Heavy Dirty Soul |Frerard|

By FrankIsMyHero

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Frank está roto, y no hay pegamento en el mundo que pueda volver a juntarlo. ... More

Prólogo
I
II
III
IV
V
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
NOTA FINAL

VI

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By FrankIsMyHero

Mis manos estaban sudorosas y mis piernas temblaban aun cuando estaba sentado, estaba seguro de que tendría problemas cuando bajara del auto después.

Era como si durante la última semana hubiera estado en "piloto automático", sin verdadera conciencia de mis actos, viendo todo desde lejos y de un momento a otro ¡pum! Me encuentro sentado en el pequeño auto de Gerard con destino a su departamento, es viernes por la tarde, acabamos de salir de clases y he logrado armar una excusa para Thomas explicando el porqué estaré ausente las próximas horas.

Apenas soy capaz de digerir todo lo que realmente está pasando, yo... no puedo ni pensarlo... yo me ofrecí a posar desnudo ante Gerard, mi profesor. ¿En que diablos estaba pensando? Debieron ser las hormonas dentro de mi, las mismas que ahora me hacen tener nauseas y ganas de lanzarme del auto en movimiento.

— Gerard.– Murmuro su nombre, trató de tomar aire, siento que me voy a desmayar.

— ¿Si?– Él tampoco parece querer hablar mucho, parece que su mente está en otro lado también, no se si por lo extraña de la situación o por alguna otra cosa.

— Debes... debes saber algo.– Levanta una ceja expectante sin quitar la vista de la carretera.– Yo no soy perfecto.– Logro articular y él parece más confundido ahora que antes.

— ¿A qué te refieres?

— Habló de mi... de mi cuerpo.– Digo esto último desviando la mirada de su rostro, odio sentirme frágil pero no puedo evitarlo.

— No me imp...

— No soy como tus modelos de cuerpos perfectos,– Le interrumpo, la verdad no quiero escuchar ni una palabra salir de su boca.– Y cuando te des cuenta solo pido que no digas nada.

— Frank...

— ¿Lo prometes?– Hay un silencio incómodo entre nosotros durante un tiempo hasta que finalmente Gerard asiente de manera afirmativa a mi pedido, que más bien era una súplica.

Nada más es dicho hasta llegar a su departamento, al cual entro con miedo, si, miedo... miedo a saber que es lo que va a pasar. Por alguna razón su departamento parece más aseado desde la última vez, tal vez lo limpió recordando nuestra sesión de hoy, o solo es imaginación mía.

— Puedes ir al baño mientras yo...– Me señala la puerta que lleva a su baño mientras entramos a la habitación.

— Me quitaré la ropa aquí, si no te molesta.– Le digo y él me mira perplejo asintiendo ligeramente. No se de donde sale esta valentía repentina; creo que la única razón es que si entro a su baño sé que difícilmente podré salir debido a todos los pensamientos que me agobian.

Trago en seco y empiezo a desvestirme en medio de su habitación mientras él arregla el caballete y sus pinceles; para cuando he terminado él se sienta sobre un sillón color naranja que está a un lado de la cama yo solo me quedo ahí parado esperando captar su mirada.

Puedo notar en su agitada respiración que está tan nervioso como yo... me pregunto si se pone igual de tenso cuando pinta a alguna de sus modelos femeninas.

— Puedes acostarte.– Me dice evitando el contacto visual pero yo solo me quedo petrificado como una estatua.— ¿Frank?– Entonces levanta la mirada del lienzo y cuando sus ojos se posan en mi cuerpo su mandíbula cae ligeramente mientras sus ojos se abren con horror.

Sé que quiere decir algo, puedo ver las palabras empujando su lengua queriendo salir por montones pero también puedo notar el grandísimo esfuerzo que hace para no decir absolutamente nada, porque me lo ha prometido.

— ¿Así está bien?– Me acuesto sobre la cama con una posición de lado, mi cabeza reposando sobre mi mano mirándole fijamente.

— Sí.– Murmulla, traga en seco y saca sus pinceles para empezar a dibujar.

Sus ojos se mueven entre el lienzo y mi cuerpo, lanza miradas fugaces que me inspeccionan de pies a cabeza y no puedo evitar preguntarme si le gusta lo que ve, ¿acaso me ve con el mismo deseo en que veía a sus modelos femeninas? ¿Provoco en él los mismos sentimientos?

¿Qué piensa de mi y de todas las marcas que cubren mi cuerpo?

Algunos son moretones recientes que me ha causado Thomas, otras lesiones mucho más profundas me las he causado yo mismo, están por todos lados, en mis muñecas, mis piernas y hasta mis muslos; son marcas viejas pero que aún me acompañan.

