Capítulo 9

36.3K 3.3K 163
                                    

NATHALIA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

NATHALIA

Tengo otra vez después de mucho tiempo, cigarrillos en mis manos. Saco uno de la cajetilla y lo enciendo para prontamente disfrutar del humo que entra a mi boca. Luego lo dejo escapar por esta y mis fosas nasales. Vid me pide uno y lo enciende. Hace mucho tiempo que he dejado el vicio, pero con todo esto que tengo en la cabeza, la necesidad de volver a probar uno se ha acrecentado.

—¿Cuál se supone que es la gracia de esto? —cuestiona inhalando el humo—. No tiene ningún sentido dejar que esto llegue a tus pulmones.

Sigo calando mi cigarrillo y lo miro con una sonrisa, al percatarme de la mueca de desagrado que hay en su rostro. No está acostumbrado a eso y no le gusta para nada.

—¿Entonces por qué lo haces?

—Solo quiero descubrir porque la gente se envenena con esto —mira el cigarrillo—. Porque prefiere obtener un mal aliento, dientes amarillentos y cáncer de pulmón, mejor dime tú, ¿por qué lo haces? Además, es una pérdida de dinero absurda.

—Solo son cuatro mil sustancias químicas dañinas —digo fumando mi cigarrillo—. Hay cosas peores.

Los ojos de mi amigo me observan con estupefacción.

—Es una broma, ¿no? —interroga.

—Yo ya dejé esto, Vid. Solo me ayuda a liberar mi estrés de vez en cuando.

—¿Sabes que dijo Mark Twain? —cuestiona mirándome con ojos expectantes.

—No —respondo dándole otra calada a mi cigarrillo.

—Dijo: "dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces" —Una risita se escapa de mi boca—. Es justamente lo que tú acabas de decirme, además, ¿de qué estás estresada?

—No es cierto —niego entre sonrisas—. Yo ya lo dejé. De verdad —ignoro su pregunta.

—Típica frase de fumador compulsivo —tira el cigarrillo que ha dejado casi completo al suelo—. Qué asco —murmura, mientras lo pisotea para apagarlo.

Se agacha para recoger la colilla y tirarla en uno de los tantos basureros públicos que hay en cada rincón de Dijon.

Caminamos a casa, después de un largo y ajetreado día en busca de un trabajo que se me acomode con los horarios de la universidad. No puedo vivir el resto de mi vida sin hacer nada y pues por ahora lo que puedo hacer es estudiar y trabajar, para que el día de mañana pueda darles un ejemplo digno a mis hijos y no tener que decirles lo inútil y patética que fue su madre.

¿Hijos?

¿En serio estoy pensando en eso?

Me escucho y no lo puedo creer, estoy hablando de hijos cuando siempre he pensado que esas cosas definitivamente no son para mí, pero alguna vez va a tener que pasar. Puede que sea feliz, como también puede que sea terriblemente infeliz.

Daron, un ángel para Nathalia © [Libro 1]✔Where stories live. Discover now