Niall estaba al borde de tener un ataque de histerismo.
La intriga de lo que su madre iba a contarle era demasiado intensa y Harry aún estaba complicado y Niall reconocía que tenía motivos.
Louis entró entonces en la cocina.
-Estoy tratando de despertar a Liam. Necesito ir a ver a Savvy.
-Bebió muchísimo.
-Lo sé –dijo Louis poniendo los ojos en blanco –pero sólo le pido que se arrastre hasta nuestra casa. Allí puede pasar en la cama el resto del día.
-Suerte...
Se escuchaba a su hija protestando escaleras arriba.
Subió a ver qué pasaba. Harry estaba tratando de vestirla pero Eileen estaba dando una gran muestra de carácter. A patadas y gritos.
-¡No se que le pasa! –dijo Harry – tiene un berrinche.
-Mi madre quiere quedar. Dice que tiene algo muy importante que decirnos.
-Dile que en cuanto vista al demonio de su nieta quedamos en esa pastelería que nos gusta. Tengo hambre.
-Está bien...
Liam salió del cuarto protestando. Niall le saludó y se despidió de ellos.
Louis estaba emocionado por llegar a casa. Liam iba a su lado en el taxi con cara de morirse.
-Vamos, mi amor. En casa duermes.
-Bueno...
Eileen dejó de llorar en cuanto sus padres salieron a la calle.
-Está muy sensible y muy picajosa.
-Como su padre –dijo Niall.
Harry giró el cuello tan rápido que casi se lo descoyunta.
-Me refería a mí, a mí, mi amor.
Harry frunció el ceño y Niall tragó saliva. Casi no se salva.
Llegaron a la pastelería y Maura ya estaba allí.
Aparentemente nerviosa.
-Hola, mamá –dijo Niall dándole un beso.
Louis entró en el cuarto de Savvy y a pesar de que estaba dormida la sujetó en brazos. Liam se acercó y le rodeó los hombros, poniendo la mano sobre la cabeza de la niña.
Estuvieron en silencio unos minutos. Savvy abrió despacio los ojos y sonrió al ver a sus papás.
-Hola, cariño. Ya he vuelto.
-Louis, quiero que miremos una nueva casa. Que empecemos de verdad de cero. Tú, yo y Savvy, olvidando el pasado.
-Sí... eso es lo que más me importa ahora mismo.
Niall se acomodó. Harry pidió dos pasteles de crema y chocolate y el estómago de Niall dio un giro.
-Bueno, mamá... no me preocupes...
-Tenía una buena noticia pero ahora... ahora no entiendo nada.
-¿Estás bien?
-Sí, sólo que... he decidido mudarme a Londres. Me paso mucho tiempo aquí por vosotros y quiero estar cerca de las niñas.
La cara de Niall cambió a una sonrisa enorme. Se levantó para abrazarla.
-¡Mamá! Eso es genial... Te mudas aquí...
Harry dejó el pastel en el plato.
-¿Cuál es entonces el problema, mamá Maura?
-Bobby es el problema.
Niall puso los ojos en blanco. Ese tema le hacía sentir incómodo.
-Apenas acabáis de empezar... pero podéis veros igual –dijo Harry.
-Se lo dije y reaccionó muy mal. Le dije que yo iría pero él...
La sonrisa de Niall literalmente ocupaba toda su cara. Su madre se mudaba a Londres y ese flirt idiota con su padre estaba donde siempre debió, terminado.
-Mamá, ya te dije que no ibáis a durar. Siempre estábais peleando.
-Justo me acaba de escribir. Le he dicho dónde estaba pero que estaba contigo y me ha dicho que mejor.
Niall suspiró dando un toque de dramatismo.
-No quiero más peleas...
-Aquí estáis. Hola.
Harry se levantó para abrazar a su suegro. Niall se limitó a mirar a su padre con curiosidad.
-¿Tu madre te ha contado lo de su mudanza?
-Sí, y también que habéis roto.
-¡Mamá Maura no ha dicho eso! –gritó Harry.
-¿Roto? Hemos tenido una diferencia de opiniones, eso no es romper.
-Yo tengo diferencias de opiniones con tu hijo cada día –dijo Harry. –como hoy.
-¿No habéis roto?
-¡No! May me dijo eso y... me enfadé y me quedé en shock... porque no me imagino estando tanto tiempo lejos de ella.
Harry se llevó las manos al pecho.
-Bobby, eso ha sido increíblemente romántico...
-May... Maura. Todos estos años... todos estos años he cometido el error de perder tiempo a tu lado. Fuimos muy tontos con nuestros errores de juventud pero ahora mismo no pienso desperdiciar más momentos lejos de ti. Y la idea de Londres me gusta... Maura, no pienso perder más el tiempo. –Bobby sacó una caja del bolsillo y se arrodilló –Maura, ¿me harías el honor de ser mi esposa?