llevado a un cuarto y separado de las chicas. Cada uno siendo custodiado por uno de esos guardias y tan pronto como las puertas se habían cerrado, esos lastimeros quejidos se hicieron escuchar.

Parecían crear eco en su aturdida cabeza mareándolo a cada tortuoso minuto.

— Oye — después de treinta minutos, el sujeto que compartía cuarto con él se digno a hablarle— no estés tan tenso. Al menos en mi turno, no te tocaré. No me van los hombres.

"¿Como quiere que no esté tenso... si a esas chicas las están violando?"

Apretando los puños, Mahiru hizo el intento de levantarse y salir de ese cuarto para ir al siguiente, porque no soportaba escucharlas a ellas gritando por ayuda y rogando que se detuvieran, pero el click de un arma hizo presión en su cabeza deteniéndolo a segundos de girarse.

— No está bien que te hagas el héroe, cuando no puedes ni defender tu propia vida, muchacho. Siéntate.

Mordiéndose los labios por la impotencia, Mahiru volvió a su lugar apoyándose en aquella pared, y el hombre que tal vez tenía sus treinta años volvió a acomodarse en su silla y sintonizar una radio. Todo sin dejar de apuntarle con esa arma.

— ¿Por qué hacen esto?— murmuró lo más calmadamente posible Shirota.

¿Por qué?, dices — de reojo, Mahiru miró al sujeto tomarse su mentón y pensar mientras miraba el cielo de la habitación— es una pregunta estúpida que todos nos hacemos aquí. Pero bajo tu perspectiva, nosotros somos los malos. Por lo que contarte que estamos protegiendo esta tierra olvidada por los altos mandos sería un desperdicio. Pero eso hacemos, protegemos a la gente de aquí, y ellos nos pagan con favores.

— ¿Eso los hace buenas personas? Secuestran mujeres y las violan— con algo de resentimiento, Mahiru llevó su mirada ámbar al sujeto. Y el tipo rió para el disgusto de Shirota. Una calada más a su cigarrillo, y el hombre dejó de apuntarle.

— Si. Posiblemente, si somos los malos. Pero de todas formas, en esta ciudad del caos, nadie te salvará. Para el mundo no eres nadie, para nosotros no eres nadie— El sujeto se acercó y bruscamente, tomó del rostro del castaño— Dime chiquillo. Tú, ¿para quién eres importante en esta devastada ciudad?

Y Mahiru lo sopesó. Estaba completamente abandonado y a merced de aquellos hombres. Apenas podía ejercer una defensa propia ante un ataque. Y sabía muy bien, que si se le presentaba la oportunidad y un arma llegaba a sus manos, él la tiraría al suelo. Era médico. Él salvaba vidas... no las quitaba.

— Clamar por ayuda no te servirá de nada. A ellas no les ha servido en los seis meses que han estado aquí. ¿Crees que tú serás beneficiado con algo? Ni siendo hombre te salvará de lo que a ellas les están haciendo.

Y la puerta se abrió con brusquedad e hizo saltar a Mahiru cuando interrumpieron esa arisca charla.

— Oh, y parece que tu turno ha llegado. Buena suerte chiquillo — aquel hombre salió del cuarto para dejarlo solo en compañía de otros dos.

Instintivamente, había retrocedido y se preparó mentalmente para golpear a los tipos en cuanto se acercaran más, pero no contó que uno de ellos, sin previo aviso alguno, le propino una certera patada en plena sien. El golpe lo tumbo al suelo dejándolo bastante aturdido y adolorido.

— Oye, tampoco te sobrepases.

— El mocoso iba a huir, viste su mirada.

En la lejanía, Mahiru sintió el click del pestillo de la puerta, y comprendió que había quedado completamente encerrado. Después, sus manos fueron apresadas sobre su cabeza con brusquedad y se quejó.

"Huye... tengo que huir"

Tembló con horror cuando un cuerpo sobre él se cernía con descaro, e inconscientemente, cerró las piernas para bloquearle el paso.

— Apuesto que nunca has tenido sexo con un hombre, muchacho.

