Just the Way You Are - [Drami...

By Patri1DMJ

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- Ayúdame - le pidió el chico con voz ronca. - ¿Qué? - le susurró la castaña con gesto impasible. - Quiero ca... More

Sinopsis
Prólogo
Cap 1. Reencuentro en el Andén 9 Y ¾
Cap 2. Una mirada Malfoy
Cap 3. Un nuevo Hogwarts
Cap 4. Encuentro en la noche
Cap 5. Sucesos inesperados
Cap 6. Amortentia y Hogsmeade
Cap 7. ¿El comienzo de algo?
Cap 8. Por muy poco
Cap 9. ¡Estúpida Weasley!
Cap 10. Decisiones
Cap 11. Celos en el Aula de Pociones
Cap 12. Engañado
Cap 13. Toda tuya, Draco.
Cap 14. Son celos, y de los gordos.
Cap 15. Segundo encuentro
Cap 16. Solo porque me das pena, Zabini
Aviso
Cap 17. El baile
Cap 18. El baile (II)
Cap 19. La Navidad llegó
Cap 20. Regalos con significado
Cap 21. Noche de confesiones
Cap 22. El Reencuentro
Nota
Cap 24. La Primera Cita
Cap 25. La Verdad
Cap 26. Vacaciones con Draco y...¿la Orden del Fénix?
Cap 27. La Orden del Fénix se prepara
Cap 28. Curar heridas y la pelea Harmione

Cap 23. Entre promesas y disculpas

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By Patri1DMJ

Con el más mínimo cuidado que su cuerpo le permitía, Hermione salió silenciosamente de la sala común de Gryffindor. Era medianoche y debía hacer el mínimo ruido posible, ya que podría alertar a Filch y los prefectos que hacen hoy patrulla, de que no se encuentra durmiendo en su cama, como todos los alumnos.

Caminó y caminó por los pasillos, con los 5 sentidos en alerta, por si detectaba algún movimiento en especial. Pero no le importaba, tenía unas ganas enormes de llegar a la Torre de Astronomía.

Una vez llegó, suspiró largamente, y comenzó a subir las escaleras. Estaba entre nerviosa, emocionada y asustada. Una mezcla poco usual.

Cuando llegó, él ya estaba allí. En cuanto la vió se levantó del suelo y se acercó a ella, sonriendo:

- Hola – le saludó.

- Hola – le dijo ella una vez estuvo frente suyo.

- ¿Lo has pensado lo suficiente? – le preguntó el chico mientras le acercaba a él.

- Mm...sí – confesó Hermione de una vez.

- ¿Y bien? – dijo el Slytherin expectante.

Sus corazones latían a mil por hora e iban a compás, aunque ellos no tenían ni idea. Hermione era consciente de su respuesta, de lo que iba a responderle y de las consecuencias que traería aquello, pero ¿Qué más daba?

- Sí, claro que sí – le respondió ella sonriente.

Draco casi no le dio tiempo a escuchar la respuesta de Hermione, apenas escuchó la primera palabra, agarró a Hermione por la cintura y aún con la sonrisa de ambos, se fundieron en un gran beso, y de los muchos que llevaban, el más verdadero de todos.....o no.

Hermione abrió los ojos con aún la sonrisa en su cara, parece que no se le podía despegar. En cuanto abrió los ojos, Draco no estaba. Tampoco estaba en la Torre de Astronomía, y tampoco era de noche. Es más, los primeros rayos de sol de la mañana se colaban por la ventana de su habitación.

Un momento... ¿todo eso había sido un sueño?

Hermione se lamentó y como producto de su ligero enfado, lanzó su almohada a la otra punta de la habitación. Suerte que no había despertado a las demás. Pero necesitaba descargar toda su frustración.

De mala gana, se levantó, fue al cuarto de baño, y después de una larga ducha y de ponerse su túnica escolar, se dirigió a desayunar al Gran Comedor. Aquel mal humor no le abandonaría hasta el fin de clases de la tarde.

Unas horas más tarde...

Las dos horas de descanso antes de las horas de clase de la tarde, Hermione las aprovechó para comer con sus amigos y después, como ya es tradición, descansar un poco bajo la sombra del sauce en los jardines.

- ¿Alguien puede decirme las clases que nos quedan? – preguntó Ron mientras se tumbaba en la hierba.

- Doble hora de Encantamientos y una hora de Pociones. – contestó Rose.

