La Melodía de Aura 1 - Prelud...

By LenaMossy

534K 56.4K 10.4K

Aura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Es... More

♡ AVISOS ♡
♡ Sinopsis ♡
❀ Dedicatoria ❀
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
♔ Obsidiana ♔

Capítulo 19

6.9K 987 52
By LenaMossy

☆★☆

Sofía cae dormida apenas se acurruca en la cama, pero yo continúo observando el techo, a través de la oscuridad, sin conseguir dormir por más de diez minutos seguidos. Decido levantarme, es incómodo permanecer inmóvil al lado de So, pues se asusta con facilidad.

La televisión de la sala está encendida con un volumen muy bajito, sólo percibo el murmullo de los actores. Dimas me mira sobre el hombro desde el sofá, regresa su atención a la pantalla como si no me hubiera visto.

Voy hasta la cocina y me sirvo un vaso de agua, mi plan era mirar televisión.

—¿Qué ves? —pregunto al tomar asiento en el mismo sofá, pero con una distancia considerable.

—Una serie nueva en Netflix.

Lo miro de reojo... y muerdo mis labios. No tiene camisa, la luz blanquecina de la televisión se proyecta sobre su abdomen marcado, las sombras hacen resaltar la tinta negra del tatuaje. Está sudando, entonces siento el calor que hay en el departamento y me levanto para abrir las ventanas de la cocina.

—Necesitamos un aire acondicionado para todo el lugar —digo al regresar a mi sitio en el sofá.

—Había olvidado el calor que hay aquí.

—Hemos sido el sitio más caluroso en el mundo por ratos ¿Sabías?

—No... ¿En serio?

—Sí, en casa no tenía aire acondicionado así que era como vivir en un baño sauna.

Nos separa una amplia distancia, tengo el presentimiento de que esa separación no es sólo física. Permanecemos en silencio por tanto rato haciéndome dudar de si sigue despierto, lo miro de soslayo, pero no puedo distinguir sus ojos con los mechones de cabello que caen a los costados de su rostro, y me acerco un poco para mirar. Dimas me descubre y enarca una ceja, unos nervios infantiles se apoderan de mí.

—Disculpa, pensé que te dormiste.

—No tengo sueño.

Ahora que estoy más cerca puedo ver mejor la marca oscura sobre su abdomen y el rostro... ¡Me duele mucho verlo así!

—Gracias por intervenir...

Dimas desvía su mirada de regreso a la televisión.

—No me agradezcas —murmura—. No iba a permitir que te lastimara.

—Pero te causé problemas con Minerva y...

—No importa —interrumpe.

Suspiro, no está muy hablador. Vuelvo a concentrar mi atención en la pantalla y comienzo a entender un poco la historia o me obligo a hacerlo, la presencia de Dimas es difícil de ignorar. Al terminar el capítulo me levanto para preparar palomitas de maíz y saco dos refrescos de soda del refrigerador. Regreso al sofá cuando van un par de minutos del siguiente capítulo y dejo el bol con palomitas en medio de nosotros, después le entrego su refresco.

—Deberíamos comprar un xBox —dice de pronto.

Sonrío, es otra cosa que tenemos en común.

—Iba a comprar uno, pero no quise excederme con mis gastos.

—Lo podríamos comprar entre los dos.

—Sí, estaría bien.

No puedo borrar la sonrisa tonta de mis labios por el simple hecho de saber que él continuará viviendo aquí... ¡Eso es terrible! No soportaré verlo con Minerva o que ella se quede a dormir con él... ¡Ugh! Suficiente, he dejado de sonreír y trituro una palomita con crueldad intentando calmar esos sentimientos complejos que se agitan en mi pecho.

—Sobre lo que dije antes —murmuro, abochornada e intentando actuar con madurez— de no traer chicas a la casa y eso... No hay problema ¿Sabes? También vives aquí y Minerva puede quedarse a dormir las veces que quiera.

Y yo compraré unos tapones para los oídos... ¡Así ni me enteraré de lo que hacen!

