Percy PoV:
Hoy es el día de la fiesta, y yo sólo puedo dar gracias por eso, lo único que quiero es resolver mis problemas y estoy cada vez más convencido que esta fiesta me ayudará.
Hace más o menos una semana, me tomaron las medidas para mandarme a hacer un traje de seda, nada menos. Le dije a Neptuno, perdón mi padre, que no era necesario tanta extravagancia, pero no dejó que me negara. Llegó hace dos días, y he de decir que es mil veces mejor que el que me prestó Annie para la cena con su familia, y en aquel entonces, mi desconocido padre.
Me he esforzado mucho para decirle padre a Neptuno, después de todo, no sabía que yo había nacido y desde que lo sabe ha hecho todo lo posible para cumplir lo que él dice que son mis derechos como su hijo. Mi relación con él esta cada día mejor, al igual que la que él tiene con mis padres, bueno, mis padres de crianza y… Ahgg. Esto jamás dejará de ser complicado, cuando sea adulto y tenga hijos, estoy seguro que tendré muchos problemas para explicarle todo este rollo de mi familia, incluso a mi me cuesta entenderla.
A mi madre trato de incluirla en mi nuevo mundo todo lo que pueda, a Paul igual, y ambos son muy bien recibidos por mi padre cada vez que vienen, lo que me sorprende mucho, considerando que Paul podría ser su competencia por mi “amor”. Una vez le pregunté por qué no se siente celoso de el, y me respondió "Él ayudó a tu madre a criarte, gracias a él eres quien eres hoy, y me encanta el buen hombre que formaron". Luego de eso jamás volví a preguntar, creo que ya se de donde saqué lo filósofo que mencionó Annie hace tiempo.
Hablando de Annie... pues eso sí es un tema delicado, estamos cada vez peor, hace días que no le veo el brillo en sus ojos al que estoy acostumbrado cada vez que me vez. Suena egocéntrico, lo se, pero es la verdad, cuando comenzamos a salir, e incluso antes cada vez que me veía sus ojos brillaban, ahora podría apostar que se oscurecen, y eso me da mucha pena, siento que le estoy quitando su vitalidad y me siento culpable por eso.
Tengo claro que en parte es mi culpa, porque le escondo muchas cosas, pero no se... siento que ella también tiene sus propios secretos que me relacionan pero no me ha dicho, no la quiero presionar, la última vez que lo hice no me quiso hablar por un día.
Yo le escondo mi vida y ella está irritable, ambos estamos mal.
Pero no me gusta verla sufrir así, noto como se aleja de mi vida poco a poco. Mi mayor temor de esta noche es que se enoje mucho por ocultarle todo esto, es importante en mi vida, por lo que debería ser importante en la de ella, ¿no?
Y como si fuera poco, Annabeth y Jason odian la idea de venir esta noche a mi fiesta, porque a quien quiero engañar, es mi fiesta con la fachada de aniversario.
Volviendo al presente, hoy desperté en mi nueva habitación, que es el triple de la anterior y sigue siendo azul, estaba durmiendo en una de las habitaciones de huéspedes mientras ésta estaba lista. Mi madre y Paul están en una de las otras.
Nos quedamos aquí porque mi padre quería que estuviésemos cerca, para que en caso de alguna emergencia nos pudiera avisar rápido, y también para que personas con el conocimiento suficiente nos arreglara para la fiesta, sobre todo para mi madre, que es quien más disfruta de estas cosas.
La casa era un caos, todo el personal, que no es poco, estaba corriendo en todas direcciones, y dos de ellas entraban y salían de la habitación de mi hermana. Decidí entrar ahí, sin estobar, claro está.
Toqué la puerta y entré.
-¿Se puede?- Pregunté con una mano tomándome los ojos, cosa que debe haber divertido a Jess porque contuvo una risita, eso me hizo sonreír.
-Si se puede.- Me dijo ella, me saqué la mano de los ojos y la vi sentada frente al espejo con una mujer mayor peinandole el cabello. -Pero que preciosura que ven mis ojos.- Dije con una sonrisa, ahora si que se rió.
Estaba usando un vestido fucsia hasta un poco más abajo de la rodilla con un lazo con una flor en la cintura.
Ya era tarde, por si se preguntan por qué le pusieron su vestido de fiesta a una niña, pensando que se puede ensuciar. Quedan menos de 3 horas para que empiece la fiesta y como mi padre es el anfitrión, tenemos que llegar una hora antes por lo menos, para recibir a todos los invitados, y con tenemos me refiero a que mi padre y Jessica tienen que llegar temprano, nosotros tenemos la libertad de llegar más tarde, es la primera y única vez que tendré esa libertad en una fiesta tan elegante.
En fin, mi pequeña hermana tiene que salir en máximo una hora si mi padre no quiere ir tarde, porque odia eso, y me dijo que era una práctica admirable en la gente elegante y que más me valía aprenderla. Juro por el río estigio que trato, pero simplemente la puntualidad no es para mi.
-Tú te ves feo.- Dijo mi Hernán entre risas. -Muy feo.- Probablemente tenga razón, aún no me comienzo a arreglar para ir a la fiesta.
-Querida Jessi, me ofendes, soy la cosa más hermosa que hay sobre la tierra.- Dije con una voz muy sarcástica que la hizo soltar una carcajada.
-¿Necesita ayuda señor Jackson?- Preguntó la señora que la estaba peinando. -Puedo llamar a alguien que le ayude con su traje si lo desea.- Esta gente está demasiado dispuesta a ayudarme, es impresionante.
-No, muchas gracias, puedo sólo… o al menos creo poder.-
-Si necesita ayuda no dude en pedirla.-
-Lo haré, gracias.- Dije con amabilidad, de verdad me pone incómodo que me sirvan tanto, hasta hace poco yo era uno de ellos, ahora soy un niño rico, y esto es lo que más odio de esto.
Decidí salir de esa habitación y fui a encerrarme a la mía, a ponerme mi traje y esperar a que sea la hora, y esperar para que deje de ser un don nadie y pase a ser el hijo oficial de uno de los empresarios más exitosos del país.