La Melodía de Aura 1 - Prelud...

By LenaMossy

534K 56.4K 10.4K

Aura terminó con su amor de la infancia la misma noche en que habían decidido mudarse juntos a la capital. Es... More

♡ AVISOS ♡
♡ Sinopsis ♡
❀ Dedicatoria ❀
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
♔ Obsidiana ♔

Capítulo 26

8.2K 1K 302
By LenaMossy

You can cry, I won't go

You can scream I won't go

Every man that you know

Would have run at the word go

Little boys with their porno

Oh, I know they hurt you so

They don't know that we know

Never know what we know

Porno — Arcade Fire

☆★☆

—Todavía no entiendo por qué tengo que abrir una cuenta de Instagram.

—Porque ya eres popular —repite Sofía por décima vez en menos de una hora—. No podemos permitir que sólo Minerva exprese su punto de vista sobre la situación.

—¿De qué situación estamos hablando?

Sofía me fulmina con la mirada y vuelve a concentrarse en la pantalla de la laptop.

Estamos en la habitación donde los chicos de la banda dejan sus pertenencias al subir al escenario, pero es temprano y sólo está Sofía, Cedric, Eric y yo. Por lo general me negaría en redondo a algo como eso, pero el ver a mi amiga tan desenvuelta con dos chicos a tan poca distancia me obliga a cerrar la boca y obedecer.

—¿Piensan decirme mi contraseña?

—En un momento —responde Cedric.

Pongo los ojos en blanco y Eric, a mi lado en el largo sofá, me ofrece de su cerveza.

—Tranquila —sonríe—. Tengo la cámara fotográfica aquí.

—¿Eso debería tranquilizarme? —ironizo y doy un pequeño sorbo a la cerveza— No soy fotogénica.

—Deja de quejarte —reprende Sofía.

Ambos chicos reprimen una risa burlesca y me hundo en el sofá con los brazos cruzados luego de regresarle la botella a Eric.

He simulado a un ninja para evadir a Dimas todo el día e incluso decidí irme a un café a escribir, cosa que casi nunca hago. Sé que ha preguntado por mí, pues Sofía ha llegado diciéndome eso en lugar de un simple hola, pero no sé cómo reaccionar ya con él. Por otro lado, Minerva ha subido algunas fotografías con Dimas durante el ensayo de la banda y es por lo que mi rubia amiga y, su nuevo mejor amigo, Cedric decidieron crearme una cuenta de Instagram ya que me negué a tener Facebook.

—¿Tienes alguna fotografía decente para tu imagen de perfil? —me pregunta Sofía sin mirarme.

—No —contesto sin molestarme en revisar—. Mejor dejémoslo así.

—Eso se soluciona —dice Eric al tiempo que se levanta del sofá.

Estoy acostumbrada a ser objeto de fotografías gracias a León, pues siempre me pedía ser su modelo para casi todos los proyectos de la universidad. Sin embargo, no puedo evitar sentir algo de nerviosismo. Eric saca su cámara profesional del estuche y comienza a ajustar el lente mientras tararea una canción que no conozco.

—Esto es ridículo —comento observando la pantalla de la laptop—. A nadie le interesa lo que publique o no.

—Te sorprenderías —contradice Cedric—. Los admiradores son así, toman partido y quieren emparejar a sus ídolos.

—¿Ustedes ya son ídolos de alguien? —pregunto sin contener una risita.

—¡Pues sí! —exclama el chico— Aunque no lo creas... Claro que Dimas y Eric son quienes más admiradoras atraen.

—Imagino que Eric está feliz —adivino.

El aludido me arroja un guiño divertido.

—No me quejo.

Sofía saca un estuche de maquillaje de su bolso Gucci color crema y sin preguntar comienza a aplicarme labial. Cierro los ojos y cuento hasta cien mientras la dejo decorarme la cara como payaso... No obstante, al mirarme en el espejo tengo que admitir que Sofía debería impartir cursos de maquillaje, pues ha conseguido que luzca natural y sofisticada.