- Genial –bufó Ron- despertadme cuando sea la hora. – dijo mientras se quitaba la túnica y se la ponía en la cara, para así poder dormir sin que le molestase los rayos de sol.

Los demás chicos hablaron y rieron de cosas varias por aproximadamente las casi dos horas. Poco después de que Ron se fuese media hora antes de las clases en busca de Lavender, los chicos decidieron dirigirse ya hacia la torre norte, hacia el aula de Encantamientos.

Una vez salieron de la sala común (ya que fueron a coger los libros), se apresuraron rápidamente hacia Encantamientos, pues quedaban menos de 15 minutos. Marcharon todos juntos (aunque sin Ron y Lavender) hacia la clase, y justo cuando Harry se disponía a pasar el primero por la puerta del aula, apareció Draco junto con Blaise que, por lo que parecía, tropezó sin querer con Hermione. El empujón fue tal que Hermione casi tira a Harry en una reacción en cadena. Harry se molestó mucho, pero en cambio Hermione, parecía normal. Es más, parecía que incluso sonreía.

- Mira por dónde vas, Malfoy. – le gritó Harry a espaldas de Draco.

El Slytherin se giró y cuando le dirigió una sonrisa de burla a Harry, se volvió a dar la vuelta. Eso sí, recorriendo con los ojos, a todos los demás, hasta encontrarse con Hermione, a la que disimuladamente le guiñó un ojo.

Se apresuraron a entrar todos, y una vez estando sentados, Harry, que se sentó junto con Hermione le susurró:

- No sé cómo le puedes aguantar.

- Si intentarais ser amigos...- aventuró Hermione.

- Ja! Muy buena, Hermione – le contestó el pelinegro.

- No se ha tropezado intencionadamente, lo ha hecho sin querer – le contesta de vuelta Hermione.

- Lo que tú digas. – dijo Harry y rápidamente se calló, pues el profesor Flitwick acababa de entrar por la puerta del aula.

La clase iba la mar de bien, después de practicar el hechizo que ralentiza los objetos en movimiento, que Hermione había realizado a la perfección, el profesor Flitwick les habló a todos acerca de los ÉXTASIS. Hermione escuchaba al profesor atentamente, pues era un tema que le interesaba demasiado, sin embargo, no estaba cómoda pues notaba en su nuca la sensación de que alguien la estaba observando. Pensó en Draco, y en cuanto se giró y le vio a unas mesas más atrás de ella, que él le estaba observando, le sonrió.

Este puso su dedo en la boca, y con la otra mano, señaló el bolsillo de su túnica. Draco trataba de decirle algo, y Hermione, como siempre, lo dedujo enseguida. Se giró y miró que el profesor seguía hablando, y con sumo cuidado, metió su mano en el bolsillo de la túnica, sus dedos rozaron con un pequeño trozo de pergamino. Lo sacó y sin que Harry se diese cuenta, lo desenvolvió y leyó:

¿Qué sería de una Gryffindor sin un poco de aventuras? Nos vemos en la Torre de Astronomía, en medianoche.

Draco.

Una cosa estaba segura: acudiría allí, cueste lo que cueste.

Cuando la medianoche cayó y Hermione comenzaba a acercarse a la Torre de Astronomía, recordó algo que le había pasado. Había soñado con aquel momento exactamente. Parece como si... ¿pudiese ver el futuro? Nah, tonterías. Habrá sido coincidencia.

Cuando llegó a las escaleras de la Torre, su corazón comenzó a latir de una manera salvaje y sintió que estaba a punto de desmayarse. ¿Qué era esta reacción? ¿Tan nerviosa estaba?

Pues claro que lo estás, a saber lo que acabaréis haciendo ahí.

Oye!!

¿Qué? Todo puede pasar.

Aquellas fueron las últimas palabras de su conciencia, pues se obligó a volver a la realidad, en cuanto llegó a la Torre y contempló a Draco con los brazos apoyados en la barandilla, observando el Lago Negro tranquilo.

- Mm...hola – susurró Hermione, no quería espantar al chico.

Draco se giró de golpe y se acercó a ella, a una distancia prudencial.

- Veo que te gusta el riesgo. – habló Draco- Hermione Granger arriesgando unos cuantos puntos de su casa solo para venir a verme. –sonrió.

Hermione no se daba cuenta en ese momento, pero cada vez más se enamoraba de su sonrisa.

- Si quieres me voy. – dijo cruzando los brazos, fingiendo molestia.

