Entonces, me abrazó (Completa)

By Geiravor

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Martina está atrapada en una relación de la que sabe debe huir, pero no encuentra la fuerza para hacerlo. Has... More

Nota de la autora.
Glosario
1. Martina
2. Martina
4. Emanuel
5. Martina
6. Emanuel
7. Martina
8. Martina
9. Martina
10. Emanuel
11. Emanuel
12. Martina
13. Martina
14. Emanuel
15. Martina
16. Emanuel
17. Emanuel
18. Martina
19. Emanuel
20. Martina
21. Emanuel
22. Martina
23. Emanuel
24. Martina
25. Emanuel
26. Martina
27. Martina
28. Emanuel
29. Martina
30. Emanuel
31. Martina
32. Emanuel
33. Martina
34. Emanuel
35. Martina
36. Martina
37. Emanuel
38. Martina
39. Emanuel
40. Martina
41. Emanuel
42. Martina
43. Martina
44. Martina
45. Emanuel
Epílogo
❤ Booktrailer ❤
Libro en papel
Al otro lado del miedo (Libro 1)

3. Martina

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By Geiravor

―Daleeee ―insiste Lore.

―No conozco a nadie.

―Y si no salís, tampoco vas a hacerlo nunca. ―Hace un puchero mientras revisa mis remeras.

―¿De quién es el cumple? ―me resigno.

―Del novio del mejor amigo de Ema.

―Ajá, o sea que yo vendría a ser la amiga de la novia del mejor amigo del novio del cumpleañero... ¿ves por qué no puedo ir? No corto ni pincho.

―Ema no es mi novio ―se ríe de mi manía de «poner títulos».

―Con más razón. Menos vínculo.

―Pero es en un bar, cada cual se paga la consumición, va a estar lleno de gente que ni conoce al flaco.

―Al flaco... ¿no sabés su nombre?

Lore pone cara de concentración.

―Se llama... Gustavo, Germán, Guillermo... con G era.

Niego con la cabeza y voy al baño. Hago pis con la puerta abierta así puedo seguir hablando.

―¿Me prestás tu remera roja? ―pide.

―¿Cuál de todas?

―¡Gastón! ―grita.

―¿Eh?

―Gastón se llama el cumpleañero. La roja de hombros abiertos.

―Sí, usala.

―Vení, porfis, porfis, pooooorfis ―ruega.

Me tiro en la cama y agarro mi celu. Tengo un par de mensajes de Darío y me pongo a contestarle.

Está enojado por algo. Odio que me haga «reflexionar».

Darío: Tengo que estar enojado por algo? Qué crees, Martina? Hiciste algo para que me enoje?

Me devano los sesos pensando en qué pudo haberlo molestado.

Yo: No sé, amor. Por qué no contesté temprano?

Darío: ves que si sabés? Si te das cuenta, por qué lo haces?

Yo: Estaba en la facu, Darío...

Darío: Sí, claro. Estabas con algún compañero?

Ahí vamos.

―Martu ―me dice Lore mirándome seria―, ¿te vas a quedar en casa peleando con Darío en lugar de ir a pasarla bien a un cumple?

―Lore... pero... si porque no le contesté un mensaje me hace este planteo, ¿te podés imaginar si se entera que salgo?

―Primero, mandalo a la mierda. Segundo, mandalo a la mierda y tercero, mandalo a la mierda. En cuarto puesto, no tiene por qué enterarse.

―¿Y si se entera? ―pregunto y me río al ver su cara―, ya sé, «mandalo a la mierda».

―Mirá, si vos no conocés a nadie, menos él. Yo le digo a Ema que no me etiqueten en ninguna foto y listo. Cero drama, nadie se entera...

―Por las dudas poné que te avise las etiquetas ―suplico y me sonríe al saber que accedí.

―Sale y vale. ―Hace que me pare para chocar culo con culo.

―Bien, antes que nada, sabés que no soy tan lanzada como vos. Explicame quién es quién.

―G...

―Gastón, Lore. Lo dijiste hace cinco minutos.