—No voy a traer a Minerva o a ninguna otra chica.

—¿No?

—No...

—Bueno... como quieras.

Bebo un largo trago a mi refresco y subo las piernas al sofá, abrazándolas. No puedo recargarme en el respaldo porque me sigue doliendo el brazo y dejo el cuerpo hacia delante.

El tacto cálido de su mano sobre la zona herida me sobresalta.

—Es un imbécil —espeta acariciándome—. ¿Te duele mucho?

—Un poco —admito—, pero no importa. Siempre duran poco.

Él se congela, observándome, y comprendo lo que dije.

—¿Duran poco? ¿Te ha golpeado antes?

—No...

—Aura, no me mientas —masculla—. ¿Te ha golpeado?

Dimas aparta el bol de palomitas y lo deja sobre la mesa. Se acerca hasta mí, sosteniéndome la mirada con furia.

—Nunca me golpeó...

—¿Entonces?

Suspiro y bajo las piernas del sofá. Dimas está demasiado cerca y lo único que deseo es abrazarlo; deslizar la mano sobre su abdomen arriba de la horrible marca que tiene.

—Éramos un poco violentos —murmuro, asombrándome de lograr decirle eso a alguien que no sea mi psicóloga—, pero nunca llegamos a los golpes.

—¿Éramos? No te estoy entendiendo...

—Sí, bueno... León es un poco celoso. —Me paso una mano sobre el cabello— Mejor dicho, muy celoso. Y siempre peleábamos por cosas así... ¡Eran cosas pequeñas, nada grave! Un empujón o algo por el estilo.

—¿Por qué lo permitías?

Estrujo las manos sobre mi regazo y tomo aire. Detesto cómo de noche las cosas pueden parecer más fáciles de lo que en realidad son.

—Estaba enamorada, creo —contesto—. No lo sé, ahora no sé si alguna vez estuve enamorada o sólo...

Callo, no puedo admitir todo eso frente a él ahora que ha regresado con Minerva.

—¿Sólo...?

—Yo... —Tomo aire y concentro la vista en la pantalla sin comprender nada de lo que sucede ahí—. Sofía siempre ha dicho que comencé a salir con León porque me recordaba a ti.

No espero que diga algo y no deseo mirarlo luego de contarle eso.

—Intenté hablar contigo por mucho tiempo y siempre me evadiste, después de un tiempo perdí las esperanzas. Él llegó cuando estaba vulnerable y yo no tenía a nadie más... ¡Tú sabes cómo es mi familia! León se convirtió en mi familia, mi amigo y mi todo... No necesitaba nada más mientras estuviera conmigo y creí que era mutuo, pero no fue así.

Él era muy celoso, poco a poco terminé apartándome de todos mis amigos y sólo mantuve la amistad de Sofía. Contradecirlo conducía a... bueno... esos empujones y jaloneos...

—¿Por qué no lo dejaste antes?

—Lo intenté —murmuro—, pero siempre supo cómo convencerme de regresar...

Dimas suelta un bufido y aprieta los puños con determinación.

—Lo siento, no sabía nada de eso... Dejé de entrar al correo electrónico donde me enviabas los mensajes y luego yo...

—¿Qué...?

Pasa una mano sobre sus rizos en señal de frustración pura.

—Intenté buscar algo de ti poco antes de regresar a la ciudad y descubrí que habías eliminado tus redes sociales.

—Eso fue cuando él se comprometió con Marina porque continuaba buscándome —suspiro—. Era tan fácil de convencer...

—¿Tú y él...?

—¡Ya lo sabías!

—Pero no que él estaba comprometido en ese tiempo...

—Pues sí...

El único sonido que se escucha son las voces de los actores hablando en inglés y la música ambiental. No sé cuánto tiempo pasamos así, pero es bastante hasta que él vuelve a hablar.

—¿Y fue por mí? ¿Estabas con él porque te recordaba a mí?

Es obvio que preguntaría aquello, pero tengo mucho miedo de responder.

