–Nos vemos después Kiara.– dice y se marcha sin más.
Entro al elevador aturdida por lo que acaba de pasar hace un momento. Presionó el botón para ir a mi planta. Las puertas de este se abren y salgo apurada. No me di cuenta en qué momento saque mis llaves y entro al departamento.
No veo rastro de Dereck por ninguna parte. Supongo que ya se habrá ido a dormir.
Me dirijo a mi cuarto. Dejó mis cosas tiradas a un lado de la cama y sin mas. Me acuesto y me duermo.
~*~
"–¡Sarah!– decía una y otra vez. –¡Oh demonios Sarah! ¿Dónde estás?
Llevo aquí 10 minutos buscando a la pequeña niña de cabellos rubios que no aparece por ningún lado y como siempre mis papas me mandaron a buscarla.
Veo un movimiento por uno de los arbustos del fondo, mi curiosidad puede más que nada y me acerco poco a poco.
Tranquilamente me asomo por un lado del arbusto hasta que...
–¡Demonios Sarah!– doy un grito.
–No le digas a mamá y a papa.– dice asustada.
–¿Por qué estás comiendo tantos dulces? Sabes que te hacen daño. Demonios Sarah te desapareces y provocas que mis papas me manden a buscarte.– digo molesta. Una idea pasa por mi cabeza y sonrío. –Quiero ver qué dicen mama y papá cuando se enteren de esto.– salgo corriendo y tras de mí viene ella.
–¡No! ¡Por favor Kiara no lo hagas!
Hice caso omiso y seguí corriendo.
-¡Kiara! ¡Kiara!– ya no es una voz de niña. –¡Kiara demonios!– abro los ojos asustada. Siento un líquido caer por mi frente y noto que estoy sudando.
Un Dereck muy asustado me mira.
–¿Nena, tenías una pesadilla?–
Le miro y me quedo callada. –Eh, creo que no era exactamente una pesadilla.– digo confusa.
–¿Que soñabas?– me aparta un mechón de la cara.
–No recuerdo... Es, confuso.– me bajó de la cama y tomo una toallita y me seco la cara.
–Bueno.– dice resignado. –¿Cómo te fue?– dice ahora sonriendo.
Ante su pregunta recuerdo la noche de ayer. Absolutamente todo, pero, ¿qué le cuento exactamente?
–Fue... Agradable.– le informo. –El es realmente lindo. Pero es muy extraño.
Dereck se queda pensativo. Me observa con esos ojos cafés miel. Me da miedo. Le doy un golpe en la cabeza y sale de su transe.
–Me perdí. Me quede pensando en que es lindo. Pero también es extraño.– dice. –Algo oculta.
–Ay por favor Dereck. ¿Qué puede ocultar?– mi confusión es infinita. Dereck siempre tiene esa maña de confundirme más de lo que quedó.
–Dicen que los Londinenses siempre ocultan algo.– ríe ante lo que acaba de decir.
Me siento a lado de él en mi cama y le tomó las manos.
–Deja de ver tus estupidas series de investigación policíaca. No toda la gente es mala.
Se levanta y se dirige hacia mi puerta. No sigue caminando y se queda ahí parado como si al otro lado del lugar hubiera visto un fantasma.
–Solo bromeo pequeña niña tonta.– me tira un peluche a la cara y sale corriendo.
Me empiezo a reír y veo que es momento para vengarme. Me paro y me asomo por mi puerta lo veo tirado en el sofá. Río por mí misma.
–Por cierto. También nos besamos.– da un brinco extraño y me mira como si la noticia fuera mala.
De repente esta corriendo hacia mí y yo cierro mi puerta de un golpe, escucho un fuerte sonido al otro lado seguido de un "demonios"
Imaginarme a un Dereck tirado al otro lado de la puerta me hace gracia, le pongo seguro a mi puerta y me dirijo a mi baño para darme una muy buena ducha.
~*~
Salgo de mi habitación con unos jeans y una blusa blanca holgada. Dereck esta otra vez en el sofá pero ahora con su portátil en las piernas.
Me mira y sé que está molesto por haberle cerrado la puerta en la cara. Su mirada no demuestra odio, lo intenta, pero sé que su herencia de ser entrometido le gana más y en algún momento me pedirá que le cuente qué pasó.
Me meto a la cocina con la intención de prepararme algo para comer. Mi teléfono suena pero no hago caso. Siento que hay alguien detrás de mí, siento su mirada puesta en mi hasta que escucho lo que dice.
–¿Me dirás que pasó o me volverás a aporrear la puerta en la cara?– percibo el mal humor en cada una de sus palabras.
Sigo de espaldas a él, estoy pegada a un lado de la estufa y pretendo hacer algo.
–Solo fue un beso.
–¡Y me cerraste la puerta en la cara cuando corrí para saber más!– dice eufórico. Me volteo y la aviento un pedazo de pan que momentos antes tome de la bolsa.
–¡Demonios Dereck!– grito. –No discutamos por algo así, solo me besó, nos despedimos y me besó.– me acerqué a él. –Tuve un mal sueño. Desperté y no sabia como comentarte lo que pasó, fue una broma cerrarte la puerta en la cara. Solo, ¡demonios! No me hagas esto.
Su expresión cambia y me abraza. Me da un beso en la cabeza.
