Recuerdos (Harry Styles)

Capitulo 11

Martes por la mañana. Lo mismo de siempre, Dereck salió a correr, uno de sus nuevos propósitos. Pero yo más que nadie se que el viernes de esta misma semana, ya no querrá seguir.

Estoy acostada mientras en la tele está un capítulo de la teoría del Big Bang.

El horno de microondas suena informándome que mi sopa instantánea ya está lista. Con mucha pereza me dirijo hacia la cocina, busco mi tazón favorito entres los demás trastes. Pero, no lo encuentro.

Juro que si Dereck le hizo algo, lo partiré en dos. Nimodos, me digno a agarrar el verde.

Sirvo en este el contenido de la sopa, tomó un tenedor y me dirijo al sofá.

Me vuelvo a acostar, dejaré que la sopa se medio enfríe.

Mi celular comienza a sonar,  me vuelvo a levantar y lo tomo de la mesa.

–¿Qué sucede Dereck?– regreso al sofá.

–Vine al súper por leche, ¿no se te ofrece nada?– escuche la agitada voz de mi amigo.

–Mmmh, podrías traerme una crema de cacahuate, pan tostado, fresas, donas y jugo.– trate de pensar que más necesitaba.

–¿No quieres un castillo también?– dijo sarcástico.

–Uno rosado podría ser.–  digo riendo.

–De acuerdo nena, te llevaré dos. Nos vemos al rato.– iba a colgar pero él volvió a hablar. –Por cierto, ¿no quieres maquillaje o algo para tu cita de hoy en la noche?

¡La cita! La mendiga cita se me había olvidado y eso que no han pasado unas 24 horas después de a ver aceptado o mejor dicho, que Dereck aceptó por mi.

–Eh, no, gracias Dereck, todo bien.

–Bueno, hasta dentro de unas horas.– dijo y colgó.

Tengo que ver que me pondré, son las 10 de la mañana, aún me queda tiempo, mejor me acuesto a dormir un rato y ya después me levanto.

~*~

–¡Eres una maldita floja Kiara Smith!– escucho un grito procedente de la puerta de mi recámara.

Poco a poco abro los ojos pero los vuelvo a cerrar por la luz del sol.

–¿Kiara enserio toda vía no te levantas?

–¿Qué hora son?– digo con voz soñolienta.

–Las 4:30.

Me levanto de golpe. ¿Las 4:30? No puedo creer que durmiera tanto.

–¡Dios mío! Dije que solo dormiría una hora o algo así.– dije para mí misma.

–Creo que dormiste más de una hora– empieza a reír.

–Callate ya, me iré a bañar.– me levanto de mi cama en dirección al baño.

–¡Ponte guapa!– grita desde afuera.

Dejó que el agua caliente junto con el agua fría, empiecen a llenar mi bañera.