Little Things » Niall Horan

By harryscinnamon

1.3M 83K 8.5K

HISTORIA GANADORA DE LOS PREMIOS WATTY 2014 Ganadora al "Mejor Fanfic de Niall" en los Premios WFA. ❝ ...Nunc... More

Sinopsis
Prólogo
I. She
II. You Can't Hide
III. Promises
IV. Shallow
V. Blackout
VI. Recover
VII. I'm Fine
VIII. Obsession
IX. You Da One
X. Reality
XI. Exception
XII. Versace
XIII. Runway
XIV. Impulse
XV. Blinded
XVI. Addicted To Love
XVII. Confession
XVIII. Farther Away
XX. Clues
XXI. When You're Gone
XXII. I Can't
XXIII. Puzzle
XXIV. Out Of Control
XXV. Confrontation
XXVI. You're Perfect To Me
XXVII. Mess
XXVIII. Risks
XXIX. Epilogue
Nota de la autora (agradecimientos)
PREMIOS WATTY
¡Ganamos!

XIX. Time

30.9K 2.2K 249
By harryscinnamon

Nota de la Autora: juro por mi vida que no estaba en mis planes actualizar, pero la necesidad de escribir nunca me falta, además... ¡Little Things llegó a los 2.500 votos! So, decidí hacer una pausa a las vacaciones y escribir un poquito :). En fin, aún me quedan dos semanas acá en Europa, así que no se ilusionen ni crean que subiré con normalidad, porque no será así (les juro que me costó millones escribir este capítulo).

En fin, eso es todo, disfruten el capítulo. Ah, y de paso, quiero pedirles que por favor pasen por mi nueva fanfic "B-side", protagonizada por Zayn :). Se los agradeceré millones, me tiene demasiado entusiasmada esa nueva historia. Ahora sí las dejo leer, gracias x.

***

Lunes por la mañana, y desde ya sentía que iba a explotar de la alegría. La amplia sonrisa que se dibujaba en mi rostro se debía única y exclusivamente al hecho de que, esa tarde, Niall llegaría a Nueva York. Y tenía que admitirlo: extrañaba al rubio a más no poder, y escuchar su voz por teléfono ya no era suficiente. Quería verlo frente a frente, abrazarlo, reírme con sus bromas y sentir que nuevamente estaba con mi mejor amigo. Oh, probablemente empezaba a volverme extremadamente cursi, mas ya no tenía demasiadas personas a mi alrededor en las que pudiese confiar, mucho menos desde que había dejado a Bradley.

De este modo, hice todo lo posible por iniciar mi día con el pie derecho, llegando rebosante de entusiasmo al estudio en donde realizaría una nueva sesión de fotos para la marca. Y así fue como transcurrió lo que parecía ser una mañana como cualquier otra, hasta que tuve la "fortuna" de cruzarme con Anna Petrova, quien hacía su aparición en el lugar para ir a verificar qué tal iban las fotografías hasta el momento. En realidad, generalmente, su presencia no me molestaba, muy por el contrario; pero esta vez hubo algo que logró incomodarme lo suficiente como para fastidiarme.

-Hey, Alyssa -se me acercó, mientras esperaba a que me llamaran para ser fotografiada junto con dos modelos más-. ¿Estás bien? -preguntó más confidentemente, observándome atentamente. Extrañada por su preocupación, asentí-. Mm... Creo que deberías ir a comer algo, te hará bien.

Fueron esas últimas palabras las que me cayeron como un balde de agua fría.

¿Comer? Quizás. En realidad, mi estómago llevaba bastantes días rugiendo sin parar, reclamándome algo de comer. Sin embargo, ¿De qué diablos me serviría a esas alturas? Ya estaba tan cerca de mi meta que parecía una completa pérdida de tiempo, me resultaba mucho más fácil comprar algo de goma de mascar para engañar a mi estómago. Además, ¿Quién demonios se creía que era? Ok, de acuerdo, era mi jefa, mas eso no le daba derecho para entrometerse en mi vida personal.

Con los ánimos invertidos, acabé la sesión y regresé a mi departamento, e inevitablemente me fui directo a la cama. Si bien mi plan inicial había sido prepararme para ir al gimnasio, en ese entonces aquella idea me parecía imposible, irrealista y agotadora. Sentía un peso sobre mis piernas -probablemente el mío- que no me permitía seguir en pie.

(...)

Fue el sonido de mi celular el que consiguió sacarme de mis sueños. Somnolienta, cogí el aparato entre mis manos para verificar a qué se debía la alerta. Era Niall, quien me preguntaba la dirección de mi departamento, anunciando así mismo su llegada a Manhattan. Rápidamente, le respondí y me levanté para ir al baño. Fijé mi atención en mi rostro, ignorando el resto de mi cuerpo. "Dios mío", hasta yo misma era capaz de percatarme de lo mal que lucía mi rostro, de la palidez que tenía. Necesitaría una cantidad infinita de maquillaje para verme relativamente decente para Nialler. Y entonces, radicalmente, cambié mi expresión a la misma torpe sonrisa que había tenido durante toda la mañana.