–Lo siento, ¿sí? Creo que me altere al saber que después de 22 años, ya diste tu primer beso.
–¿Estás de broma?– río.
Me suelta y comienza a reír. Esta es su forma de arreglar las cosas, dice cosas de broma para después hacerme reír demasiado y terminar tumbados en el sofá viendo "friends"
Se acerca con su teléfono en mano. Su cara ya no tiene diversión si no que ahora está preocupado.
–Tengo 3 llamadas perdidas de Julián.– dice.
Recuerdo que mi teléfono no dejaba de sonar y veo que tengo 10 llamadas perdidas de Julián y 5 de la mama de Lorie.
Le doy a la opción de marcar a Julián, no tarda mucho y responde.
–¡Kiara! Hasta que te encuentro.– su voz está alterada.
–¿Qué sucede? Disculpa, estaba algo ocupada.– miro a Dereck que ahora está sentado en las sillas del buró.
–Es Lorie.– hace una pausa. –Esta en el hospital.
Mi corazón ahora late más rápido que de costumbre. Me quedo ahí parada viendo hacia la nada. Dereck se levanta y me arrebata el celular. No escucho lo que termina de decir con Julián.
–Nena, vamos al Recovery Center ahí está Julián.– me toma de la mano. Me deja parada y va a mi habitación por mi bolso. Me toma de nuevo y salimos del lugar.
~*~
Entro corriendo a la sala de urgencias. Me acerco al mostrador y le preguntó a la enfermera el nombre de mi amiga.
Dereck viene detrás de mí,visualizo a Julián en una de los sillones y me acerco. Me mira y su rostro se ve cansado y preocupado. Se levanta y lo abrazo.
–¿Qué sucedió?– le digo.
–Hace dos días que no responde mis llamadas, ni mensajes. Podríamos decir que un día después de la cena.– Dereck llega y lo abraza. Después continúa. –Hoy fui a verla. Pero no abría, tuve que romper su puerta y cuando la encontré, estaba en su cama con un bote de calmantes.
Le miro y sus ojos ahora están brillantes. Quiere llorar pero Dereck le toma del hombro y le da unas palabras de aliento. Julián asiente.
–Tenía llamadas de su mama, ¿le dijiste?– digo confusa.
–Por supuesto. Ella ahora está viniendo de San Francisco.
Me siento en el sillón que está a lado del de Julián y Dereck se sienta conmigo.
–¿No fue el día de tu discusión con ella?
Levanto mi cabeza y le miro. –¿Qué quieres decir?
–Julian dice que la encontró con calmantes. Y cuando se fue del departamento ella de verdad lucia histérica.– susurra en mi oído.
–Es imposible, ella no es de tomar esas pastillas, ella nunca se altera.– dios, me moriría si es mi culpa que haya tomado los calmantes.
–¿Familiares de la señorita Foster?– nos informa un doctor.
Julián se para rápidamente y juntos nos acercamos a ver qué sucede.
–No somos exactamente familia. Soy su novio y ellos sus amigos. Su madre está en camino desde San Francisco.– dice Julián.
–Bueno, le informaré. Le hicimos un lavado de estomago a la señorita, puesto que llevaba dos días tomando pastillas. Comía si, pero el exceso del medicamento fue mayor. Estará en reposo dos días.– se queda callado, como dudando. –No quiero alterar las cosas, pero parece ser, que en los planes de la señorita, también estaba el suicidarse.
Julián se aparta del doctor y Dereck aprieta mi mano. Me quedo parada ahí asimilando lo que acaban de decirnos. Julián se ve aún mas afectado con esto, se jala los cabellos y dice cosas que no logró entender.
Cuando volteó hacia el pasillo, veo que la mama de Lorie viene. En cuanto me ve corre.
–¡Kiara! ¿Qué le pasó a mi hija?– su tono de voz es cansado y preocupado.
–Tomo un bote de tranquilizantes, se excedió demasiado.– dice mi amigo al ver que no respondo.
–Señora Foster.– Julián de acerca a ella y por instinto lo abrazó.
~*~
No sé cuánto tiempo llevemos aquí, pero ya oscureció. Dereck está sentado a mi lado tomándome de la mano y con la cabeza en mi hombro.
La mama de Lorie está sentada hablando por teléfono con su marido. Contándole todo lo que pasó.
Julián viene con varios cafés para nosotros y nos lo da.
Se sienta a un costado y se me queda viendo.
–¿Qué sucede?– le miro a la cara.
–Harry me habló.– dice tomando un poco de café.
–¿Por qué?
–Creyó que tú terminaste en el hospital. Dice que no respondías sus llamadas.
Dereck levanta la cabeza y ríe.
–¿Llegó a la conclusión de que ella estaba en el hospital, solo porque no respondía las llamadas?– dice mi castaño amigo.
–De echo primero se preocupó en que no contestaba. Luego escucho que estaba en el hospital y se alteró aún más.
–No entiendo. ¿Por qué se preocupa?– digo ingenua.
–No lo sé Kiara.– me dice Julián y se recuesta en el sofá para después cerrar los ojos.
–Hablando del rey de Roma.– me susurra Dereck en el oído. Levanto mi vista y lo veo de traje viniendo hacia aquí, me levanto por instinto y una vez que llega hacia a mí, me abraza.
–Creí que te había pasado algo malo nena.– me dice en el oído. Apretándome aún más hacia el.