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—Tienes que relajarte, Louis—Louis miro a la castaña por una última vez y asintió no muy convencido.
Miro de nuevo hacia el gran lago del Campamento de Semidioses. Desde que Louis había ingresado y se había enterado de que era un Semidiós, su vida había cambiado de sobre manera, pero eso había sido a sus cortos once años de edad, ahora, con sus veinte años ya se había acostumbrado a estar en el campamento por su seguridad.
Se aferró al pasto del suelo y lo arrancó entre sus dedos:— Siempre me pongo nervioso cuando me voy a ver con él.
—Que puede salir mal, ¿el sexo?—su mejor amiga, Jade, intentó ligera el ambiente—, no lo creo, eres el hijo de Afrodita.
Louis se sintió enrojecer, y no solo por el grito que había dado su mejor amiga, sino que las personas que estaban entrenando se habían girado hacia ellos.
—Por todos los Dioses,—ocultó su cabeza en sus rodillas—baja la voz.
—A puesto que Harry le encanta que así sea—Louis mordió su labio inferior con fuerza. Harry amaba que sea hijo de la Diosa Afrodita, se lo había repetido tantas veces cuando estaban en la intimidad—¿Eres muy ruidoso?, ¿Cuál es su posición favorita?
—Jade, no quiero seguir hablando de esto—se levanto del suelo, sacudiendo su pantalón. Jade hizo un puchero al no recibir respuestas y tomo la mano ofrecida por su amigo para levantarse del suelo. No quería que alguien escuchara su platica.
—Está bien, no más preguntas de como es el sexo con un hijo de Zeus—agitó sus brazos en forma de rendición. Jade era una chica muy linda, un poco insistente cuando quería saber algo y ese era el momento que habían pasado hace unos minutos atrás.
—Gracias—susurro. Louis era un chico que prefería mantener en secreto la "relación" que tenía con Harry, no era algo que a él le agradaba que supieran todas las personas del Campamento, mucho menos que él prefiere más la compañía de un hombre que la de una mujer.
—Lou, no entiendo porque mantener en secreto tus sentimientos por Harry—la rubia había bajado la voz, pero con la certeza que su amigo la había escuchado claramente. Louis giró su cuerpo hacia su amiga, mirándola con sus expresivos ojos zafiro—. El mundo no se acabará porque te gustan los hombres. Incluso algunos Dioses...
—Para ti es fácil decirlo—Louis ocultó sus manos en las bolsas de su sudadera negra—, pero para mí no.
—Mira hacia allá—su amiga apuntó hacia la dirección contraria a donde se dirigían. Louis siguió sus instrucciones y miro hacia el muelle del lago—. Ahí está Harry y Anabelle, y posiblemente lleguen a ser pareja.
Louis apretó sus manos dentro de la sudadero:—Él puede salir con quien quiera, y no me interesa.
—Si, claro—su amiga negó con la cabeza, provocando que sus cabellos se mecieran hacia los lados—. Harry no puede esperarte por siempre, recuerda que todos somos reemplazables.
—Ya, por favor—mustio el semidiós—. No necesito más sermones.
—Y más te vale que cuando hayan salido de su nido de amor... le confieses lo que sientes.
—Jade, tengo hambre—cambio de tema sin más. Tomo las manos de su amiga y la empujo ligeramente hacia adelante.
—¡Como puede ser posible que follen como locos y no se digan lo que sienten!—Louis colocó sus manos en los labios gruesos de su amiga y abrió sus ojos escandalizado.
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Louis se pregunto porque seguía viniendo a ese lugar, la última vez casi los descubrían teniendo relaciones, y a el no le agradaría ser descubierto cuando Harry Styles se lo estaba follando, y mucho menos que todos se enteraron de ello.
—No debí venir—se quejó bajo, dándose la media vuelta y tropezando con el esbelto cuerpo de un hermoso rizado de ojos esmeraldas.
Ambas miradas se encontraron y Harry deslizó su mano por los dedos fríos de Louis.
Dio una suave sonrisa burlona y hablo por primera vez.
—Pero viniste, como siempre lo haces.
Louis miro sus zapatos, avergonzado:—Si, lo hice.
Ambos callaron, sin saber qué decir exactamente. El solo ruido de los grillos era el único canto que ambos escuchaban en el campo.
—Louis...
—Harry...
No pudieron evitar reír al hablar al mismo tiempo, liberando el incómodo momento. Harry se atrevió a tomar la pequeña mano del chico más bajo con fuerza y dio un suave beso en sus meñiques.
—Te he extrañado mucho este tiempo—por primera vez en dos meses era lo único que había dicho con sinceridad. Tragó saliva incómodo y siguió hablando—. He estado pensando en lo que está sucediendo entre nosotros dos, y bueno...
—Louis, yo también quiero decirte algo, pero en este momento solo quiero estar contigo en la cama después de dos meses de no tenerte, así que perdóname por interrumpir tu confesión, así que, si me permites, solo quiero besarte.
Sin una respuesta junto sus labios con los delgados y finos labios de Louis. Besando con fuerza y pasión contendía desde hacía tiempo. Sus manos tomando el rostro del ojiazul y el menor colocando sus manos en el rizado cabello de Harry, jalando con ligereza los suaves cabellos castaños.
Louis mordió el labio inferior de Harry, ganándose un gemido ronco y unas manos traviesas bajando hacia su trasero.
