Little Things » Niall Horan

By harryscinnamon

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HISTORIA GANADORA DE LOS PREMIOS WATTY 2014 Ganadora al "Mejor Fanfic de Niall" en los Premios WFA. ❝ ...Nunc... More

Sinopsis
Prólogo
I. She
II. You Can't Hide
III. Promises
IV. Shallow
VI. Recover
VII. I'm Fine
VIII. Obsession
IX. You Da One
X. Reality
XI. Exception
XII. Versace
XIII. Runway
XIV. Impulse
XV. Blinded
XVI. Addicted To Love
XVII. Confession
XVIII. Farther Away
XIX. Time
XX. Clues
XXI. When You're Gone
XXII. I Can't
XXIII. Puzzle
XXIV. Out Of Control
XXV. Confrontation
XXVI. You're Perfect To Me
XXVII. Mess
XXVIII. Risks
XXIX. Epilogue
Nota de la autora (agradecimientos)
PREMIOS WATTY
¡Ganamos!

V. Blackout

45.6K 2.7K 251
By harryscinnamon

Nota de la Autora: Me tardé, oh lo sé, lo sé... Pero aquí está. Muchas gracias por todos los votos y comentarios, ahora los responderé todos, todos ♡ son lo mejor realmente agradezco mucho que sigan esta historia. En fin, disfruten el capítulo, al costado les dejo a la preciosa Nina Dobrev, y la perfecta Eloise en mi cabeza. Espero que les guste el capítulo, sigan votando y comentando :)

***

Apreté los párpados fuertemente, molesta por el sonido de la maldita alarma que tenía programada diariamente para iniciar mis rutinarias mañanas. Gruñí y me revolví entre las sábanas, negándome a levantarme, sin presencia de entusiasmo alguno que acudiera a animarme para empezar mi día. Muy por el contrario, mis únicos deseos eran quedarme en mi cama durmiendo, siendo abrazada por los fuertes brazos de Bradley. Estaba cansada y en realidad no sabía ni siquiera porqué, mas esa era una sensación con la que convivía constantemente. Mentalmente, comencé a enumerar la lista de cosas que debía hacer y fue entonces que me resigné a ponerme de pie, envidiando completamente a Brad que continuaba durmiendo plácidamente. Y es que por más que quisiera quedarme a hacerle compañía, estaba muy consciente de que no podía faltar al gimnasio, mucho menos ese día que se suponía que me vería con Niall durante la tarde.

Desganada, me dirigí a la ducha y abrí la llave del agua fría, esperando que el impacto de las gotas heladas en mi cuerpo consiguiera desaturdirme. Desafortunadamente, lo único que logré con eso fue soltar un chillido y salir prácticamente congelada de la estúpida ducha. Rápidamente me sequé, cogí mis calzas negras de gimnasia junto con una polera deportiva rosada de Adidas, amarré mis cabellos rubios en una cola de caballo y salí del baño. Cuando me hallé nuevamente en nuestro cuarto, me extrañé de no encontrarme con mi novio, sin poder evitar preguntarme si acaso se había caído de la cama al haber sido capaz de despertarse a las nueve de la mañana.

Cogí mi bolso y me encaminé en su búsqueda, encontrándomelo en la cocina. Cuando sus ojos oscuros se posaron en mi figura, me dedicó una dulce sonrisa. Me fijé que mantenía entre sus manos dos tazas humeantes, me ofreció una de estas y le devolví la sonrisa al ver que se trataba de mi infaltable té verde.

– Buenos días, preciosa.– Me saludó con su voz profunda, depositando un beso en mi mejilla. Tenía el cabello desordenado y solamente vestía la parte de inferior de su pijama, luciendo así sus abdominales y unos cuantos tatuajes que decoraban su torso.– ¿Qué vas a hacer hoy?– Preguntaba tiernamente, guardando el tarro de café en la alacena, la cual estaba casi vacía. En nuestro departamento no había comida, aunque sí teníamos los elementos "indispensables" y propios de cualquier cocina, como lo eran las ollas, platos, tazas, cubiertos y vasos. Si alguna vez llegaba a haber comida, era nada más la que llegaba por delivery, puesto que ni mi novio ni yo cocinábamos.

