Dedicado a natibeth_16
PoV Yo:
-Fueron negativos, Percy no es mi hijo.-
De cierta forma, Neptuno se sentía mal de mentirle así a la chica que le ayudó a descubrir la verdad, que le ayudó a conocer una de las mejores noticias que pueden existir.
Él era padre de un chico, su primogénito no era Jessica como él creía, y no lo supo por más de 16 años. Se sentía culpable de no haber podido estar ahí cuando Sally estaba embarazada, de no haberles ayudado cuando lo necesitaban, o simplemente, de estar ahí para ver a su hijo crecer, por lo que había experimentado con su hija, esa es una de las mejores sensaciones de la vida...
Y por su arrogancia y orgullo lo perdió con Percy.
Ellos no tenían ninguna relación con su familia, y por su culpa se perdió los momentos más maravillosos al lado de la mujer que amaba.
De lo que si tenía la certeza, era de que Percy era muy bien chico, confiaba en que Sally habría hecho muy buen trabajo, y si alguien como Annabeth Chase es su novia, es un hombre hecho y derecho, algo que llenaba el pecho de Neptuno de orgullo.
-Yo lo siento mucho señor.- Annabeth seguía en el teléfono, sonaba decepcionada. -No quería hacerle eso.- Neptuno podría apostar que estaba al borde de las lágrimas.
-¿Estas bien?-
-Si, sólo... lo siento mucho, no quería crearle falsas expectativas.- Luego de eso colgó.
Neptuno quedó pensando en lo que llevaría a aquella chica a actuar así, no le encontraba sentido.
Ahora tenía mayores preocupaciones, ocuparse de que Percy le aceptara como su padre, y lograr que le perdone todos esos años de ausencia. Era una tarea difícil, pero estaba seguro de que lo lograría.
Primero tenía que hablar con Sally, y explicarle lo que pasó, luego, vendría su hijo.
Annabeth PoV:
Ahora me siento como una idiota, ¿cómo se me ocurre darle tantas esperanzas a un hombre tan importante como él? Sobre todo sin tener pruebas o verdaderos motivos para pensar así.
Y con el maldito orgullo que tengo dentro de mi, no voy a reunir la valentía sugiciente para disculparme de verdad por eso, lo único que me queda es esconderme de todo el mundo hasta que la vergüenza pase.
Pero aún estoy en la heladería con Percy, Grover y Enebro, y debía aparentar tranquilidad. Lo bueno s tener un orgullo del tamaño del Olimpo es que no se me hace difícil esconder lo que siento, eso es muy útil en una discusión.
-Chicos, me acaban de llamar de casa, debo irme ahora.- Me siento mal por mentirles así.
-¿Quieres que te lleve?- Preguntó Percy.
-No es necesario, tomaré un taxi.-
Me despedí de todos y comencé a caminar hacia la calle, no pasaron ni 10 segundos para que unos brazos fuertes me abrazaran por la cintura, sonreí inconcientemente, pero al instantáneamente.
-¿A dónde crees que vas? Iremos a mi casa y te llevaré en el auto de Paul.-
-No quiero Percy, me iré sola.- Sé que no me debería desquitar con él por culpa de Neptuno, pero simplemente no lo puedo evitar.
-Pero Annie...-
-No me digas Annie, odio eso.- Dije y luego comencé a caminar más rápido dejándolo ahí con cara de confusión.
Tomé un taxi, que me dejó en mi casa.
Cuando llegué, me fui directamente a mi habitación, dónde me encerre y no salí hasta el día siguiente.
Percy PoV:
Me quedé parado en el parque mirando como ese cabello rubio que tanto amo se subía a un taxi y se alejaba de mi.
Aún no entendía que es lo que pasó, ahora tengo dudas de quién le llamó, porque está más que claro que no fueron sus padres para que se vaya a casa, estaba de muy buen humor para que se ponga así sólo con una llamada de ellos.
De todas formas me preocupó, más porque no quiso mi apoyo, la última vez que se sentía mal no quiso alejarse de mi, me pregunto que le habrá pasado hoy...
No fui con los chicos porque ya me despedí de ellos y no quiero que se preocupen por lo que podría ser una niñeria, de seguro escuchó algo que no quería y eso fue la que la puso de malas.
Llegué a mi casa y saludé a mi mamá y a Paul, ambos notaron que algo me pasaba, lo vi en sus ojos.
-Adelante, pregunten lo que quieren.- Dije.
-¿Estás bien?- Preguntó Paul.
-No lo sé, Annabeth estuvo extraña cuando se fue y no sé que le pudo haber pasado.-
-De seguro no es nada hijo.- Dijo mi madre. -Estoy convencida de que te lo dirá luego, sabe que tú te preocupas por ella.- Tenía una sonrisa esperanzadora.
-¿Tú crees?-
-Estoy segura, pero si por cosas del destino eso no pasa, te recomiendo no insistir en eso, si no tiene la confianza de decírtelo, debes darle tu apoyo en silencio.-
-Pero como novia de Percy, ¿no debería decírselo? Como novios no deberían tener secretos.-
El rostro de mi madre se oscurecio un poco, o al menos eso creo, porque volvió a la normalidad en menos de dos segundos.
-No tiene la obligación Paul, siempre es lo recomendable, pero no tiene la obligación.- Cuando dijo eso último su voz DE apagó un poco...
Okey, esto ya es muy extraño, ¿por qué mi madre y Annabeth se pusieron de acuerdo para torturarme hoy? No creo haber hecho nada malo con ninguna de las dos, al menos concientemente.
Fui a la cocina a buscar algo para comer y luego me di una ducha para ir a dormir, estoy muy cansado, al parecer es cierto que el cansancio mental es peor que el físico.
Y recordando el cansancio físico, el lunes comienza el entrenamiento del equipo de natación, es el último año, quiero destacar más que los anteriores, el entrenador dijo que es posible conseguir una beca en la Universidad por nadar, eso me serviría mucho para pagarla.
-¿Hijo?- Mi madre apareció por la puerta de mi cuarto. -¿Estás bien?-
-Si, ¿por qué no lo estaría?-
-Intuición de madre.- Dijo con una sonrisa.
-Estaba pensando en la beca que podría obtener con la natación.- Ella sonrió.
-Te ves muy decidido, eso me gusta.- Yo solté una carcajada y luego se hizo un silencio incómodo. -Te llegó esto en la tarde.- Me entregó un sobre blanco con el sello de una empresa, sólo que no recuerdo cuál.
-Gracias, la leeré en la mañana, estoy muy cansado ahora.-
-Claro, luego me dices que tal.-
-Oki doki.- Ella rió recordando lo que le decía de niño.
Me besó en la frente y de fue de mi habitación, yo por mi parte, me fui a dormir.