Daron, un ángel para Nathalia...

By jane_n_johnmest

1.8M 151K 16.4K

LIBRO COMPLETO✓ Una joven normal, con una vida normal. Abandonada por su madre, pero amada y protegida por su... More

Sinopsis
Para ti, querido lector
Book tráiler
Epígrafe
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 9
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 28
Capítulo 42
¿Qué te ha parecido la historia?
¿Qué sigue después de esto?
Capítulo 46
Capítulo 47
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Extras
Capítulo 48 [+18]
Capítulo 49

Capítulo 23

29.8K 2.6K 357
By jane_n_johnmest

NATHALIA

Por más que me duela tengo que admitirlo, el miedo que ahora siento es inmenso. Estoy aterrada ante todo ese mar de revelaciones y solo me queda aferrarme a mí misma, mientras él permanece de pie frente a mí en completo silencio. Todo lo que ha dicho me ha destrozado el corazón de una forma que no puedo ser capaz de explicar. Saber que el hombre con el que he vivido toda una vida no es mi verdadero padre, ha abierto una herida que parecía haber cicatrizado en mi pecho. Toda mi vida ha sido una mentira y se ha convertido en una locura desde entonces. Decir que soy una simple humana, ya no sé qué tan cierto puede ser. No nací de dos mortales, cuyos pensamientos y sentimientos decidieron traer a este mundo a una niña para cuidar y proteger, soy solo el resultado de la decisión de un ángel caído y una mortal.

Mi mente y alma no pueden contener la magnitud de tener que asimilar un hecho como este. Necesito a alguien que me estreche en sus brazos y me diga que esto solo es producto de una pesadilla, pero sé muy bien que no es así. Entonces me limito a soltar entre las confusiones de mi mente, infinidades de preguntas; ¿quién soy entonces? ¿Un ángel?

¿Alguna clase de mezcla extraña? ¿Un fenómeno? ¿Tengo poderes? Eso último no es posible.

En las memorias que aún quedan de mi niñez, no recuerdo algún signo de que algo extraño pasara a mi alrededor; ni siquiera una señal de sentirme diferente al resto por más mínima que fuera y honestamente, aunque todo esto me aterra, la necesidad de saber más sobre todo lo que Daron me ha contado, se incrementa. Ahora no solo quiero saber quién es Cialac, sino que también quienes son mis verdaderos padres.

—Sabes... —murmuro en medio del sepulcral silencio—. Ahora entiendo por qué ella nos abandonó, lo hizo por mí, por mi culpa —termino de hablar, mientras mi vista permanece fija en la nada, recordando a la mujer que creí era mi madre.

—Eras una niña, no tenías culpa alguna de las decisiones que ella decidió tomar.

Levanto la mirada hacia su cara, para encontrarme con sus hermosos ojos verdes fijos en mi rostro.

—Siento mucho no haberte dicho las cosas desde un principio —escucho sus disculpas, pero lo único que quiero es que me deje reposar bajo sus brazos.

—¿Podrías... abrazarme? —Susurro, haciendo caso omiso de sus palabras.

Me pongo de pie en el mismo segundo en que se lo pido, casi de manera suplicante. Él solo asiente, entonces me acerco de manera lenta para encajar en él. Aprieto los ojos mientras mis fosas nasales se dilatan, tratando de contener las lágrimas que amenazan mis ojos.

—Explicarte por qué no lo hice antes, es importante para mí —prosigue—. Cialac nunca deseó que supieras sobre esto, mucho menos que se supiera en el Coelum. Solo sabíamos que él habría logrado sucumbir ante lo que se nos tiene prohibido y que había sido perdonado entonces... —escucho como la saliva pasa por su garganta—. Él no quería que tu vida se viera afectada por un error suyo, pero al ver que Lyron está dispuesto a hacerte daño, lo que en parte es culpa mía. Me buscó —suspira—. Yo no sabía que tú eras el producto de su creación.

—Como lo dices, me suena a que hablas de algo indeseable —digo separándome de él.

—Muchos no creíamos posible que un ángel pudiese engendrar un hijo con una humana.

