You Are Beautiful ©

By verower

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Ella es tímida. Ella es callada. Ella posee baja autoestima. Ella llora por los comentarios de su cuerpo. P... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18

Capítulo 10

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By verower

El día fue muy aburrido y lleno de tareas, como sabía que mañana me tocaba irme a la pijamada, debía adelantar lo más posible, detesto que se me acumule la tarea, entre cuaderno tras cuaderno me di cuenta que ya eran las 3:00am y yo seguía ahí como un búho, me espanté, no suelo dormir tan tarde, así que guardé todo y me dispuse a dormir.


Dormir tan tarde no me ayudó nada, terminé despertando a mediodía, y fue porque Cameron estaba del otro lado de mi puerta gritando que me despertara porque debía limpiar, como él cocina a mi me toca limpiar, es lo justo, así que entre gruñidos y quejidos logré levantarme de la cama y pedirle a Cameron que se callara, él me dejó el trapeador en la entrada de mi habitación... era lógico, pleno mediodía y la casa completamente sucia, es mi único quehacer, así que no podía rechistar, adormilada y en pijama todavía, hice caso omiso al trapeador y dejándolo exactamente donde Cameron lo colocó, bajé a desayunar, ya después de comer y terminar de despertar fue que me cambié y me dispuse a limpiar.


Por fin había terminado, estaba exhausta, moví algunos muebles para cambiar un poco el orden de la sala, acomodé mi habitación y guardé la ropa que Cameron lavó, no podía más, apenas toqué mi cama caí dormida hasta que dieron las 6:00pm aproximadamente, salté de la cama recordando la pijamada y corrí a guardar mis cosas, en eso la puerta se abre y al dirigir mi mirada a ella, me topo con Cameron y su mirada de cachorrito. 

—¿En serio vas a dejar a tu hermanito solo? —formó un puchero. 

—Solo será esta noche, además, duermes como oso hibernando, ni notarás mi ausencia. 

—Si lo haré... Tus ronquidos me harán falta. 

—Yo no ronco. 

—Oh, claro que si lo haces, pareces un puerco, oink oink —me reí y lo golpee en el brazo—. ¡Auch! Y luego los hombres somos los que las maltratamos ¡son ustedes, hijas de Satanás! 

—¡Ey! —volví a golpearlo. 

—¡Abusiva! ¡y yo que iba a extrañarte! Me siento indignado, adiós —se dio media vuelta y se fue dando pisotones. 

Entre a mi habitación, tomé la mochila y procedí a bajar, cuando estaba tomando las llaves de la casa escuché pasos agitados bajando por la escalera, era Jason, se estaba terminando de abotonar la camisa y tomaba sus cosas a gran velocidad, me saludó, luego miró hacia arriba y gritó. 

—¡Mamá, iré a casa de Stella, no me esperes despierta! 

—¡Más te vale que uses condón, en lo que haya un diablillo corriendo por la casa antes de tiempo te vuelvo los testículos un nudo! —gritó en respuesta desde arriba. 

—¡No todo en la vida es sexo madre, vamos a ver un maratón de películas, pervertida! 

—¡A mi me respeta, y es sólo una advertencia, no quiero a un mini Jason tan pronto! 

—¡Sí mamá, adiós! Adiós Maddie —besó mi mejilla y salió a toda velocidad, parece que iba tarde.

Me despedí de Cameron y me fui caminando según lo que decía la dirección, no quedaba muy lejos, solo a unas cuantas cuadras, al ver la hora me fijé que apenas son un cuarto para las siete, aquí oscurece tarde, así que todavía se ve un poco claro. Llegué a una casa doble planta color crema, con las columnas de un color salmón extremadamente pálido, las rejas eran negras y gigantescas, parecían la de las casas antiguas, aunque claro, la estructura de las casas de esta urbanización están basadas en las casas de los años setenta. Toqué el timbre y espere unos minutos balanceando mis pies, me hablaron a través del intercomunicador. 

—¿Quién es? —habló una chica, le calculaba unos doce años por la voz.  

—Madison Ford ¿ésta es la casa de los Thompson? 

—Sí ¿con quién desea hablar? 