Niall. Estúpido Niall. Mi mejor amigo... El mismo que me había besado, y al que me moría de ganas de volver a besar.

"Basta, Alyssa", me dije a mí misma, sacudiendo la cabeza, como tratando de espantar esos pensamientos tan... infantiles y adolescentes.

Traté de concentrarme en aplicar la base y el rubor en mi rostro, logrando resultados positivos para disimular mi aspecto. Coloreé mis labios con un labial de un precioso tono coral, y delineé mis ojos, tratando de entregarles más vida. En cuanto a la ropa, tenía absolutamente claro que nunca encontraría algo que luciera bien, a pesar de ello, traté de hacer mi más mediocre esfuerzo; jeans ajustados y un sencillo polerón morado que me protegiera del frío. Dejé mi cabello caer libremente por mis hombros, buscando un aspecto casual aunque no tan despreocupado.

Al cabo de unos minutos, el conserje llamaba por el citófono para anunciar la llegada de Niall.

*** Punto de Vista de Niall ***

Toqué el timbre y permanecí quieto frente a la puerta, esperando impacientemente a que esta se abriera. En tanto, mi mente se torturaba a sí misma preguntándose cosas del tipo: ¿Cómo se supone que la salude ahora?, ¿Qué tengo que decir?, entre otras tantas. Y es que ya había creado tantos escenarios en mi cabeza, junto con tantos supuestos, que ya ni sabía qué diablos iba a hacer. Suspiré, revolviendo mis cabellos con una de mis manos, y entonces fue que se abrió la puerta.

Y todo se volvió como en esas estúpidas comedias románticas que solíamos ver con Louis cuando nos encontrábamos en medio de un tour. El mundo se detuvo. Por una milésima de segundo, mi corazón se detuvo.

Nos miramos y nos sonreímos uno al otro. Junto a ello, unos jodidos e irrefrenables deseos por besarla nuevamente empezaban a aniquilarme. Lucía preciosa, tal vez un poco cansada, tal vez más delgada. ¿Estaba enferma? Bah, probablemente se debía al trabajo y la mudanza, de cualquier forma, eso no evitaba que se viera igual de hermosa frente a mis ojos.

-Ehm... ¿Bienvenido? -me dijo ella, con una adorable inseguridad en su hablar, al tiempo en que se hacía un lado para que yo pasara.

Fue ahí cuando tuve que hacerlo. Sin pensármelo dos veces, me acerqué hacia ella y cogí su rostro entre mis manos para besarla suavemente en los labios. Tal vez fue un roce extremadamente suave y atrevido, pero completamente delicioso.

-¡Hey! -exclamó ella, divertida, frunciendo el ceño y, a su vez, con su tímida e imborrable sonrisa. Supe que indirectamente había tenido su aprobación.

-Hola -murmuré, aún con nuestros rostros muy cerca. Le devolví la sonrisa antes de separarme-. Ahora sí, enséñame tu departamento.

(...)

-Está genial, en serio me encanta, Aly -concluí, una vez que regresábamos al amplio living que nos esperaba luego de haber realizado nuestro pequeño tour por la nueva residencia Evans. Verdaderamente era un sitio ideal para ella, no podría haberla imaginado viviendo en un sitio diferente, es decir, ella jamás había pertenecido realmente a ese departamento en Brooklyn donde permanecía rodeada de ese mundo que su ex novio traía al interior de este.

-Y no sabes lo bien que me hace saber que estarás lejos de Bradley -solté inconscientemente, queriendo morderme la lengua en el instante en que las palabras escaparon de mi boca. ¿Por qué mierda tenía que entrometerme tanto?

-Ajá... -murmuró ella, evidentemente incómoda frente a mi comentario, obligando a que me sintiera como un completo capullo; de seguro que el tipo seguía siendo un tema sensible para ella, y yo tan solo se lo estaba complicando más al llegar, besarla y luego mencionarle al idiota de su ex. No, definitivamente no sirvo para esta clase de cosas tan complicadas.

-Hey... -le sonreí y, armándome de valor, entrelacé una de mis manos con la suya. Una sensación de alivio me invadió cuando me percaté de que me correspondía al agarre-, aún tenemos mucho de qué hablar -ella asintió-. Harry me dijo de un restaurante que queda muy cerca de aquí, ¿Qué dices si vamos?

Estaba tan embobado, que ni siquiera habría sido capaz de darme cuenta de la decepción que apareció en su rostro ante la mención del restaurante. Jamás podría siquiera haber sospechado de sus problemas con la comida, de su maldita enfermedad.