—¿Y ahora qué? —pregunto derrotada.

—Acuéstate —responde Eric.

Le dirijo una mirada suplicante a Sofía, pero mi amiga sólo me sonríe emocionada. Obedezco, de nuevo, y coloco ambas manos sobre mi abdomen con expresión de hastío.

—Parece que vas a un velorio —dice Cedric.

—O que es el motivo del velorio —burla Eric.

Ambos ríen mientras Sofía se acerca y acomoda mi cabello para hacerlo lucir revuelto sobre el almohadón del sofá.

—Recuérdame por qué te permito todo esto —le digo entornando los ojos.

—Porque soy tu mejor amiga, me amas y sabes que siempre tengo la razón.

Odiosa verdad, ugh.

—Bien —suspiro resignada—. Terminemos rápido.

Mi cerebro se congela un instante y creo que he sufrido un mini infarto cuando Eric se coloca arriba de mí. Tiene una rodilla a cada lado de mi cadera y no ha podido disimular una risa burlesca por mi reacción. Entiendo que para él sea normal la proximidad con muchas chicas, pero para mí no y siendo honestos su atractivo puede dejar nerviosa a cualquiera. Sostiene la cámara en lo alto con los mechones de cabello oscuro cayendo a los lados y trago saliva en un intento inútil por tranquilizarme.

—¡No! —exclamo con mis manos extendidas en medio de nosotros y a punto de derribarlo— ¡Así no! ¡Me niego! ¡Sofía!

—¡Te sostendré si es necesario! —amenaza ella— ¡Es sólo una foto y Eric es tu amigo!

Eric aparta la cámara y sonríe.

—Tomo fotos así todo el tiempo, Aura. No exageres.

—¡Exagero todo lo que quiera! ¡Así lo único que pensarán es que soy una fácil!

—Nadie sabrá quién la tomó —señala Cedric—. Además quedará muy bien.

—¡Claro que quedará bien, pero...!

—¡Por favor! —pide Sofía— ¡Llevo el día entero planeando esto!

Aprieto los puños y los dejo caer a mis lados con fuerza sobre el sofá; a Eric le parece divertidísimo mi pequeño berrinche.

—Ya, hazlo —bufo—. Antes de que decida patearte y acabar con esto.

El chico sonríe y vuelve a señalarme con la cámara.

—Ahora aparenta que no tienes deseos de matarme ¿Sí?

Entorno los ojos y finjo relajarme.

—Bien, tu mano arriba de tu cabeza... —pide y obedezco con cierta timidez— ¿Te estás sonrojando? Perfecto...

—¡Cállate!

Escucho a Sofía reírse y trago saliva.

—¿Estás nerviosa?

—Sí, bueno... No todos los días alguien me toma fotografías así.

—Pues... te ves adorable.

Esa palabra...

—Deja de llamarme así —titubeo.

Eric aparta la cámara y su mirada oscura provoca estragos que no debería de ocasionar ni por error. No es su atractivo lo que me está afectando, si no la amistad que compartimos y no deseo hacer algo que pueda arruinarla. En verdad lo aprecio mucho y presiento que esta no es una buena idea.

Él dirige mi otra mano hasta dejarla descansando sobre mi clavícula derecha y por su expresión sé que está consiguiendo lo que quiere para la fotografía... ¡Lo que me provoca más nervios!

—No te muevas.

Hace varias fotografías y en cada movimiento su pierna roza un poco más conmigo. Los minutos me parecen horas y al final creo que me falta el aire, el cual sólo regresa cuando Eric se levanta del sofá.

—¡Mira! —Sofía le enseña algo en su celular al fotógrafo y éste asiente.

—Envíamela.

Cedric gira la laptop por lo que ya no puedo ver qué hacen y se sientan en el suelo concentrados en la laboriosa publicación de mi primera fotografía en la dichosa red social.

¡Vaya tontería!

