Recuerdos (Harry Styles)

Capitulo 24

El camino al departamento de Harry, fue tranquilo, todo el camino el mantuvo mi mano tomada y teníamos de fondo un alegre musical sinfónico.

–Buenas noches Filip.– dice muy alegremente señor rizos que tengo delante de mi jalando mi mano.

–Señor Styles, buenas noches.– responde un tierno señor desde la recepción.

–Que agradable señor.– le digo a Harry una vez que entramos en el elevador.

–Lo sé.– contesta. –Filip alegra mis días. Siempre tiene algo bueno que decir.

Sonrío ante como Harry habla del señor.

–Que lindura.– digo divertida.

Me mira y una sonrisa junto con un levantamiento de su ceja derecha me dice:

–¿El o yo?– dice coqueto.

Sonrío. –Quien sabe.– las puertas de elevador se abren y salgo, para dejarlo en misterio.

Si lo sé, soy dramática.

–Muy bien señorita, bienvenida al departamento Styles.– dice con una sonrisa y haciéndome una seña para que yo pase primero.

Le devuelvo una sonrisa y me dispongo a pasar.

Al momento de pisar el departamento, las imágenes que yo había visualizado antes, desaparecen. Esto es mejor de lo que jamás imaginé.

Todo es entre negro mate y gris.

La sala, está del lado derecho de nosotros. Y los sillones son color gris, con cogines entre negros y grises. El tapete de este es pelusa color negro con gris.  La televisión está enfrente de este y hacen un buen juego.

La cocina. Tiene una meseta, en donde hay varias sillas, tipo como en mi departamento. Solo que esta está en medio de la cocina y es aún más grande.

Tiene grifos y por lo que parece una estufa añadida.
El refrigerador color gris. Como no.

–¡Valla! Esto es... Muy...– trato de buscar las palabras adecuadas. –¿Te gusta mucho el negro y el gris?– digo en tono de burla.

–Me gustan si. Fue suerte encontrar este departamento. No se, siento que le da un toque de hombre sexi y soltero.– dice con risa.

Es cierto. "Puedes hacer como en 50 sombras, deja que te acorrale"
Mi sucia mente, revolotea esas palabras, que provocan que me de risa y mi carcajada sea ruidosa.

Harry me voltea a ver, y una mini sonrisa aparece en su rostro.

Yo niego para informarle que nada de lo que él haya dicho, me provocó reír. Bueno, algo así.

–¿Te gustan los panecillos con ajo?– su voz llama mi atención.
–Soy nuevo en esto. Dejé los panecillos en el horno, en lo que iba por ti. Creo que en realidad ya debía de tener la mesa lista para cuando llegaras, ¿no es así?– sonríe con algo de pena.

También sonrío y solo asiento en respuesta.

–Tranquilo, yo te ayudo a poner la mesa. Soy buena en eso.– digo y el sonríe.

–¿Te apetece un vaso de vino?– dice mientras saca de la alacena dos copaste del refrigerador saca el vino.

–Por supuesto. Tiene rato que no tomo una.– contesto. Me hace una seña para que vaya al sillón que está enfrente de la gran plasma que tiene.

Me hacerlo a este y dejo mi bolso a un lado. Harry se sienta a mi lado y dispone a servirnos a ambos el vino.

Me entrega mi copa y sonrío con cortesía. Puedo notar cómo me observa mientras tomo un sorbo de la bebida.