Marcus, Marcus, ocúltate, no dejes, no dejes que sep...
Vuelvo a despertarme sudando, esta vez, estaba girando entre infinitos puntos negros en un cuarto sin fin blanco, y una voz que repetía lo mismo. Debería ir a algún lado a que me revisaran, ¿será que Shaile sueña con cosas iguales? Le preguntaré apenas la vea.
Me levanto de la cama y recuerdo la reunión en la empresa, por lo que enciendo mi pantalla y veo la hora: 08:23. Aún tengo tiempo por lo que entro a internet para husmear las noticias, ayer no hubo desapariciones al parecer, pero si hubo un revuelo en la Alcaldía por eso. Suspiro lentamente, al parecer esta situación irá para largo y estoy dentro de ella de algún modo.
Voy al baño mientras sigo leyendo las noticias, busco alguna que me levante el ánimo y encuentro que han inaugurado un puente intercontinental entre Canadá e Islandia, conectando Europa con América, sé que algún día viajaré a Europa y conoceré los exóticos lugares que hay allá, ¿Qué podría haber más allá de las enormes calles de la Capital Mundial? Me encantaría saberlo.
Voy a la cocina y reviso que podría prepararme para desayunar, un cereal no suena como mala idea, cuando el timbre suena y voy a abrir, aunque supongo quién es.
—Hola Marcus —me saluda Shaile con una sonrisa— ¿no olvidas mi promesa?
Su presencia me hace temblar por dentro y mi corazón empieza a acelerar, hoy lleva una falda color azul oscuro, una de las que se compró ayer, junto con una blusa color blanco, se ve hermosa.
—¿Cu-cuál promesa? —le pregunto sorprendido.
—Pues que te iba a enseñar a cocinar idiota —me dice terminando con una risa.
—Ah claro, esa promesa —le digo emocionado, creo que me he puesto rojo.
Volvemos a la cocina y ella saca unos huevos y agarra una sartén.
—Verás, coges el huevo y lo golpeas contra el borde del sartén —dice mientras coloca el sartén en la estufa y golpea el huevo con ella—, si lo quieres frito solo tienes que abrir la cáscara y...
Me continúa explicando cómo fritar un huevo y luego me enseña a preparar café, me incita a seguir practicando a cocinar todos los días para que no se me vuelva una costumbre que ella venga ayudarme, yo feliz, es más, su presencia me hace temblar y emocionarme, me preocuparía si un día, me separara de ella.
—A ver, frita un huevo y desayunamos juntos —me dice Shaile—, pero no te vayas a demorar mucho para no perder tu reunión.
Sigo los pasos cautelosamente que me ha dicho antes y logro fritar un huevo aceptable.
—Bueno, al menos no quemaste la casa —me dice con una risilla.
Desayunamos juntos otra vez y ella me deja para alistarme, dándome buena suerte lo cual despeja mis nervios sobre la reunión. Tomo una ducha rápida y me coloco el uniforme de la empresa, al menos debo aparecer presentable a la reunión, abro uno de los cajones de la mesa de noche y descubro mi reloj de pulsera "Vaya, sí que lo había olvidado", me lo coloco y guardo en mi mochila mi pantalla táctil y una chaqueta, voy a la cocina y guardo una manzana para comérmela después. Salgo de mi apartamento y bajo por el ascensor, saludo a la recepcionista mientras salgo; vuelve a traer el broche de ave que había visto el día que llegué.
Me paro en la acera mientras espero que un taxi aparezca en la calle, cada vez que uno pasaba seguían derechos, así se me hará tarde, hasta que por fin un taxi se detiene, entro y descubro que no tiene conductor, sino que es uno de los que son automáticos, coloco en la pantalla frente a mí la dirección de la empresa y el taxi arranca raudo. "Algo que la empresa lamenta" "Extrema importancia" ¿Qué situación me encontraré en la empresa al llegar?
Llegamos a la empresa y reviso la hora en mi reloj 09:45, voy a tiempo, pago el taxi y salgo de él, subo las escalinatas hasta entrar por la puerta automática, veo que estoy entrando por el lado opuesto al cual entré el otro día. Si sólo he trabajado medio día en la empresa, ¿qué pueden lamentar?
Sigo el mismo camino que hice el viernes, el día que entré a esta empresa, subí por el ascensor al piso número 2 y camino hacia la oficina de capacitación, no me es difícil encontrarla otra vez, la puerta está cerrada por lo que toco.
—Pasa Marcus —dice una voz pausada desde dentro.
Oprimo un botón al costado de la puerta y ésta se abre, doy un paso y entro a la habitación, veo a mi alrededor, donde antaño había un espacio vacío donde estábamos parados escuchando al capacitador, ahora hay una mesa de madera oscura ovalada, hay cuatro sillas alrededor de ella, tres están ocupadas y una está vacía.
—Hola Marcus —me dice Roger, mi Productor—, muchas gracias por atender a la reunión, queremos tratar un tema muy importante sobre ti.
—Buenos días Marcus —me dice un hombre el cual está sentado en otra de las sillas, su cabello es negro profundo y sus ojos son verdes, su tez es muy clara y está vestido con una sudadera—, no me conoces, soy el Productor del Sótano, mi nombre es Kyle; junto a Roger y yo también nos acompaña —da una pausa y respira— el CEO de la empresa.
