Te Encontré [ 2°T de TLA]

By MiteScart

2.2M 187K 65.7K

Todo ocultamos un secreto. Que nos define. Que nos atrapa. Que nos encuentra. Dicen que el primer amor siemp... More

Prólogo
Capítulo 1 - ¿Verdad o Mentira?
Capítulo 2 - La verdades duelen más que la mentira.
Capítulo 3 - El Demonio regresa y para siempre.
Capítulo 4 - ¿Obsesión? Eso es algo que no tengo claro.
Capítulo 5 - Nunca mentí al decirte que te necesitaba.
Capítulo 6 - Evitame de nuevo, pero no grites cuando veas las represalias.
Capítulo 7 - Verdades que saldrán a la luz.
Capítulo 8 - Nueva Amenaza.
Capítulo 9 - Apariciones sorpresivas en la oscuridad.
Capítulo 10 - Tú eliges, Laila, y elige bien porque no habrá vuelta atrás.
Capítulo 12 - Esta noche es buena para nuevas revelaciones.
Capítulo 13 - El demonio seguirá siéndolo sin importar que traten de cambiarlo.
Capítulo 14 - Toda cicatriz tiene un pasado oscuro.
Capítulo 15 - El deseo es como la sangre...fluye por nuestros cuerpos.
Capítulo 16 - Los dos lados de la historia.
Capítulo 17 - La locura me condena y tú no podrás detenerlo.
Capítulo 18 - Esconde, Esconde antes de que lo atrape.
Capítulo 19 - A veces el amor no es suficiente cuando escuchas las verdades.
Capítulo 20 - Ya no somos Dos sino Tres.
Capítulo 21 - No olvides de que lado estás, amor. En las Sombras o en la Luz.
Capítulo 22 - Toda historia tiene un principio y un final...¿Te atreves a oirla?
Capítulo 23 - Todos encuentran sus castigos.
Capítulo 24 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 25 - Duelen las palabras, ¿no?
Capítulo 26 - Y entonces como el ave Fénix...la esperanza renace de las cenizas
Capítulo 27 - Hasta el más Oscuro puede redimirse...¿Pero cuál es el costo?
Capítulo 28 - Y al final vuelvo a fallar.
Capítulo 29 - Y entonces la bestia se desató.
Capítulo 30 - Los Fantasmas de las Muertes Pasadas
Capítulo 31 - Al momento en que retomas tu vida...
Capítulo 32 - Buscando maneras, pero nunca encontrando solución
Capítulo 33 - En oscuridad anduve y en oscuridad me convertí.
Capítulo 34 - ¿Qué tanto harías por él, Laila Jenner?
Capítulo 35 - Descubierta y castigada por el Demonio
Capítulo 36 - La Única Solución es la Muerte.
Capítulo 37 - Hasta que la muerte o algo más los separe.
Capítulo 38 - Seamos honestos...Ellos no están destinados a estar juntos.
Capítulo 39 -Criminal Silencioso.
CAPÍTULO 40 - ¿Regresamos A La Acción?
CAPÍTULO 41 - SANGRE POR SANGRE
CAPÍTULO 42 - ¿Y Esperas Que Acabe Bien?
Capítulo 43 - Por Obtener Una Vida Deberás Pagar Con Otra
Capítulo 44 - Cada ANGEL Necesita A Su DEMONIO
Capítulo 45 - Debiste Decir Las Palabras Correctas En El Momento Correcto
Capítulo 46 - Golpes De Muerte
Capítulo 47 - La Cena De Los Demonios
Capítulo 48 - Un Paso Para Un Final
Capítulo 49 - Somos Monstruos.
Capítulo 50 - Una locura final.
Capítulo 51 - ¿Preparados?
FINAL
Agradecimientos
ANUNCIO PEQUEÑO
EXTRA

Capítulo 11 - La seducción es como una trampa...Te induce al mal camino.

55K 4.7K 1.7K
By MiteScart


Agarro la manilla y jalo bruscamente la puerta, sólo para sentir el ruido escalofriante de sus palmas a ambos lados de mi cabeza, cerrándola de nuevo. Cerré los ojos y maldije por ser tonta, y ahora estaba atrapada. Una dura puerta delante y este psicópata por atrás.

—Creías que te dejaría escapar fácilmente. —Murmuró en mi nuca.

—Solo déjame ir. No quiero estar cerca de ti. Eso es lo que quiero.

—Antes no opinabas lo mismo. Cada giro, cada problema, cada movimiento que hacía siempre estabas tú —espetó Jace—. No había nada en cual no estuvieras tú, Laila Jenner.

—Es un error que no cometeré otra vez.

—Oh, si volverá a pasar. Recuerdo haberte dicho que si te volvías acercarte a mí serías mía. Lo hiciste y ahora aguantate.