—Mira... no tenemos que hablar de eso. Tú estás con Minerva y...

—No estoy con ella.

Me giro, quiero mirarlo a la cara, descubro que estamos separados por unos escasos centímetros.

—Hemos quedado como amigos porque no puedo continuar lastimándola. Ella no merece eso, es una gran chica.

—Lo sé —musito.

—Entonces... ¿Él te recodaba a mí?

Entorno los ojos y asiento.

—Pero si fuiste tú la que terminó conmigo.

—Todavía no lo entiendes —digo—. ¿No te das cuenta? ¡Lo que más quería era irme contigo! ¡Teníamos meses haciendo planes! ¿Crees que te dejé porque ya no te amaba?

—¿Y por qué lo hiciste?

—No puedo decirlo. No importa cuántas veces lo preguntes, nunca lo diré.

Dimas baja la vista hasta mis manos y susurra.

—¿Te pagaron mis padres?

—¡¿Qué?! —exclamo y me cubro la boca, espero no despertar a Sofía—. ¿Cómo puedes pensar eso?

—Pensé muchas cosas, Aura —responde volviendo a mirarme, empiezo a hundirme en sus ojos celestes—. Fue repentino... Sólo llegaste y me dijiste que no podías marcharte... Estabas muy extraña.

—¡Claro que lo estaba!

—¿Por qué?

Dejo caer mi cabeza entre mis manos y revuelvo mi cabello, es una discusión sin salida.

—Entiéndeme —me susurra al oído provocando que toda mi piel se erice, lo miro a los ojos y muerdo mis labios—, me lastimaste como nadie lo ha hecho y aun así...

—¿Aun así qué...?

—Me importas más que nadie... —confiesa, mi cuerpo entero está ansioso por volver a sus brazos—. Pero temo que puedas volver a marcharte sin revelarme el motivo...

Deslizo mis manos sobre las suyas y deja un beso en mi frente. Nos quedamos así un instante hasta que sus labios descienden sobre mi piel y acarician mi boca. Nos miramos con la poca luz que llega desde la televisión y soy yo la que acorta la casi inexistente distancia hasta él. Se estremece mientras me responde y sus labios se mueven con un ritmo lento, dura apenas unos segundos en los que mi memoria desencadena los recuerdos de nuestro amor.

—No puedo ser tu amigo —susurra aún sobre mi boca, sus palabras hieren—, sólo tu amigo.

—¿Qué...?

Capturo su mirada esperando por su respuesta.

—Pero tengo que intentarlo...

—Está bien...

Él se deja caer en el sofá y me atrae con cuidado hasta recostarme contra su pecho. Suelta un quejido, yo lanzo un quejido y nos reímos para luego volver a quejarnos. Estamos algo maltrechos.

Escucho su respiración y por ratos deja un beso en mi cabello. Nos hemos perdido casi un capítulo completo, ninguno intenta repetirlo. Continuamos con el siguiente episodio y hablamos sólo para referirnos a algo de la serie de televisión.

—En verdad deberíamos comprar el Xbox —comenta.

Sus brazos rodean mi cintura y deja un beso en el lunar de mi cuello a través del cabello. Muerdo mis labios, conteniendo un suspiro, y siento ese agradable hormigueo en el vientre.

—Me parece bien.

Afuera los primeros rayos del sol comienzan a salir y por primera vez, en mucho tiempo, deseo que la noche sea eterna con Dimas a mi lado. 

Continue Reading

You'll Also Like

217K 9K 74
Ella es su más grande Deseo. Alexa Matthew. Astuta, soñadora, perseverante y trabajadora. Hará hasta lo imposible por cumplir sus sueños y salir de...
949K 153K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
86.6K 7.9K 12
TRILOGÍA PERFECCIÓN #1.5 Nunca negaré lo que fui. Un promiscuo, un patán y un arrogante. Un completo imbécil. Pero ahí estaba ella, la mujer que nunc...
593K 25.8K 46
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...