Suspiro.

—¿Qué pasó con él... con mi verdadero padre?

—No lo conozco, nunca lo he visto.

—Si engendrar hijos con humanos es un pecado y a ese tal Cialac lo perdonaron, entonces también lo hicieron con su hijo.

—Yo me encargaba de la guardia en el Coelum, así que no era mucho el contacto que tenía con los ángeles protectores. Solo sé lo que por boca de Cialac ha salido, él dijo haberlo llevado al Coelum cuando su madre murió y que había sido parte de la legión de ángeles protectores, pero cayó cuando conoció a tu madre.

—¿Solo tuvo a mi padre? —Pregunto, pero en esa pregunta hay una chispa de esperanza.

Nunca he tenido una familia, más allá de Lucas.

—No, también nació una niña. Ella no es ángel como tu padre, pero sí una Néfilim.

—¿Néfilim?

—Los arcángeles pueden ser capaces de engendrar ángeles y Néfilim, mientras que los ángeles como yo o tu padre solo podemos engendrar Néfilim, o simplemente humanos.

Entierro ambas manos en mis hebras de cabellos, intentar entender esta locura es más complicado de lo que suena en sí.

—Todavía no comprendo, ¿por qué quien resulta ser mi abuelo fue perdonado? —Me observa por unos cortos segundos.

Me tiende su mano para que la tome y lo hago sin titubear, me conduce con sutileza devuelta al sofá en donde estaba sentada minutos atrás, luego toma asiento a mi lado.

—Cuando eres un arcángel, cuando tus acciones son más puras que oscuras y tu alma a pesar de todo se mantiene intacta, tienes ciertos privilegios —Me explica.

—¿Hay alguna manera de que pueda hablar con él?

Daron me extiende una sonrisa.

—Te prometo que sí.

Inclino la cabeza hacia atrás, entretanto dejo escapar todo el aire que estoy reteniendo desde hace rato a causa de la tensión, me siento tan cansada mentalmente y aliviada al mismo tiempo. Pero me siento más cansada de lo que debería, ¿y cómo no? Cualquiera lo estaría si se viera inmiscuido en una situación como esta. Enterarme de un día para otro que mi vida nunca ha sido como la viví y creí, que todo ha sido nada más que parte de una gran y planeada mentira, es una razón válida para causar demasiada tensión emocional y física.

—Asumo que mi padre sabe de esto, ¿o me equivoco? —Pregunto haciendo referencia a Lucas.

—Por lo que él me ha dicho, siempre ha sabido todo, Nathalia, solo ha tratado de mantenerte a salvo desde siempre y desde que llegaste a Dijon.

Al escuchar la palabra Dijon, una duda salta en mi cabeza, cuando recuerdo aquella noche que llegué.

—¿Tú estabas ahí? —Sus cejas se juntan al centro y puedo percatarme de que no sabe de lo que le hablo—. En el autobús... —explico.

Su semblante se relaja al escuchar mis palabras.

—Sí —afirma—. La noche que te quedaste encerrada —sonríe—. Lyron y yo estábamos ahí.

No puedo evitar sonreír al ver cómo sus ojos se achican y en sus mejillas se abren paso dos hoyuelos, haciendo que su sonrisa se destaque aún más. Puedo ver detrás de ese gesto de chico serio y misterioso, al ángel que aún parece permanecer intacto.

—¿Cómo se supone que le diga a Vid sobre toda esta locura?

En sí, es más una pregunta para mí, que para él.

—No puedes decirle —manifiesta—. No debes involucrarlo en esto, menos informarle sobre nada.

—Pero es mi amigo... y ustedes lo protegerán como lo han hecho conmigo, además, ¿quién nos lastimará? Lyron está desaparecido.

—No lo digo por daños físicos, Nathalia —me observa fijamente a los ojos—. Si quieres hacerlo, entonces adelante, pero no deberías confiar tanto en él.

—Te pareces a mi padre —suelto un resoplido—. Tengo que decirle —recalco—. Debo contarle, aunque le parezca loco y no me crea, y aunque tú o mi padre desconfíen de él.