—¿Qué...? —balbuceé. Me da la vuelta y me empuja contra la puerta. Arqueé la espalda por el dolor del impacto.

—Sé que quieres matarme, Laila y a mí no me importaría luchar contigo mientras nos besamos. Lo hará más entretenido.

—¡Nooo!

Luché contra él durante unos frenéticos momentos. Me retorcí, tratando de escapar, pero Jace se movió conmigo, anticipando cada movimiento. Lo empujo lejos, pero antes de que pueda escapar Jace me jala de nuevo y acaba lanzándome a la cama. Se coló entre mis piernas y se apoderó de mi boca con tanto ardor que no pude evitar gemir. Él respondió del mismo modo, o más, cargando su peso sobre mi cuerpo, provocando que notara su excitación rosando mis zonas bajas.

—No sabes cuanto soñé con tenerte conmigo. —Jadeó y volvió a devorarme con desesperación.

En ese momento olvidé lo que estaba bien o mal. Olvidé que por su culpa viví momentos oscuros. Olvidé que él había provocado la muerte de mi padre. Perdí toda voluntad. Me dejé llevar, aún sabiendo que la culpa me carcomería después, y deslicé mis manos por su pecho y las introducí dentro de su camiseta. Odié el placer al apreciar el gemido de Jace cuando enterré las uñas en su espalda. Cada parte de su cuerpo reaccionó como si disfrutara del dolor y, no solamente a él, también me odié porque yo no me libraba del no sentir lo mismo.

Esto no estaba bien.

—Sueltame —Le dije, apartando mi boca de sus labios—. Jace, déjame ir.

—Pero si tú quieres esto... —dijo con la voz áspera—...tanto como yo. ¿Por qué detenerse?

Nos quitó la camiseta a ambos mientras estampaba de nuevo sus labios contra los míos y me devoró en un beso hambriento y enloquecedor que acabó consumiéndome. Nuevamente perdí toda cordura, solo pude pensar en el increíble tacto de sus labios y la manera en que su cuerpo se envolvía con el mío, pero recapacité y arremetí de nuevo contra él. 

Lo empujé con ambas manos y me levanté de la cama.

—Asesinaste a esa chica. Tú lo hiciste.

—No de qué hablas.

—Sabes perfectamente de lo que hablo —Espeté mientras coloco de regreso mi camiseta—. Has matado a personas, las que me importaban y las que he amado en este mundo. ¿Acaso no tienes remordimiento? ¿Nada? Y para colmo has llegado al extremo de atacar a mujeres que se llevan el mismo nombre que el mío. ¿No tienes nada que decir?

Él se gira, dándome la espalda y se va a la ventana. La tensión marca en sus músculos. No puedo evitar mirar las cicatrices que adornan su espalda.

—No he sido yo, Laila.

—¿Cómo que no fuiste tú? 

—Lo que oíste.

—¿Me estás diciendo que no asesinaste a Nataly King y a las otras?

—Hay alguien más que me está culpando. Es notable porque no usa la misma técnica que la mía...aunque lo intente.

Ignoré el tono de orgullo por si mismo que Jace mostró.

Me crucé de brazos: —¿Quién?

—Eso no lo sé.

—¡Perfecto! —exclamé—. Entonces, ¿ese tipo también atacó a Andrew?

Se dio la vuelta. Estaba sonriendo: —No. Ese fui yo.

—¡Desgraciado!

—¡Fue tu culpa!

—¿Mi culpa?

—Me puse celoso, ¿qué esperaba? Quedarme sentado viendo animal planet mientras mi chica proclamaba amor a un hombre que no soy yo.

—Yo no soy tu chica y tampoco siento amor por...—me quedé en silencio y Jace arqueó una ceja—...¡No importa!

—A mí me importa. ¿No acabo de oír que tú no sientes amor por Collins? —La sonrisa de Jace se tornó depredadora—. Eso cambia la ecuación. —dijo suavemente. 

—¿En qué cambia? —pregunto tragando saliva, nerviosa.

—Bueno...

El sonido de un teléfono nos interrumpe. Suspiro aliviada. Jace gruñe por lo bajo, sacando su teléfono y contesta.

—Habla. —Emplea un tono frío y calculador.

En el tiempo en que está concentrado por lo que dicen al otro lado, me obligo analizar lo dicho. Jace asumía que otro fue el causante de las horribles muertes de la chicas. ¿Tenía razón? Es verdad de que las noticias atribuían los asesinatos a Jace sin que tuviera su más característica marca. Las rosas. Miré de reojo a Jace, en como junta las cejas frustrado, o en la manera que tensa la mandíbula. ¿Entonces dice la verdad?

