Daron, un ángel para Nathalia...

By jane_n_johnmest

1.8M 151K 16.4K

LIBRO COMPLETO✓ Una joven normal, con una vida normal. Abandonada por su madre, pero amada y protegida por su... More

Sinopsis
Para ti, querido lector
Book tráiler
Epígrafe
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 9
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 28
Capítulo 42
¿Qué te ha parecido la historia?
¿Qué sigue después de esto?
Capítulo 46
Capítulo 47
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Extras
Capítulo 48 [+18]
Capítulo 49

Capítulo 32

25.1K 2.3K 137
By jane_n_johnmest

NATHALIA

Mis pies tocan el suelo y la brisa deja de azotar mi cara. Me encuentro frente a la puerta de la que antes solía ser mi casa, junto al único hombre que he conocido como mi padre, el único al que he amado más que a nadie. Observo a Daron un poco confundida, no entiendo completamente por qué me ha traído aquí, esta casa ya no es más mi hogar. Ya no tengo uno, porque volver con Lysander no es una opción, mi padre me ha hecho saber que puedo irme con él, a pesar de ello no estoy segura de querer hacerlo.

El peligro ha pasado, Daron se irá y quizá no vuelva a verlo, aunque ha dicho lo contrario. Debo buscar mi propio refugio, terminar esta vida que ha pasado de ser normal a ser un verdadero calvario. Mi misión ahora consiste en poder encontrar mi propio camino.

Siento nostalgia y felicidad al mismo tiempo, una sensación difícil de explicar, pero siento felicidad porque Lyron ha desaparecido de mi vida y de la de las personas que me importan, incluyendo Daron, sí, él me importa, aunque no lo pueda admitir en voz alta ni en su cara. Por otro lado, siento esta tristeza, porque él se marchará al igual que todas las personas que han formado parte de mi existencia.

Mi padre seguirá su vida normal, Clya se ha ido sin poder darme la oportunidad de saber más sobre ella, y Vid, no es más aquel amigo con el que he compartido los momentos más preciados, pero que ha resultado ser un desconocido más. Sabiendo lo que es, las cosas ya no serán lo mismo y eso me duele en lo más profundo del alma. Me siento traicionada aún y me quema porque esa traición ha venido de la persona que menos esperé, y aunque siento ese dolor, no puedo dejar las cosas en malos términos.

Si cuento los malos y buenos momentos, hay mejores que malos y eso es algo que no puedo negar.

—¿Qué hacemos aquí? —Cuestiono finalmente.

Daron me observa con sus ojos risueños.

—Como me iré —añade—. La casa se quedará sola y sé que aquí pasaste bonitos recuerdos. Así que te la devuelvo.

Mi boca se abre ligeramente en un evidente gesto de no poder creer lo que está diciendo.

—¿De-vol-ver-me-la? —tartamudeo.

—Sí, al fin y al cabo, te pertenece. Se la compré a Lucas, pero sigue siendo tuya y de él —agrega observando la casa detrás de mí—. Te conocí aquí y quiero que nos volvamos a encontrar aquí.

—No puedo aceptarla, Daron, esta ahora es tu casa. Cuando regreses necesitarás quedarte en algún lugar... —Me hace callar, poniendo su dedo índice sobre mis labios.

—Para eso estarás tú, eres parte de ese hogar que necesitaré —su mano acaricia suavemente mi mejilla y no me queda nada más que cerrar los ojos ante su tacto. Su suave caricia sobre mi piel, me hace sentir tan extraña. Quisiera alejarme, pero no puedo.

El sonido de una puerta abriéndose llega hasta mis oídos y me volteo para ver a Johnvid de pie bajo el umbral. Él mira a Daron para luego posar sus ojos sobre mí, una sonrisa se dibuja en su rostro y sin importarle nada, corre hacia mí y me abraza, alzándome en sus brazos. Me siento tan protegida teniendo a estas dos personas en mi vida. Cierro los ojos y correspondo su abrazo, apretándolo tan fuerte como me es posible, aunque él me ha lastimado con sus mentiras, temo perderlo y no volver a verlo.

Los ojos se me llenan de lágrimas en un santiamén, como si las hubiera estado acumulando durante mucho tiempo. El corazón me duele aún más, sobre todo cuando pienso en que este es el final. No puedo contener más las lágrimas, ni el llanto que está surcando en mi garganta. El líquido salado cae por si solo de mis ojos, deslizando rápidamente por mis mejillas. Pensar en una despedida me quema, porque tengo miedo de quedarme sola. No quiero alejar a Vid de mi vida, deseo que siga siendo aquel que conocí, aquel amigo mala influencia, pero sobre todo... Anhelo que aquel chico de ojos verdes esmeraldas se quede también.

—¿Chienne? —Pregunta Vid, mientras se separa del abrazo que nos ha unido—. ¿Por qué lloras? ¿Qué sucede?

Le regalo una sonrisa, mientras veo directo a sus ojos azules llenos de preocupación. Los pucheros aparecen repentinamente bajo mi mentón y no puedo evitar que el labio inferior me tiemble.