Puedo percibir en su mirada que trata de decirme algo y cuando estoy a punto de abrir la boca para cuestionarle, él se me adelanta.

—No puedo esperar a que él sea quien hable contigo.

La duda cruza mi entrecejo.

—¿Qué es lo que tratas de decir?

—Tu padre tiene razón en no confiar en él y yo tengo la mía —deja escapar una exhalación cargada de resignación y abre su mano izquierda frente a mí.

Me mira a los ojos y yo hago lo mismo, lentamente levanta su camiseta y de un tirón se deshace de ella, me tenso al ver que está prácticamente desnudo frente a mí otra vez. Traza en su pecho un círculo con su dedo índice y luego vuelve a mirarme, su acción me hace entender que quiere que vea algo, pero no soy capaz de visualizar nada más que los músculos firmes de su pecho.

—¿Qué sucede? —Cuestiono de manera inocente. Mientras mis ojos lo miran directamente al rostro.

—Vuelve a mirar —me señala.

Cuando lo hago, mis cejas se levantan de manera involuntaria. Puedo ver que hay una clase de tatuaje en donde antes no logre ver nada más que piel. Más debajo de su clavícula; un círculo perfectamente dibujado y dentro de este una estrella trazada de manera sutil. Conozco ese símbolo, es un pentagrama. En el centro hay unas palabras escritas, en un idioma que desconozco.

—¿Te has hecho un tatuaje? —Sonrío al mismo tiempo que no entiendo por qué me lo enseña.

—No es solo un tatuaje —confiesa.

Trago saliva al ver que en su rostro no hay una señal que me indique que sea algo bueno.

—¿Qué dice? —Interrogo haciendo referencia a la frase.

Filius ab inferno —pronuncia entonces en lo que parece ser latín.

—¿Qué significa?

—Hijo del infierno.

—¿Por qué lo tienes?

—Una marca de nacimiento —sonríe sin ganas—. Se supone no debía hacerse visible hasta que me convirtiera en un verdadero hijo del infierno.

Me quedo en silencio al escucharlo decir aquello. Quiero decir algo al respecto, preguntarle por qué dice eso, pero decido guardar silencio.

—Tócalo.

Su pecho sube y baja de manera calmada.

—¿Tocarlo?

No sé por qué de repente el calor se apodera de mi rostro y me siento avergonzada, nerviosa y abrumada al mismo tiempo. Entonces él ríe.

—El dibujo, perversa humana.

Ahí están sus hoyuelos de nuevo.

Toma mi mano sin avisar y con sutileza la acerca hacia la marca, cuando mis dedos rozan el tatuaje, puedo sentir el leve relieve que este posee y en cuestión de segundos todo se vuelve oscuro para mí. Me siento como si estuviera dentro de una lavadora, dando vueltas y vueltas tan rápido como una ruleta. Apenas puedo ver toda la oscuridad que me rodea. Presiento que en cualquier instante mi cabeza va a colisionar, así que cierro los ojos, apretándolos con fuerza. Hasta que caigo de golpe sobre lo que parece ser tierra, todo se ve en un azul vibrante.

Escucho voces y el cielo está completamente en negro; lleno de centelleantes estrellas. Me levanto del suelo tambaleando, pero puedo sostenerme sobre mis pies. Hay un montón de gente, giro para observar todo con más claridad y detalle. Un bosque con cabañas, tiendas y una gran fogata al centro. Hay muchos ancianos vestidos de blanco, visualizo chicos jóvenes y entre ellos logro verlo.

Bato mis pestañas varias veces, cerciorándome de que estoy viendo bien y a pesar de que no puedo observar la expresión en mi rostro, sé que es de asombro, porque así es como me siento.

—¿Johnvid? —Musito apenas.