Cuando cuelga se sienta en la cama y suspira pasándose la mano por el pelo.

—¿Todo bien? —pregunto.

—Si.

—¿Completamente seguro?

—No.

Pongo los ojos en blanco.

—¿Te has vuelto monosílabo?

—Si. —responde y sus ojos brillan divertidos.

La furia se fue.

—Idiota.

—Desquiciante. —contrataca.

—Lunático. ¿Has llegado a pensar que la policía vendrán por ti en cuanto se enteren de que me has secuestrado.

—Claro. —admitió con suma tranquilidad. Lo observo en hito en hito ¿Acaso no le preocupa?

Jace sonríe perspicaz.

—No me cabe duda de que lo haran, sobretodo siendo la hijastra del gran detective Murray la secuestrada. Pero no te encontrarán, Laila. ¿Así de fácil? No. Si quiero retener algo tengo que hacerlo bien.

La sonrisa seguía agazapada en las comisuras de us labios cuando lo seguí de vistamientras recogía su camiseta del piso. Jace abrió la puerta de la habitación y volvió a verme.

—He comprado ropa para ti, está en el armario. Espero que te gusten. Por mientras yo iré a resolver unos asuntos pendientes afuera. —dijo y añadió con seriedad—. Ni se te ocurra huir porque te encontraré de todas formas y no querrás saber tu castigo cuando te tenga en las manos.

Y se marchó.

Después de que Jace cerrara la puerta detrás de él, dejándome sola y obligada a permanecer aquí, corrí a la ventana. Pasaron unos segundos cuando apareció Jace saliendo de casa en dirección al vehículo, estaba hablando de nuevo por teléfono. Abrió la puerta del conductor y antes de subirse al vehículo, miró hacia arriba.

Su mirada la fijó en mí y con una sonrisa burlona, articuló las palabras, ¡Cuídate, cielito!

—Imbécil. —mascullé, apartándome de la ventana y regresando al sofá.

El ruido del vehículo me indicó que ahora estaba sola. El único ruido que se escuchaba es la de mi respiración. Estuve recorriendo la casa por completo buscando algún teléfono, pero desistí pronto cuando vi que era inútil. Estaba atrapada. Sin auto, sin teléfono para comunicarme y sin saber exactamente en donde estoy.  Lo único que me sirvió el recorrer la casa fue haber descubierto que era muy acomodada y familiar para ser del tipo de Jace. ¿A qué familia se la tuvo que arrebatar? No me quedé averiguarlo, regresé al confinamiento de la habitación.








[***]

Odió dejarla.

Odió mantenerla en casa aun sabiendo que el maldito estaba al acecho y no precisamente de ella sino también de él. Lo supo por primera vez cuando el hijo de puta lo había tomado con la guardia baja. Se salvó. Pero ahora, ahora no permitiría que lo encontrará. No podía negar el hecho de que el desgraciado era bueno escondiéndose y Jace esperaba que siguiera siéndolo porque si lo encontraba no dudaría en dispararle justo en el corazón. Ya le estaba provocado problemas al matar a mujeres llamadas Laila en su nombre, eso lo enfureció hasta reventar, pero lo que no aguantaría era que tocara a Laila. Su Laila. Eso no.

Detuvo el vehículo de Laila a un lado de la carretera y se bajó. Jace observó a todos lados, nadie a la vista. La suerte estaba de su parte. Sacó el teléfono de su bolsillo y marcó el número.

Contestaron después del segundo tono.

¿Qué quieres, princeso?

Escucha hijo de puta, si vuelves a llamarme así y juro que te corto la lengua.

La risa del maldito daño su oído.

—¡Ya, ya, ya! Me detengo. —dijo al otro lado del móvil—. Como me gusta molestarte, White.

Te lo aguanto porque necesito de tu ayuda o sino ya serías hombre muerto.

Cuento viejo. ¿Ya estás ahí, princeso?

Jace maldijo: —Si.

De acuerdo. Ahora iré por ti.

Jace colgó y guardó el teléfono. De su otro bolsillo sacó un pañuelo y se dispuso a limpiar lo que había tocado. No pasaría mucho para que rastrearan el automóvil de Laila y no podía dejar rastro alguno...aunque a estas alturas el gran detective Murray ya debía saber quién secuestró a la dulce e inocente Laila. No pasará hasta encontrarla.

Jace rió a carcajadas.

Seguro que permitiré llevártela de nuevo.

Limpió el volante y al cerrar la puerta de auto, limpió la manilla. Listo. Pero faltaba las llaves del auto. Mmmm...¿Qué haré contigo? Jace no lo pensó, las limpió cuidadosamente y las lanzó lejos. ¿Las encontrarían? Quién sabes.

