SIEMPRE TUYA ©

By lauravaleno

7.8M 365K 25.1K

Engreído, prepotente y frío, pero sobre todo un empresario millonario sexy que arrasa con todo a su paso, eso... More

SINOPSIS.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo especial.
Capítulo especial ll parte.
¡Noticias!
¡SEGUNDA TEMPORADA!
Agradecimientos.

Capítulo 7.

153K 7.1K 535
By lauravaleno

Estaba sentada terminando de acomodar la carpeta con las cláusulas del contrato, claramente no firmaría alguno que Alexander quisiera poner a su favor y yo salir perdiendo yo como una vil tonta, eso sería algo muy idiota de mi parte.

Una gran pelea proveniente de la oficina del ogro hizo que me quedara estática mientras escuchaba a Alexander pelear con Alessa en su oficina, solo podía oír atenta lo que estaba pasando a pocos metros de mí.

—Alexander, ¿cómo es posible que te cases con alguien más que no sea yo?, ¿acaso ya no me amas?, ¿dónde quedó nuestro compromiso?, ¿todo lo que me prometiste? —cuestionó ella molesta.

—Alessa, créeme que esto no es fácil, pero debemos acabar con esto —respondió él a gritos.

—¿Quién es la zorra con la que te vas a casar? —cuestiono sulfurada.

—Eso no viene al caso, solo quiero que sepas que me voy a casar muy pronto —respondió Alexander con un tono más calmado.

—Claro que viene al caso, dañó nuestra relación, por última vez Alexander, ¿quién demonios es la zorra con la que te vas a casar? —preguntó ella de nuevo sulfurada.

—Es Kaylee, mi asistente —respondió, sin tapujos.

—Con que la zorra de tu asistente, ¿cómo puedes hacerme esto? —cuestiono ella enojada.

Sentí unos pasos cerca de mí y luego la puerta de la oficina de Alexander se abrió para dejar ver a una Alessa hecha una furia, sus ojos destilaban odio y caminó hacia mí tomándome de la muñeca con fuerza.

—Creo que ya estás feliz porque me quitaste a mi novio, maldita zorra —gritó tomándome de la muñeca aún más fuerte, llamando la atención de todos.

—Usted no tiene ningún derecho de venir a gritarme y menos de llamarme como se le dé la gana, le exijo que me respete —respondí enojada mientras me zafaba de su agarre con fuerza.

—Eres una zorra, así que no te las quieras venir a dar de digna mosquita muerta, sabes muy bien que lo eres y créeme que esto no se queda, así —respondió ella aún más enojada.

—No soy ninguna zorra, tú no eres quien para decirme así —escupí enojada mientras deposité una cachetada en su mejilla.

—Eres una zorra, ¿cómo te atreves a golpearme? —cuestionó ella regresándome la cachetada.

—Vete al demonio —chille enojada, empujándola lejos de mí; —no tengo por qué darte ninguna explicación de mi vida —vocifere con mi voz agitada.

—Esto no se queda así, me las pagarás, maldita zorra —gritó enojada.

—Haz lo que quieras, total, no te tengo miedo —respondí desafiante mientras masajeaba mi muñeca.

—Este no es lugar para pelear chicas, Alessa es mejor que te vayas —escupió Alexander bastante serio.

—Tú cállate, idiota —dijo Alessa enojada depositando una cachetada sobre el rostro del ogro.

Ella solo se marchó dejándome atónita y vi como Alexander se encerraba en su oficina, respire hondamente para tomar mi rostro entre mis manos para tratar de calmarme, en verdad todo esto era una locura y no era para menos, mañana sería la gala, ya era viernes así que tomé un respiro y recobré mi compostura para poder calmarme, terminé mi día de trabajo con todo hecho un caos.

