Le estaba sacando las pocas piedritas que se encontraban en la cortada de su ceja a Logan cuando sentí el taburete deslizarse, en esa pérdida de equilibrio terminé a pocos centímetros del rostro de Logan, pero el no lo noto ya que se encontraba con los ojos cerrados, escuché la puerta abrirse y retrocedí lentamente para que Logan no notara nuestra cercanía, me giré para ver quien había entrado y me tope con Jason, el cual se encontraba un poco tenso en la puerta, cruzamos mirada, me sorprendió verlo así, siempre llegaba con su característica alegría.
—Hola Jason —frunció aún más el ceño, cerró la puerta y subió las escaleras de a dos escalones—. Que extraño —murmure. No le quise dar muchas vueltas al asunto, así que continué con lo mío, tomé una curita y le quitaba el sobre para colocárselo.
—No me gusta tener curitas encima —se quejó—. Se ve muy infantil.
—Lo sé, pero es para evitar que te caiga basura o tierra en el corte, después se infecta y tardará más en sanar —una vez terminé de colocar la curita, le regale un poquito de azúcar para que se la colocara en la cortada del labio.
—¿Azúcar?
—Cuando era pequeña y me cortaba el labio mi papá me daba azúcar, decía que cicatrizaba más rápido.
—Comprendo. Bueno... creo que lo mejor será que me vaya, Ana ha de estar preocupada.
—¿Ana?
—Mi madrastra, tengo siete mensajes de ella así que... —fue interrumpido por el sonido de una llamada entrante—. ¿Bueno? —alejó el teléfono de su oído—. Ana, no me grites, no, no, ya voy en camino, adiós —colgó.
—Hablando del Rey de Roma —comentó en tono burlón, yo me limite a sonreir sin mostrar los dientes.
—Sí bueno, debo irme, gracias por todo —le abrí la puerta, me dio unas palmadas en el hombro y se fue.
—Vaya foma de agadecer —salió Abi con un bote de helado y con la boca llena de este, y por si fuera poco, lo comía con un cucharón de sopa.
—¿Cuánto tiempo llevas en la cocina?
—Desde que llegó Jason.
—No te escuche bajar.
—Baje sigilosamente, no podía ser vista robando helado.
—¿Robando? Un minuto... —noté que al costado del helado estaba escrito una "C" con marcador —. ¿Ese helado no es de Cameron? —se encogió de hombros.
—Era —de pronto la puerta se abre y se escucha a alguien gritando y el sonido de muchas bolsas en compañía.
—¡¿Alguien me ayudaría?! —gritó Cameron exhausto. Colocó las bolsas en el suelo, se frotó la espalda y colocó las llaves en la mesita a un lado de la puerta, nos observó delante de él y saludó—. Hola chicas, podrían ayu... ¿te estás comiendo mi helado? —entrecerró los ojos señalando a Abi. Ella solo apretó el bote contra su pecho y se fue corriendo por las escaleras—. Todo este tiempo creí que eras tú Maddie.
—Detesto el helado de menta con chocolate.
—No tienes perdón de Dios. Ayúdame con las compras.
—¿Más? Recién compramos.
—Ya viene tu cumpleaños tarada, además, volveré a tratar de hacerte un pastel.
—Vale, le pediré a mamá que me envíe una y a papá que me envíe protector gástrico.
—Ja-ja, que no te hago nada —rió sarcásticamente.
—Nada me haría más feliz —a mi respuesta, él sacó su lengua.
—Mal agradecida. ¿Y de qué hablaban Abi y tú? —observaba a los lados a la espera de que ella no se encontrara cerca.
—No seas chismoso.
—No soy chismoso, solo... ¿no te habló de mi?
—No.
—¿Nada?
—Nada.
—¿Nada de n... —le interrumpí.
—Cameron —fruncí el ceño.
—Ya, entendí —guardamos las compras y nos quedamos en nuestras respectivas habitaciones, no comprendía que le sucedía a Jason, no dejaba de pensar en como se encontraba temprano.
POV Jason.