No pasó mucho tiempo para cuando dos luces amarillas aparecieron por la carretera y luego un auto se estacionó en frente de él. Jace echó el pañuelo a la chaqueta y caminó al auto, abrió la puerta y se sentó al asiento del copiloto.

Lindo auto. —dijo el hombre que estaba en el volante. Jace vio que hablaba del vehículo de Laila.

¿Lo tienes listo? —preguntó en cambio. No le importaba el puñetero auto sino lo otro.

Al auto comenzó a avanzar por la carretera.

No, aún no. No pongas esa cara, hombre. Sabes perfectamente lo que se demoran estas cosas. Ve al bar en dos días más y las tendré lista para en ese entonces. —extendió la mano a la guantera del auto y sacó un sobre amarillo—. Toma. Ya no las necesitará.

Jace tomó el sobre en sus manos. 

Eso espero —dijo Jace—. Por tu bien espero que estén en mi mano cuando vaya, ¿quedó claro?

Pero él sonrió: —¿Sabes que tus amenazas no van conmigo? Te conozco de niño, Jace White y tus miraditas de odio no me afectan.

Maldito.

La risa resonó por todo el vehículo.

Psicópata. —dijo él y Jace sonrió. Ese maldito no aprendía.




[***]


Jace no llegó hasta la noche. No sé exactamente la hora debido que no había reloj en este lugar, pero al regresar la casa estaba sumida en la oscuridad que el bosque proporcionaba. Por el rabillo de las cortinas de la ventana observé un auto extraño estacionarse en la casa y luego a Jace bajando en el...¿Dónde estaba mi auto?

Me alejé de ahí y me senté en la cama. ¿A dónde fue? ¿Qué hizo con mi auto? ¿Bajo o no bajo? Paré la oreja cuando lo escuché desplazarse por el primer piso y el ruido de un televisión encendida. Gruñí.

—¿Es que no piensa venir? —dije a la nada. Al darme cuenta de lo que dije, fruncí el ceño—: ¿Y yo para qué me preguntó eso?

Me quedé en la habitación por más de siete minutos y en ningún momento Jace apareció. ¡Diablos! Salí de la habitación yo misma y bajé las escaleras. Él se encontraba sentado en la sofá de la sala de estar, dándome la espalda y mirando fijamente la televisión. El canal de noticias.

...la empresa no habló más al respecto. En otras informaciones, damos la terrible noticia de otro asesinato ocurrido en la cuidad Londres. La víctima corresponde a Laila Arias de treinta años, encontrada en un edificio abandonado.

Abrí los ojos al ver la imagen de una mujer ocupando toda la pantalla. Ella no se parecía nada en mí más que en el nombre. Sus ojos oscuros me observaban directo y sentí un dolor oprimiendo mi pecho. Ella murió por mi culpa. Fue asesinada por mi culpa.

La policía no quiso dar explicaciones de este macabro asesinato, pero podemos confirmar que se trata del mismo autor que ha estado aterrorizando a la cuidad.

Inconsciente de mi presencia, Jace tomó el mando de la televisión y le bajó el volumen.

—Creí que dormías. —habló de repente.

A fin de cuentas no estaba tan inconsciente de mí como pensaba.

—¿Miras televisión para enorgullecerte al saber que todos te temen?

Jace se puso en pie y pasó por mi lado.

—Y además me ignoras. —le dije enojada, siguiéndole.

Jace se dio vuelta sin previo aviso que casi tropiezo cuando intento dar un paso atrás. Los labios de él se apretaron mientras podía ver la ira aumentando dentro de él.

—¿Ignorarte? ¿Yo? Oh, Laila yo nunca te ignoraria, pero tú, tú eres la que ignora la verdad. Estas tan cegada que nos ves el peligro del cual te estoy salvando.

—De acuerdo. Entonces dime, dime de cuál peligro me estás protegiendo.

—¡De ser asesinada como ella! —señaló la televisión.












Continue Reading

You'll Also Like

105K 4.3K 42
Blake Summers, esta chica ha sido un problema para todo instituto e internado que ha estado por su adicción a meterse en problemas y sacar malas nota...
La Osa Mayor [BD] By Ada

Mystery / Thriller

33K 6.1K 179
• Título original: Beidou (北斗). • Título en inglés: The Plough. • Autora: Meng Xi Shi (梦溪石). • Traducción chino-inglés: Qianya, en https://bookswithq...
184K 11.8K 49
//TERMINADO// Dos almas. Una maldición. El hijo favorito de Lucifer encontrará su tentación en una de sus víctimas, y desde ese momento todos sus pla...
220K 10.8K 36
Brooke Bones, conocida como "Brooke Break Bones" (Brooke Rompe Huesos) es una chica de 17 años acabada de salir de un infierno, pensando en que por f...