Entre la oficina de Alexander, él no se encontraba allí, por lo que dejé la carpeta con las cláusulas sobre el escritorio y firmé mi parte, salí de la oficina y miré el reloj, eran más de las 7:00 P.M., por lo que estaba algo cansada y quería volver a casa, salí del elevador mientras me despedía de las chicas de la recepción, el frío chocó mi rostro, solo bufé mentalmente pensando en el rostro que haría Alexander cuando le echara un vistazo al contrato que yo había hecho, no le gustaría para nada.

Caminé pocos metros cuando vi un auto más adelante estacionado, era el auto de Alexander sin duda alguna, me detuve en seco mirándolo desafiante, ya que era el mismo auto de mi ventana hace algunas noches, era él quien estaba afuera estacionado de mi apartamento.

Enarque una ceja sorprendida, él se bajó del auto y caminó hasta mí, lo miré sería mientras él solo me miraba atento, analicé cada paso suyo y él más se acercaba a mí más aún, yo solo pude morder mi labio inferior un poco nerviosa por su cercanía.

—Srta. Williams, tenemos que hablar, quiero entregarle algo —comentó él mirándome, solo pude mirarlo un poco desconfiada.

—Lo escucho Sr. Harrison —asentí incómoda.

Me extendió una caja con un hermoso collar dentro de ella, me sorprendí y solo negué un poco ofendida por su actitud, ya era bastante por un día como para tener que lidiar con él en estos momentos.

—No es necesario que me regale nada, puede dárselo a otra persona si así lo desea —se lo estire en su mano muy molesta.

—Srta. Williams, esto es un regalo de mi madre —confeso mirándome, pero su tono era un poco más suave.

Abrí los ojos de par en par y tomé la pequeña caja, aunque no quería recibirle la cajita, lo hice solo por saber que era un regalo de Anny, la abrí y en él había un hermoso brazalete con las iniciales K y H, sabía que significaba Kaylee Harrison, así será mi apellido una vez me case con Alexander.

—Gracias Alexander —asentí levemente agradecida.

—Quería preguntarle donde dejó la carpeta con sus cláusulas —me miró dubitativo mientras acomodaba sus manos en su chaqueta.

—La acabo de dejar en su escritorio, por si desea verlas —lo miré un poco nerviosa.

—Iré por ellas, las discutiré con usted en unos días —me informó.

Asentí y comencé a jugar con mis manos un poco ansiosa, volteé mi mirada hasta su auto y mordí mi labio, no quería estar con él a solas, menos en estos momentos.

—Debo irme —comenté nerviosa.

Él asintió y paré un taxi, me subí y tomé rumbo a casa, una vez llegué, subí, entré y se sentía un silencio, en verdad extrañaba a Aliah, sabía que ella no estaría de acuerdo con esta locura de la boda, pero qué más daba ya le había dado mi palabra al Sr. Harrison de que me iba a casar con Alexander, había firmado mis cláusulas y yo nunca rompo una promesa.

Copito se acomodó a mi lado cuando me tire en el sofá a descansar un rato, miré mi bolso y tomé la caja que el ogro de Alexander me había entregado, la abrí y pude observar el lindo brazalete.

—¿En realidad es un regalo de Anny o el mismo me lo regalo? —cuestioné un poco pensativa.

Dejé la caja sobre mi mesita de noche y me senté en la cama muy cansada, no quería pensar aún en lo que se avecina, sabía muy bien que a partir de hoy mi vida no iba a ser la misma.

El día comenzó como ninguno otro, estaba muy emocionada, ya que hoy era la gran gala, habrá grandes empresarios de todo el país, es más bien una premiación a la mejor empresa del año en la industria de la publicidad, esperaba que ganara Industrias Harrison como en los últimos dos años.

Me levanté y me dispuse a ducharme, estaba algo cansada, así que tome una ducha de agua fría para despejarme, al salir de la ducha cepille mis dientes, mi cabello y aplique un maquillaje ligero, salí directo al closet y me vestí con unos jeans, tenía que buscar el vestido para esta noche e ir a la peluquería, ya que quería estar impresionante, tenía que ser la digna prometida del flamante CEO, Alexander Harrison.