- Tal vez en un pasado lo hubiese querido, pero no. –dijo Draco- sentémonos.

Ambos se sentaron en el suelo, enfrente de las maravillosas vistas que la torre más alta de Hogwarts les ofrecía. Era una noche cálida y se estaba muy bien en el exterior.

- ¿Y bien? ¿Por qué has querido verme? – preguntó Hermione, dispuesta a romper el hielo.

- Creo que ni hasta yo lo sé. –confesó Draco- solamente quería verte, eso es todo.

Hermione sonrió, pero seguidamente, su rostro tornó serio.

- Deberíamos hablar de...ya sabes, de todo lo nuestro. – soltó la Gryffindor, pues sabía que ellos dos debían de aclararse de una vez por todas.

- ¿Me equivoco si...-habló Draco, después de una breve pausa- si digo, que no nos atraemos?

- Yo creo que sí, ¿no? – respondió Hermione, con las mejillas tornándoles rojas.

- Yo también lo pienso. – le susurró en el oído a la castaña – esto que te voy a decir va a sonar muy extraño, pero...

- ¿Sí? – le animó Hermione, pensando en que podría venir ahora.

- Quiero salir contigo. – soltó de repente el Slytherin.

Hermione se quedó boquiabierta, por lo que acababa de escuchar, quiso contestarle de inmediato, pero como vio que Draco se disponía a volver a hablar, simplemente le cogió la mano.

- De verdad, quiero salir contigo –continuó Draco, mirándola a los ojos- quiero verte todos los días después de clase, quiero descansar contigo bajo el sauce de los jardines, quiero pasear contigo por Hogsmeade, quiero abrazarte hasta el final del día, quiero besarte, simplemente quiero estar junto a ti.

Aquella noche, Hermione pudo certificarla como una de las mejores noches en Hogwarts, la recordaría toda su vida, al igual que todas y cada una de las palabras que le había dicho Draco.

- Pero, por otra parte, no quiero salir contigo.

Toda felicidad que había entrado en el alma de Hermione, se congeló durante unos instantes. Hermione miró a Draco, asustada, pero no pudo verle el rostro. Draco había agachado la cabeza mientras se zarandeaba el pelo continuamente, Hermione supuso que estaba intentando buscar las palabras, así que prefirió callarse y esperar a que Draco terminase su discurso. Eso sí, sus manos no habían dejado de estar unidas.

- No quiero traicionarte, Hermione. No soy una persona de la que fiarse. He hecho cosas malas, muy malas, y de verdad, a veces pienso, que cuanto más lejos estés de mí, mejor para ti. – dijo Draco mientras miraba con una expresión triste.

- Pero, Draco, eso no tiene...- comenzó Hermione.

- Sin embargo, -la sonrisa de Draco volvió a surgir- creo que por una vez en mi maldita vida voy a dejar de escuchar a mi cabeza.

- ¿Significa eso que...- dijo Hermione, esperando que Draco acabara la pregunta.

- Estamos juntos? – acabó Draco- bueno, eso es cosa tuya. Si quieres, claro.

Hermione se quedó pensativa durante unos segundos. Era una decisión importante, y tenía que pensar en los pros y los contras de lo que suponía aquello. Una vez tomó una decisión de un microsegundo, volvió a la realidad.

- Mira, Draco...- comenzó a decir con tranquilidad- la verdad es que creo que no podemos estar juntos.

La sonrisa que había acompañado a Draco aquella noche, se desvaneció por completo. Sentía un vacío en su cuerpo que no podía ni hablar. Sinceramente, aquello no se lo esperaba. De pronto, Hermione dijo:

- ¡Que no, que es broma! ¡Me estaba quedando contigo! – exclamó de pronto Hermione, al ver la expresión de la cara de Draco. – Claro que quiero estar contigo. – dijo una vez más calmada, pues no había parado de reír.

Draco miraba a la Gryffindor, sorprendido. Aquella broma que le había gastado le había dejado con la boca abierta. Sin embargo, se lo tomó bastante bien, por lo que sonrió y, finalmente, dijo:

- Echa a correr, Granger, esta te la voy a devolver. – dijo Draco mientras se disponía a coger a Hermione de la cintura.

Esta, fue más rápida, y después de un grito que salió inesperadamente de su boca, se levantó y salió corriendo de allí. Draco volvió a sonreír, aquello pintaba bien.