Ella por su parte, esbozó una torcida sonrisa, tratando de disimular.

-Claro, vamos...

*** Punto de Vista de Alyssa ***

Definitivamente, no me había esperado que llegara y me besara de esa forma. Pero sin importar la sorpresa, fue algo maravilloso. No obstante, tras separarnos, una pregunta asaltó mi mente: ¿Qué diablos significaba eso? Por supuesto que en ese momento preferí ignorar tal detalle y postergar la llegada de esa respuesta para más tarde.

Y no, tampoco me hacía gracia tener que ir a meterme a un restaurante, mas tampoco iba a oponerme y causar un embrollo. Así que de esta forma entramos al enorme lugar sin problemas algunos, aliviados de que la presencia del irlandés estuviese pasando totalmente desapercibida para sus fans. Nos sentamos en una de las tantas mesas y -tras un desagradable rato observando los nombres de cada plato e imaginando la cantidad de calorías que estos tenían- realizamos nuestro pedido. Para él sería una porción de lasaña junto con una cerveza, y para mí una ensalada césar con un vaso de agua mineral. Entonces retomamos la conversación, y finalmente fue que regresamos a todo el asunto de Bradley.

Honestamente, no quería conversar sobre ello, pues durante esos días no había hecho más que torturarme pensando en lo zorra que había sido con él, y en la horrible persona que era al no arrepentirme de nada. Es decir, quería arrepentirme, pero simplemente no podía; y si hubiese podido, habría sido totalmente cínica. Brad solo había sido uno de los tantos escalones que use para llegar a una de mis tantas metas.

-¿Y? Cuéntame qué pasó con Brad -pidió saber, antes de llevarse un trozo de lasaña a la boca.

-Pues... -no estaba comiendo, nada más estaba jugando con la comida en mi plato y manteniendo la conversación para que él no se diera cuenta de lo complicado que me era sentarme ahí frente al maldito plato y no lanzarme sobre este a comer-. Nada, Niall. No pasó nada, tan solo terminamos -me encogí de hombros, dudando si debía soltar o no lo que estaba próxima a decir-: Sé que sonará cruel, pero nada más estaba esperando a recibir mi sueldo para poder marcharme del departamento.

Ni siquiera se me cruzó por la mente el miedo que invadió a Niall cuando me escuchó hablar así, tan fría y gélida. Increíblemente, no le importaba mucho mi frialdad, no mientras esta no fuese dirigida hacia él.

-Cada uno se mueve con sus propios medios -comentó, sin juzgarme. Lo agradecí internamente, estaba actuando como un verdadero amigo.

-Así es... Supongo -asentí insegura-. En fin, ¿Qué hay de ti con Eloise?

-Mmm... Afortunadamente no fue una ruptura dramática, fue simple, sin lágrimas, ni gritos, ni ofensas. Estábamos en rutas distintas; ella quería una cosa, y yo otra -respondió encogiéndose de hombros, exactamente de la misma forma en que yo lo había hecho.

-¿A qué te refieres con eso?, ¿Qué es lo que quieres? -la curiosidad me consumía. Quería entender a Niall, y para eso necesitaba saberlo todo.

-A ti -respondió, nuevamente, sorprendiéndome. Sus ojos estaban fijos en los míos, con esos iris cristalinos y penetrantes que no parecían dudar de lo que su boca verbalizaba.

Me sonrojé, y nada más para disimular, opté por llevarme el tenedor a la boca por primera vez en la noche. Grave error. Por más que se tratara de una simple ensalada, se sentía como si fuese el mejor de los manjares que había probado en mi vida. Y fue ahí cuando lo supe: añoraba comer, añoraba alimentarme como una persona normal. Mas yo ya no era normal, mi cuerpo no lo era. Ya no podía alimentarme.

-Idiota -murmuré con el tono más cariñoso del mundo. Sin contenerme, y con necesidad y disimulo, volví a comer de mi ensalada.

-Te estoy hablando en serio, Evans -reafirmó él, repleto de seguridad y determinación-. Solo dale tiempo al tiempo y verás.

-¿Tiempo al tiempo?, ¿Y cómo crees que vas a conseguirlo? -lo cuestioné, alzando una de mis cejas.

-Digamos que aprovecharé mis siguientes días en Nueva York al máximo contigo. Sabes bien que no soy una persona que se rinda fácilmente, Alyssa -me sonrió ampliamente, y tuve que bajar la vista a mi plato negando con la cabeza.

Estúpido Niall. Estúpido e incorregible Niall.

Y si tan solo hubiese sido una persona más fácil de descifrar, él se habría dado cuenta de que no tenía que hacer esfuerzo alguno para tenerme, pues desde su regreso a mi vida, Niall se había encargado de ir moviendo mis engranajes poco a poco; de adentrarse en mí desde el exterior hacia el interior; de enloquecerme cada día un poco más que el anterior.

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