—Muy digna —negué con amargura mientras me miraba en el espejo.

Al estar lista salí directo a la cocina, prepare unas ricas galletas con chispas de chocolate junto a unos huevos con frutilla y zumo de naranja mientras escuchaba música y bailaba con Copito al ritmo de esta, desayuné rápido y arreglé la cocina, tomé mi bolso y bajé, mi auto aún lo estaban arreglando y demonios sí que necesitaba uno, pero aún no tenía el dinero para comprar otro.

Tomé un taxi y le pedí al conductor que me dejara en el centro comercial, pagué y entré a las tiendas, miré bastantes vestidos de coctel y ninguno me gustó, miré vestidos largos, cortos, término medio, pero aún no sabía cuál debía utilizar, decidí llamar a Jessica porque no sabía cómo debía ser el vestido.

—¿Kaylee? —pregunta ella del otro lado.

—Sí, Jess, solo quería saber si me puedes ayudar con algo —espete mordiendo mi mejilla.

—Sabes que si, ¿qué sucede?, ¿estás bien? —cuestiono con cierto miedo.

—Si estoy bien, quería saber si me aconsejas un vestido para la noche, sabes que soy pésima al momento de escoger un vestido —comente derrotada, ya que era verdad, soy pésima para elegir un vestido, me gustan todos.

—Claro Kay, voy y te ayudo a escoger un lindo vestido, igual también necesito comprar uno para esta noche —espeto ella con un tono de alivio en su voz.

—Está bien, te espero en la entrada del centro comercial —asentí sonriendo. Colgué la llamada y caminé hasta la entrada para esperar a Jessica, me senté en un pequeño muro que había allí y mi celular comenzó a sonar de la nada.

—¿Hola? —cuestioné, ya que era un número desconocido.

—¿Kay?, ¿mi pequeña hermana? —contesto Chris, mi hermano mayor.

—¿Hermanito? —pregunté llevando una mano a mi boca.

—Sí, soy yo —respondió él con un tono entre cortado

—Qué alegría escucharte, hermano, ¿cómo estás?, ¿todo está bien? —pregunté emocionada con lágrimas en mis ojos.

—Kaylee, lamento ser portador de malas noticias, pero papá se ha puesto algo delicado de salud y vamos a visitarlo —comentó con un tono melancólico en su voz.

—¿Que tiene papá? —pregunté con un dolor en mi pecho.

—Tuvo una recaída, al parecer está sufriendo del corazón y no se está alimentando bien, por lo que me dijo mamá —confeso con un tono preocupado.

—Demonios, Chris, tengo que viajar a Londres, tengo una noticia que darles y quiero que ustedes sean los primeros en enterarse mañana mismo —dije triste por el estado de salud de papá.

—¿Has hablado con mamá?, ¿qué noticia?, ¿estás embarazada? —preguntó con sorpresa en su voz.

—No Christopher —respondí cortante; —y no, no estoy embarazada, es otra cosa que quizás se van a alegrar —continué un tono de nervios por como reaccionaria mi familia.

—Kaylee, hace muchos años mamá y tú no se hablan, quiero que estén bien, recuerda que pronto nacerá mi hijo Oliver y quiero que estemos juntos —comentó enojado.

—No prometo nada Chris, recuerda que fue ella quien quiso que las cosas pasaran así después de que no me apoyo con mi carrera —respondí bufando.

—Ella lo lamenta Kay, hablamos al rato, te amo y recuerda que debes dejar de ser tan orgullosa hermanita —comento él regañándome, sabía que yo era muy orgullosa.

—Saludos a Sam y a Oliver, también te amo —espeté sonriendo para mí misma.

—Adiós, pequeña —dicho esto colgó.

Suspire hondamente y miré a Jessica que venía a lo lejos, me levanté y caminé hacia ella y la abrace para saludarla, ella solo respondió a mi gesto genuinamente.