Cuando bajó de la torre, la vio corriendo por uno de los pasillos. Sin más dilación, salió corriendo detrás de ella. Hermione no tenía nada que hacer contra Draco, pues al cabo de pocos segundos, Draco cogió a Hermione de la cintura y la arrastró a la pared más cercana.

- Me temo que no vas a poder escapar de mí, Hermione Granger – le susurró al oído.

Después, puso su cara enfrente de la Gryffindor. Ambos podían reflejarse en los ojos del otro. Parecían que estaban hechizados ante tal contacto. Hermione de pronto, sonrío, y entonces Draco supo, que era el momento de besarla, para sellar de esa forma, esta cosa que los dos llamaban, amor.

(...)

- ¿Entonces ya está? ¿Es oficial? – preguntó Ginny, en cuanto el último Gryffindor subió a los dormitorios, y ella y Hermione se quedaron a solas.

- Por cuarta vez, sí. ¿Cuántas veces tengo que decirlo? – preguntaba Hermione mientras recogía los últimos pergaminos que había utilizada para hacer las tareas.

- Perdona, pero es que no me lo creo, que Draco y tú estéis...- habló Ginny, aún sorprendida por la declaración de la castaña.

- Shh, calla un momento. – dijo Hermione mientras señalaba a las escaleras que conducían a los dormitorios.

Ginny se giró para ver que señalaba su amiga, pero no vio nada. Extrañada se volvió a girar.

- ¿Y eso a que ha venido? – le preguntó a Hermione.

- Me pareció ver una sombra...- dijo Hermione, aún alarmada.

- Es igual, lo importante es la mega notición que me acabas de dar. – exclamó Ginny sonriente.

- No es para tanto. – la interrumpió Hermione

- No, qué va. –ironizó Ginny- Hermione Granger es novia de Draco Malfoy, permíteme decir que hace unos años, eso sería lo último que creería escuchar.

Se dirigieron a las escaleras, y subieron hasta llegar al dormitorio, pero antes de abrir la puerta, Hermione le hizo prometer algo a Ginny:

- Prométeme que no se lo dirás a nadie, aún.

- Vale – aceptó Ginny- a nadie, pero a...

- Tranquila, Draco ya se lo habrá dicho a Blaise. Puedes hablarlo con él –le dijo Hermione, pues sabía a quién se refería la pelirroja.

Al día siguiente...

Cuando bajaron a la sala común para dirigirse al Gran Comedor a desayunar, Hermione y Ginny se llevaron una sorpresa.

- Buenos días, Lavender. ¿Has visto a Rose? – preguntó Hermione, extrañada.

- Sí, ha pasado por aquí ya hace rato. Ha bajado a desayunar. – les dijo, mirándolas a las dos.

- Ah, muy bien, gracias Lav – dijo Ginny más sorprendida de lo normal.

Hermione y Ginny se miraron sorprendidas, Rose siempre bajaba a desayunar con ellas y hoy, sin embargo, prefería hacerlo sola.

- Tal vez no aguantaba más a esperarnos y ya está desayunando. – aventuró Ginny.

- Puede, pero aun así es extraño. – dijo Hermione.

Cuando llegaron al Gran Comedor, se quedaron paradas en la entrada, recorriendo la mesa de Gryffindor. La encontraron, junto a Harry y Ron desayunando tranquilamente.

- Vamos. – dijo Ginny

Recorrieron el extenso comedor, hasta llegar donde sus amigos. En cuanto las vio, Rose calló de golpe y dirigió su vista al plato.

- Buenos días. – saludó Hermione mientras ella y Ginny se sentaban, y su desayuno aparecía delante suyo.

- Hola – saludó Ron

Silencio incómodo. Algo iba mal, y Hermione y Ginny no tenían ni idea de por qué.

- ¿Qué clases tenemos hoy, Hermy? – preguntó Harry con tal de evitar aquel silencio.

- Pues dentro de media hora tenemos, bueno...vosotros tenéis Adivinación y yo Aritmancia, luego Transformaciones, Defensa contra las Artes Oscuras, y después de la comida, una hora de Pociones. – dijo Hermione tratando de recordar bien el horario.

- ¿Rose acabaste la parte de nuestro trabajo de Adivinación? – preguntó Ginny, intentando que Rose hablase y poder ver que le ocurría.

- Sí –respondió secamente.

- Rose, ¿pasa algo? – preguntó calmadamente Hermione.

- No lo sé, pregúntale a Ginny, tal vez ella lo sepa, como os lo contáis todo entre vosotras. – escupió Rose duramente.