Jamás he dejado que alguien me vea así, además de Thomas, claro; pero dejándolo de lado nunca pensé poder exponerme tan abiertamente ante alguien más de esta manera. Es verdad, hace años deje de ser el niño tonto e inocente al cual le afectaba cualquier cosa solo para convertirme en el sarcástico malhumorado que hasta hace unas semanas atrás llamaba a Gerard un entrometido por preocuparse por mi. Pero a pesar de eso aún es delicado para mi este tema y siempre lo será, ni siquiera sé porque me he ofrecido a hacer esto, es como que una vaca se ofrezca ella sola a ir al matadero.

En estos momentos, por más tonto que parezca sólo quiero saber que piensa Gerard de mi, por un lado solo espero gustarle, espero que piense que me veo bien, que doy la talla para ser parte de su exhibición de arte, por otro lado tengo miedo a que me juzgue, que juzgue mi peso, si estoy gordo, muy delgado, pálido, bronceado o que simplemente soy un desastre por todas las marcas que me cubren... De seguro se está fijando en eso ahora mismo, de seguro piensa que una persona con tantos rasguños en su piel no vale la pena.

Una voz dentro de mi me dice que a él jamás podría gustarle esto, que las miradas que me lanzan son de lástima.

Me siento enfermo de solo imaginar lo que piensa, incluso dejo de escuchar todo a mi alrededor y llego a pensar que han pasado un montón de horas, entonces mi brazo se empieza a dormir y ya no puede con el peso de mi cabeza.

— ¿Podemos parar?– Le pregunto de la nada y él me mira perplejo.– No puedo, no puedo.– Me levanto de la cama tan rápido que mi cabeza da vueltas, me siento con nauseas y las lágrimas que se acumulan en mis ojos no ayudan para nada.

— Frank, no tienes que hacer eso.– Me dice con voz dulce, acariciando de arriba a abajo mi espalda, ni siquiera me di cuenta cuando se sentó junto a mi en la cama.

— Yo... yo quiero hacerlo– Digo entre arcadas, tomando grandes bocanadas de aire para no ahogarme entre mis lagrimas.

— Está bien,– Me levanta suavemente con sus manos y como si supiera exactamente qué es lo que necesito él solo me abraza, me abraza firmemente y no se siente como un gesto de compasión sino cómo uno de apoyo, él me estaba diciendo que estaba ahí para mi.

Hundo mi cara en aquel hoyo que se forma entre su clavícula y su cuello y trato de calmarme a mi mismo mientras le devuelvo el abrazo que me da; inhalo profundo para captar su olor tanto como pueda mientras siento que por mi espalda su mano sube y baja acariciando mi piel con la yema de sus dedos.

Una vez mi sollozo se detiene y me siento tranquilo su voz rompe el silencio con una pregunte que definitivamente no quería escuchar.

— ¿Quien te ha hecho esto, Frank?– Me quedo estático con la pregunta dando vueltas en mi cabeza; estoy desnudo y más que nada vulnerable, mi cuerpo no es perfecto y ya debió haberse dado cuenta, pero solo ahora estando tan cerca podía ver que mis marcas eran más profundas de lo que parecían.

— Lo siento.– Le digo alejándome un poco, agachando la mirada completamente avergonzado.– Te dije que no era perfecto.

— Eso no me importa.– Me toma por el mentón y me obliga a sostenerle la mirada.– Solo quiero saber quien fue.– Su ceño está fruncido y por primera vez puedo ver verdadero enojo en su rostro.– ¿Fueron tus padres?– Me pregunta después de unos segundos al no obtener respuesta de mi parte.

— No.– Murmuro a la vez que niego ligeramente la cabeza.

— ¿Algún familiar?– Niego nuevamente.– ¿Tal vez... tu novia?– Entonces trago en seco, está cerca de encontrar la respuesta que ninguno de los dos quiere escuchar.– ¿tu novio?– Y el suspiro que sale de mi boca cuando hace la última pregunta le da la confirmación que estaba esperando.— Diablos, Frank... ¿Acaso tus padres saben de esto?

Si Gerard estaba apunto de adentrarse a lo horrenda que era mi vida porque no también decirle la verdad respecto a eso.

— Bueno, no creo que a esos desgraciados les importe mucho.– Gerard abrió la boca atónito, tal vez estaba apunto de reprocharme el que llame a mis padres de esa forma, pero antes que siquiera pudiera decir algo yo continué.– Soy huérfano, mis padres me abandonaron.

No hubo más palabras durante un buen tiempo, Gerard parecía estar pensando muy bien que decir pero yo la verdad solo quería seguir abrazado a su pecho, que por alguna razón me daba tanto confort.

— Eres hermoso, Frank.– Definitivamente no esperaba eso, me quedo perplejo mirando a Gerard, él solo está ahí, sonriendo como si nada, como si sus palabras no hubieran hecho un alboroto dentro de mi.– No deberías dejar que nadie te lastime.

Parpadeo un par de vez sin poder creerme esto, nunca en la vida alguien me había dicho estas cosas, mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas al darme cuenta que esto es verdad. Gerard vuelva a acurrucarme entre sus brazos en señal protectora mientras me murmura al oído que todo estará bien.

.

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