Casi sollozó cuando las rudas manos de uno de ellos fue a parar a sus rodillas, recorriéndolas y presionando las uñas como si quisiera lastimarlo sobre la ropa, y terminó de espantarse cuando el cinturón de sus blancos pantalones fue jalado y su prenda arrancada con violencia.

Hubiera gritado pero una mano carnosa se poso en su boca asfixiándolo. Y abrió sus ojos con pánico ante la sonrisa burlesca del sujeto entre sus piernas. Aun seguía con su ropa interior y su camisa blanca, pero de ésta, botón por botón, fue desplegada con una lentitud que su pulso se aceleró con brusquedad.

— Woh, para ser un chico tienes una piel muy linda cariño.

Gritó ahogado cuando un mordisco en su cuello fue terriblemente doloroso, y sus piernas las separaron con tal brutalidad que sintió que algo se desencajó. Un dolor punzante se instaló en sus caderas, y desesperado trató de soltarse de sus muñecas cuando una mano del hombre sobre él viajó con descaro total hacia su ingle.

— ¡Ya Deténganse!

Gritó cuando solo logró liberar su boca del agarre, y su mundo se detuvo cuando el sonido aterrador del cristal de la ventana se hizo añicos, y la sangre cubría su rostro presa del pánico total.

Como si hubieran atravesado una fruta, la cabeza del hombre sobre él tenía un agujero entre ceja y ceja, y la pared detrás de ellos totalmente manchada del liquido carmesí. Mahiru quedó estupefacto ante la visión del cuerpo inerte que cayó sobre él.

— ¡Que demo— !

Un sonido limpio hizo el segundo impacto de una bala al cruzar por el mismo agujero del ventanal e ir directo hacia la cabeza del otro captor.

Mahiru tembló completamente al sentir el leve silencio en el cuarto y con dos cadáveres cerca, hasta que la misma radio del primer guardia se hizo sintonizar, y una voz grave se escuchó.

"Mahiru Shirota, tienes diez segundos para salir por la ventana y dirigirte a la calle principal"

— ¿Qué...? — Shirota trato de levantarse aun alarmado y preguntándose por leves segundos el qué hacer al mirar la cantidad de sangre en el cuarto.

"Siete segundos"

La voz del sujeto en esa línea y los pasos acelerados afuera del cuarto le alentaron a terminar de levantarse y abrir la ventana. Suerte que estaban en un primer piso, y se quejó cuando sus piernas pasaron por ese umbral y casi tropieza al bajar.

Y se echó a correr.

Aun si sus caderas quedaron resentidas, aun si su garganta ardía cuando trató de gritar, aun si se sentía física y emocionalmente cansado. Solo quería correr de ese lugar e ir hacía su posible salvador. Solo quería alejarse y huir de esa horrible ciudad.

Porque estuvo a punto de ser abusado, y su cuerpo aun temblaba del miedo y pavor por la repulsión de aquellos sujetos sobre él.

Bastante cansado llegó a la calle y volvió a tropezar por sus cansadas piernas, y esta vez, simplemente se dejo caer. Ya no daba más, hace unos segundos había empezado a llorar y no podía controlar los temblores en su sistema.

Aun cuando mentalmente se decía que debía levantarse y seguir corriendo porque seguramente sus captores ya se habían enterado de su fuga y la baja de dos de sus hombres.

"Pero no puedo más..."

Y fue cuando llevó su mirada a sus manos y constatar la sangre en ellas, que sintió pasos. Con lentitud, buscó el origen de ellas y a los metros de distancia, un chico se acercaba a él con una mirada que destilaba peligro, e irónicamente, aquellos ojos le transmitieron seguridad.

Un parpadeo y ese sujeto estaba frente a él y su ambarina mirada se tornó borrosa al querer detallar el arma de fuego que el chico poseía en sus manos.

— Oye, no te desmayes ahora — Aun cuando hizo un esfuerzo, simplemente sus orbes querían descansar, y se permitió cerrarlos y dejarse llevar por la oscuridad — serás un dolor en el culo, Mahiru.

::: *** :::

Me tomó bastante tiempo terminar el capítulo~ suerte que había avisado la posible tardanza en cada uno de ellos xd 

Espero que les haya gustado este capítulo, el próximo trataré de sacarlo antes~~

Besitos! Bye Bye~~ 

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