—Espera—el ojiverde se apartó del fogoso beso que estaban compartiendo y tomo al más bajo de la cintura, introduciéndolo a su cabaña. Cerrando la puerta a sus espaldas, no perdió más tiempo y empujó a Louis sobre la pared.
—¡Harry!—un Louis exaltado reprochó cuando su sudadera y playera fueron quitadas de su cuerpo, dejándolo semidesnudo.
Los tibios labios de Harry se posaron en su pezon y mordió su labio inferior, callando un gemido involuntario. Sus pequeñas manos se posaron en los hombros de Harry. Siseó entre dientes cuando su ahora sensible pezon fue mordido con cizaña. Sus uñas enterándose en la piel de Harry.
—¡Ay!—su pezon derecho fue pellizcado por las gemas de los dedos del ojiverde. Su cabeza volteando hacia arriba, abriendo su boca cuando soltaba un gemido. Su entrepierna dolía cada vez más por los jeans, se removió, indicándole a Harry que parara.
—A la cama.
—Como órdenes, Princesa.
Gruño por el apodo que le había puesto Harry desde que se conocieron. El odiaba que lo llamaran así, y mucho más cuando el rizado lo usaba para molestarlo.
—Agh, no me llam...Harry—lloriqueo cuando fue recostado en la cómoda cama y su adolorido entrepierna fue tocado por la mano del ojiverde. Sus manos fueron hacia su propia pantalonera, deslizándola de sus caderas hacia abajo.
Harry rió de forma baja, viendo los movimientos desesperados de Louis por liberarse de las últimas prendas que lo cubrían de su total desnudez.
—Yo lo hago, Princesa—Louis le dio una mirada acusadora—. No sabes cuánto adoro verte sin ropa.
Louis elevó ambas cejas, lambiendo su labio inferior.
—¿Entonces que esperas?, cariño.
Harry quito su propia camiseta, dejando su trabajado torso a la vista de los lujuriosos ojos de Louis. Los dedos del más bajo trazando la mariposa tatuada en su torso. Siguió el camino hacia su ombligo y una leve sonrisa traviesa se instaló en los labios del ojiazul.
«Cuanto extraño tenerla en mi boca», pensó, dejando un tibio beso en el pecho de Harry.
—Esos juegos los dejaremos para más tarde, Princesa.
Cuando ambos se encontraban desnudos, y con un Louis jadeando con tres dedos dentro de él, Harry aprovechó para hacer varios chupetones en distintas partes del cuerpo del chico que se encontraba montando sus dedos.
—Mierda, Louis—Harry no podía evitar maldecir cuando miraba como Louis tenía su cabeza agachada, con sus labios mojados por su saliva y sus ojos cerrados con fuerza. Manos apretando sus hombros con más intensidad y Louis abriéndose para él cada vez más.
Estaba seguro que Louis podría estar toda la noche dando brincos delicados pero fuertes toda la noche sobre sus caderas.
—Ya, ya, ya—susurraba repetidamente—. Vamos, follame.
No hizo falta que Louis repitiera la frase una segunda vez para cuando fue tomado de sus caderas y fue colocado debajo del rizado, con sus manos y rodillas temblando con ligereza.
—Harry—murmuraba sumiso cuando su nuca fue tomada, guiando su cabeza hacia la almohada y recostado con cuidado. Sus caderas tomadas y elevándolas más, dejándolo vulnerable a la vista de Harry.
—Me gusta mucho más la vista así—Harry rompió la envoltura del condon y se la colocó en su hinchado miembro. Tomo la cadera de Louis con una sola mano y la otra alineó su miembro en la entrada del ojiazul.
Louis se sintió arder, aún dolía tener a Harry dentro. Sollozo, apretando sus puños con fuerza.
Harry tomo aire con fuerza:—No te muevas, Princesa—más que una sugerencia había sido una orden dulce. Harry sabía con perfección que era grande, pero le gustaba tener al ojiazul quieto mientras se introducía en él.
—Yo... ¡dios!—la quebrada voz de Louis intentó quejarse, pero no sirvió de mucho con la dura embestida que fue brindada a su cuerpo. Gimió demasiado fuerte, su cuerpo meciéndose hacia el frente sin delicadeza.
—No sabes cuánto te necesitaba—su entrada comenzó a ser embestida una y otra vez, escuchando sus pieles chapotear por el lubricante. Mordió su labio, intentando callar los sonidos desesperados de su boca.
—¡Ah!—Louis sentía su vientre caliente y su miembro tan duro que no podía tocarse a si mismo. Estaba tan sensible que incluso estaba llorando por el placer que sentía al tener a Harry.
—Nunca te volveré a dejar ir—Harry tomo su cuello, mordiendo su hombro—. Te quiero tanto, Princesa.
—Hazz—su voz saliendo en un gemido necesitado—. Te quiero.
Harry callo por los siguientes minutos, solo escuchando sus respiraciones aceleradas, sus gemidos y gruñidos de placer.
Cuando ambos acabaron, Harry salió de él, sin lastimarlo, tirando el condon al bote de basura. Louis se recostó a su lado cuando volvió del baño. Sus cabellos siendo tocados con ternura.
Louis tenía mucho sueño, pero antes de que su sueño lo venciera escucho la clara voz ronca del rizado.
—Lo se, Louis.
Louis durmió con una sonrisa pintada en sus delgados labios.
Cambie la portada, ¿les gusta o estaba mejor la de Kittxnx?
Ya casi llegamos a los 40 K
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