Me levanté a las 7:15 de la mañana. Ya si igual estaba nervioso por entrar a un colegio nuevo (más si es en el segundo semestre) Aunque, igual bueno no verle la cara a los mismos culiaos y las mismas maracas culiás pelás. El uniforme era diferente, solo se usaba el buzo gris con líneas negras para educación física y todos los otros días eran pantalón gris y la camisa culiá feeea conchetumare, odiaba la camisa culiá hueón, ¡Pa qué la hicieron! Como si uno se viera más formal con la weá.
Mi amá me llamó/gritoneó para que bajara a tomar desayuno, ah. Viejita linda que me hace tostás quemás.
Bajé como hueón manduqueao por su mom. Y me senté a su lado a tomar leche. Mmh leche, ah. No soy un fleto culiao.
-Mira Fabián, no quiero que te mandís cagás, no quiero que te echen de nuevo. -sí, me echaron por tener más de 4 páginas de anotaciones en el libro, los culiaos, el año pasao tuve 5 y no me dijeron ni una weá -¡Pobre que me llamen por algo! Porque te voy a sacar la cresta! -la bella princesa golpeó la mesa.
-Ay mamá, ¡pero si en el otro colegio exageraban todo! -me defendí -no fue mi intención rayar ese auto, justo me caí y la tijera lo rayó.
-¡Pero lo hiciste! -me cagó -, te repito Fabián Ignacio, no quiero que me llamen por ni una weá, ¡menos por una mala conducta o por no entregar un trabajo! -me agarró la oreja y me tiró el aro, la bruta culiá.
-Mamá -me sobé la oreja, puta que es bruta esta vieja -si ya entendí, nunca más -igual me cagaba de la risa verla enojá, porque se le arrugaba la frente y se le veía la vena.
-¡No te reaí! Ahora toma tus cosas y vamos, te voy a ir a dejar -manduqueao, expulsado, y mamón. Todo lo que quería ser.
Todo el camino me fuí escuchando la música culiá de mi mamá.
Querida, querida
Dime cuándo tú, dime cuándo tú
Dime cuándo tú vas a volver, ah, ah.
-Ya, llegamos, bájate y recuerda lo que hablamos -me miró desconfiá y me bajé sin decir ni pío. O me iba a volver a dar el sermón culiao.
La inspectoría era más grande que la perra, nada que ver con la weá antigua. Esta sí, que estaba bacán.
-Hola, soy el nuevo, a III°B -suspiré. Igual bueno no estar en el A, todos se creen la raya e'l queque.
-¿Fabián Wallace? -me gustaba mi apellido washa, entero e' único, ah. Qué presumido.
-Sí -asentí de manera estúpida, no solía hablar con las inspectoras, a todas les caía mal.
-Pase, llegó tarde, lo anotaremos más tarde en su agenda -se puso los lentes y sacó una de las agendas que tenía que los cabros que nunca llegaron.
Le di mi dirección, el número de teléfono de mi viejuja y mi fecha de nacimiento y weás.
-Ya -me la entregó -, Llamaremos a su apoderado para informarle que su ingreso está hecho y está todo perfecto -me sonrió (meo falso, pero trató) y se sentó de nuevo en su silla.
Hice una mueca de agradecimiento y subí a mi sala. Dudé en si tocar la puerta, o irme al baño a wear en el celular. Ah deberas que mi amá me lo quitó.
Decidí entrar, porque ya veía a mi mamá sacándome la chucha, y vi a la profesora, un hueona como de 8 metros, parecía fideo.
-Me acaban de informar su ingreso, preséntese y proceda a sentarse al lado de María.
-Bueno, me llamo Fabián Wallace, eh...no sé que más decir -me cagaban las presentaciones. Son como: Ay me llamo Brytani ¡y me gusta chupar pico! Sean mis amigos, se las chuparé. Una weá así.
-Síentese al lado de María -la vieja me apuntó un puesto al lado de la ventana. Bien conchetumare no voy a tener que aguantar olor a zorra, ni a hocico.
-Hola po' -me saludó apenas me senté.
-Weena, Fabián culiao, -unos cabros de adelante me saludaron.
-Wena po' -saqué mi estuche del año e'l pico, lo tenía desde 4 básico. Nunca ocupaba la weá.
-Un consejo, se ve que erís wen cabro -si supieras, ah -, así que ten cuidado con las maracas -apuntó con el mentón a un grupo de hueonas meas rubias teñidas, que estaban en la otra esquina de la sala.
-¿Por qué? Tienen sida o ¿qué weá? -me reí. Igual estaban ricas las cabras, ah.
-No aweonao, pero se han metido con todos, ¿cachaí? Ten ojo ahí -dijo la weona buena onda.
-Ah, ya po, y ¿cómo se llaman ustedes? -miré a la profesora y aún no había escrito ni una weá.
-Yo me llamo Josefa -, ella era la mina simpática -él se llama Bruno -el mino que estaba al lado de ella -y ella es la Mari po' -apuntó a la hueona que estaba sentá al lado mío.
-Miranda voltea y ponga atención -la retó la vieja.
**
La clase fue un asssco, pasó más lenta que río e' caca hueón oh'. Cuando por fin tocaron la campana salí como Forest, ah. Y busqué algún negocio pa' comprar algo rico.
-Hola, ¿qué quieres? -preguntó la vieja culiá del negocio.
-¿Tiene Súper 8? -saqué mi luca querida que se la había robado a mi mamá.
-Sí, $400 pesos -comerte fue un disparo al corazón, la weá cara hermano -me pasó uno y con el dolor de mi alma le di los cuatrocientos.
-Hola -una hueona me tocó el hombro -, ¿tení $100 pesos que me prestí? Te los de vuelvo -era una de las minas teñidas de las que me habían prevenido los cabros.
¿Cómo le iba a decir que no? Si me había visto recibir el vuelto, tampoco taaaan mala onda.
Le pasé los 100, al fin y al cabo, eran 100 pesos hueón.
-¡Gracias! -me abrazó -, mañana te los paso -me dió un beso en la mejilla y las culiás subieron.
Las culiás laaanzás locos.
-¿Qué te dije? Lanzás, zionó -los cabros se acercaron a mí.
-Oe, y a vo' ¿por qué te cambiaron de colegio ahora? -preguntó la María sentándose en una banca grande.
-Es que me echaron, por desordenado, le rayé el auto a un profe, juro que fue sin querer, y dijeron: Fabián esta es la última vez que permitimos algo así, queda expulsado del Colegio III De San Joaquín. Y ¡Bum! Quedé sin colegio.
-¡No! ¿La dura? Los weones delicados hueón -se rió el Bruno.
-See, perdí a todos mis amigos -que no tenía -y a las washitas ricas con las que me estaba pelando -el colegio entero, ah.
-Ah pero acá ya tenís amigos po'-la María me sonrió -¡y vamos hacer de este semestre el mejor! -se paró y levantó una mano -, ESCUADRÓN SUICIDA! -gritó y nosotros nos cagamos de la risa.
Tampoco estaba tan mal quedarse en este colegio, ya tenía amigos, habían washitas ricas, tamo' dao pal éxito, ah.