Me ha pegado duro una gripe y les juro que intenté escribir algo más largo pero me duele la cabeza :( y no quería dejar de subir...
¡Ojala les guste!
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Para nuestra suerte, mamá y papá nos estaban esperando en casa para desayunar antes de irnos. Bill y los padres de Tom estaban allí, así como mi hermana Rachel y su novio Ben.
Nos sentamos en la mesa de mis padres, en el jardín. Mamá se moría de ganas de enseñarle a la madre de Tom lo bonito del clima que teníamos ese día, así que aunque Sarah ya había arreglado la mesa adentro, ella y yo movimos todo afuera.
Me senté con Tom a mi derecha y mamá a mi izquierda, Sarah estaba frente a mí, entre los padres de Tom y Bill, que la miraba con curiosidad, ella a su vez me miraba a mí con expresión curiosa. Inclinada sobre la mesa y apoyando la barbilla en sus manos, con ojos que iban de Tom hacia mí y de mí hacia Tom.
- ¿Qué tanto miras? – Le pregunté.
A continuación, aburrida por la conversación que Tom mantenía con su madre en alemán, y cansada por haber pasado gran parte de la noche viendo anime con Tom, bostecé, cosa que resultó en un aplauso de mi hermana.
- ¡Eh! ¿Qué te traes? – Le pregunté nuevamente, pero Sarah negó con la cabeza y se echó para atrás en su silla.
La vi alzar la mirada hacia Bill, que le sonrió al notar su mirada encima.
- ¿Tú también tienes novia? – Le preguntó, mirándolo de arriba abajo.
Bill se rio suavemente, sin ánimo de ofender a mi hermana.
- No, ¿por qué? – Bill preguntó.
Tom cogió mi mano por encima de la mesa y sentí como si me estuviera llamando a entrar a la conversación.
Me obligué a ignorar a Sarah, tan ridículamente pequeña comparada con Bill a su lado. Me apoyé en el costado de Tom y miré hacia arriba para ver su rostro.
- ¿Sí? – Llamé en voz baja.
Tom soltó mi mano y pasó el brazo sobre mis hombros para abrazarme junto a él. Su madre había preguntado por nuestros planes al regresar a California.
- Bueno, tendremos que hacer una pequeña mudanza... - Expliqué, Tom no pareció preocupado.
- Zoey vendrá a vivir con nosotros.
No dije nada, pero no sabía si vivir con Tom y su hermano fuera una cosa muy buena que hacer en el caso de que yo de verdad estuviera enamorada de él y ansiosa por compartir cada día y noche con él.
Sonreí en dirección a mis suegros. Suegros, aquella palabra me resultaba tan extraña, ni de broma me hubiera imaginado que los tendría de suegros a ellos.
Simone me miró con una sonrisa muy discreta en el rostro, podía ver que su preocupación en ese momento no era mí reacción ni nada de lo que yo pudiera aportar a aquella conversación, ella estaba enfrascada en analizar los movimientos de su hijo "más grande".
Por debajo de la mesa puse mi mano en la rodilla de Tom, solo quería que me mirara porque estaba distraído por completo hablándole a Gordon, que no podía concentrarse por mucho tiempo en nada; maravillado con la cocina de mamá y de un humor alegre, era fácil ver porque los gemelos y Simone lo amaban tanto, era un hombre con carácter sencillo y en un santiamén estuvo haciendo amistad con Rachel y Ben, preguntándoles sobre su embarazo, contándoles que él no era nada bueno con los bebés, pero que por suerte Tom y Bill llegaron a él ya más grandecitos.
Tom apartó la mirada de su padre, que estaba en ese momento de pie junto a Simone, hablando con Ben ahora que Rachel había ido a buscar algo de beber.
Encontré su mirada y no dije nada, pero él no era idiota, por suerte le echó un vistazo a su madre y le sonrió.
- ¿Qué piensas? – Le preguntó a su madre.
Simone negó con la cabeza.
Su cabello iba atado en una coleta y vi el cabello a sus espaldas menearse con el movimiento de su cabeza.
- Hemos escuchado mucho de ti, - por fin, Simone se dirigió a mí directamente; - Tom te recuerda a menudo cuando él y Bill están en casa.
Asentí, me resultaba obvio que Simone había estado tomando lecciones de inglés, le salía muy bien y tenía un acento curioso, sus erres eran suaves, parecidas a las de Bill cuando intentaba pronunciarlas con fuerza; pero además había algo acerca de las palabras que escogía para decir lo que quería.
- ¡Vaya! – Me ruboricé, y fue en serio, no pensé que los gemelos hablaran mucho de mí cuando visitaban a sus padres en Alemania. - ¡Yo siempre los escucho a ambos quejarse de cuánto la extrañan!
Sonreí, Simone me sonrió por un instante y luego sus ojos se alegraron por completo con aquella sonrisa cuando miró a Tom.
- La verdad, no esperaba que me dijera que se iba a casar. – Simone dijo con cariño, estiró la mano sobre la mesa y vi a Tom abrir su palma para recibir la mano de su madre en ella. – Siempre me ha sorprendido con sus decisiones, pero esto... ¡esto es grandioso!
Sentí el brazo de Tom sobre mí relajarse al escuchar la voz de su madre. Era increíble lo mucho que significaba para él, lo que su madre pensara de él. Lo entendía, pero además sentía que no se podía dar cuenta del amor que ella sin querer hacerlo le demostraba, solo tenía que ver la sonrisa con que amablemente me respondía y compararla con aquella brillante expresión que le dirigía a sus hijos para saber que Simone daría lo que fuera por verlos felices, inclusive vivir a un continente de distancia.
- Gracias. – Dijimos Tom y yo, ambos avergonzados.
- Sé que no lo hubiera hecho si no fueras especial. – Admitió con la vista en mí. – Habla tanto de ti que creo que ya te conozco, Zoey.
Avergonzada me mordí el labio, no sabía qué clase de cosas sobre mí le decía Tom a su familia cuando iba a verlos.
- Ya lo creo... - Dije en voz baja.
Bill y Sarah conversaron la mayor parte del tiempo mientras Tom y yo jugábamos al idiota, la canasta de pan estaba de su lado y de mi lado estaba el puré de papa que tanto le había gustado, cruzamos caminos, tocándonos lo más posible en el intermedio, porque se suponía que eso no nos tenía que importar.
Al final, me levanté con mi madre y Sarah para limpiar la mesa y llevar los platos adentro; cuando regresé, Tom tenía algo en el cabello, parecía una palomita gris, me acerqué y la saqué de su moño antes de darme cuenta de que me estaba mirando.
- ¿Quieren postre? – Pregunté a la mesa en general cuando puse mi brazo alrededor de los hombros de Tom, que estaba sentado a mi lado mientras yo permanecía de pie.
Tom abrazó mi cadera y miró a sus padres antes de dirigirle una mirada a Bill y otra Sarah.
- Esos dos quieren cappuccinos y una rebanada de pay cada uno. – Me dijo, adivinando.
Bill suspiró dramáticamente, pero cuando alzó la vista hacia mí asintió. A su lado Sarah encogió los hombros.
Me aparté de Tom para ir de vuelta adentro.
- ¿Qué hiciste anoche con Tom, eh?
Había dejado el postre y estaba ayudando a lavar los platos cuando Rachel me asustó. Gracias al cielo, no había sido Sarah... a ella no habría sabido como mentirle al respecto. En su lugar, había sido la voz burlona de mi hermana mayor, la que me había hecho dar un pequeño salto frente al fregadero de la cocina.
- No me lo vas a creer.
Encogí los hombros, porque si a mí me lo dijeran yo no lo creería. ¿quién pasaba su noche de bodas viendo caricaturas japonesas en YouTube?
Tom y yo.
- ¿Qué hicieron? – Su voz ahora sonaba alarmada.
Alcé las manos húmedas y las sacudí en el aire al decirle que no había sido nada de lo que se estaba imaginando.
- ¡No eso! ¡No eso! – volvía a meter las manos al agua, ya había salpicado bastante. Suspiré, - es que estábamos hablando y... terminamos por ver...caricaturas en YouTube.
Rachel no se movió ni un milímetro, salvó que levanto una ceja mientras me observaba de pies a cabeza.
- ¿Hasta tarde? – Me preguntó un minuto más tarde, cuando se recuperó y se apoyó en la barra de la cocina.
- Hasta muy tarde. – Enfaticé el "muy".
Mi hermana asintió y me ayudó con los platos.
- Bill me cae bien. – Dijo. – Hablamos ayer después de la ceremonia, él sabe.
Dejé un plato en sus manos y la vi tomar la toalla para secarlo antes de ponerlo a un lado. Rachel me miró con una pequeña sonrisa y luego alzó el hombro izquierdo.
- Salió el tema, no me lo dijo y yo tampoco le conté nada, pero como que... nos lo hicimos ver.
Cerré los ojos con cansancio. Aquí apenas comenzaba el viaje de un año. Un año para estar con Tom como "su esposa"; un año para que Tom se quedara trabajando en el país, para que fingiéramos ser felices un tiempo y luego termináramos.
- ¿De verdad no te gusta nada? – Me preguntó Rachel en voz baja.
Negué con la cabeza y luego me di la vuelta para ver a mi hermana secando unos platos, sus ojos estaban puestos en mí en ese momento, pero luego fueron hacia los platos.
- No es como...nada... - admití. – Pero es lo más mínimo.
Rachel asintió.
- Solo no hagas nada aún más estúpido. – Me pidió. – No podría soportar otro episodio tipo el de Paul Tyler...
Abrí la boca para hablar, pero la expresión de Rachel era completamente seria. Tenía razón; ni ella ni yo podíamos soportar pasar por eso otra vez. Pero Tom no era para nada como Paul.
- No creo que Tom pueda lograr algo así. – Le dije con confianza. – Lo conozco lo suficiente, sé que no lo haría.
Le ofrecí una sonrisa a mi hermana, para tranquilizarla. Ella suspiró y me miró un segundo, volviendo a prestarle atención a los platos antes de volver a mirarme.
- Vale, pero ten cuidado. – Me dijo.
- ¡Tú siempre tan protectora! – Me reí de ella, y luego puse las manos en mis muslos, justo encima de las rodillas para inclinarme hacia su vientre. – Tu mami es una loca desquiciada que se preocupa... ¡pero te caerá muy bien!
Rachel me llamó una idiota y se apartó de mí antes de que pudiera enderezarme.
Nos despedimos de todos en el aeropuerto, los padres de Tom también se iban, así que a ellos los veríamos en una semana más; mientras tanto, Bill se iba con nosotros y mi familia se quedaba en casa.
- ¡Cuídense mucho! – Simone dijo en inglés, obviamente dirigiéndose también a mí.
Junto a sus dos hijos asentí y la despedí con la mano que no estaba entre los dedos de Tom.
- ¡Y diviértanse! – Gordon agregó antes de irse.
Había abrazado a los dos chicos y les había dicho un par de palabras en alemán antes de dirigirse a mí, con una sonrisa muy grande me abrazó y el alma se me cayó a los pies cuando lo escuché despedirse de mí y llamarme "hija", no sabía mucho de las costumbres de los padres de los gemelos ni de la gente de su país, pero sentí que aquí y en China aquello había sido como un "sí, eres de la familia".
Cuando solté a Gordon y alcancé la mano de Tom para dar media vuelta en la dirección hacia nuestra salida, sabía que me debía de ver como lo que me sentía.
- ¿Estás bien? – Bill preguntó cuando hacíamos fila para subir al avión.
Alcé la mirada, sabía que me había quedado inmóvil y con la vista perdida, pero no lo había podido evitar.
- Ah... - Intenté contestar, pero fue Tom el que lo hizo por mí.
- Es que ha sido demasiado, Bill... no lo puedes entender, me siento como un asco de persona mintiéndole así a mamá, seguro que Zoey siente lo mismo.
Asentí, mirando a Tom, que tenía los lentes de sol y el boleto de avión en la mano.
- Lo siento, Bill, tus padres son muy buenas personas... Tom tiene razón, no debimos hacerles esto...
Tom y yo cruzamos miradas, ambos estábamos avergonzados, no había vuelta atrás, lo hecho, hecho estaba, solo nos quedaba ahora ir de vuelta a casa y seguir con el espectáculo, porque nuestro oficial no iba a ponernos las cosas para nada fáciles.
Bill se dio cuenta de nuestro humor y como usualmente hacía, puso una sonrisa grande.
- Pero ahora que vivirás con nosotros no tendrás por qué temerle a los ratones. – Me dijo, recordándome una ocasión en la que los llamé para que fueran a mi apartamento a matar a un ratoncito que deambulaba por mi habitación.
Tom dejó escapar una risotada y asintió, colocando el brazo encima de mis hombros.
- Sí, además, le has conseguido a Sarah una entrada a Comic Con, - se dirigió a Bill, - Vamos a ir, ¿eh?
Bill no lució complacido, pero la idea no le desagradó.
- Y Tom, bueno, Tom puede presumir que se ha casado con una chica guapa. – Bill usó su mejor arma: los cumplidos.
Me reí, viendo a Tom, me di cuenta de que aquello era algo que a Tom le parecía bastante satisfactorio.
- ¿Y tú? ¿Qué ganas, Bill? – Pregunté al avanzar en la fila.
- Yo me gano ser su fotógrafooficial, ¡esto es la oportunidad de mi vida! – En ese momento alzó su iPhone y tomóuna foto donde salíamos Tom y yo. - ¡Ésta la colgamos en la sala!
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¡TARAN!
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Perdón por hacerlo tan corto, siento que todos mis órganos internos han migrado a mi nariz y en cualquier estornudo se me sale todo...de verdad no puedo más, me voy a tomar medicina y dormir... ¡espero que ustedes tengan una mejor noche de lunes!