Termino la cerveza que Cedric ha abandonado y me distraigo leyendo una revista. Ellos hablan en voz baja y no tengo ánimos de esforzarme en escucharlos. De hecho, estoy más concentrada en los pasos al otro lado de la puerta que podrían indicar que Dimas ha llegado en compañía de la violinista.

La habitación no es muy grande y es algo incómoda con el color rojo chillón de las paredes que comparte con el largo sofá donde estoy sentada. Además de eso sólo está la vieja mesa del centro y algunos instrumentos musicales por ahí y por allá.

—¡Ya está! —exclama Sofía emocionada—. ¿Quieres ver las fotos?

—¿Las fotos? —repito—. ¿No era una?

Cedric gira la laptop y observo la fotografía que ha tomado Eric, es genial. Por un momento no creo que sea yo, ya sea por los filtros fotográficos o no sé, pero cuando descubro sus iniciales en marca de agua en la parte inferior ya sé por qué insistieron en la fotografía conmigo debajo de él.

—¡¿No que nadie sabría quién la tomó?!

—Oye, quedó muy bien —se defiende Eric—. Sólo me enorgullezco de mi trabajo.

Pongo los ojos en blanco.

—Y ahora la siguiente...

¡Por Yoda!

¡Y Obi-wan!

¡Y Darth Vader!

—¡No! —exclamo—. ¡No, no, no! ¡Quiten eso!

Eric estalla en risas y Cedric cierra la laptop antes de que logre llegar a ésta.

—¡Cállate, Eric! —fulmino al guitarrista con la mirada— ¡¿Quién fue?!

—Yop —contesta Sofía con una tierna sonrisa y mirada soñadora—. Es que fue irresistible y así obtendremos el efecto que queremos.

—¿Obtendremos el efecto que queremos? —repito incorporándome—. ¡Es una foto de Eric arriba de mí! ¡¿Qué efecto puede tener?!

—¿Cuál crees? —pregunta Eric todavía entre risas—. Tú lo dijiste, sé cómo provocar los celos de tus novios...

—Voy a matar...

La puerta abriéndose me interrumpe, y Dimas se detiene en el umbral con el celular en la mano; por su expresión sé que ya ha visto ambas fotografías. Minerva y Gabriel están detrás suyo moviendo los ojos de Eric a mí con cierta curiosidad.

—¿Puedo hablar contigo un momento, Aura?

La voz de Dimas es gélida y casi impersonal. Eric, Sofía y Cedric parecen alegres con esas sonrisitas dibujadas en los labios.

—¿Ahora?

—Sí, ahora.

Dimas se da la media vuelta y sale de la habitación dejándonos ahí con un silencio muy incómodo. Es Eric quien rompe el momento al tomarnos una fotografía y luego dirigirnos una de esas espléndidas medias sonrisas.

—Soy el mejor amigo que podrías desear —me dice.

Entorno los ojos y salgo de la habitación apenas mascullando una disculpa al pasar en medio de Minerva y Gabriel. Dimas está recargado en la barra con la cajetilla de cigarros en la mano y la mirada fija en mi dirección; al ver que voy hacia él me señala la salida principal. Camino varios metros por detrás suyo hasta que salimos y me ofrece un cigarro encendido que acepto más por tener donde colocar las manos que por desearlo en verdad.

Fumamos en el típico silencio cómplice de los fumadores por un par de minutos hasta que es él quien habla.

—Pensé que no te gustaban las redes sociales.

Paso mi peso de un pie al otro y doy una larga calada al cigarro.

—Yo igual pensé eso.

Dimas enarca una ceja y me regala una sonrisa irónica.

—¿Eric suele tomarte muchas fotografías?

—No, eso fue porque no tenía ninguna decente para mi perfil.

No quiero culpar a Sofía o los dos chicos porque no deseo provocar más conflictos dentro de la banda.

—Primero pensé que era una cuenta falsa, pero luego...