—Soy invitada de Rebecca Thompson para su pijamada. 

—¡Oh, claro, adelante! 

Las puertas se abrieron lentamente, pasé y la puerta de la casa se encontraba abierta, había una niña sosteniéndola. La salude con la mano a medida que me acercaba, pero ella empezó a mirarme mal, observé mi vestimenta a ver si estaba manchada y no encontré nada fuera de lugar, cuando estuve frente a ella me señaló. 

—Pensé que mi hermana tenía mejores amistades —arrugó la nariz. 

—¿A qué te refieres? 

—Creí que todas las amigas de mi hermana eran lindas —eso me dolió.

—Eh... Bueno... Este... 

—¡Bárbara, que cosas dices! —gritó Rebecca acercándose al recibidor —Vete a tu habitación. 

—¡Tú no eres mamá! —se fue dando un portazo. 

—Lo siento por eso, ella no debe de decir esas cosas, está medio rebelde últimamente —se rascaba la nuca. 

—No te preocupes. 

—Bueno, veo que no te perdiste —se rió, yo medio sonreí—. Pasa adelante, en ese pasillo a la izquierda, la puerta blanca con un cartel de flores, ahí es mi habitación. Yo iré por bebidas.

—Vale —caminé hacia el pasillo, la casa no era exageradamente grande, pero si lo suficiente, las paredes eran de un color perla, de camino al pasillo había un estante de caoba con varios portaretratos en el, me puse a observar las fotos y eran muchas, se veía a Rebecca de pequeña en un columpio y sonriendo y detrás de ella había una sombra, parecía la silueta de una mujer, observé la otra foto que llamó mi atención y aparecían Rebecca, la hermana que si mal no escuché se llama Bárbara, y una mujer mayor abrazándolas, creo que es la madre, tiene cierto parecido con ambas, al mirar cada una de las fotos vi que no había ninguna con un padre, seguro no tienen...

—Esa es nuestra madre, es todo para mí, es el padre que nunca tuve —me sobresalté, no esperaba que volviera tan rápido. 

—Mi más sentido pésame... 

—¡Já!, la verdad ni siquiera sé si mi padre está vivo, ni siquiera merece que le diga padre, ese hombre embarazó a mi madre y la abandonó a su suerte.

—No sabía, pensé qu... 

—No te preocupes, no importa —dio unos pasos adentrándose en el pasillo—. ¿Vienes?

—Claro —la seguí en dirección a su habitación. 

En el recorrido me topé con tres puertas antes de llegar a la de Rebecca, todas eran blancas, pero con algo que las caracterizaba, la primera tenía un cartel que decía «¡Peligro, no pase!» y se escuchaba música alta del otro lado. La segunda no tenía nada, y la tercera estaba cerrada con candado, a lo mejor esa habitación no la usan. Ya luego delante de la puerta de la habitación de Rebecca se escucharon gritos y chillidos del otro lado, Rebecca abrió la puerta y atrajo la atención de sus invitadas. 

—¡Ya traje las bebidas! y ya llegó Madison —repartió las botellas de refresco y me acercó al grupo.

Note que en total somos seis chicas contando a Rebecca. 

—Madison, ellas son Clarissa–una rubia teñida de ojos marrones– Shanon –una chica de cabello negro con los ojos grises– Danielle –una chica morena con el cabello extremadamente rizado de color castaño–  Brianna y Anna, aunque a ellas ya las conoces. 

—Hola —dijeron Brianna y Anna a unísono. 

—Hola, soy Madison, mucho gusto. 

—¿Galletas? —me ofreció Danielle. 

—Sí, gracias —tomé unas cuantas. 

—Siéntate, estábamos apunto de jugar verdad o reto —me invitó Shanon. 

—No me gusta mucho ese juego... 

—Vamos, anímate, es divertido —insistió. 

—Está bien —cedí y me senté a un lado de alguna de las gemelas y al frente de Shanon. 

—Recuerden las reglas, al girar la botella la punta de la botella preguntará a quién le toque la base ¿vale? Si dicen verdad, y se niega a responder, automáticamente tendrá que realizar un reto.

—Vale —dijimos todas a unísono. 