Una chica de unos cuarenta años está sentada en la tercera silla, lleva un traje y el pelo rubio recogido, el CEO de la empresa, una mujer, yo me lo imaginaba como un hombre alto, robusto y misterioso por las descripciones intangibles que se cernían sobre su figura.
—Claramente —continuó Kyle—, él no nos puedes acompañar, su seguridad es lo más importante; ella es Valeria, la Secretaria de Comunicaciones del CEO, tiene una pantalla táctil la cual usará para conectarnos por llamada holográfica con él.
Valeria levanta un maletín del suelo y de él extrae una pantalla táctil, la enciende y la acuesta en la mesa, empieza a sonar un pitido y después una imagen tridimensional aparece de la pantalla, igual a las que se usaban en clase en la Academia para ciertas explicaciones, la figura es un hombre alto, con los hombros anchos y poco pelo en su sien, aunque su rostro está oscurecido.
—Hola Marcus, ¿Qué tal tu fin de semana? —me dice una voz oscura y gruesa que sale de la pantalla táctil— verás, nosotros no hemos estado muy bien, nos hemos sorprendido mucho al evaluar los resultados de las Pruebas que ustedes, los aspirantes, hicieron la semana pasada, y nos quedamos de ojos abiertos —me sigue diciendo el CEO—, supongo que ya conocerás a la chica, le llaman.. ¿Cómo es que le llaman?
—Shaile, señor —responde Kyle, el Productor de Shaile.
—Ah sí, Shaile... Un poco irónico para ella, pero en este momento no es importante su nombre —dice el holograma con cierto aire de suspenso—, bueno, ehh... Shaile y tú habían clasificado como Guionistas.
¿¡QUÉ!? ¿En serio? No puedo creerlo, mi sueño de ser guionista realmente se había cumplido y no me lo creo. Ser un guionista, el trabajo más misterioso, mítico, oculto de toda la empresa y creería que del mundo, y Shaile y yo lo habíamos conseguido juntos, no logro creerlo, estaré más tiempo junto a ella, podré observarla cada segundo sin perderme de nada, porque ella, lo es todo.
—Pe-pero, entonces, ¿p-por qué f-fui asignado al 101? —pregunto tartamudeando.
—Fue un error, algo salido de nuestros parámetros, algo que lamentamos —dijo esa última parte con cierta, ¿malicia?
—Aprovecharemos que no has firmado contrato —dijo Roger— y empezarás a trabajar en el Sótano, junto con los demás guionistas.
Mi emoción intenta contenerse para no salir por la puerta gritando y saltando. No, me debo concentrar es un momento muy especial y no puedo dañarlo de ese modo.
—Mañana, cuando vengas a trabajar —continúa Kyle—, sube al décimo piso y espérame ahí, aunque, supongo —hace una pausa—, vendrás con Shaile. Pero por favor, espérame en el décimo piso, soy muy puntual y llego antes de las ocho en punto.
—S-si señor...—logro decir.
—Eso era todo Marcus —termina el CEO, el holograma en la mesa—, te veremos mañana en el trabajo —dice antes de que el holograma se apagara.
—Ya puedes retirarte Marcus, disfruta tu domingo —dice Roger.
—Muchas gracias, se-señor... —logro decir antes de salir por la puerta para volver al apartamento y contarle todo a Shaile.
Bajo por el ascensor y salgo de la empresa, "Guionista", saboreo cada sílaba de la palabra, tomo un taxi que pasaba y vuelvo al edificio de apartamentos, el frío me hace temblar por lo que le pido al señor que encienda la calefacción; saco la manzana de la mochila y me la como triunfante, reviso la hora en mi reloj 10:59, ¡la reunión duró casi una hora! Siento que el tiempo volaba a mí alrededor, pero eso no importa, mi sueño se ha cumplido, junto a Shaile.
Entro al edificio de apartamentos y subo al piso de Shaile, corrientes atraviesan mi cuerpo cuando el ascensor se abre, estoy muy emocionado, mi cuerpo parece movido por una emoción extraña, que se acentúa con cada paso que doy hacia su apartamento, timbro en su puerta impaciente para contarle la noticia, me abre de manera calmada y yo me cuelo por el hueco de la puerta para encontrármela frente a frente.
—Oh, vaya Marcus, hola —me logra decir con la respiración entrecortada.
—Sucedió lo imposible Shaile —le digo emocionado, empiezo a sentir un calor en todo mi cuerpo.
—¿Qué paso Marcus? —su tono denota sorpresa y nervios— ¿Qué te dijeron en la reunión?
—Pues, al parecer, ahora, soy guionista —le digo emocionado.
—¡Oh Marcus! ¡Felicitaciones! —me dice emocionada— así podremos trabajar más cerca para resolver el misterio —noto que está muy feliz.
Y en la emoción del momento, en un movimiento instintivo nacido de lo más profundo de mi ser, la beso apasionadamente.
—¿Habrá sido buena idea ponerlos juntos? —preguntó Kyle.
—Sólo el destino lo dirá —le respondió el CEO, pensativo.