– Ahm... Ayer me encontré con un... Amigo de Irlanda...- ¿Podía realmente considerar a Nialler como un amigo? No, pero tampoco pretendía perder tiempo explicándole toda la historia a Brad.– Así que quedamos de ir a tomarnos un café o algo así durante la tarde.– Expliqué encogiéndome de hombros, para luego llevarme la taza de té hacia mis labios.

– ¿Café?– Repitió, como si le causara gracia.– Tú no bebes café, nena.– Comentó él con absoluta despreocupación, esbozando una torpe sonrisa.– Y creí que no querrías saber de nada ni de nadie que te recordara Irlanda.– No existían celos en su voz, nada más había un deje de extrañeza. Y cómo no iba a haberlo, si sabía exactamente lo que estaba pasando por su mente, pues yo estaba pensando precisamente lo mismo; es decir, que yo estaba actuando como si todas las cosas que le había dicho cuando lo conocí hubiesen sido olvidadas y contradichas por mí misma en dos segundos.

– Lo sé, lo sé...- Admití, fastidiada, no con él, sino que conmigo.– Solamente que este chico es una especie de... ¿Excepción? Sí, esa es la palabra.– Asentí para mí misma, antes de darle un sorbo a mi té.– ¿Recuerdas cuando te hablé de un tal "Niall"?– Pregunté tratando de refrescarle su olvidadiza memoria.

Bradley sabía todo de mí, o al menos, la mayoría de mis cosas y de mis secretos. Sin embargo, no tenía idea de esa última conversación que le había escuchado al actual cantante de One Direction, básicamente porque me avergonzaba y prefería omitirlo. Brad no tenía porqué enterarse de que hasta mi mejor amigo se había estado burlando de mí a mis espaldas.

– Claro que lo recuerdo.– Respondió, sorprendiéndome.– El niño "The X Factor", ¿No?– Yo asentí afirmativamente. Así era como él lo reconocía, como el niño "The X Factor", ese que tapizaba junto con sus compañeros de banda gran parte de la publicidad de Nueva York, ese que curiosamente alguna vez había sido el único amigo de la patética chica que tenía por novia, mí amigo.– Genial, en ese caso, espero que lo pases bien... Yo tengo que ir a vender unas cosas, ya sabes...- Agregó restándole importancia. Sabía bien lo que estaba haciendo, tratando de disimular y no profundizar demasiado en sus asuntos de "tráfico de drogas" frente a mí. Siempre prefirió mantenerme fuera de ello, ya que decía que no me convenía saber más de la cuenta porque podía resultar peligroso. Por otro lado, yo tampoco iba a preguntarle por ello, jamás me llamó la atención todo ese absurdo asunto de las drogas.

De pronto, comencé a sentir que todo me daba vueltas, por lo que de una mano me agarré de la encimera, buscando apoyo en ella. De inmediato Bradley se me acercó preocupado.

– Hey, Aly... ¿Estás bien?– Escuché su voz haciéndome múltiples ecos en mis oídos.

Lo último que recuerdo es haber murmurado algo así como "mierda" y escuchar el sonido del tazón haciéndose trizas contra el piso.













(...)

Siendo absolutamente honesta, mi dieta podía resultar muchísimo más exigente de lo que habría deseado, y como consecuencia sus efectos solían jugarme varias malas pasadas. Recuerdo perfectamente cuando comencé a sufrir los primeros desmayos, esos que no eran tan recurrentes como me sucedía entonces. Últimamente, tenía que andar con más cuidado cada vez que salía a la calle. Muy para mi suerte, esta vez me había desmayado en casa y había tenido a Bradley ahí para agarrarme antes de caer al piso.