—Empiezo —Clarissa giró la botella y le tocó la punta a Danielle y la cola a Clarissa —¿esto es broma? —bufó. 

—Clary ¿verdad o reto? 

—Verdad. 

—¿Es cierto que perdiste la virginidad con tu primo? —la miraba con picardía. 

—Sí, pero en mi defensa, estábamos borrachos y yo tenía curiosidad. 

—Vale, te toca girar —Clary giró la botella y le tocó la punta a una de las gemelas y la base a Rebecca. 

—Rebecca ¿verdad o reto? 

—Voy a tomar el riesgo de decir reto. 

—Uy... Atrevida —dijo la gemela que tengo a mi lado.

—Ya me conoces nena —le guiñó el ojo.

—Vas a llamar a tu novio y le harás pensar que hoy será una de sus noches, luego dices que fue una broma y le cuelgas ¡pero debes de ponerlo en altavoz! 

—Sabes que si hago eso se enojará conmigo. 

—Usted dijo reto ¿no? 

—¿No podría ser otra cosa? Sinceramente no estoy para aguantar su enojo, le molesta cuando lo dejo con ganas —admito que me sentía muy fuera de lugar en esa conversación. 

—Cumpla.

—Vale... —tomó su teléfono y lo puso en altavoz, al tercer tono atendieron. 

—Hola linda —la voz me sonaba extremadamente familiar, pero no sabía de dónde o de quién se trataba. 

—Hola cariño ¿como estás? 

—Bien ¿y tú? 

—Bien, con muchas ganas. 

—¿En serio? 

—Sí, te quiero entre mis sábanas ahora mismo. 

—¿Y estás sola? 

—Lamentablemente no —se les escaparon pequeñas risas a las chicas. 

—Si quieres me abres y me escondo en tu patio, y luego entro a tu habitación cuando estén todos dormidos, eso sí, se me acabaron los condones. 

—Yo tengo muchos acá. 

—Perfecto, te veo allá nena, no te olvides de abrirme, ya lo estoy deseando —las chicas rieron, pero ésta vez no midieron su volumen— ¿Hay alguien más escuchando? 

—No, mi amor. 

—¡Escuchamos fuerte y claro! —gritó Shanon, las chicas rieron y Rebecca le aventó una almohada. 

—Sabes perfectamente que ese tipo de juegos no me gustan en lo más mínimo Rebecca, que tengas buenas noches —colgó. 

—¡¿Estás pendeja?! Ahora sí que está enojado, te dije que se molestaría. 

—Por favor, se le pasará, está coladito por ti. 

—Ya quisiera tenerlo a mis pies —rodó los ojos. 

—Ya lo tienes, sólo que estás tan ocupada rompiendo corazones que no te has dado cuenta —bufó una de las gemelas, creo que fue Brianna, se caracteriza por su mal genio.
Una vez más me siento fuera de lugar, sabia que debía quedarme en casa. 

—Continuemos, Becca te toca —Rebecca giró la botella quedando Shanon en la cabeza, y en la base... Yo. 

Shanon se frotó las manos con una mirada que me hizo estremecer y preguntó. 

—Madison ¿verdad o reto? —me puse a pensarlo bien, si decía reto a lo mejor me pondrían algo humillante, y yo no quería, y decir verdad parecía más conveniente, ya que no saben nada de mí, así que no sería una pregunta tan difícil. 

—Verdad —se rascaba la barbilla pensando que preguntar. 

—¿Te gusta el novio de Rebecca? 

—¡¿Cómo dices?! —exclamó Rebecca, e instantáneamente me empezó a observar con una ceja alzada. 

—¿Su novio? Pero yo ni lo conozco... —me sentía nerviosa.

—Claro que lo conoces, no te hagas.

—No sé de que estás hablándome, recién empecé a hablar con Rebecca, mucho menos sé quien es su novio... —dije cabizbaja.

—Como te gusta hacerte la mosquita muerta, su novio es el bombonazo de Logan —instantáneamente me puse pálida.



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Den a la estrellita si les gustó el cap, estaré esperando sus comentarios <3.

Por cierto ¿desde que países me leen? gracias por su constante apoyo, son un completo amor!

¡Abrazos!

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