—Es una buena fotografía —comento cuando noto que no dirá nada más.

—¿Cuál de las dos?

—La primera —respondo con un leve rubor en las mejillas—. La segunda es una tontería.

—Lo es.

Intercambiamos una mirada rápida antes de regresar nuestra atención al tráfico de la avenida.

—Yo no soy un buen fotógrafo.

—Todos somos buenos en cosas diferentes —parafraseo a Sofía—. Tú eres músico.

—Supongo.

¿Supone? La banda está haciendo que sus rivales en el concurso coloquen todos los santos de cabeza, pero no digo nada. Creo que aquello sólo conseguiría dejarlo más nervioso con el concurso cada vez más cerca.

—Mis padres me invitaron a cenar.

—¿Hoy?

—Sí...

—Pero el bar...

—Ya sé —interrumpe—. Les dije que hasta el lunes estoy libre y quedamos de cenar en el club.

No puedo imaginar una reunión de Dimas con sus padres ni con toda la imaginación que uso para escribir. Su familia y él terminaron muy mal antes de marcharse... ¡Hasta lo desheredaron!

—¿Ya habías hablado con ellos?

—Sí, incluso mi madre fue a verme una vez a casa de Cedric...

—¿Y qué tal? ¿Cómo está ella?

—Bien, creo.

—¿Has visto a tus hermanos?

Dimas me dirige una mirada incómoda.

—Siempre creí que Javier intentaría algo contigo cuando me marchara.

—¿Javier? ¿Tu hermano mayor? Ni si quiera he vuelto a hablar con él...

—Como siempre quiso todo lo que tenía, pero supongo que a ti nunca te tuve... ¿no?

Dejo caer el cigarro y lo piso con fuerza.

—No quiero hablar de eso.

—Nunca quieres...

—Tengo trabajo.

Intento marcharme, pero Dimas se interpone en mi camino y me detengo antes de estrellarme contra su pecho.

—¿Me acompañarías?

—¿A cenar con tus padres?

—Por favor...

—¡Lleva a Minerva! ¡Es con ella con quien te besaste frente a todas esas personas!

—Aura, lo que dije ayer... —hace una pausa y el calor sube hasta mis mejillas— Lo recuerdo y es verdad.

Claro que lo recuerda... ¡Es un borracho consciente!

Su proximidad nubla mi sentido común y examino un segundo de más lo bien que le quedan esos jeans desgastados y la playera blanca que deja ver un poco del tatuaje bajando por su brazo.

—¿Por qué quieres que te acompañe? Ellos creerán que nosotros...

—No, saben que terminamos... Te necesito ahí como una amiga.

—¿Como amiga? —pregunto con cierta desilusión.

—Eres la persona que mejor me conoce y no puedo enfrentarlos solo... ¿Estarás ahí?

Divago hasta sus labios y muerdo los míos por simple instinto. Sus dedos suben hasta mi barbilla y rozan el labio inferior provocándome un respingo.

—De acuerdo...

Estamos muy cerca, demasiado. Hago acopio de todo mi autocontrol y retrocedo un paso.

—Deberíamos entrar...

Dimas tarda un instante en recuperarse y asiente. Abre la puerta para que pase primero y veo a los demás chicos de la banda bebiendo unas cervezas frente a la barra del bar. Saludo a Nicolás, que parece algo distraído con su celular, y me dirijo hasta la caja para dejar todo en orden antes de abrir. Sin embargo, Dimas me sigue y lo veo leyendo unas hojas que me enseña al notar que me ha provocado curiosidad, es la letra de una canción de Arcade Fire.

—¿Porno? ¿La cantarán hoy?

Él asiente y regresa su atención a la hoja de papel.

—¿Y eso?

—Peticiones —contesta Nicolás que ha llegado a nuestro lado—. Resulta que somos la única banda de la ciudad que puede tocar bien estas canciones.

No lo pongo en duda así que asiento.

—¿Llevan rato practicándola?