La sensación luego de un desmayo es siempre la misma, te pesa todo, incluso hasta la cabeza. Fue por eso que una vez que abrí los ojos, poco a poco y sin prisas fui reintegrándome. Miré a mi alrededor y me encontré nuevamente recostada en la cama de nuestra habitación, vistiendo todavía con la ropa deportiva. Miré la hora en el reloj digital ubicado en la mesita de luz, el cual marcaba las dos de la tarde con treinta minutos. "Demonios", pensé antes de volver a levantarme.

*** Punto de Vista de Niall ***

– Niall... Dijiste que hoy pasaríamos el día juntos...- Se quejaba esa mañana la morena, haciendo pucheros. Había intentado todo con tal de convencerme para que me quedara y no fuera con Alyssa.

Solté un sonoro suspiro, dándole la espalda. De este modo me coloqué la polera blanca que hacía un rato acababa de ponerme y que Eloise me había arrebatado a último momento, cuando de improviso, y de una forma u otra, terminamos enredándonos en las sábanas de la cama una vez más. Rodé los ojos, relativamente molesto, tanto con ella como conmigo mismo al no ser capaz de cumplir mis propias promesas. Sí, le había dicho a Eli que pasaría el día con ella, y así también estaba muy consciente de que aún trataba de adaptarse a mi estilo de vida y que obviamente creía en mi palabra cuando prometía algo, a pesar de que ya le hubiese fallado unas cuantas veces. Tenía que entender que habían ocasiones en que todo debía cancelarse de improvisto, habían días en que de la nada era que surgían shows en vivo, entrevistas improvisadas o sesiones de fotos que se reprogramaban o adelantaban. Y si bien Eloise había viajado conmigo a Estados Unidos con la única intención de pasar más tiempo juntos, esta vez no se trataba de trabajo al que me pudiese negar, se trataba de Alyssa, por lo que no pensaba postergar nuestro encuentro por culpa de mi novia. Después de todo, ya tendría tiempo para estar con ella, lo de Aly era más bien algo sí como "ahora o nunca".

– Eli... Mi amor...- Dije acercándome hacia ella, que aún permanecía en la cama, desnuda, cubierta únicamente por las delgadas sábanas blancas que se traslucían revelando las preciosas y delirantes curvas del cuerpo de mi chica.– Tan solo será un miserable café, te juro que a la vuelta seré todo tuyo. ¿Si?– Aseguré con gran convicción en mi voz, depositando el que inicialmente suponía ser un beso fugaz en sus labios, al que ella me respondió con entusiasmo, alargándolo más de la cuenta. "Mierda", pensé, sintiendo como poco a poco comenzaba a derretirme en mi interior. Si empezaba con eso no iba a poder detenerme después y terminaría cediendo ante la más estúpida petición de Eloise.– Nena, no es justo si me sobornas de esa forma...- Murmuré, con la voz más ronca de lo que esperaba.

– Nadie te está sobornando, cariño...- Agregó ella, colocando esa voz de inocente al tiempo en que fruncía el ceño con simpatía. Sonreí encantado, sintiendo que estaba totalmente loco de amor por ella.– Como sea... Supongo que podré raptar a Sophia un rato, antes de que Liam se de cuenta...- Suspiró, desviando sus ojos marrones de los míos, mostrándose no muy ilusionada con sus nuevos planes.