- ¿Qué? ¿De qué va esto? - preguntó Hermione, incrédula.

- Os oí ayer, en la sala común. ¿De verdad, Hermione? ¿Malfoy? – chilló Rose.

Por suerte, ningún alumno había escuchado nada, y menos mal que Lavender no estaba por allí.

- ¿Malfoy? ¿Qué tiene que ver él con Hermione? – preguntó Ron, ligeramente mosqueado.

- Rose, lo siento, quise decírtelo, pero no quería decir nada si...- intentó explicarse la castaña.

- ¿Si no iba enserio, verdad? Pues bien que se lo dijiste a Ginny, que por cierto, le hiciste prometer no contárselo a nadie.

- ¿Contar el qué? – preguntó Ron mirando a todo el mundo.

- ¿Qué más cosas me habéis ocultado, eh? ¿Es ahora cuando venía vuestra broma? – inquirió Rose.

- ¿De qué estás hablando? – preguntó Ginny.

- Es igual, dejadlo. – Rose se levantó del asiento- no creáis que me voy al sauce, no me busquéis.

Dicho esto, Rose se levantó, y sin haberse acabado el desayuno, salió del Gran Comedor lo más deprisa posible. Pasados unos minutos, cuando todos volvieron a la realidad, Harry dijo:

- Me voy a buscarla.

Y sin decir más, salió también de allí.

- ¿Ahora podéis explicarme que tienes que ver tú, Hermione, con Draco Malfoy? – preguntó Ron.

(...)

Después de buscar en el sauce (por si acaso) y en la cabaña de Hagrid, Harry se encaminó hacia el campo de quidditch. Una vez subió a la grada de Gryffindor, observó que, justo en el lado contrario, en la grada de Hufflepuff, vio a Rose sentada, mirando hacia el centro del campo.

--ROSE—

Un 'hola' me hizo despertarme de mis pensamientos.

- Ah, hola. – le saludé

Se sentó a mi lado. Lo notaba que estaba nervioso, porque no paraba de rascarse la cabeza. Hasta que por fin, me dijo:

- Perdona a Hermione y Ginny. Ellas no son así.

- Lo sé, Harry – contesté- pero no pude evitar actuar así...

- ¿Dijiste algo de una broma? – me preguntó algo confundido.

- Sí, bueno, es algo que me pasó en mi antiguo colegio, verás...

- No quiero que te sientas obligada a contarlo – me interrumpió.

- No, tranquilo, quiero hacerlo. Para que entiendas porque reaccioné así.

Dicho esto, me acomodé un poco mejor en el asiento de la grada, y comencé:

"Cuando iba a Beauxbatons, mi pequeño grupo de amigos estaba formado por tres chicas y dos chicos. Kelsey, Sophie, Brook, Matt (el chico que invité al baile de Navidad) y yo, obviamente. En el último año, por cosas que tuvieron Sophie y Brook, el grupo se separó un poco. Los chicos no iban tanto con nosotras, asique nos quedamos solo Kelsey, Sophie y yo. Un día, los padres de Kelsey se la llevaron de intercambio a Ilvermorny poco después de empezar el curso, por lo que Sophie y yo nos quedamos solas. Sophie y yo éramos inseparables, siempre estábamos juntas. Poco a poco, ella empezó a juntarse con Agatha y otras chicas, un grupo de amigas que nosotras odiábamos por cosas que le hicieron a Matt (Agatha era su ex). Pues bien, al final hicimos un grupo, y acabamos siendo "amigas" –hice un gesto con los dedos- los días pasaban y pude ver muchas veces, que mi amiga Sophie y Agatha, junto las otras, hablaban a mis espaldas. Pero le resté importancia, no me lo podía llegar a creer. No sé si te lo había dicho antes, Harry, pero a mí me gustaba Matt, mucho. Y, por cosas que pasaron, un día decidimos tener una cita. –hice una pausa para ver la expresión de Harry, pero preferí que no me interrumpiese, ya que parecía que quería decir algo- Yo, emocionada, se lo conté por supuesto a Sophie, pues no confiaba mucho aún en Agatha y todas sus amigas.