—Mina, Gabriel y yo ya la tocábamos en la capital.

Claro, tienen esa larga historia juntos...

De pronto, Dimas comienza a cantar el coro en tono bajo y mi piel responde erizándose con esa voz aterciopelada. Mina canta algunas líneas desde donde está con la cerveza en la mano, pero sé que lo hace para recordarme que está ahí y no tome esa canción como algo personal... ¿Podría alguien amordazarla? ¿Por favor?

—Lo harán bien —digo cuando Dimas deja de cantar y dobla las hojas para colocarlas en la bolsa trasera del pantalón—. ¿Tienen muchas peticiones?

—Sí, creen que es complacencias en la radio o algo así —contesta Eric con desgano—. Y lo peor es que éstos quieren que así parezca.

Gabriel le da un codazo.

—Están pidiendo mucho la de Radioactive.

—¿De Imagine Dragons? ¿En serio?

—Sí —responde Cedric.

—¿Y lo intentarán?

Dimas se pasa una mano por el cabello y suelta un largo suspiro.

—No sé, hay muchas cosas pronto para intentar canciones nuevas.

—Aura puede cantarla —dice Eric riendo—. Lo hacía muy bien hasta donde recuerdo.

Eric y sus visitas inoportunas cuando trabajaba en el diario... ¡En una de esas me escuchó cantándola a coro con Mónica!

—Cállate —sentencio—. O dejaré a tus admiradoras sin ídolo.

—Cruel —sonríe.

Dimas le lanza una gélida mirada que sólo provoca una amplia sonrisa en mi viejo amigo... ¡Es sorprendente cómo sabe provocarle celos!

El bar comienza a llenarse y rápido descubro que muchos de los presentes observan sin disimulo a la banda. Sin importar el poco tiempo que llevan juntos, se están volviendo en un referente de la música en la ciudad y eso sólo demuestra que son muy buenos en lo que hacen. Un rato después regresa Sofía platicando con Federico y parecen enzarzados en una discusión muy interesante, pues mi amiga apenas si le hace caso a Cedric.

—Estarás genial —tranquilizo a Dimas que ha permanecido a mi lado capturando la atención de sus admiradoras—. Eres muy bueno.

—¿Eso piensas?

—Claro—admito y dejo caer mi mano sobre la suya en la mesa—. Tu voz es...

No sé cómo decirle que puede provocarme fiebre con una oración, así que sonrío como tonta y desvío la mirada. No obstante, se acerca más hasta quedar detrás de mí y su aliento remueve el cabello contra mi cuello.

—Dimas... No creo que...

Ahogo un suspiro cuando ese cálido aliento sube hasta mi oído y le escucho comenzar a cantar la canción que practicaba hace un rato. El coro se adapta muy bien al momento y sin saber cuándo termino por cerrar los ojos.

No logro articular palabra alguna cuando se aparta y toma mi mano izquierda para dejar un beso en el dedo donde el anillo de León estuvo tanto tiempo. Lo ha notado, puedo ver un brillo de alegría en sus ojos celestes y me cuesta mucho recordar cómo hablar.

—No hagas eso otra vez...

—¿Por qué?

Rompo el contacto y finjo acomodar mi cabello.

—Porque tu voz...

—¿Mi voz...?

Tomo aire y paseo la mirada alrededor para comprobar que no hay nadie de la banda cerca. Sofía tampoco está y Federico mucho menos.

—Me gusta mucho tu voz.

Dimas parece halagado y sonríe como un niño pequeño; es tierno y sólo quiero besarlo hasta perder el conocimiento en sus brazos.

—Es tuya.

—¿Qué? —pregunto abochornada.

—Mi voz es tuya, Aura. Sólo tengo que recordar lo que sentía al cantarte al oído y sé cómo debo de cantar... —murmura—. Eres tú la que provoca que pueda lograrlo y por eso sé que mi voz es tuya, sólo tuya.