—¿Lista? —preguntó ella sonriendo.

—Sí —respondí un poco triste, enganché mi brazo al de Jess y entramos.

Christopher tenía razón, yo era muy orgullosa, pero él debía ponerse en mi lugar cuando fue mi madre quien quiso que las cosas pasaran así, ella jamás quiso ayudarme con mi carrera de publicidad, jamás se interesó en algo mío, por lo que me echó de casa cuando apenas cumplí dieciocho años, después me fui a vivir con una de mis abuelas, Elizabeth, mientras terminaba mis estudios universitarios gracias a qué papá me apoyó económicamente.

Caminé con Jessica a una tienda a la cual no había entrado y los vestidos eran preciosos, pero mi padre no salía de mi mente, tenía que viajar a Londres y claramente quería que mi padre me entregara el día de mi boda, así mataría dos pájaros de un solo tiro, les diría a mis padres que me casaría con Alexander y visitaría a mi familia. Mis ojos se posaron en un vestido, era color rosa dorado, estaba sobre un maniquí perfectamente puesto.

—Kay, ese vestido está precioso —comento Jessica mirándome atenta.

—Es el que me llevaré —asentí en forma de afirmación, sonriendo.

Sin pensarlo dos veces le pedí a una chica el favor de que dejara medirlo, cuando lo hice me enamore de este hermoso vestido, se acentuaba a mis caderas y sobre todo a mi busto, era de largo hasta el suelo y tenía destellos. Tras salir de las tiendas decidimos ir a comer algo, pedí un batido de vainilla junto a una dona, nos sentamos en la cafetería y Jessica me miró un poco insistente.

—Anda, dime que pasa Jessica —fruncí el ceño con un poco de curiosidad.

—¿Es verdad que te vas a casar con el jefe Kaylee? —cuestionó curiosa.

—Sí, pero es algo largo de explicar —asentí incómoda.

—Kay, no entiendo por qué te vas a casar con el jefe si apenas se conocen, además es algo muy extraño —dijo ella mirándome confundida.

—Jess, escucha, sé que es algo loco, pero ahora no puedo decirte nada, más adelante te explicaré todo —comente en un susurro.

Ella asintió muy confundida y llegó el pedido, nos dispusimos a comer en un silencio incómodo hasta que Jessica solo decidió romperlo al fin.

—Solo espero que estés tomando una buena decisión, eres una gran amiga y no quiero verte sufrir más si es por él —tomó mi mano en un apretón en forma de apoyo.

—Ten por seguro que no voy a sufrir, estaré bien —sonreí melancólica.

Sabía muy dentro de mí que eso iba a ser imposible por el hecho de que estaré atada al ogro para toda la vida y sabía bien que no haría de esta nada fácil. Tras terminar de comer salimos de la cafetería, nos dirigimos por las calles cerca al vecindario vecino de la empresa. En el camino Jessica se fijó en una tienda de zapatos, entro a comprar un par mientras yo solo pensaba en lo que ella me había dicho.

"Solo espero que estés tomando una buena decisión", aquellas palabras retumbaban en mi cabeza.

Continue Reading

You'll Also Like

13.6M 1.3M 26
"Sempiterno: una vez empezado, no tiene fin." Este libro es la segunda parte de Etéreo, que está disponible en mi perfil :)
2.5M 153K 79
TERCERA PARTE DE "Eres mía, preciosa" Después de todo lo sucedido en la vida de Mía y de Marcos, parece que el amor ha ganado... ¿O todavía es muy p...
29.2M 2.2M 43
Emily Malhore es hija de los perfumistas más famosos del reino de Mishnock. Su vida era relativamente sencilla, pero el destino le tenia otros planes...
452K 61.8K 39
Los contrataron para arruinar una boda, pero desataron el caos en la iglesia equivocada. *** En el subsuelo de una inofensiva cafetería de gatos se...