―Bueno, no me retés. Gastón es el novio de Alejo, Alejo es el compañero de departamento y mejor amigo de Ema.

―¿O sea que Alejo es gay? Dejá, no contestes, la bolupregunta de la noche.

Lore se ríe.

―¿Cómo hay que ir?

―Es un bar, vueltera... Yo voy de jean.

Ok. Yo no uso jeans. No es que «nunca» los uso, pero es que soy petiza y culona. No me quedan bien, así que siempre opto por vestidos, polleras o palazos en los que pueda esconder mis plataformas.

Elijo un solero a lunares, tiene un estilo muy retro, de los años '60. Agrego un cinto que siempre logra hacerme ver un poco más flaca y completo con las infaltables plataformas.

―Me rindo con los rulos ―me quejo frente al espejo.

―Decimelo a mí ―contesta Lore mientras acomoda un par de invisibles.

Yo tengo el pelo ondulado. Con suerte ―que hoy no tengo―, me puedo armar los bucles. La humedad de Rosario no ayuda.

Lore, en cambio, tiene tirabuzones tan prietos que ni se gasta en peinarlos. Los lava, deja que se armen y después se los acomoda con la mano. Consigue un look casual muy copado.

Yo opto por el estilo «Rey León».

―Martu... haceme los ojitos de gato esos que te salen a vos. Yo siempre quedo como un mapache cuando quiero usar esta mierda. ―Me pasa el delineador líquido.

Terminamos de maquillarnos y así vestidas nos tomamos el cole. Súper rata, lo sé, pero ahorrar es el lema del estudiante.

El bar está bueno. Nosotras no estamos en la lista del cumpleañero, así que tenemos que pagar la consumición para entrar. Al fondo, hay unas mesas todas arrimadas de cualquier manera y un montón de flacos y minas.

―Feliz cumple ―digo en un murmullo al tal Gastón. Es bajito como yo ―como yo con plataformas―, está rapado y tiene ese tipo de rostro que da a simpático.

―Gracias. ―Me da un beso de esos que apoyan los labios en la mejilla y no puedo evitar ponerme colorada por la muestra de confianza―. Alejo ―me presenta a su novio.

―Hola. ―La voz me sale más bajita. No soy buena frente a extraños. Alejo me sonríe y saluda y cuando se gira lo veo a Ema.

Un intenso rubor me invade y trato de serenarme. No puedo contener mis reacciones frente a él, lo intento, lo juro.

Empiezo a repetirme mentalmente «es el novio de tu amiga, es el novio de tu amiga». Pero no me lo hace fácil.

«Colaborá, Ema, si sonreís así, no puedo».

―¡Martina! ―saluda con entusiasmo― ¡Qué bueno que Lore te convenció!

Saluda a mi amiga con un pico y nos lleva a la mesa. Nos alcanza un par de vasos de plástico para que nos sirvamos de las cervezas que ya están abiertas.

Una chica se me acerca a hablar y al rato me doy cuenta que me está chamuyando.

―No ―le contesto halagada y ruborizada―. Me gustan los chicos.

―¿Y a tu amiga? ―pregunta y no puedo evitar reírme.

―Me estabas chamuyando a mí para llegar a ella ―finjo indignarme y la chica se ríe.

―Puedo con las dos. ―Guiña el ojo. Habla un rato más conmigo antes de irse a buscar alguien más dispuesta que yo.

No es que quisiese experimentar con ella ni nada, pero en cuanto se va, me doy cuenta que estoy sola y empiezo a sentirme incómoda. Lore está hablando con Alejo en la punta de la mesa y a Ema no lo veo por ningún lado. No conozco más a nadie.

Miro para dónde está mi amiga esperando que me rescate, me da vergüenza ir e interrumpir. Odio ser tan tímida.

Veo a Gastón abrazar a Alejo y si bien el amigo de Ema no lo rehúsa, me doy cuenta que no le profesa el mismo cariño. Soy buena notando esas cosas porque yo soy igual con Darío.