Así que llegó el viernes, el día más esperado de toda mi existencia en Beauxbatons. Bajé al vestíbulo del castillo, y allí estaba Matt esperándome, sonriéndome. Bajé las escaleras, nerviosa y cuando llegué donde estaba él, su expresión había cambiado. Me miraba con...un poco de asco. Y entonces, es cuando las oí. Me giré, y en lo alto de las escaleras que yo había bajado, estaban todas, incluida Sophie, riéndose y señalándome continuamente. Entonces ellas bajaron, y me dieron un espejo. Me miré y...no podía creerlo. Estaba horrible Harry, mi cara estaba llena de granos, espinillas, además de que mi pelo parecía sucio y grasoso. Me habían lanzado un hechizo. No me acuerdo mucho de lo que dijeron, pero sé que Agatha me dijo: "Eso por querer f******, a mi novio, puta" – Harry abrió los ojos, sorprendido. Justamente la misma reacción que cuando se lo conté a Kelsey.- Miré a Sophie, pero no la reconocí, había cambiado, ya no prefería pasar el tiempo conmigo, sino con todas las demás."

- Vaya...Rose, no sé qué decir...- comenzó Harry- ¿Qué pasó con Matt?

- Él...se comportó genial conmigo. En ese momento, le gritó unas cuantas cosas a Agatha y después de conjurarme el contra hechizo, y yo volver a mi estado normal, le gritó a las demás, desde ese día, no se volvieron a acercar a mí.

- Supongo que estarás agradecida a Matt. – me dijo – pero no logro entender lo de Hermione y Ginny.

- Verás, es que, simplemente me asusté. Vi que ellas hablaban entre ellas muchas veces, que se quedaban en la sala común hasta altas horas...No sé, creía que la historia se volvería a repetir, y me asusté. Eso fue todo. – concluí de esa forma, mis explicaciones.

- No pasa nada, es normal que reaccionaras así. – Harry intentó tranquilizarme.

- Creo que debería pedirles perdón. – me lamenté, la verdad es que no sé por qué les grité de esa forma.

- Lo harán ellas antes, eso te lo aseguro. –Harry se levantó- y ahora vamos, no hay que llegar tarde a Adivinación.

(...)

--NARRADOR EXTERNO—

Cuando llegó la hora de Transformaciones, Hermione y Ginny estaban esperando enfrente de la puerta del aula, obviamente a Rose. De lejos, Hermione vio como Draco y Blaise se acercaban al aula y cuando llegaron donde ellas, para no causar el caos allí mismo, simplemente se guiñaron un ojo, disimuladamente.

- Uy sí, vamos a guiñar un ojo, seguro que nadie nos ve. Buena esa, chicos. – dijo Blaise.

- Cállate, so tonto – le espetó Draco.

- Es verdad, lo siento. Adiós chicas – se despidió de las dos- Adiós Ginny. – le dijo a la pelirroja mientras le guiñaba un ojo descaradamente.

Ambos entraron en el aula.

- Este chico no tiene remedio. – dijo Ginny mientras sonreía y negaba con la cabeza.

- ¡Mira, ahí viene Rose! – exclamó Hermione.

- Hola chicas... - les saludó a las dos una vez llegó a ellas, junto con Harry y Ron

- Antes de que digas nada...-comenzó Ginny.

- Lo siento mucho, de veras, quise contártelo desde el principio, pero no me sentía preparada, lo siento de verdad...- se disculpó Hermione.

Rose suspiró.

- Yo también os debo una disculpa, no reaccioné bien. – les dijo a las Gryffindors

- De eso nada, actuaste como debías haberlo hecho, ha sido nuestra culpa. –replicó Ginny.

- Hay una cosa que no sabéis. – les comentó Rose. Les contó toda la historia que le pasó en su antiguo colegio, escucharon sorprendidas, hasta que finalmente finalizó.

- Ahora me siento fatal por no habértelo contado. – dijo Hermione

- Es igual, ahora ya está todo contado y perdonado. – sonrió Rose.

- Es cierto – apuntó Harry.

- Pues no se hable más... ¡abrazo grupal! – exclamó Ron.

Todos juntos se fundieron en un gran abrazo, felices por haber resuelto aquel problema. Aquel abrazo fue mágico, de esos que te atraviesan el alma y que te encantaría disfrutar todos los días de tu vida.

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Holaa a tod@ssss!!!

Espero que os haya gustado el nuevo capítulo♡. Siento haber tardado en subirlo, el bachillerato me quita bastante tiempo📚😥, pero bueno aquí lo tenéis:)

Votad y comentad, que os va pareciendo la novela, me gustaría saber vuestra opinión!! ❤❤

Nos leemos!! 😊💕

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