Mi corazón se oprime y, sin pensarlo dos veces, me rindo a abrazarlo hundiendo el rostro en su pecho. Su aroma llena mis pulmones, el alma y mis sentidos. Lo siento rodearme la cintura y dejar un beso en mi cabello con tanta suavidad como si temiera lastimarme.

—Perdóname —susurra.

Es como si estuviéramos en una cápsula aislada del alboroto que empieza a llenar el bar. Sólo él y yo, nada o nadie más. Un mundo perfecto para nosotros lejos de todos los problemas...

—No puedo... —musito.

—Pero...

—¡Aura! —llama Sofía y ambos nos apartamos como si un temblor agitara el suelo bajo nuestros pies—. Aquí estás...

Mi amiga fulmina con la mirada a Dimas y luego a mí.

—A ti te está buscando Gabriel.

—Él sabe que estoy aquí.

—No sé, sólo me dijo que si te veía te dijera que estaban en el pasillo.

Dimas me mira con desconcierto, pero a decir verdad yo tampoco sé qué le sucede a Sofía. Se despide con incomodidad y desaparece por donde le ha indicado ella.

—¿Qué fue eso? —pregunta So con un dejo de enojo—. ¡Lo perdonaste!

—No lo hice —respondo—, pero estuvo cerca...

—¡No, Aura! —exclama—. Mira, me alegra mucho que estés superando a León, pero no me gustaría que terminaras en otra situación parecida...

—¿Qué quieres decir?

—¿No notaste que Minerva no parecía preocupada por verlos juntos?

Ahora que lo dice...

—¿Y eso qué importa?

—Cedric me dijo que Mina ha comenzado a amenazar de nuevo con marcharse de la banda y Dimas se siente responsable por eso. No quiere que ella se vaya.

Palidezco, puedo sentirlo. Dimas se atrevería a regresar con Minerva para mantener la paz... ¡Es algo que él haría! Él mismo lo ha dicho, lo conozco mejor que nadie, detesta que sus errores arrastren a los demás...

Sacudo la cabeza e intento mantener la calma.

—Nada pasó.

—Me alegra escucharlo —murmura mi amiga con preocupación—. No quiero que te lastime...

—Es un poco tarde para eso.

—No, no lo es. Piénsalo... ¿Soportarías otra traición? ¿Y que esta vez fuera de Dimas?

Por fortuna, Karina interrumpe quejándose sobre alguna tontería que apenas escucho porque todo mi ser está volcado en responder esas dos preguntas que ha dejado Sofía flotando en el aire.

Conozco las respuestas y me asustan.

Soy débil.

☆★☆

Nota de la autora:

¡Hola!

Si han llegado hasta aquí quiero decirles que los amo y no saben lo mucho que significa para mí compartir la vida de Aura con ustedes, muchísimas gracias.

El mensaje es sólo para avisar que he creado una lista de reproducción llamada "La Melodía de Aura" en Spotify con las canciones que se han mencionado hasta ahora en la historia. Si tienen problemas para encontrar la lista pueden enviarme un mensaje y les comparto el link; aunque también agregaré el link en mi blog y Facebook.

Soy una gran fanática de la música (Creo que se nota jaja) y cada canción está relacionada con lo que sucede en los capítulos; si desean entender un poco más sobre qué pasa por las cabecitas de estos chicos sería una buena opción revisar las letras de esas canciones.

Con cariño,

Lena. 


Continue Reading

You'll Also Like

9.1K 263 6
Rivers le quiere demostrar a Ari que ella también aria lo que fuera por ella RiversGG, Ari y ama no lean esto •+18 •Rivers tiene pito •Ari pasiva...
219K 18.6K 15
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
9.7K 1.5K 9
Luzu ha estado triste, hasta que encuentra un osezno atrapado en una trampa en el bosque. Entre estos dos no se puede decir quien salvo a quien. Luzu...
239K 25.4K 24
ADAPTACIÓN: A sus 19 años, Seungmin debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llega...