Había tenido la gran suerte de conocer a Eloise Pierson hacia un par de meses atrás en el iTunes Festival, en Londres. Jamás podría olvidar esa magnifica sensación de encanto en cuanto vi a una chica que coreaba y bailaba todas y cada una de las canciones de Lady Gaga con sus amigas, sin siquiera saberse del todo la letra. Ciertamente, en ningún segundo creí que terminaría acercándome hacia ella, es más, si lo hice fue única y exclusivamente porque uno de mis amigos quería hablar con una de sus amigas, por lo que yo, como buen compañero, lo acompañé para entretener y distraer a esta chica: Eloise. Así mismo, tampoco imaginé que la tarea de distraer a esa preciosa morena significaría encontrar a mi futura novia, la mujer más dulce, extrovertida y sexy que había conocido hasta el momento. En fin, esa noche ambos estábamos un poco ebrios e intercambiamos números de teléfono prometiendo volvernos a ver. Y cumplí. Es más, al día siguiente la llamé queriendo verla ese mismo día, y a pesar de haber tenido que ser infinitamente insistente para que ignorara su resaca con tal de verme, logré hacer que saliera conmigo. Después de eso, nos juntamos un par de veces más, y finalmente decidimos hacer nuestra relación oficial... De eso que ya llevábamos tres meses juntos.

– Esa es mi chica. ¿Lo ves? No será tan terrible.– Volví a besarla, esta vez de manera breve, escapando de la tentación. Cogí mis infaltables gafas de sol negras y una de las llaves de la habitación del hotel.– Te amo, nos veremos a la vuelta linda.– Me despedí antes de salir del cuarto.

*** Punto de Vista de Alyssa ***

Observé la hora en mi celular. Las cuatro con cinco minutos. Ni siquiera me molesté en acelerar el paso, no esperaba que Horan fuese puntual, ni tampoco pensaba serlo yo. Si algo había aprendido de él era que el tiempo nunca iba de su lado, lo normal eran que siempre llegara con diez minutos de atraso, jamás aprendió a calcular bien su hora de llegada a clases. Y esa es la clase de hábito que no puedes cambiar, que por más que lo intentes sencillamente no puedes, ya que tu mente está programada para ir siempre atrasado diez minutos. Aunque pensándolo bien, existen también hábitos como "comer", hábitos que suelen llamarlos "necesidades vitales". "Sí como no" reí ante mis propios pensamientos. Comer había sido el hábito más grande que había cambiado desde que me había ido de Irlanda, y creo que en realidad gracias a eso me había ido mejor de lo que habría esperado.

Salir de casa había sido realmente una especie de "misión imposible". Mi estúpido desmayo había dejado a Bradley extremadamente preocupado, por lo que estuvo un buen rato insistiéndome con que me quedara en casa descansando, que cancelara con Niall, que podría verlo otro día. Por mi parte, sencillamente lo ignoré. Agradecía todo lo que hacía por mí, pero yo podía cuidarme sola. Un desmayo no significaba nada, no era como si me fuese a morir o algo por el estilo. Brad estaba haciendo de todo esto una exageración.

Llegué al Starbucks donde habíamos quedado de vernos, busqué con la mirada la cabellera rubia entre la poca gente que había en el local, sin obtener resultados positivos. Durante un breve lapso verdaderamente consideré la opción de que el muy idiota me hubiese dejado plantada, de que se hubiese arrepentido, que le hubiese dado vergüenza ser visto conmigo, o que simplemente todo se hubiese tratado de una muy mala broma. Odiaba admitirlo, pero esa idea me destrozaba. No obstante, justo cuando empezaba a arrepentirme de haber asistido a aquel sitio, una mano me tocó por el hombro, como pidiéndome que me volteara, y eso fue exactamente lo que hice.

– Wow, y yo que pensaba que no vendrías...- Irónicamente, las palabras habían escapado de sus labios, no de los míos. Pude notar que una vez más se encontraba utilizando sus gafas de sol Ray–Ban.

– ¿De veras?– Pregunté, alzando una ceja.– ¿Y por qué no habría venido?– Quise saber.

– Porque te conozco, o solía hacerlo,– se corrigió– y sé que no te entusiasmó la idea de juntarnos.- Contestó, obligándome a desviar velozmente la mirada. Había sido casi como si hubiese leído mis pensamientos. "Idiota, estúpido Nialler."

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