Lo veo vestir de la misma forma que los ancianos y todos los que se encuentran reunidos alrededor de la fogata. El Johnvid que mis ojos observan, es completamente diferente al que conozco, luce mucho más joven. Su cabello está mucho más largo y sigue igual de negro y ondulado. Entonces recuerdo que nunca he tenido ninguna alusión o conocimiento de cómo era Vid cuando niño, sin embargo, él que estoy viendo no parece ser un niño, sino un adolescente. Está hablando con otros dos jóvenes que tienen cierto parecido a él. No comprendo que es este lugar ni porque estoy en él. Entonces mi memoria parece atar los lazos sueltos y juntar las piezas de un rompecabezas desordenado, me muestra imágenes de mí de pequeña, y del mismo Vid que conozco; el adulto del presente que no ha cambiado físicamente en nada. Corro hacia la fogata, gritando su nombre, pero nadie parece escucharme.

Tropiezo y caigo al suelo.

Me despierto bruscamente, sintiendo la desesperación en mi pecho, asustada por lo que acabo de ver. Sigo sentada sobre el sofá frente a Daron y mi mano ya no está tocando su marca; la cual tampoco puedo ver. ¿Por qué me ha mostrado eso? ¿Qué significa? ¿Por qué Vid estaba en ese lugar? ¿Por qué el recuerdo que tengo de él cuando era niña, es Johnvid siendo adulto? ¿Por qué?, si nos conocimos cuando tenía diecisiete.

—¿Qué fue eso? —Interrogo con la impresión plantada en mi rostro.

—Un comienzo, para que hables con tu amigo, para que le hagas todas esas preguntas y te explique eso que acabas de ver.

—¿Por qué no me lo explicas tú?

—Porque es algo que no me corresponde decir.

Otra vez he vuelto al principio de todo y quedando en el mismo trance de confusión. Sacudo mi cabeza ligeramente y saco mi celular del pantalón, tengo que aclarar esto ahora o me volveré loca. Marco el número de Johnvid y para mi sorpresa me contesta en el segundo tono, como si estuviera esperando mi llamada. Me quedo en silencio cuando escucho mi nombre en la bocina y cierro los ojos antes de poder decir algo.

—¿Puedes venir a la que antes solía ser mi casa? —La voz me tiembla ligeramente.

—¿Ocurre algo? —Inquiere con un tono preocupado—. Espera... ¿Estás en Borgoña? ¿Qué pasó con la entrevista?

—No ocurre nada —miento—. Y sí, estoy en Borgoña—respondo—. Necesitamos hablar, ¿puedes venir?

—Bien... —titubea—. Estaré ahí.

—Gracias.

—¿Chienne, está todo bien? —Vuelve a preguntar—. Suenas angustiada.

—Sí, no te preocupes. Te veo aquí —digo terminando la llamada.

Daron me mira de brazos cruzados y yo le devuelvo la mirada.

—¿No crees que es muy apresurado? No te dije que le hicieras saber tus dudas, para que lo llevaras a cabo hoy mismo. Puedes esperar.

—¿No crees que deberías cubrirte? —Miro de reojo su pecho.

—¿Tú crees? —Sonríe de lado al mismo tiempo que arquea una ceja.

—Absolutamente, y no. No voy a esperar. Quiero dejar de no saber nada de la gente que me rodea. Tanto misterio va a terminar enloqueciéndome.

—Como yo te enloquezco sin camisa —dice con cierto tono picarón.

Simplemente desvío mis ojos de su cuerpo, para evitar ponerme del color de un tomate.

━━━━━━━━━━━━ ⸸ ━━━━━━━━━━━━

Por favor, apóyame en redes sociales también ♥

Continue Reading

You'll Also Like

8.8K 513 20
En esta historia la Urss revive por conveniencias del guión y va a ver como el mundo cambio después de haber caído no es mi primera historia y de co...
16.2K 1K 17
¿Que hubiese pasado si Sabo hubiese intervenido en la Gran Guerra de Marineford?¿Y si también hubiesen intervenido todos los mugiwaras? Publico un ca...
3.3K 324 22
Harriet Bishop. Una chica mimada que lo ah tenido todo en la vida, unas veces muy amable, otras veces muy mala. Todo un personaje que oculta su dolor...
8.2K 407 25
¿Cómo se conocieron? La pregunta por excelencia que se hace a todas las parejas. Y la respuesta suele ser una historia de amor burbujeante, de ser go...