Just the Way You Are - [Dramione] PAUSADA

Cap 16. Solo porque me das pena, Zabini

--GINNY-

Caminé por los pasillos hacia el despacho de Slughorn, cuando escuché una voz conocida:

- ¡Eh, Weasley!

Me giré y le vi. Zabini se aproximaba a mí con una gran sonrisa en el rostro.

- ¿Y tú qué quieres ahora? - le espeté

- Tranquila, Weasley que no muerdo - me sonrió - ¿qué haces tú por aquí?

- ¿Qué haces tú por aquí a estas horas? - contraataqué.

- Nada - me contestaba mientras encogía los hombros despreocupadamente - volvía a mi sala común. Según recuerdo, Weasley, tu sala común no está por aquí, ¿quieres que repitamos lo del otro día? - me sonrió de picardía.

- No, gracias - le solté - venía a hablar con el profesor Slughorn.

- No, Ginny - me sonrió - el profesor Slughorn tiene tu poción. No te ha pedido que vengas.

- ¿Qué? - estaba atónita, aquello era imposible - como sabes... entonces, ¿para qué me han hecho venir?

- Para hablar conmigo - se señaló a sí mismo mientras sonreía.

Dios. Su sonrisa.

- ¿Qué quieres de mí? - pregunte con un tono en mi voz ligeramente más aguda.

¿Enserio, Ginny? ¿Te estás poniendo nerviosa, de verdad? Increíble.

- Según tengo entendido, aún no tienes pareja para el baile. - me miró pidiendo explicaciones. Parecía un poco nervioso.

Sabiendo adonde quería ir a parar, exclamé moviendo mis brazos efusivamente:

- Ah no, no, no...definitivamente no voy a ir al baile contigo.

- ¿Quién dice que me esté refiriendo a eso? - me preguntó extrañado, aunque le había temblado la voz.

- Esto...

La has cagado profundamente Ginny. Tonta, que eres tonta.

Recuperé la compostura y le dije:

- Te habrán informado mal. Porque si tengo pareja para el baile. Neville - dije sin pensar

- Te habrán informado mal a ti, Weasley. Longbottom irá con Lovegood. Lo he oído esta misma mañana.

Resumiendo, eres tonta.

- Venga, dejémonos de mentiras y tonterías. ¿Aceptaría usted, Ginny Weasley, mi invitación para el baile de Navidad? - preguntó Zabini con pura cortesía y elegancia, mientras se inclinaba y extendía su mano.

Sí es que a idiota no lo gana nadie. Espera... ¿Qué diablos me acaba de preguntar? Vete, Ginny.

- De acuerdo - sonreí felizmente.

¿Qué nargles has hecho, Ginny? Míralo, si hasta él está sorprendido por como lo has dicho. Intenta arreglarlo de alguna forma, genio.

- Pero solo porque me das pena, Zabini. - añadí

- Pena, alegría...lo que tú prefieras, pero has aceptado - me contestó. Se le veía más feliz.

- No me hagas cambiar de opinión - refunfuñé.

- Por supuesto que no.

Se acercó a mí, cogió mi mano con delicadeza y la besó.

- Su caballero andante la esperará a las puertas del Gran Comedor la noche de la velada.