Darío. No volví a mirar el celu desde que llegué, seguro tengo mil mensajes de él. Empiezo a sentirme fatal, busco mi cartera para mirar qué escribió y pego un salto cuando siento la voz de Ema en mi nuca.

―A bailar ―dice y se me pone la piel de gallina.

―No... No sé bailar ―balbuceo.

―Todo el mundo sabe bailar.

―Yo no. ―Ahora mi tono es terco. Me da pudor bailar, se me sacude lo que no se tiene que sacudir. Sobre todo, las gomas.

Ema tira de mí hasta ponerme de pie.

―Entonces, te enseño.

―Ema... ―me quejo. Él se ríe y yo me derrito un poco. En un intento de salvaguardar mi dignidad y, de paso, mi amistad, llamo a mi amiga ―: ¡Lore!

―Andá a bailar ―me grita por encima de la música.

―Se suponía que tenías que salvarme ―le saco la lengua e intento ponerle onda. «Se suponía que no me tenía que gustar tu novio».

―Ema logra hacer baila hasta a los muertos ―dice Alejo y lleva a Lore al medio del gentío.

Bueno, si mi amiga está cerca, capaz me animo.

Vamos a la pista ―aunque pista es una forma de decir― y nos empezamos a divertir.

Primero bailamos los cuatro, haciendo morisquetas más que pasos y nos reímos. Actuamos las canciones y exageramos todos los movimientos.

Emanuel baila realmente bien, inclusive cuando hace un esfuerzo por quedar en ridículo, lo hace con gracia. Su cuerpo se mueve al son de cualquier canción que suene, no hay un tema que no lo saque como un bailarín profesional. Tengo que esforzarme por no mirarlo embobada.

Empieza a sonar un tema de Los Palmeras. Yo no sé bailar cumbia, bah, no tengo ritmo para nada, así que me quedo dando pequeños pasitos en el lugar algo intimidada por los que me rodean.

―No, no, señorita. ―Ema se acerca a mi oído para que lo pueda escuchar y su aliento me acaricia. Siento como si me hubiesen enchufado a dos veinte―. A Los Palmeras se los respeta ―bromea.

―Te dije que no sé bailar.

En lugar de alejarse y dejarme en paz, pasa su mano y la apoya en mi espalda, justo a la altura de mi cintura. Me acerca a él y no puedo hallar fuerza para resistir.

Tengo que alzar la vista para mirarlo a la cara. Con plataforma y todo, le llego al mentón.

Está sonriendo, sus dientes se ven azul flúor por la luz del lugar y sus ojos brillantes parecen todo pupila. Por un instante, siento como si fuese él quien siente la corriente y no yo. Lo debo haber imaginado, porque no tarda en hacerme girar.

Trastabillo y logro romper el hechizo. Suspiro mitad triste mitad aliviada hasta que me vuelve a acercar a su cuerpo.

―Así ―me indica y empieza a llevarme al son de «La chica de rojo».

―El ritmo del negro ―bromea Alejo por encima de la música mientras baila con Lore.

―Preferimos que nos digan «personas de color» ―contesta riendo y vuelve a hacerme girar. Esta vez no tropiezo, pero me doy de lleno con su pecho cuando estoy de frente. Me sonríe y vuelve a marcar el ritmo.

Casi al final de la canción, logro agarrarle la onda y coordinamos un par de movimientos. Apoyo mi palma en la espalda de él y siento que su piel me quema por encima de la tela de su remera blanca.

Pasito a un lado, pie atrás, pie adelante, giro, cambiamos de lado, repetimos. Me concentro en la secuencia intentando olvidar que ardo por todos lados.

Termino sonrojada y le pido a Lore que me acompañe a la barra.

―Nunca probé el tequila ―le confieso esperando que me dé el valor que necesito. Mi amiga nunca falla.

―¡Tequila! ―grita.

Tenemos que poner unos pesos más arriba de la consumición y me enseña a tomarlo.

Sal, fondo, Limón.

Con tos, ardor y los ojos llorosos ahogo mis culpas en alcohol.

***************************

El tema que bailan (Mi aporte a la cultura general :P)

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