Warrior | l. t. |

由 NephilimGirl

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~Falling in love can be a dangerous game ~ ❝ En un pueblo donde los secretos, el pasado y la venganza son pro... 更多

Demons.
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 34
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71

Capítulo 15

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由 NephilimGirl

In the sea of lovers without ships and lovers without sign, you're the only way out of this sea of lovers losing time, and lovers losing hope.
Will you let me follow you wherever you go?

1988

Las Noches de Fogata eran una de las pocas cosas que realmente le gustaban a Devi de Hollyville.

En realidad, las Noches de Fogata no eran nada del otro mundo. Solían comenzar con un grupo de amigos que, fuera el mes que fuese, ya hiciese frío o un clima más templado, decidía encender un fuego en la playa del pueblo para calentarse alrededor de él. Una vez encendido, cada vez más jóvenes se les iban uniendo hasta que esa pequeña reunión se convertía en toda una fiesta con muchas fogatas, música de ambiente, conversaciones, risas y baile. Y mucha gente borracha, todo sea dicho.

Pero la razón por la que verdaderamente le gustaban a Devi esas noches eran porque, en ellas, todos los prejuicios parecían desaparecer. En las noches de fogata, por lo general nadie se miraba juiciosamente, nadie pensaba en la posición jerárquica que los demás ocupaban en el pueblo, cuánto dinero y poder tenía su familia y cuáles eran los últimos cotilleos sobre ella.

En esas noches, todos eran, simplemente, uno más entre los jóvenes del pueblo, y aunque, como en el caso de Devi, todo el mundo sabía perfectamente quién eras, por una noche, eso simplemente no importaba.

-Devi, por favor... - Le rogó Phil, tratando de seguirle los pasos a la joven de pelo dorado por la montaña irregular de las dunas de piedras de la playa. – Al menos... al menos vamos a hablarlo...

Devi soltó un suspiro cansado y, finalmente, decidió girarse para encarar a Phillip Robinson, quien parecía decidido a seguirla durante toda la noche si así conseguía hacerla cambiar de parecer.

-Phil, ya te lo he dicho. – Dijo Devi, tratando de suavizar su voz lo máximo posible, sin poder evitar observar al joven con una cierta tristeza en sus ojos azules. – Lo de aquella noche fue... fue un error.

Aquella noche no era especialmente fría, a pesar de estar a principios de febrero. La lluvia que había caído durante todo el día había deshecho la nieve, permitiendo así a los jóvenes poder, por fin, volver a juntarse en una Noche de Fogata para calentarse alrededor del fuego y pasar una buena noche. Pero eso no quitaba que hubiese que ir abrigado, pues el invierno en el pueblo solía ser bastante cruel; por ello, Devi iba ataviada con unos leggins gruesos bajo el vestido de manga larga y unas botas hasta la rodilla que le cubrían las piernas y se las calentaban en un agradable abrazo.

El fuego bailó en los ojos castaños de Phil y se mezcló con la conmoción cuando Devi dijo aquellas palabras. Su atractivo rostro se frunció en una mueca de decepción y dejó que el pelo oscuro le ocultase parte de los ojos, como si estuviese avergonzado.

Devi chasqueó la lengua, sintiéndose fatal por estar dándole calabazas de esa forma tan brusca, y tomó las manos de Phil entre las suyas.

-Mira, Phil... sé que no debería haberte besado. Y lo siento mucho; siento mucho haberte dado falsas esperanzas, pero... había bebido más de la cuenta y no sabía lo que hacía. Sé que no tengo excusa, pero... - Se mordió el labio inferior y añadió: - Lo siento, de verdad.

En ese momento Devi fue plenamente consciente de la de problemas que se ahorraría si su corazón perteneciese a Phil, si realmente estuviese interesada en él, como su padre quería. Phil era un chico encantador, atractivo, buena persona y, según su padre, "de una familia tan respetuosa como la suya". Incluso besaba bien, muy bien, y mentiría si se dijese a sí misma que no había disfrutado el beso que le había dado en aquella maldita fiesta.

Pero las cosas no eran tan sencillas; simplemente, su corazón no temblaba ni un solo ápice por Phil, y sus sentimientos estaban mudos por él. Y por ello no podía – ni quería – estar con él.

-Mira, ya seguiremos hablando de esto mañana en la cena de mi padre, ¿de acuerdo? – Dijo Devi, dándole un apretón en las manos, que eran suaves y cálidas. Entonces, esbozó una leve sonrisa risueña: - No quiero terminar de arruinarte la Noche de Fogata.

Phil esbozó una sonrisa torcida y se encogió de hombros, como quitándole importancia al asunto.

-No me has arruinado la Noche de Fogata, Devi. – Dijo, con dulzura. – Ahora me tomo unos doce chupitos y se me pasará. – Bromeó, arrancándole una carcajada genuina a Devi. – Al menos espero... espero que sigamos siendo amigos. – Añadió el joven, con cierta reticencia.

-Pues claro que sí. – Repuso Devi, con seriedad pero con una sonrisa conciliadora curvando sus labios rojos.

Phil le dedicó una nueva sonrisa y, finalmente, se despidió de Devi cuando uno de sus amigos le pilló por banda para que participase en un concurso de beber. Devi se quedó a solas mientras observaba a Phil alejarse por la playa hasta una de las fogatas más cercanas, sintiendo una extraña amargura rodearle el corazón, en parte por lo que acababa de hacer y en parte porque sabía las consecuencias que aquello acarrearía, sobre todo con su padre.

Sí, sin duda a John Matthews no le haría mucha gracia saber que su hija acababa de rechazar a uno de los chicos más ricos y prometedores de todo el pueblo. Solo quedaba la esperanza de que ese momento aún fuese muy, muy lejano.

-Definitivamente te acabas de convertir en la mayor rompecorazones de la historia de Hollyville, rubita. – Dijo una voz junto a Devi.

Devi soltó un respingo de sorpresa cuando Vanessa apareció junto a ella en una exhalación, esbozando su característica sonrisa pícara y burlona. Tenía los castaños rizos recogidos en un moño alto y vestía unos pantalones tejanos y un jersey rojo.

-¿Cómo has podido rechazar a Phil Robinson? – Continuó Van, tomando el rostro de Devi entre sus delicadas manos. Entonces la sacudió un poco, arrancándole una risa a Devi, y se acercó a su cabeza como si estuviese escuchando atentamente. – Definitivamente no debes tener nada ahí dentro, porque si no, no me lo explico. – Le dio unos golpecitos junto al ojo con el dedo índice y añadió: - O a lo mejor simplemente estás cegata. ¡¿Tú has visto lo bueno que está?!

-¿Has venido solo para criticarme? – Bromeó Devi, enarcando una de sus elegantes y rubias cejas en un gesto escéptico.

Van le sacó la lengua y, como si fuese una hermana mayor, comenzó a atusar el pelo de oro de Devi, peinándoselo con los dedos y colocándoselo sobre los hombros, fingiendo indiferencia.

-No. También he venido a decirte que... - Volvió a tomarla de los hombros y su rostro se llenó de una brillante excitación cuando añadió: - ¡He ligado!

-¿Qué? ¿En serio? – Repuso Devi, contagiándose de la emoción de su mejor amiga. Vanessa asintió. - ¡No me lo creo! ¿Con quién?

Vanessa entrelazó su brazo con el de Devi y la hizo girar sobre sí misma, hasta que ambas amigas quedaron de cara frente a un grupo de jóvenes, más o menos de su edad, que reían y bebían cerveza alrededor de una fogata. Entonces, un chico de ojos rasgados entre verdes y azules y pelo rubio alzó la mirada y saludó a Vanessa con una sonrisa seductora; le hizo una seña para que se uniese a ellos y Vanessa asintió efusivamente.

-Se llama Kit. Kit Bennett. – Dijo Van, volviéndose hacia Devi. Las llamas de las fogatas cercanas bailaban en sus ojos azules y el viento agitaba los rizos que se habían escapado de su recogido. – Es encantador, súper divertido y realmente parece que está interesado en mí.

-Me alegro mucho por ti, Van. – Dijo Devi, de corazón, sin escapársele esas miradas tentativas que el chico le estaba lanzando de reojo a Vanessa. – Te está comiendo con la mirada; vamos, ve. – Añadió, con un gesto de la barbilla.

-¿No te quieres venir? – Repuso Vanessa, frunciendo el ceño. – Me da cosa dejarte sola... Además, creo que sus amigos se han fijado en ti. Puede que alguno te parezca interesante. – Le guiñó un ojo y le dio un codazo amistoso.

Devi resopló y empujó suavemente a su mejor amiga en la dirección en la que se encontraba su nuevo ligue.

-Sé cuidarme sola, Van. No te preocupes, estaré bien. Además, lo que menos necesito ahora es otro tío baboso en mi vida.

Aunque Vanessa se opuso en un primer momento a ello, finalmente Devi consiguió convencerla, y vio cómo su amiga se dirigía hasta esa fogata y se sentaba junto al joven, que al instante le pasó una bebida y dijo algo que le arrancó una risa a Vanessa. Devi sonrió al observar la obvia felicidad de su mejor amiga e hizo ademán de continuar por su camino, buscando a alguien que conociese para unirse a su fogata, pero justo en ese momento alguien le rodeó la muñeca con su mano, impidiéndole dar un solo paso.

Cuando Devi se giró, observó que quien la había detenido era Josh Green, con su pelo rubio cobrizo, su sonrisa de suficiencia y su apariencia obviamente borracha.

Y eso solo podía acarrear problemas.

-Vaya, Devs, hacía tiempo que no te veía. – Comentó, dejando entrever ese deje ebrio en sus palabras.

Devi se contuvo para no soltar un suspiro exasperado o darle una bofetada y, tratando de permanecer lo más tranquila posible, respondió:

-Hola, Josh.

Josh esbozó una sonrisa torcida que tenía de todo menos divertida y rodeó con su brazo los hombros de Devi, tomándose unas libertades que sin duda ya no existían entre ellos.

-Últimamente he estado pensando mucho en ti, Devs. – Dijo, acercando peligrosamente su rostro al de Devi. – En ti y en lo mal que acabó nuestra relación.

-No me digas. – Dijo ella, comenzando a hartarse, mientras se sacudía de encima el agobiante agarre de Josh.

-Sí, y, verás, he estado pensando que...

-Mira, Josh, me da igual lo que hayas estado pensando. – Lo interrumpió Devi, con tono cortante, y colocando su brazo extendido entre ambos para evitar que Josh se le volviese a acercar. – Pero es siempre lo mismo. Se acabó, ¿vale? Lo nuestro se acabó hace ya mucho tiempo. Déjame en paz.

Devi comenzó a caminar con paso firme y rápido, tratando de alejarse todo lo posible de Josh, con una mezcla extraña de odio, frustración y ansiedad rodeándole el corazón con sus helados dedos de hierro, cuando, repentinamente, volvió a sentir cómo una mano la aferraba con fuerza, solo que esta vez en el brazo. Josh la obligó a girarse hacia él, cerrando sus dedos con demasiada firmeza alrededor del delicado brazo de Devi. Cuando ella alzó la mirada hasta la de él, vio que sus ojos embriagados parecían a punto de saltar chispas de ira y, aunque odiaba admitirlo, en ese momento sintió miedo.

***

Jack se calentaba alrededor de una gran fogata que sus amigos habían encendido sobre unos maderos que habían encontrado medio chamuscados en la playa, probablemente de una fogata anterior. Bebían cerveza y reían, y varios de sus amigos charlaban confidencialmente con varias chicas, que reían con ellos y bebían de sus botellines de cerveza.

-Tío, Misty Potter no te quita la vista de encima. – Le dijo Jimmy, con un codazo confidencial.

Jack dio otro trago a la cerveza y miró en la dirección que le indicaba Jimmy. Efectivamente, en una de las fogatas cercanas Misty Potter le observaba con una mirada entre sensual y enigmática, mientras el viento hacía agitar su pelo negro alrededor de su rostro pálido. Cuando se percató de que Jack también la observaba, le sonrió y lo saludó con una mano de uñas perfectas. Jack se sonrojó levemente y le devolvió el saludo, solo para después clavar sus ojos en su fogata, como si así pudiese fingir que Misty no le estaba observando atentamente.

-Creo que está un poco pillada por mí. – Comentó Jack, con las mejillas como dos fogones.

-¿Un poco? – Jimmy se desternilló, colocando una mano sobre su estómago. – Jackie, la tienes loquita. Todo el pueblo sabe que bebe los vientos por ti.

-¿Qué? No, no puede ser. – Repuso Jack, sin poder evitar sentirse terriblemente alarmado. Lo que menos necesitaba en ese momento era que Misty sintiese cosas por él que sin duda no podía corresponder.

-Oh, claro que sí. Admítelo, Jackie. A pesar de tu ceguera con las mujeres, seguro que hasta tú te has dado cuenta de eso. – Jimmy volvió a clavar su mirada en Misty y añadió: - Pfff. Está buenísima, mira qué culo tiene; yo me la tiraría.

Jack hizo un ruidito de repulsión y, con tono recriminatorio, dijo:

-¿Por qué siempre tenéis que objetivizar así a las mujeres? Es asqueroso. Y alarmantemente sexista.

Jimmy soltó una nueva risotada y le revolvió el pelo a Jack en un gesto cariñoso:

-Perdóname, cariño, no te pongas celosa. Te prometo que no volveré a hacer un comentario así.

Jack puso los ojos en blanco y decidió dejar el tema ahí; sabía perfectamente que cuando sus amigos habían bebido un poco, era imposible razonar con ellos. Volvió a beber de su botellín de cerveza y abrió los ojos como platos cuando, repentinamente, Jimmy volvió a darle un codazo, en esta ocasión con menos delicadeza, y casi le hacía atragantarse:

-Eh, ¿esa no es la mejor amiga de tu hermana, la hija de John Matthews? Parece... parece que huye de Josh Green.

Jack tosió y se percató de que, efectivamente, a unos metros de distancia Devi Matthews parecía huir apresuradamente de Josh Green, que la perseguía. No obstante, apenas dio unos cuantos pasos, Josh la tomó del brazo con fuerza y la obligó a girarse hacia él. Incluso desde aquella distancia, Jack pudo percatarse de que los ojos de Devi estaban inundados de un invisible fuego y de que su mano temblaba ligeramente. Josh la sacudió levemente y Devi repuso algo entre dientes, y en ese momento Jack se percató de que aquello estaba yendo demasiado lejos.

-¿Qué demonios se cree ese capullo que está haciendo? – Inquirió más bien para sí mismo, sintiendo cómo una fría e imparable ira lo llenaba por dentro, antes de darle la botella de cerveza a Jimmy, incorporarse y dirigirse a donde estaba teniendo lugar el conflicto.

***

-Ni se te ocurra volver a darme la espalda de esa forma, Deborah. – Repuso Josh, enseñando los dientes como un lobo hambriento.

-Quítame tus asquerosas manos de encima, Josh. – Dijo Devi, sin permitir que su miedo consiguiese vencer a su odio. Entonces, Josh la aferró incluso con más fuerza, tanto que seguro que le iba a dejar una marca en el brazo, y ese fue el momento en el que Devi estalló: - ¡Suéltame, malnacido! – Aquella exclamación pilló a Josh por sorpresa el tiempo suficiente como para que Devi pudiese liberarse de su agarre. Entonces le señaló con el dedo índice y dijo: - Como se te ocurra volver a propasarte conmigo, maldito hijo de puta, te juro que te cortaré los huevos yo misma y se los daré de comer a mi perro, ¿lo has entendido?

-¿Algún problema por aquí? – Preguntó una nueva voz, con un tono amenazante que casi hizo encogerse a Devi.

Cuando se giró hacia la nueva persona, descubrió a Jack junto a ella, cruzado de brazos en su imponente altura. Su increíblemente atractivo rostro mostraba una mirada con la que observaba a Josh con la suficiente amenaza como para que éste se apartase rápidamente de Devi y sus ojos dejasen entrever la cobardía que realmente se encerraba en su interior.

-No, no hay ningún problema. – Repuso Devi, cruzándose de brazos. Entonces, se volvió hacia Josh y esbozó una sonrisa sarcástica de advertencia. - ¿Verdad que no?

Josh negó efusivamente con la cabeza, clavó la vista en el suelo e hizo ademán de alejarse. No obstante, Jack se lo impidió, colocando uno de sus musculosos brazos en el pecho de Josh.

-Creo que lo que menos debes hacer es disculparte con Devi por tu repugnante actitud, ¿no?

Josh masculló una disculpa y, finalmente, Jack le dejó ir, no sin antes avisarle de que no se le ocurriese volver a dejarse ver cerca de Devi. En cuanto lo hizo, Josh salió despavorido, sin mirar atrás ni una sola vez. Solo fue entonces cuando Devi se permitió a sí misma soltar todo el aire que no sabía que había estado reteniendo. Se giró hasta Jack y comprobó que él la observaba con expresión grave pero al mismo tiempo inquieta:

-¿Estás bien, Devi? ¿Te ha hecho algo?

-Sí, estoy bien. – Asintió ella, sintiendo el corazón laterle a mil por hora y las mejillas al rojo vivo. Se levantó la manga del vestido y dejó ver la pulsera roja que comenzaba a formarse en su pálida piel, ahí donde Josh la había agarrado. – Solo esto, no es nada.

Jack apretó las mandíbulas con tanta fuerza que Devi vio cómo le tironeaba un músculo, y su expresión se volvió tan mortífera que la joven soltó un respingo de sorpresa. Temiendo lo que pudiese estar pasando por la mente de Jack en esos momentos, carraspeó y, con timidez, dijo:

-¿Te apetece... te apetece dar una vuelta por la playa? Con tanto ruido y tantas fogatas me... me estoy mareando un poco. – Era cierto; sentía cómo la cabeza le daba vueltas y el calor del fuego batallaba contra el frío en sus huesos.

Jack asintió levemente y, sin una palabra más, ambos se alejaron de la fiesta en un profundo silencio, uno junto al otro.

Lejos de todo el ruido de la Noche de Fogatas, la playa estaba tranquila y serena. El único ruido que se escuchaba era el de las oscuras olas lamiendo la orilla y haciendo rodar las piedras, una y otra vez. A pesar de que, ahora que se encontraban lejos de las fogatas, la temperatura hubiese descendido considerablemente, el hecho de estar caminando junto a Jack era más que suficiente para que Devi sintiese el cuerpo entero ardiendo.

Devi tosió con delicadeza y se colocó un mechón tras la oreja, tratando de adquirir fuerzas para poder decir:

-Gracias. – Jack la observó, momentáneamente confuso ante sus palabras, por lo que Devi hizo un gesto con la barbilla hacia las fogatas que estaban dejando atrás. – Ya sabes... por lo de antes.

-Ah. – Repuso Jack, frotándose el cuello con timidez; en su interior, rezaba para que Devi no se hubiese percatado de que tenía las mejillas ligeramente rojas. – No ha sido nada. De hecho, yo no he hecho nada. – Carraspeó antes de continuar: - He oído lo que le has dicho a Josh antes de que... yo interviniese. Has sido muy valiente al plantarle cara a ese capullo.

-Bueno... lo cierto es que nunca me ha sentado especialmente bien que la gente me mangonee. Nunca he dejado que nadie se propase conmigo, y menos un tío. – Dijo Devi, encogiéndose de hombros, solo para después decir: - Aunque debo admitir que... que tenía un poco de miedo. Aún me tiemblan las manos.

Alzó las manos para probar sus palabras y Jack abrió mucho los ojos al comprobar que, efectivamente, las delgadas y delicadas manos de Devi eran presas de un leve temblor. Entonces, sin pensarlo dos veces, casi siguiendo un impulso, tomó las manos de Devi y las envolvió en las suyas para darles un poco de calor.

Devi sintió cómo le flaqueaban las piernas ante aquel repentino y nada esperado gesto. El corazón se le subió a la garganta y se quedó sin palabras, saboreando al máximo ese momento. Las manos de Jack eran suaves, pero al mismo tiempo sintió su dureza por el trabajo manual. Eran cálidas y acogedoras, y al instante Devi sintió como si estuviesen especialmente hechas para acoger a las suyas. También se percató de que aquella era la primera vez en su vida que tenía contacto físico con Jack, y su estómago respondió dando un agradable tirón.

No obstante, aquel momento terminó cuando alzó la vista hasta Jack, porque en ese momento él se apartó rápidamente de ella y desvió la mirada, impidiéndole a Devi ver qué expresión pintaba su rostro en ese momento.

Así que ambos volvieron a caminar por la playa desierta, uno junto a otro, en silencio y fingiendo que aquel momento ni si quiera había existido, hasta que finalmente Devi se detuvo en un recodo de la playa en el que la duna parecía aplanarse. Sin decir ni una palabra, se quitó las botas y los calcetines y dejó sus pies al aire, sintiendo cómo el frío de febrero le mordía la piel. Entonces, fue hasta la orilla bajo la estupefacta mirada de Jack, que la siguió hasta donde el agua no conseguía tocar las piedras.

Devi se inclinó y, colocando las manos de forma ahuecada, tomó agua entre sus dedos, sorprendida al comprobar que estaba relativamente cálida.

-Suspira eternamente junto a playas desiertas, y el vigor de su oleaje inunda grutas mil hasta que Hécate las devuelve, con magia, a su silencio... – Citó el principio de uno de sus poemas favoritos, sintiéndose embargada por una paz que realmente la reconfortó.

Jack se quedó pasmado al escuchar a Devi citar aquel verso: en aquel momento, pensó que jamás había visto algo tan bello, nada que pudiese ni si quiera acercársele a la imagen de Devi en la orilla de la playa, el reflejo de la luna aclarando su pelo hasta que casi parecía blanco, su musical voz recitando un poema y su vestido siendo arrastrado por los dedos invisibles del viento.

Sí, sin duda era lo más hermoso que había visto jamás.

Repentinamente, Devi pareció volver a percatarse de la presencia de Jack, por lo que dejó caer el agua de sus manos, se giró y, con voz tímida, dijo:

-Es uno de mis poemas favoritos. De John Keats.

-Es... es muy bonito. – Dijo Jack, de corazón. Entonces, sintiendo que necesitaba tener las manos ocupadas, repentinamente nervioso, buscó una piedra plana en el puzle de guijarros de la playa y la lanzó hacia el mar, haciendo el salto de la rana.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que Devi le observaba con una inocente pero perfecta sonrisa curvando sus labios rojos. La joven fue junto a él y trató de hacer lo mismo que Jack, solo que, en su caso, en lugar de que la piedra diese unos cuantos saltos sobre la superficie del agua, se hundió.

-Qué vergüenza, ni si quiera sé hacer el salto de la rana. – Comentó, con una risita nerviosa.

Jack soltó una risa entre dientes y volvió a tomar una piedra plana entre sus dedos. Entonces, se la pasó a Devi, que la sostuvo entre sus dedos saboreando su frialdad morderle la piel.

-Tienes que hacer el mismo gesto que si tirases un frisbi. – Dijo Jack. – Mmm... ¿puedo? - Entonces, le hizo un gesto a Devi, preguntándole sin palabras si podía tomarla del brazo. Devi asintió una única vez, tratando de no mostrar el entusiasmo que parecía subirle por la garganta en una ardiente ola.

Jack se colocó tras Devi y sus manos le acariciaron los brazos cuando la hizo colocarse levemente de costado. Entonces, deslizó su mano hasta la de Devi y se la colocó de tal forma que, cuando tirase, la piedra fuese plana hasta la superficie del agua. El corazón de Devi latía con tanta fiereza que temió que Jack pudiese oírlo o que ella misma se desmayase de un momento a otro, pero el joven no pareció dar muestras de notar esa nerviosa excitación que ella sentía.

Y sintió cómo se le aflojaban las piernas cuando el aliento de Jack le acarició el cuello cuando le dijo al oído:

-Inténtalo ahora.

Tratando de concentrarse, de no dejar que la cercanía de los labios de Jack con su piel no la hiciese tener un paro cardíaco, lo hizo, y la piedra dio tres saltos sobre el agua antes de hundirse definitivamente en ella.

-¡Vaya! – Exclamó Devi, con una sonrisa brillante como una estrella curvando sus sensuales labios.

Entonces, giró su rostro y se encontró con que Jack estaba cerca, muy cerca de ella, tanto que el pecho de él prácticamente tocaba la espalda de Devi.

En ese momento Jack sintió como si se produjese un cortocircuito en su cabeza, sintiéndose abrumado por la extrema cercanía de Devi.

Devi, quien parecía poseer el poder de convertir el cerebro de Jack en papilla con tan solo una sonrisa, quien, con sus grandes y profundos ojos azules, casi le hacían olvidarse hasta de su propio nombre.

Devi, quien en ese momento estaba lo suficientemente cerca de él como para ser capaz de besarla si tan solo se inclinaba un poco. Y Jack no pudo evitar preguntarse a qué sabrían sus labios; a juzgar por su irresistible color rojo, podría ser a fresa, pero algo en él le decía que tenían un sabor mucho más dulce.

Al instante, le vino a la cabeza una canción que parecía describir a la perfección a Devi, y por un instante estuvo a punto de decírselo, pero se detuvo justo en el momento en el que también se percató de que estaba demasiado cerca de ella, y de que tal vez eso la podría incomodar.

Por ello, carraspeó y desvió la mirada, sintiendo las mejillas al rojo vivo, solo para después separarse de ella y poner una distancia prudente entre ambos.

Por su parte, Devi sintió la desilusión tironearle el corazón ante aquello, pero trató de mantener su rostro lo más impasible posible mientras el corazón parecía a punto de explotarle dentro del pecho. Y sintiéndose levemente culpable por haberse tomado tantas libertades con Jack y haber dejado que por unos instantes hubiesen estado tan cerca el uno del otro (por la reacción del joven, estaba claro que eso lo había incomodado), se retorció las manos y dijo:

-Gracias por este momento de paz, Jack. Realmente lo necesitaba.

Jack esbozó una media sonrisa apocada y se encogió de hombros, quitándole importancia:

-Gracias a ti, Devi.

-¿Y eso? – Preguntó ella, frunciendo el ceño con elegancia.

-Porque si no me hubieses propuesto este momento de paz, probablemente le habría dado una paliza a Josh Green hasta matarlo, y no tengo especial ilusión en ir a la cárcel. – Bromeó, arrancándole a Devi una deliciosa carcajada que hizo temblar hasta su alma.

-No creo que hubiese quedado nada de él para ti después de lo que le habría hecho yo. – Repuso Devi, con una sonrisa a medio camino entre maliciosa y pícara.

Entonces, Jack también soltó una carcajada; se rió como hacía tiempo que no lo hacía, y dado que él era una persona por lo general bastante seria, aquello era totalmente inaudito.

Y aunque en ese momento Jack no lo sabía, aquella sería una noche que se quedaría grabada a fuego en su mente durante los treinta años que siguieron.

_________________________

(Los personajes que aparecen en este capítulo son muy importantes tanto para la historia de 1988 como para la de 2016, así que os recomiendo que recordéis sus nombres c: )

Si os ha gustado, por favor, votad, comentad y compartid <3

Muchas gracias.

-Alice. xx

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