Estaba en mi cama recostado boca arriba lanzando y atrapando una pelota, y no lograba sacar de mi cabeza esa escena, lo peor es que era el idiota ese del instituto que no detuvo a su amigo en golpear a Abi ¿cómo pudo besar a alguien así? Pensé que era diferente, veo que no, solo se guía por el físico como la mayoría de las chicas. Y solo para empeorar el día, no tenía ni un mísero mensaje de Stella, y obviamente no lo iba a tener, siempre que peleamos soy yo el que debo escribir y pedirle disculpas, porque sino, ella no lo hace, su orgullo le vale más y es una de las cosas que menos me gusta de ella, pensar que ya viene nuestro mesiversario y estamos peleando últimamente, la última pelea ha sido porque siempre están sus amigos por delante de mi, el viernes cumplimos nueve meses de noviazgo y a ella se le olvidó, así que sus amigos y ella organizaron un campamento con todo su grupo de la Universidad, y me dice que no tiene importancia, que es un día como cualquier otro, que ya otro día saldremos pero que ella ya estaba reservada ¿que clase de novia piensa así? Sinceramente, creo que soy la chica de la relación. Escuché pasos rápidos por las escaleras y la puerta al frente de mi habitación cerrándose, seguro era Abi, tan ruidosa como siempre.
Escucho golpes a mi puerta.
—¿Puedo pasar? —preguntó mamá.
—Cómo quieras —entró.
—Hijo ¿estás bien? Abi me comentó que esta mañana discutieron —se sentó al borde de la cama. Yo seguía lanzando la pelota sin dirigirle la mirada.
—Ujum.
—¿Qué sucedió? Puedes hablar con mamá —me acariciaba la pierna. Suspire de frustración.
—Discutí con Stella esta mañana ya que el viernes cumplimos nueve meses y no se acordaba, pero sin embargo dijo que no importaba, que ya había acordado salir con sus amigos, en pocas palabras prefirió estar con sus amigos que con su novio el día que cumplen nueve meses, y me enoja porque no es la primera vez que me deja de segundo plano, últimamente andamos peleando mucho por lo mismo, me dice que no tiene tiempo y en el primer descuido ya anda saliendo con sus amigos, y pues, no se que hacer.
—¿Trataste de hablar con ella?
—Me cambia la conversación o me dice que debe irse y me deja hablando solo como si nada —mamá rió—. ¿De que te ríes? —no pude evitar reír, su risa es muy contagiosa.
—Es que nunca tengo a Abi contándome de sus relaciones, y aquí te tengo a ti —le aventé una almohada.
—¿Me estás diciendo chica? —reí.
—¿Yo? Incapaz —se mordía el labio aguantando la risa.
—Ja-ja.
—¿Y eso que tiene que ver con que te hayas peleado con Abi?
—Fue una estupidez, lo que sucedió fue que dejé la tapa del baño abierta y no bote los pelos que se estancaron en la alcantarilla, y ambos sabemos que ella odia eso.
—¿Cuantas veces te he dicho que no debes de... —la interrumpí.
—Ya se, ya se, lo olvide con tantas cosas en la cabeza.
—¿Pero tú no te duchaste en el baño de abajo porque Abi te ganó el baño esta mañana?
—Sí, pero anoche fue que me bañe y dejé la alcantarilla así, mientras que la tapa sí fue esta mañana, fui al baño, hice mis necesidades, salí un momento en busca de la toalla y cuando volví Abi me empujó y se encerró en el baño, entonces me estaba regañando diciendo que no debo hacer eso y le respondí mal, obviamente se enojó y empezamos a discutir por semejante tontería, ocasionando que el resto del día no me hablase.
—Creo que le debes una disculpa cielo.
—Sí, lo sé, llegué con esa intención pero mi enojo volvió.
—¿Y eso?
—Stella no me ha escrito en todo el día y cuando llegué me encontré a Madison y un chico besándose —formó una gran "O" con su boca por la sorpresa.
—¡¿Madison tiene novio?!
—Parece que sí.
—¿Y qué hay entre ustedes? —preguntó Abi entrando en la habitación lamiendo un cucharón de sopa.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —fruncí el ceño.
