✧ i'm dying to live ✧ || נαℓε...

By TheSadTeen

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‹‹ "Corre." Susurró en mi oído, mandando escalofríos por mi espalda. Y corrimos. Los arboles parecían des... More

p l a y l i s t
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t r e s
c u a t r o
c i n c o
s e i s
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o c h o
n u e v e
d i e z
o n c e
d o c e
t r e c e
c a t o r c e
q u i n c e
d i e c i s é i s
d i e c i s i e t e
d i e c i o c h o
d i e c i n u e v e
v e i n t e
v e n t i u n o
v e i n t i d o s
v e i n t i t r e s
v e i n t i c u a t r o
v e i n t i s e i s
v e i n t i s i e t e
v e i n t i o c h o
v e i n t i n u e v e
t r e i n t a
t r e i n t a y u n o {f i n a l}
a g r a d e c i m i e n t o s
C O N C U R S O
shameless self promo
IDTL 2

v e i n t i c i n c o

326 28 62
By TheSadTeen

hellooo 🐱

me petaisteis el fic de comentarios cuando estaba fuera de casa y ya no tengo datos y no se me cargaba una mierda 😹😹😹 pero vdkxbdksb os amo y me encantan vuestras petaciones de comentarios 💕

yyyy gracias por el 3k 💙💙 (si, soy une pesade y os voy a dar las gracias con cada k que gane esta cosa)

/este capítulo me ha acabado saliendo extremadamente largo; en plan MUCHO/

∆∆∆

jack.

Alex me acompañó hasta el final del bosque, a penas sin hablar y ambos preocupados. Ya no era solo el hecho del castigo que recibiría por irme sin decir nada, también estaba mi nueva condición de vampiro que seguramente consternaba más a Alex que a mí. El chico de pelo violeta llevaba mucho más tiempo siendo vampiro que yo, quien apenas llevaba dos días con ello, y conocía los riesgos. Hasta el momento no había atacado a nadie, pero ¿quién aseguraba que no me tiraría encima de mi madre o mi hermano si se hacían sangre porque se rompía un vaso?

Los árboles desaparecieron antes de que nos diésemos cuenta y, tan pronto como puse un pie en casa, estuve tentado a salir corriendo hacía el bosque de nuevo.

Mis padres estaban ambos de vacaciones, mi hermana tenía el turno de tarde esa semana y mi hermano, aunque debería estar trabajando a esas horas, estaba esperándome junto al resto de mi familia en el sofá de la sala y solo esa visión me hizo retroceder en el tiempo y darme cuenta de la seriedad del asunto.

No hacía falta decir, entonces, que la bronca que me cayó fue una de las grandes. Mis padres habían llamado incluso a la policía viendo que llevaba dos días desaparecido y enterarse por Zack de que me había largado a un festival de música, sin decir nada a nadie, solo empeoró más la situación.

¿Conclusión? Había acabado castigado sin salir de casa hasta que acabase el verano. En realidad, si era sincero, no era un castigo tan malo para lo que me había llegado a esperar. A parte de salir con Zack a dar una vuelta por el centro de Baltimore de vez en cuando, no salía demasiado. De hecho, solía salir más por la noche con Alex y probablemente sería igual de fácil que hasta ahora escabullirme unas horas de noche.

Subí las escaleras hasta mi habitación con pesadez y me dejé caer en la cama, cansado.

Suspiré, cubriéndome los ojos con una mano, lo cierto es que con todo el tema de Alex y la posibilidad de que muriese no me había parado a pensar en mi familia y en lo preocupados que llegarían a estar de pasarme algo. En ese entonces lo único que me importaba era mi novio, y ahora que yo también era un vampiro y sabía que tendría que dejarles atrás, solo hacía que aumentase más mi culpa. Solo habían sido dos días, ¿qué harían cuando estuviese perdido durante semanas, meses, años... para siempre?

Me giré en la cama, angustiado, decidido a dejar el tema al margen por ahora, y me di cuenta de que me había tumbado encima del móvil.

Lo desbloqueé perezosamente y me di cuenta de que tenía un escaso diez por ciento de batería por haberlo dejado tanto tiempo encendido y sin cargar.

Me había dejado la Wifi conectada, también, así que ahora tenía millones de notificaciones acumuladas que me daba demasiada pereza mirar. Ignoré todo y fui directamente a la aplicación de mensajes, donde tenía mensajes de Zack y Alex.

Abrí primero los de Zack, ignorando todos los que me preguntaban como un histérico donde demonios me había metido y leí el más nuevo.

« zack: te han preguntado ya tus padres si te lo pasaste bien en los APMAS? »

Fruncí el ceño, algo molesto porque mi amigo se lo tomase todo a broma de esa manera, pero le resté importancia porque sabía que en el fondo estaba preocupado y tenía todo el derecho a burlarse de mí después de los dolores de cabeza que le había causado.

« jagk: castigado sin salir hasta que acabe el verano #RipMerrikat »

Bromeé, dándole a entender que ya no podríamos quedar; al menos no durante el día.

Mientras esperaba a que respondiese mi mejor amigo, abrí los mensajes de Alex.

« alex bae: que tal con tu familia? :/ »

Sonreí, no había tardado ni medía hora, desde que nos despedimos en las afueras del bosque, en enviarme el mensaje.

« jagk: mal :( me han castigado sin salir hasta que acabe el verano »

« alex bae: entonces no es tan malo, podemos quedar de noche no? »

Volví a sonreírle a la pantalla del móvil, porque él y yo teníamos las mismas ideas y mi novio me conocía lo suficiente como para saber que estaba más que dispuesto a saltarme las normas y escaparme por las noches para quedar con él.

« jagk: claro ;) »

El chico de pelo morado no tardo ni dos segundos en responderme, emocionado y con letras en mayúscula, que en ese caso esa misma noche quedaríamos. Después de decirle que me parecía genial, pasé a abrir el nuevo mensaje de Zack.

« zack: siempre te recordaré, amor mio </3 »

Me reí ante el mensaje increíblemente gay de mi amigo, que iba acompañado de varios emojis de caras llorando, y justo cuando iba a responderle otra estupidez el móvil se apagó.

Chasqué la lengua fastidiado, porque odiaba que se apagase sin más, y cogí el cargador que había en la mesita al lado de mi cama para ponerlo a cargar para tener batería cuando saliese esa noche.

...

La cena, igual que las otras comidas desde que volví a casa a primera hora de la mañana, fue incómoda y silenciosa. Podía sentirse en el aire lo enfadados y decepcionados que seguían estando pese a intentar mantener la pequeña conversación de siempre sobre el sonido de la televisión de fondo. Aunque, aun así, fue increíblemente conveniente para poderme escabullir sin levantar sospechas a mi habitación tan pronto como me acabé el postre.

Me cambié los pantalones de chándal y la camiseta gris vieja que llevaba puesta para estar por casa por unos skinnies negros y una camiseta con cuello en v negra y, después de coger algo de dinero y el móvil, salí de casa por la ventana.

Corrí hasta el punto de encuentro de siempre, con un poco de miedo de que de repente apareciese alguien de mi familia detrás de mí, regañándome por haberme fugado, y pronto pude ver la figura de Alex esperándome.

Me sonrió y tan pronto como llegué a su lado rodeó mi cuello con sus brazos y me besó.

Al separarme vi que, al parecer, esta vez era una cita doble porque Zack tenía a Rian acorralado contra un árbol mientras ambos se besaban.

"Zachary, las manos donde las pueda ver." Les interrumpí, en parte para que supiesen que estaba ahí y en parte como pequeña venganza por interrumpirnos la otra vez cuando Alex y yo estábamos teniendo sexo.

"Sí, sí, Bassam." Respondió, sabiendo que yo odiaba mi segundo nombre casi tanto como él su nombre completo, y le dio un último beso a su novio en la mejilla antes de separarse de él.
Caminamos rodeando el bosque, entre bromas y tonterías, hasta un cine prácticamente abandonado. A penas había ido una o dos veces cuando era pequeño porque en ese entonces fue bastante popular, pero cuando construyeron el que había en el centro la gente empezó a ir ahí más porque estaba más cerca de los otros establecimientos. Ahora ese cine había caído en el olvido, pero los propietarios se mantenían reacios a cerrarlo así que, para atraer algo de clientela, hacían sesiones nocturnas y, además de incluir estrenos en su cartelera, también reproducían clásicos.

"¡Oh, yo también quería venir aquí!" Exclamó Zack, en cuanto vio el lugar, sonriendo ampliamente. "Las pelis que hay actualmente apestan bastante y descubrí que aquí ponían pelis viejas."

"Sí, y lo mejor son las sesiones nocturnas que, además, a diferencia de otros cines, duran toda la noche." Dijo Alex, mientras nos acercábamos a las taquillas para poder ver las próximas sesiones y pagar las entradas.

Observé los títulos de las películas, viendo que, entre clásicos y estrenos, había una cosa que coincidía en todas -todas eran películas de miedo.

Me mordí el labio inferior, nervioso, y miré de reojo a mi mejor amigo. Zack se veía tan inquieto como debía verme yo ahora mismo mientras sus ojos escaneaban los títulos de las películas, como si intentase localizar alguna que no fuese del género de terror.

Si algo teníamos claro mi amigo y yo cuando íbamos al cine juntos, era que las películas de terror quedaban totalmente descartadas, porque los dos éramos unos gallinas.

"¿Solo hay películas de terror?" Preguntó inocentemente Zack, desviando la vista de la cartelera para mirar a los vampiros.

"¿Oh, no lo sabías? En verano este cine hace un especial cada semana; esta semana es el Especial Terror." Explicó mi novio, y podía asegurar que esa sonrisa que intentaba hacer pasar por amable era de las más cínicas que había visto.

Rian, a su lado, sonrió inocentemente también. Los muy cabrones lo habían planeado todo.

"Vampiros y el Especial Terror, que gracioso." Me burlé, con cierto tono despectivo.

Estaba seguro de que los dos sabían que no soportábamos las películas de miedo y habían hecho esto a propósito.

"Entonces, ¿qué peli queréis ver?" Preguntó Rian, disfrutando tanto como Alex de mofarse de nosotros dos.

Tanto Zack como yo los fulminamos una vez más con la mirada antes de decirles que decidiesen ellos porque, aunque queríamos elegir la que menos miedo diese, no teníamos ni idea de que iba cada película. Los dos vampiros estuvieron discutiendo títulos un rato, hasta que acabaron decidiéndose, y todos fuimos hasta la taquilla para comprar las entradas.

Haciéndole honor a la temática de aquella semana, detrás del mostrador de las entradas nos recibió una chica disfrazada de bruja. El sombrero le quedaba demasiado grande y prácticamente le cubría los ojos, pero, aun así, le daba cierto encanto.

"Bienvenidos al Especial Terror, ¿qué película queréis ver?" La chica nos dirigió una sonrisa misteriosa, metiéndose en su papel, y se levantó un poco el sombrero.

"Cuatro entradas para Poltergeist." Dijo Alex, sonriéndole también.

Fruncí un poco el ceño al ver como la empleada se sonrojaba un poco, porque no importaba quién fuese; Alex necesitaba ser simpático con todos y odiaba admitir que me ponía un poco celoso que fuese tan adorable con alguien que no fuese yo.

La chica tecleó un par de cosas en su ordenador y nos dio las cuatro entradas con otra sonrisa y otro retoque del sombrero.

"Son ocho dólares cada uno."

Todos le tendimos el dinero y no pude evitar reírme al ver como Zack sacaba todo de moneditas para pagar, haciendo que la chica tuviese que revisar que estuviese todo. Yo, por otro lado, siempre pagaba todo con billetes -al menos hasta que estos se me acababan- y mi madre no se cansaba de decirme que era un mal hábito porque luego acababa con un montón de centavos acumulados en la billetera.

"Disfrutad de la película. Y cuidado con los zombis."

Miré algo extrañada a la chica, que había vuelto a poner esa sonrisa para nada inocente, ante la mención de los zombies y Alex simplemente le dijo un último <<gracias>> antes de entrar por fin al edificio.

Al ver el local por dentro, volví a preguntarme una vez más porque este lugar tenía tan mala fama y tan poca clientela. La decoración del cine te hacía pensar que era la noche de Halloween pese a ser finales de julio o que se trataba del mismísimo escenario de una película de terror, con telarañas colgadas del techo y la iluminación tan escasa que estuve tentado a sacar la linterna que aún tenía en mi mochila de cuándo salvé a Alex de los cazadores. Definitivamente, se esforzaban mucho en satisfacer y entretener a los clientes pese a apenas tener.

A unos pocos pasos de la entrada había un hombre de mediana edad, sentado detrás del pequeño puesto donde revisaban las entradas, vestido de zombie. Al ver su ropa de aspecto viejo llena de agujeros y su cara plagada de maquillaje entendí a qué se refería la chica de las entradas y le agradecí silenciosamente que nos hubiese avisado porque realmente se habían esmerado con los vestuarios y la pintura facial. Dios, ¿qué era aquello, el túnel del terror?

Me aferré disimuladamente al brazo de Alex, porque que todo estuviese tan oscuro y bien decorado me ponía algo nervioso, y él me sonrió dulcemente.

Le dimos las entradas al hombre, quién las rompió ligeramente, y nos indicó por donde estaba la sala de la película que veríamos.

"¿Queréis comprar palomitas?" Preguntó Rian, deteniéndose unos pasos más adelante del hombre-zombie, rodeando el cuello de Zack con uno de sus brazos tatuados.

"Duh, ¿qué tipo de pregunta es esa? ¿Quién va al cine y no compra palomitas?" Respondí, haciéndome el ofendido llevándome una mano al pecho.

Alex y Zack asintieron, dándome la razón, y este último le dio unas palmaditas en la espalda a su novio como consuelo por preguntar semejante estupidez.

En el puesto de comida del fondo, nos saludaron un chico y una chica que debían de tener más o menos la misma edad que la chica de la entrada, también con disfraces de zombies.

"¿El presupuesto no les llegaba ya para variar un poco los disfraces de los empleados de dentro?" Le susurré discretamente a mi chico, haciendo que soltase una risita por lo bajo.

"No sé, a lo mejor hay un motivo detrás de eso." Me guiñó un ojo y cada vez tenía más ganas de matarle -de ser posible, claro- por jugar con dos miedicas como Zack y yo.

Inflé mis mejillas, ligeramente molesto, y me giré hacía el mostrador para observar las ofertas que había.

Después de contar el dinero que me quedaba, que era poco por ser final de mes y haberme gastado más de la mitad de mi paga comprando cosas por internet, acabé con un bote de palomitas mediano, una Coca-Cola y una bolsa de chuches.

Zack eligió lo mismo que yo, porque ambos amábamos demasiado los dulces, y los otros dos simplemente cogieron palomitas y un refresco.

Caminamos por el pasillo de la derecha, dejando un rastro de palomitas detrás de nosotros porque llenaban los botes demasiado, en busca de la sala ocho. Sujeté las palomitas con fuerza contra mi pecho, toda aquella decoración me ponía los pelos de punta, caminando cerca de Alex.

"Creo que la ocho está al final." Comentó Rian, adelantándose para mirar si era así con Zack siguiéndole de cerca, y Alex y yo los seguimos tranquilamente.

Hundí mi cara en el bote de palomitas, cogiendo algunas con la boca dado que tenía las dos manos ocupadas, y tirando unas cuantas más al suelo en el proceso. Mi novio se rio a mi lado e imitó mi acción, robándome unas cuantas pese a tener su propia ración de palomitas en una de sus manos, solo para molestar.

"¡Eh! ¡Trai-!"

El vampiro me sorprendió al callar mis protestas con un beso, haciéndome saborear el sabor salado de las palomitas en su lengua, y sentí como se caían unas cuantas más al suelo.

Alex me sonrió burlonamente, como siempre, y nos apresuramos hacia los otros dos que habían encontrado ya la sala ocho.

...

Otra pega de las pelis de miedo era que los anuncios antes de la película eran tráilers de otras películas de terror y si considerabas que toda esa semana reproducían películas de ese género en ese cine era aún peor. Así que, para evitarme unos cuantos sustos, empecé la guerra de palomitas.

A parte de nosotros cuatro, solo había cuatro o cinco personas más, en las primeras rondas de asientos, así que el desastre de palomitas y el alboroto que causamos no obtuvo quejas.

Rian le lanzó una última palomita a Alex, desde el otro extremo donde estaba sentado al lado de Zack, antes de que empezase la película.

Le dirigí una última mirada a mi mejor amigo, sentado a mi lado para más apoyo moral mutuo, preparado para sufrir.

No pasó mucho rato para que Zack y yo pegásemos saltos en el asiento del susto -una de esas veces, Zack tiró las palomitas que le quedaban encima suyo y mío provocando que los dos vampiros a nuestro lado casi se cayesen del asiento de la risa-, por fantasmas apareciendo de golpe.

Por otro lado, Alex y Rian veían todo aquello divertidísimo. Los dos vampiros se reían de escenas de la película, alegando que se veía súper falso, o hasta de nuestras propias reacciones cada vez que nos metía un susto la película.

"Realmente estas disfrutando esto, ¿eh?" Le susurré a Alex, mirando su perfil vagamente iluminado por la enorme pantalla.

El chico de pelo violeta desvió la mirada de la película y me miró divertido, intentando ocultar una sonrisa.

"Que va." Respondió burlonamente, cogiendo su Fanta de naranja y bebiendo un poco.

Lo miré mal, cruzándome de brazos y hundiéndome en el asiento. Oí la risita de Alex y vi como quitaba mi bebida del reposabrazos, dejándola en el asiento vacío a su lado, para luego quitar el reposabrazos de en medio y acercarme más a él.

"No te enfades, Jacky, estoy aquí contigo." Murmuró, rodeándome con sus brazos y dejando un beso en mi mejilla.

Sonreí, complacido con el abrazo, y besé su mejilla yo también antes de volver a mirar la pantalla del cine; solo para volver a darme un susto de muerte. Mi novio se rio de mi reacción una vez más antes de abrazarme con más fuerza.

Cogí su mano, entrelazando nuestros dedos y dibujando círculos en el dorso de su mano con mi pulgar, intentando tranquilizarme.

La música volvió a intensificarse a medida que se aproximaba otro susto y hundí mi cara en el pecho de Alex.

"No quiero mirar. ¿Qué está pasando?" Gimoteé, sin querer mirar por miedo, pero, aun así, intrigado por los eventos de la película.

"Creo que van a coger a la hermana." Respondió mi chico, sin dejar de mirar la pantalla y cogiendo un par de palomitas más.

Vi como cogía otro puñado más de palomitas, dejándolas a medio camino de su boca, demasiado distraído con la película, y no pude evitar vengarme por robarme las mías antes. Me comí las palomitas de su mano, lamiendo sus dedos provocativamente al final. Alex me miró sorprendido antes de sonreírme con superioridad.

"¿Estás provocándome?" Susurró y, de alguna manera, la forma en que lo dijo era demasiado excitante.

Le sonreí de la misma manera y me encogí de hombros, volviendo a mirar la película delante de nosotros y oyendo como resoplaba a mi lado.

...

Hacia la mitad de la película, como si no lo estuviese pasando suficientemente mal, lo sentí. Esa irrefrenable sed de sangre humana, quemando mi garganta y haciendo que cualquier cosa que no fuese alimentarme de la sangre de cualquier humano pasase a ser insignificante. Podía sentir la sangre de los humanos varias filas delante de donde estaba fluyendo por sus cuerpos, tentándome y volviéndome loco con un deseo enfermizo que era incapaz de controlar.

En realidad, no hacía falta pensar en las primeras rondas de la sala, justo a mi lado sentía la sangre de Zack fluir por sus venas.

Me mordí el labio inferior. No podía hacer esto, no podía morder a mi propio mejor amigo sin siquiera saber si podría controlarme lo suficiente para no matarlo, ni tampoco podía morder a cualquier espectador ya que eso haría entrar a todos en pánico.

Entonces, cuando sentí que me volvería loco intentando encontrar una solución, sentí la mano de Alex que sostenía apretar la mía con fuerza, haciendo que pusiese los pies en la tierra de nuevo.

Me giré para mirarle, encontrándome con su mirada preocupada.

"Estas temblando." Sentenció, cogiendo mi cara entre sus manos frías y mirándome fijamente a los ojos. "Y tienes los ojos rojos."

Tragué con fuerza mientras el silencio entre nosotros se prolongaba unos instantes y únicamente oía los gritos de la película de fondo y mi propia respiración agitada.

"¿Tienes hambre?" Preguntó, sin dejar de mirarme con esos ojos consternados, y ambos sabíamos a qué tipo de hambre se refería.

Asentí lentamente, volviendo a morderme el labio inferior con fuerza, y vi como Alex inclinaba su cabeza a un lado, dándome libre acceso a su cuello.

No pude evitar relamerme los labios al ver su pálida piel y la sangre que circulaba por las venas de su cuello -supongo que era una cualidad de los vampiros, ser capaz de ver las venas con tanta claridad, quizá por eso nuestros ojos se volvían rojos.

Hundí mi cabeza en su cuello, lamiendo la gélida piel con lentitud, antes de clavar mis colmillos en ella y saborear la sangre de mi novio. Por su bien, esperaba que me detuviese si me excedía, porque la sangre de Alex sabía extremadamente dulce y me estaba volviendo un adicto a ella.

Agarré su camiseta entre mis manos y sentí las manos del chico de pelo lila acariciar mi espalda lentamente, tratando de confortarme ante algo que ambos sabíamos que me superaba.

"Jack, para." Oí que me dijo al cabo de un rato, en un susurro, con voz calmada.

Joder, sabía que tenía que hacerlo, pero era como si mi mente estuviese dividida. Algo dentro de mí me decía que parase, que le hiciese caso a Alex, pero otra parte de mi me empujaba a decir <<solo un trago más>>.

Entonces lo comprendí, entendí a Alex siendo incapaz de detenerse aunque me estuviese matando porque, ahora mismo, dudaba que pudiese separarme de él a menos que el otro vampiro me separase a la fuerza.

Y eso es exactamente lo que hizo.

Mi chico me cogió de los hombros, empujándome lejos de su cuello y me miró compasivamente.

"Lo siento... No sé cómo controlar todo esto, joder." Murmuré, impotente, hundiendo mi cabeza en su pecho.

Alex acarició mi pelo con cariño, restándole importancia, y, al final, nos quedamos así hasta el final de la película. Tampoco era como si me interesase esa película, era mejor quedarme abrazando a mi novio que morirme a base de sustos.

"No sabéis cuanto os odio por hacernos ver esta película." Comentó Zack, de mala gana, cuando las luces se encendieron -todo y que con el ambiente del Especial Terror era como si no las hubiesen encendido porque solo constaba de un par de luces de emergencia iluminando algunos rincones.

"Ya, no pienso volver al cine con estos dos." Dije, a pesar de que al final Alex había estado consolándome durante más de media película y estaba seguro de haber visto a Zack acurrucado junto a Rian también, cogiendo mis cosas del asiento de al lado de Alex.

Me colgué la mochila de un hombro y cogí mi bote de palomitas vacío para tirarlo en alguna basura porque después del estado en el que habíamos dejado el suelo me sabía mal dejarlo allí.

Salimos fuera de la sala, con nuestros zapatos crujiendo bajo las palomitas que habían llegado hasta las escaleras de salida, y tiramos los recipientes vacíos en la papelera al lado de la puerta de la sala.

"No creáis que no me he dado cuenta de que has mordido a Alex ahí dentro." Soltó de repente Rian, mirándonos acusatoriamente y cruzándose de brazos delante de nosotros dos.

Mi novio se tensó frente a las palabras del otro vampiro y se mordió el labio inferior nerviosamente mientras yo me sentía como si fuésemos dos niños pequeños siendo regañados por algo malo que habíamos hecho que ni siquiera entendía.

"¿Qué querías que hiciese, que dejase que empezase una masacre ahí dentro?" Replicó Alex, mirándole igual de desafiante, recuperándose de su intimidación inicial.

Rian suspiró exasperado, probablemente viendo que Alex tenía razón, pero sin querer admitirlo.

"Sabes que no puedes dejar que se alimente solo de tu sangre." Dijo, sin ceder.

Alex se llevó una mano a su pelo violeta, revolviéndoselo nerviosamente, y miró el pasillo vacío y oscuro detrás de nosotros por unos segundos antes de volver a mirar a su amigo.

"Ya lo sé, joder."

Zack y yo nos miramos entre nosotros, sin entender de que iba todo aquello. Aun así, me preocupaba que mi chico hubiese hecho algo imprudente solo por mí.

"¿Por qué no puedo beber tu sangre?" Intervine, alternando mi mirada entre los dos vampiros.

Alex suspiró y le dirigió una última mirada a Rian antes de devolver su atención a mí.

"Porque podrías volverte adicto a ella y eso sería un problema." Le miré extrañado, sin acabar de entender que problema podía traer aquello, y Alex continuó con la explicación al ver mi expresión dubitativa. "Yo también soy un vampiro, si me muerdes te estas llevando la sangre que yo también necesito y si te vuelves adicto a ella podrías dejarme sin sangre y matarme -pese a ser inmortal."

Vi como Alex desviaba la mirada, después de sus palabras duras.

"Además, dado que Alex y tú estáis enamorados y también es quién te convirtió, tienes aún más facilidad de volverte adicto a su sangre." Añadió Rian, viendo que Alex no decía nada más.

Miré a Alex, todavía más preocupado que antes. Él sabía a lo que se estaba arriesgando dejando que le mordiese y, aun así, me había dejado hacerlo más de una vez. Estaba arriesgando su vida por mí, como siempre.

"Eres un idiota, Alex." Dije, a media voz, provocando que este se girase para mirarme mal.

"¿Ves? Hasta él lo piensa." Se burló Rian.

"Ya basta." Se interpuso Zack cuando todos veíamos que esos dos acabarían peleándose. "Te recuerdo, Rian, que tú me has mordido más de una vez y, si lo he entendido bien, también te estas arriesgando haciéndolo."

Alex le dirigió una mirada burlona a su amigo que este devolvió con otra de molestia.

"Vale, lo siento." Se disculpó el vampiro y, en el fondo, todos sabíamos que solo había actuado así porque se preocupaba por nosotros. "Deberías ir a por algún humano, te ha quitado bastante sangre, ¿verdad?"

Vi como asentía lentamente, como si no quisiese admitirlo para no liarla más, y sentí una punzada de culpabilidad porque seguramente había permitido que bebiese más de la cuenta y encima yo no me había detenido ni entonces.

"Y-"

"Lo sé, lo sé, me llevo a Jack." Interrumpió a Rian antes de que este pudiese decir nada más.

Me cogió de la muñeca y tiró de mi hacía la puerta de salida.

El aire acondicionado del cine estaba extremadamente alto, así que, comparado con la temperatura del interior, casi agradecí el calor del exterior del edificio.

El vampiro caminó unos cuantos pasos más y soltó mi muñeca. Se quedó estático, mirando los árboles del bosque que se alzaban en la lejanía como si no fuese capaz de mirarme, y suspiró una vez más antes de hablar.

"Sé que he sido un imprudente, que no debería haber dejado que me mordieses tantas veces, pero sé lo duro que es ser un vampiro al principio y lo difícil que se hace controlar tus instintos."

La brisa de verano revolvió sus mechones violáceos y él se mantuvo reacio a girarse, como si las calles residenciales a penas iluminadas delante de nosotros fuesen fascinantes.

Sonreí, porque sabía que, aunque se empeñaba en tomar siempre todo el peso de los problemas y a ser un irresponsable que no hace más que arriesgar su vida, lo hacía por mí. Y, aunque no lo justificaba y no iba a permitir que se hiriese a si mismo por protegerme, era bastante adorable.

Caminé hacía él, reduciendo el espacio que nos separaba, y rodeé su cintura con mis brazos, atrayéndolo a mí y descansando mi cabeza en su hombro.

"Lo sé, pero no quiero que te pongas en peligro por mí." Murmuré, dejando un par de besos en su cuello y haciendo que suspirase.

Alex se giró lentamente y me sonrió, poniéndose de puntitas para besarme. Lo atraje más a mí mientras él rodeaba mi cuello con sus brazos.

"Ven, te enseñaré como se hace." Dijo, una vez nos separamos, entrelazando nuestros dedos y volviendo a tirar de mí calle abajo.

Caminamos por las calles oscuras del área residencial de aquella zona, alejándonos del cine. Las luces de las casas estaban apagadas y los ojos carmesíes de Alex parecían iluminar la noche sobre el sonido de nuestras pisadas.

En el caso de Alex, deduzco que era el hambre lo que debía guiarle a través de las callejuelas de Baltimore en aquel momento. Sin embargo, yo me había quedado satisfecho con la sangre de Alex y aquella oscuridad no era ningún impedimento para mí, de modo que me pregunté si era otra ventaja de ser vampiro poder ver con tanta claridad de noche. Tenía sentido, ¿no? Los vampiros eran seres de la noche y, aunque en mi caso esa habilidad parecía ir y venir, debía de ser otro privilegio de ser vampiro.

Al final, después de andar un buen rato, encontramos a un hombre, en sus treinta, paseando por una de las calles.

El hombre nos saludó amablemente, aunque fue totalmente ignorado por Alex.

"Fíjate en cómo se hace y no te muevas de aquí." Me indicó mi novio, soltando mi mano y comenzando a caminar hacia el hombre que había retomado su paseo nocturno.

Alex se acercó con rapidez, dejando al hombre tumbado en el suelo bajo el peso de su cuerpo en un instante, y lo inmovilizó presionando ambos brazos del humano contra el suelo; tal y como hizo la vez que me convertí en su víctima.

"Nosotros nunca matamos a nuestras presas," Me dijo Alex, sin dejar de mirar al hombre que intentaba librarse de su agarre, asustado. "por eso es importante que sepas donde tienes que morderle para que luego no se acuerde de nada de esto y no tengamos a los cazadores detrás de nosotros."

El rojo de sus ojos se intensifico un poco más, oscureciéndolos con el deseo de la sangre.

"Justo aquí." Indicó, rozando con sus colmillos una parte del cuello del suplicante y aterrorizado hombre. "Detrás de su oreja."

Y perforó dicho espacio, a diferencia de mí, sin soltar al hombre en ningún momento y sin cerrar los ojos; alerta ante cualquier cosa que hiciese el humano o que pasase a su alrededor.

Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal al ver Alex tan autoritario, presionando al humano contra el suelo y enseñándome como hacer aquello. Definitivamente, era muy diferente al Alex inocente y adorable que conocía.

Una vez estuvo satisfecho, se separó del hombre, limpiándose el hilo de sangre que resbalaba hacía su barbilla con el dorso de su mano, y se levantó de encima de él. El humano, por otro lado, se había quedado tumbado, inmóvil, con el mordisco de Alex lentamente parando de sangrar y haciéndose menos notable.

"No te preocupes, se levantará dentro de poco y no recordará nada." Me informó el chico de pelo lila, volviendo a mi lado.

"¿Y qué pasa si ve el mordisco?" Cuestioné, volviendo hacía el cine al lado de Alex.

"Al morderle en esa zona, desaparecerá rápidamente. Pero, si lo ve, simplemente lo atribuirá a haberse liado con alguien borracho ya que tampoco recordará nada."

Morderle en ese lugar, era una buena estrategia, de hecho.

...

Volvimos al cine y, para no tener que pagar otra entrada por haber salido, les enviamos un mensaje a Rian y Zack para que nos abriesen la puerta de salida del cine, ya que esta solo se abría desde dentro.

"¡Jaaaack! ¿¡A que no sabes qué película hemos descubierto que hacen de aquí a cinco minutos!?" Exclamó Zack, entusiasmado, una vez volvimos a entrar al cine.

"¿¡Home Alone!?" Pregunté, tan ilusionado como él.

"No, a dios gracias." Se burló. "¡Pesadilla antes de navidad!"

Ambos gritamos emocionados porque éramos unos frikis de Tim Burton y de esa película. Los otros dos vampiros se rieron de nuestra reacción y estuvieron de acuerdo en verla.

Además, como había tan poca gente merodeando por el cine a estas horas y teníamos toda la noche, sería un desperdicio no aprovechar para colarnos a ver más películas por el precio de una.

Esta vez, puede disfrutar de la película acurrucado junto a Alex sin morirme de miedo a cada instante.

"We can live like Jack and Alex if we want~." Canturreó Zack la letra de I Miss You de Blink-182 que hacía referencia a la película que acabábamos de ver, cambiando el nombre de la chica, Sally, por el de Alex, una vez salimos de la sala.

"Where you can always find me, we'll have Halloween on Christmas." Le siguió su novio.

"Hablando de eso, ¿se supone que es una película de Halloween o una película navideña?" Preguntó Alex, mientras avanzábamos por uno de los pasillos viendo si había alguna película más que mereciese la pena ver.

Todos nos encogimos de hombros, era un misterio.

De repente, de la nada, salió uno de los empleados-zombie de una de las salas. Tan de repente e inesperadamente que Zack y yo gritamos de puro terror y me tiré encima de Alex, abrazándolo.

Por otro lado, Rian y Alex se rieron a más no poder mientras el trabajador se iba por el pasillo tranquilamente.

"Por eso todos son zombis, Jacky, otra de las atracciones del Especial Terror es que los empleados van disfrazados de zombie y se supone que el cine ha sufrido una apocalipsis zombie." Me explicó mi novio, respondiendo a la pregunta que le había hecho cuando entramos por primera vez al cine y vi a todos de zombies.

"Hubiésemos apreciado esa explicación un poco antes." Balbuceó Zack, aun recuperándose del susto. "Os juro que al final os haré pagar mi factura médica si me da un infarto de tantos sustos."

Todos nos reímos por el comentario mientras Zack simplemente seguía abrazado fuertemente de Rian.

Y aunque aquel sitio daba bastante miedo decorado de aquella manera y ni a Zack ni a mí nos atraía demasiado la idea de ser perseguidos por zombies -incluso si estos solo eran empleados disfrazados- acabamos uniéndonos al juego de sobrevivir el apocalipsis zombie.
Cuando salimos del cine al fin, eran casi las seis de la mañana y todos estábamos agotados.

Nosotros tres, los vampiros, dormíamos poco, pero Zack se había acabado quedando dormido cuando nos sentamos a descansar en uno de los bancos del cine y decidimos que ahí se acababa la noche.

"Ha estado divertido, aunque me haya muerto de miedo varias veces." Le dije a Alex, riéndome.

Rian caminaba unos pasos detrás de nosotros, con un Zack dormido cargado a su espalda, como si ese monstruo no pesase nada.

"Sí, deberíamos ir más a menudo, seguro que los dueños también se alegrarían de tener más clientes frikis." Respondió Alex.

Después de andar un par de calles más, Rian se despidió de nosotros diciendo que llevaría a Zack a su casa y luego iría de vuelta a la casa de los vampiros.

"Podrías quedarte a dormir, mi cama no es muy grande pero no creo que eso sea un problema." Le sugerí sugestivamente, una vez llegamos a mi casa, ignorando el hecho de que como mis padres me pillasen durmiendo con un chico tendría más de un problema.

Alex me sonrió de lado y alborotó mi pelo, dándome un beso en la frente.

"Hoy no, ya he hecho que Rian se enfade lo suficiente, como no me vea en casa me mata."

Hice un puchero, algo decepcionado, pero asentí conforme.

"Buenas noches, Jacky, te quiero." Se despidió.

Lo atraje a mí antes de trepar hasta la ventana de mi habitación y lo besé, aprovechando su boca semi abierta para introducir mi lengua dentro de esta y profundizar el beso.

"Te quiero, 'Lex."

∆∆∆

dudo mucho que estos se asustasen tanto de una peli de terror pero oh well, puedo ser muy cliché a veces #sorrynotsorry

además, le verdadere miedique soy yo que odio las pelis de miedo y he tenido que pedirle a mi prima que me diga pelis de miedo bc ella es una obsesa de las pelis de miedo xdd

votad, comentad y cuidado con los zombies ;)

-Cris x

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