—Es que se siente también saber que tienes a alguien cuidándote la espalda. No quiero perderlos —admito.

Apenas me salen las palabras y mirarlos a ambos lo hace aún peor. Johnvid me sonríe y vuelve a abrazarme, mientras Daron solo observa en su lugar, sin ninguna expresión en el rostro y sin mover un solo músculo.

—No puedo creer que sea la primera vez que digas palabras tan cursis —se burla Vid—. No lo harás —prosigue—. ¿Quién te ha dicho lo contrario?

Miro a Daron y un llanto mudo aparece, es la primera vez que lloro frente a otra persona, muy pocas veces lo he hecho frente a Vid o frente a mi padre. Mi lado débil ha florecido. Siempre me he considerado una persona fría, una que esconde lo que siente y juega a la actuación diaria de estar bien, pero estas últimas semanas, eso ha cambiado, y aunque me cueste reconocerlo, soy débil y tengo un corazón latente. La debilidad se supone no es una opción, pero a veces se convierte en eso. La debilidad no es mala, te hace más fuerte, al menos eso es lo que he aprendido.

No quiero sentir algo tan poderoso como el amor, pero no puedo negar o escapar de ese algo que mantengo encerrado dentro de mí y que no me permite aceptarlo. Mi otra yo me grita que no estoy preparada para asumir aquello, porque simplemente no va conmigo, pero, ¿qué tan cierto es eso? ¿Qué tiene de malo aceptarlo? Salgo corriendo hacia el interior de la casa, sin decir absolutamente nada, a esconderme como siempre lo hago, haciéndome la "valiente". Tratando de tapar el dolor que está casi consumiéndome, por razones que evidentemente sé, pero me atemorizan.

Me escondo en la habitación que ha sido de mi padre, pero que ahora es de él. Suelto todo el llanto que tengo dentro, sin importar nada. Necesito sacar todas las lágrimas que llevo acumuladas, aquellas que no tuve oportunidad de derramar por mi madre. Toda esa tristeza que ahora me abraza como una sábana hecha de puro fuego. Me dejo caer en el suelo, apoyando mi espalda en la cama; abrazando mis pies, llorando en un completo y doloroso silencio. La puerta se abre lentamente y es él. Seco mis ojos rápidamente, tratando de esconder lo evidente. Mis pestañas están empapadas y apenas me dejan ver con claridad. Él se acerca a mí, en medio de la tenue luz que se cuela por la puerta entreabierta. Se agacha y su mano se posa sobre una de las mías, eso me da más nostalgia aún. No volveré a tener la dicha de sentir el tacto de su mano contra la mía.

Que desgracia tan grande.

Aparto la mirada hacia cualquier otro lugar de la habitación.

—¿Qué es lo que sucede? —Aprieto los ojos para no soltar más lágrimas—. ¿He hecho algo que te haya lastimado? —Su voz es apacible y preocupada.

Por supuesto que ha hecho algo que me ha herido, se irá.

Ahora me doy cuenta de que me importa más de lo que creí, estoy sintiendo este dolor que está, pero que no se siente en el instante. Después de todos los eventos ocurridos, se manifiesta fuertemente, haciéndome estremecer. Vuelvo mi vista hacia él para observar sus bellos ojos y asumir esto de una buena vez. Por más que me empeñe en seguir manteniéndolo oculto y haciéndome creer a mí misma, que no puedo ser capaz de sentir ese tipo de afecto, muy en el fondo eso solo es una absurda y estúpida mentira.

—Me gustaría que te quedaras —musito—. Que te quedaras a mi lado.

Seguramente ahora parezco cualquier cosa con las pestañas empapadas, los ojos hinchados y con los mocos bajándome como agua, pero no me importa.

—Volveré, Nathalia... volveré a tu lado, es una promesa y yo cumplo con ellas.

—Es que veo que tus ojos me dicen otra cosa —digo—. Aquí —señalo mi pecho—. Siento otra cosa.

Intuyo que no está siendo del todo sincero conmigo, que hay algo en sus ojos cada vez que me hace esa promesa. Parece que fuera una mentira, que solo trata de darme cierto tipo de paz y esperanza.

—¿De qué hablas? —Su rostro permanece inerte a cualquier gesto y solo me mira.

—De que no vas a volver como lo estás diciendo —un nudo se hace en mi garganta.

Se queda en silencio y me contempla por unos largos segundos, al parecer meditando lo que en realidad debe decirme. No soy tan estúpida, sé perfectamente cuando algo no está del todo bien, lo aprendí durante todo este tiempo. Con lo poco que llevo conociéndolo, he aprendido a leer ciertas cosas en su rostro y una de ellas son las mentiras. Daron no sabe mentir, no cuando algo le atormenta.

—No sé de qué hablas —murmura soltando mi mano.

Se incorpora en sus pies y yo hago lo mismo.

—¿Por qué les cuesta tanto sincerarse conmigo? —Pregunto—. No volverás, ¿no es así? Te irás para siempre. No trates de engañarme.

