Capitulo 18

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–De echo así aprovechamos y me das un pequeño tour por aquí.– dice mientras estaciona el auto en un lugar vacío y algo alejado.

Tardamos 10 minutos en poder encontrar un buen lugar donde estacionarnos, hasta que pude ver este. Aún así Harry no muy convencido pero al final no le quedó de otra.

Baja rápidamente del auto y se pone a mi lado para que como hace siempre, me ayude a bajar.

Me sonríe y yo hago lo mismo, cierra la puerta y toma mi mano para que podamos caminar hacia algún restaurante a esta hora de la noche.

–Yo no he cenado. Y tú sí, así que no sé qué hacer.– me dice.

–Tranquilo, no termine de comer, apenas iniciábamos cuando tú llegaste. Yo tardo mucho en comer cuando estoy en el departamento.– comentó y el ríe.

–Entonces busquemos algún restaurante. ¿O acaso me recomiendas uno?– su tono de voz de pregunta me encanta. Asiento y ahora soy yo la que lo jaló hacia la avenida.

–Conozco uno. Cuando niña me gustaba venir aquí con mis pa...– no termino de decir la oración y me callo.

Volteo a ver a Harry y el me observa con intriga. Quiere que termine de decir lo que iba a decir.

–¿Tus padres?– dice curioso

–No debía decir eso. Olvídalo.– le suelto la mano y me dirijo hacia el restaurante.

Escucho que me dice espera, pero yo no hago caso y sigo caminando. No tarda mucho y siento un jalón en el codo.

–Disculpa. No quería forzarte a decirme algo. Es solo que..– no termina de hablar y le callo.

–No hay problema. No te preocupes.– le sonrió. Volteo hacia el restaurante y le hago una seña de si entramos. El asiente y nos dirigimos ahí.

–Que bonito lugar.– dice el chico a mi lado.

–Lo sé, se siente muy hogareño.– digo y visualizo una mesa. Le tomó la mano a Harry y el la aprieta. Lo dirijo a la mesa y el muy caballerosamente me corre la silla.

Le hago un gesto de gracias y el asiente. También toma asiento. El mesero llega casi enseguida y nos da las cartas. Harry le agradece y yo también.

–Soy nuevo, así que... ¿Qué me recomiendas?– me sonríe.

–Las brochetas. Te van a encantar.– le digo y el asiente.

~*~

15 minutos después Harry y yo recibimos la cena.

–Se ven deliciosas– dice y lo miro.

–Créeme que lo están.– le digo y su cara aparece una sonrisa macabra.

–Hagamos un trato.– dice.

Frunzo el ceño y lo miro.

–¿Qué clase de trato?

–Si las brochetas no me gustan. Harás lo que te pida por dos días.– sonríe.

–Que absurdo. Están deliciosas.– digo y sonríe más.

–No lo sé. ¿Qué tal si no me gustan? Quedarás mal, por recomendarme algo, que hizo que mi cena con una hermosa mujer, quede arruinada.– dice y ahora soy yo la que sonríe.

–Eres un tonto.– me la pienso. –¿Y qué si te gustan?

–Tu sabrás qué hacer.– sonríe. –Vamos piénsalo.

Dios. Esa brochetas están deliciosas, imposible que no le gusten.

Si yo gano, tengo que ponerle un trato. ¿Qué le puedo poner?
Tal vez que me hable más de él. O que salgamos juntos al cine o yo qué sé. Sinceramente con el la paso increíble.

–Trato hecho.– subo una mano y hago ademán de que las juntemos para cerrar el trato.

La acepta y sonríe más. Toma su copa de vino y brinda.

–Buen juego.– dice y me mira, pero la aparta de repente y se pone de pie.

Volteo y la señora Henderson viene hacia aquí, con su marido.

Recuerdos (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora