Harry no protestó contra lo que decía el médico ni se quejó por los cuidados de Niall. Eso preocupaba a su marido más de lo que admitiría. Para no existir rebeldía en Harry era que se sentía bastante mal.
Incluso por la mañana aceptó que Niall le vigilara mientras se duchaba por si se mareaba, aceptó pasar las náuseas en la cama con recipiente y no en el cuarto de baño, y no se negó a utilizar silla de ruedas hasta el coche que conducía Bobby para llevarlos a casa.
Tanta sumisión tenía a Niall preocupado. Harry incluso hizo tímidas declaraciones a la prensa arracimada fuera del hospital.
-Me encuentro bien, tuve una subida de tensión por todo lo ocurrido con la detención de mi marido. Mi abogado enviará un parte médico.
Y al fin estaban en casa. Harry se acostó en el sofá. Calum estaba de guardia pero Niall llevó con él a Eileen.
-He citado a todos esta tarde. También he hablado con él abogado, hoy le ha enviado un fax a Modest con tu baja médica y una carta explicando que no grabarás. No tardarán en lanzar la mierda.
-Tengo miedo.
-Lo sé. –Niall le besó varias veces –pero todo va a ir bien.
-Niall y Harry quieren que vayamos hoy. Harry quiere contarnos algo.
Louis miró pensativo a su marido.
-Modest está más imbécil de lo normal. Y nuestro contrato actual estipula que les debemos dos discos.
-Lo sé, me escriben una vez por semana al menos.
-Harry les está haciendo perder mucho dinero. Están alterados.
-¿Crees que pueden molestar a Harry y a Niall?
-Digo que no sé que pueden hacer.
Liam se calló, pensativo. Louis fue a preparar ropa para Savannah. Su madre había ido de compras y estaban sólos con la pequeña.
-Tampoco les gustó nuestra boda...
-No es eso, Liam. Es cuestión de dinero.
-No pueden hacerle nada. Su único secreto era que era gay. Y eso ya todos lo saben.
-Harry se comportaba muy raro hace unos años.
-Todos hicimos idioteces. Tú, yo...
-Yo aún las hago.
-Eres mi idiota.
Louis se rió y Liam se sentó en el sillón del cuarto de Savannah.
-Esperaremos a esta tarde.
Niall no paraba de pensar en cómo evitar lo de Harry pero era imposible. Al menos su marido tendría el beneficio de ser él quien lo contase a los más cercanos.
Harry era una persona frágil. Siempre lo había sido, más de lo que nadie excepto él y Anne sabían. Si a eso le sumabas los cambios hormonales...
El hecho es que Harry estaba quieto, silencioso, sólo jugando con Eileen y viendo televisión. Niall se preocupaba al verlo apagado. Harry apagado era muy mala señal.
Los demás llegaron bastante temprano. Niall había citado a Anne y su marido, a sus padres, a Liam y a Louis.
Harry se sentó en el sofá y les miró.
-Quiero contaros algo antes de que os enteréis por la prensa. Porque... Va a pasar.
Anne suspiró. Harry les miró y la voz le tembló.
-Modest quiere que grabe. Me he negado y ellos habían... Habían estado guardando un secreto mío...
-¿Permitiste a esos hijos de puta que te guardaran un secreto? –interrumpió Louis.
-No... No exactamente. O sea...
-Harry se vio obligado –dijo Niall.
-¿Qué clase de secreto? –dijo Maura.
-Yo... Yo... Esto pasó en 2013...
Niall le besó la mejilla.
-No hiciste nada malo. Sólo díselo y ya.
-Niall y yo habíamos roto y yo tuve una etapa de salir mucho, fiestas... Estaba bastante deprimido y entonces...
Sonaron varios móviles a la vez.
Todas las manos se fueron a los bolsillos. Liam le descolgó a Zayn.
-Poned la televisión-dijo Zayn –ahora.
Niall sintió un nudo en la garganta. Sabía lo que iba a ver y no le gustaba la idea.
La odiaba.
Pusieron el primer canal de noticias.
Modest no había esperado. Probablemente sabían que Harry iba a moverse y tratar de desactivar el escándalo.
Por eso era breaking news y sería portada de The Sun al día siguiente.
-Desmontando la imagen de Harry Styles. –decía una reportera – solía explotar su cara de niño bueno y ahora una imagen formal de padre de familia, pero mañana en The Sun habla y cuenta todo una ex enfermera de Sun Chance, el centro de rehabilitación donde la estrella estuvo internada en 2013. Además contamos en exclusiva con imágenes del señor Styles en fiestas de la época. El tema es, ¿es ésta imagen la que las madres quieren que sus hijas idolatren?
Harry miró a su marido. Luego miró a los demás.
No podía gestionar eso. Se levantó y corrió hacia su habitación. Anne se apretó los ojos.
-Van a contarlo como quieran. Yo sabía que algo había pasado esos meses.
-Me necesita-dijo Niall corriendo tras él.
-Yo también lo sabía –dijo Louis –comprábamos al mismo proveedor.
Liam no hizo como si se sorprendiera.
-Sólo que yo no hice ningún tratamiento.
-¿Aún consumes? –preguntó Anne.
-No desde octubre del año pasado –dijo Louis mirando de reojo a Liam que se apretó la frente.
-Amor, yo ya lo sabía pero ésto no es algo para hablar aquí.
Louis asintió.
-Liam, quiero irme a casa ahora.
-Vámonos.
Niall empujó la puerta.
-¡Harry! Ábreme.
-Quiero estar sólo. Ve con nuestra hija.
-Está con sus abuelas. Abre.
-¡No!
Niall dio dos pasos atrás y dió una patada a la puerta. Que crujió y se abrió.
Harry se incorporó en la cama y le miró boquiabierto.
-Has echado abajo la puerta.
-Rompería cualquier puerta, cualquier muro u obstáculo que me apartase de ti.
Harry sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas.
-Niall...
-Niall mierda. No quiero verte así. Quiero tu risa y quiero verte disfrutar del embarazo de nuestros bebés. Quiero verte sensible y mimoso y cachondo y no llorando o silencioso por algo que hiciste hace tres años. Mierda, Harry, cualquier estrella ha hecho cosas mil veces peores que eso.
-Pero yo no soy ellos.
-No, no lo eres. Y por eso fue sólo una época de locura. Y ya. ¿Crees que yo fui un santo ese año? Creo que me pasé borracho el noventa y cinco por ciento del tiempo. Y te mentí, hubo muchísimas mujeres. Hice estupideces. Sí, prometimos no tomar drogas pero lo hiciste y ya está. Hace mucho que pasó.
-¿Y entonces... Qué?
-Entonces vamos a enviar un comunicado, vas a contar tu versión y desde luego no vas grabar ese maldito álbum.
Harry sollozó.
-Ay, Niall...
-Y ahora vas a comerte un maldito bote de helado y vamos a hablar de cualquier cosa que no sea Modest o la cocaína.
-No quiero helado. En realidad quiero fresas. ¿Puede ser?
-No hay pero las buscaré.
-No, puedo estar sin ellas. Prefiero que te quedes.
-Y yo prefiero ir ahora que dentro de dos horas. Ya vengo.
Liam saludó a Jay con la cabeza. Louis besó a su madre y luego sacó a Savvy de su portabebés.
-Mamá, ha sido un día difícil. ¿Puedes cuidar de la niña esta noche?
-Por supuesto –Jay la sostuvo. La niña estaba medio dormida.
-No quiero cenar –dijo Louis, subiendo sólo las escaleras.
-Hoy será complicado –dijo Liam mirando a su suegra.
-Sé cuidar bebés.
Liam asintió y siguió a su marido.
Abrió la puerta de la habitación. Sonaba la ducha.
-Louis, mi amor...
-No me siento bien.
-Ya está, yo lo sabía...
Louis abrió la mampara de la ducha. Estaba vestido y mojado y cubierto de agua helada.
-No lo entiendes. Pensar en ello me hace desearlo. No he hecho ningún tratamiento, sólo lo dejé porque sí. Y ahora mismo lo deseo más que nada.