—No es así, Nathalia... —Lo interrumpo.

—Sí, lo es. No sabes mentir y estás ocultándome algo. Si no es eso, ¿qué es entonces?

El silencio se apodera de la habitación, mientras yo espero una respuesta de su parte, pero simplemente lo escucho soltar un suspiro y lo veo enterrar una de sus manos en sus ondas doradas y alborotadas.

—Simplemente pasaré un tiempo lejos de aquí, pero eso no quiere decir que no vaya a volver.

—Pero ya no puedes hacer eso conmigo.

—Porque tú estás evitándolo, cuando dejes de hacerlo entonces podré —vuelve a mirarme—. De todas maneras, me mantendré en contacto con tu amigo, no perderemos comunicación.

Para mí eso es lo mismo que no tener comunicación, pero, ¿por qué reclamo tanto si él a mí no me importa más que como amigo?

—Eso espero —digo con resignación—. ¿Cuándo te marchas?

—Ahora.

Una puñalada directa en el pecho.

La sangre se detiene en mis venas y mi respiración se pausa por unos segundos. Creí tener unos días más para verlo, para memorizar su rostro y tatuarme su mirada en el cerebro, pero en este preciso momento no será posible. Mi cerebro capta la señal y mis ojos se quedan fijos sobre su rostro, debo guardarlo en mis recuerdos, porque a pesar de todas sus palabras y promesas, siento algo muy en lo profundo de mí, que me dice que no volveré a verlo. No sé qué más decir, no tengo la menor idea de cómo despedirme, así que me acerco y le doy un abrazo apretado, él me lo devuelve de la misma manera, cierro los ojos para guardar el momento y la sensación que me causa.

—Espero que te vaya bien —susurro.

Él no dice nada, simplemente continúa abrazándome como si fuera la última ocasión que tiene para hacerlo, al menos eso es lo que presiente mi corazón y al igual que con Clya, quizá no estoy equivocada. Nos soltamos en silencio y salimos de la habitación.

Veo a Johnvid sentado en el sofá y alza la cabeza para mirarnos, papá está junto a él y se apresura a correr hacia mí para abrazarme e inspeccionarme.

—Llegó hace unos minutos —dice Vid.

—¿Estás bien? —Sus ojos marrones me miran con demasiada angustia.

—Sí —respondo—. Estoy bien, papá. No me ha pasado nada.

—¿Y esos golpes? —Inspecciona mi rostro.

—No es nada —digo y él vuelve a abrazarme.

—Bueno, yo tengo que irme —añade Daron.

La mirada de todos los presentes recae en él, incluyendo la mía.

—¿Tan pronto? —Inquiere Vid.

—Sí.

Los miro a ambos, porque Johnvid parece saber de qué está hablando Daron.

—¿Y la casa?

—Nathalia se quedará aquí, ahora vuelve a pertenecerle a su padre y a ella.

—¿Volverás? —Le pregunta el mago, pero el ángel no le responde—. Después de todo... espero que te vaya bien a dondequiera que vayas —pronuncia Johnvid.

—Gracias, pero no te molestes en fingir que esto no te alegra, Lysander.

Papá observa a Vid con desagrado. Johnvid se queda en silencio, mientras sus ojos azules contemplan fijamente a Daron, y luego se desvían para mirar los de mi padre. Mi entrecejo se junta al centro de mi frente, porque no comprendo las palabras de Daron hacia Vid; ¿por qué tendría él que alegrarse por su partida? Parecían ya no odiarse. Me guardo mis objeciones para otro día, porque la incomodidad se hace palpable.

—Hasta encontrarnos —susurra en mi oído y luego deposita un último beso cerca de mi oreja.

—Gracias por lo que has hecho —mi padre le extiende la mano y el ángel no duda en apretarla.

—No tienes que agradecerme, Lucas —dice y luego se acerca para susurrar algo en el oído de mi padre.

Papá lo acompaña a la puerta, mientras veo cómo se aleja. Mi rostro tiene esa expresión neutral y característica de mí, que no puedo describir.

Él se marcha y eso es todo.


━━━━━━━━━━━━ ━━━━━━━━━━━━

Por favor, apóyame en redes sociales también ♥

Continue Reading

You'll Also Like

1K 87 7
𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 él era el mejor amigo de su hermano hasta que dijo algo sobre ella que hizo que lo odiara, hasta que son elegidos juntos para una pel...
119K 16.2K 62
Sinopsis Tras encender el gas para perecer junto a quienes codiciaban la fortuna de su familia, Lin Yi transmigró a otro mundo, ¡y estaba a punto de...
461K 38.6K 53
•Ella capitana de natación. •Él jugador de voleibol de la universidad rival. •Un pacto entre rivales con fecha de caducidad. •¿Qué podría salir mal...
1.1M 95.5K 61
No puedes llenar a alguien de demonios y no esperar que se convierta en uno. *** Astra es la heredera de Allaranta, o lo sería si quedara algo de su...