—No te sientas tan importante idiota, no te estaba espiando, estaba pasando por acá buscando a mamá y escuché lo de Maddie.
—No me digas idiota, y no sucede nada entre nosotros, solo somos amigos.
—Eso decían Stella y tú —subía y bajaba sus cejas y mi mamá la imitó.
—Pensé que estabas de mi lado, traidora —mamá y Abi se me lanzaron encima para abrazarme y empezaron a dejarme besos húmedos.
—¡Que asco, aléjense de mi, odio eso! —hacia muecas.
—Ay si, como no soy Stella me rechazas —Abi rodó los ojos.
—Tontas —reímos los tres.
—Bueno renacuajos, iré a seguir lavando.
—¿Ya lavaste mi pantaleta?
—Abi, ya, mañana podrás ponértela, ahora déjame lavar en paz, tu papá llega hoy luego de estar el fin de semana fuera de casa, necesito que me ayuden a limpiar todo ¿entendido?
—Claro —respondimos a unísono. Mamá salió del cuarto dejándonos solos.
—Abi, quería disculparme por lo de esta mañ... —me interrumpió.
—Ya no importa, ahora cuéntame ¿entre Maddie y tú ocurre algo?
POV Madison.
Estaba en el patio jugando un rato con Guido cuando escuché el teléfono de la sala sonar, corrí a atender y olvidé cerrar la puerta así que Guido entró a la sala y se sentó en el sofá, contesté el teléfono.
—¿Bueno?
—¿Aló, Maddie? —era la voz de papá, sonreí.
—¡Papá, hola!
—¡Hola pequeña! ¿cómo estás? ¡los extraño mucho!
—Nosotros a ustedes ¿cuando vendrán?
—No lo sabemos pequeña, lamentablemente no podremos ir a tu cumpleaños, pero te lo compensaremos.
—¿Cuándo? Yo no quiero regalos, yo los quiero aquí conmigo.
—Lo sentimos tanto pequeña... ¿no hay alguna forma de compensarlo?
—Tiempo. Tiempo con ustedes es todo lo que deseo.
—Lo sentimos... Debo irme pequeña, te amo, y a Cameron también.
—Ya no importa, también te amo —cerró.
Me pregunto cuando será el día en que podamos ser una familia normal y estemos juntos, el tiempo es nuestro peor enemigo, muchos dicen que es la muerte, pero para mí no es así, ya que si se pudiera detener el tiempo, la muerte no nos alcanzaría, a veces me gustaría haber decidido irme con ellos, pero a Cameron le salió una oportunidad en una buena universidad y tiene un buen trabajo, no podía dejarle solo, si me iba con mis padres nunca acabaría con mis estudios, ya que me la pasaría acompañándolos en sus viajes y me perjudicaría a lo grande, siempre quise ser enfermera y Cameron siempre quiso ser psicólogo, nuestros padres respetan eso, y nos apoyan, pero no quita que no hayan intentado más de una vez que nos vayamos por el área de ingeniería en sistemas y economía, incluso me metieron en cursos de contabilidad y a Cam en computación, pero no es lo nuestro, y ellos lo respetan, aunque siguen tristes con la idea que nosotros no seguiremos con su empresa una vez ellos ya no puedan con ella.
—¿Quién era Maddie? —preguntó Cameron saliendo de la cocina.
—¿Es que nunca abandonas la cocina?
—Estaba limpiando la nevera, algo que claramente olvidaste hacer —se sacaba los guantes.
—Lo siento... Fue papá quien llamó —su cara cambió radicalmente.
—¿Qué dijo? ¿cuándo vendrán? ¿por qué no me lo pasaste?
—Disculpándose que no podría venir a mi cumpleaños y que luego me lo compensaría, que no saben cuando vendrán y se tuvo que ir rápido, por eso no te lo he pasado.
—¿Qué le dijiste?
—Que no hay forma de compensarlo, que lo que yo más deseo ellos no me lo pueden dar.
—¿Y eso es..? —
—Tiempo.
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~Guido en multimedia~
Les agradecería que me dieran estrellitas <3
¡Abrazos a todos!