- Yachi eres lo máximo, gracias – "ahora me siento más culpable".
- No es nada, vamos.
Ambos caminaron en silencio hacia el gimnasio, cuando llegaron estaban todos comenzando a practicar, Yachi fue por su mochila y de ella sacó las carpetas con los apuntes, que demás estar decir eran perfectos; Hinata la siguió, de pronto comenzó a notar que todos lo miraban, era una sensación rara, se volteó pero justo cuando lo hizo los demás voltearon, "¿habrá sido impresión mía?"... Yachi le entregó las carpetas, Hinata las revisó.
- Woooow Yachi, son fuawwwww, están súuuuper, gracias – "tengo ganas de abrazarla pero tal vez le haga daño, mejor no".
- De nada Hinata, quedamos de amigos – le tendió la mano.
Hinata se la estrechó y ambos sonrieron. Dejó los apuntes en el suelo por mientras.
- ¡Hinata imbécil, ven rápido, vamos a comenzar a practicar! – "aléjate de él", apretó los dientes y los puños, caminó directo hacia donde estaba su naranjito.
- Kageyama no seas así – hizo un puchero, puso sus manos tomadas detrás de la espalda y movió las caderas hacia los lados en una pose ultra mimada.
Los que estaban mirando, incluido en entrenador Ukai quedaron asombrados, Hinata cuando quería podía ser muy coqueto y tierno. Recién se fijaron que tenía el pelo más largo y que estaba un poco más delgado. Tanaka levantó una ceja, "se ve lindo", pensó e inmediatamente alejó ese pensamiento; Asahi frunció el entrecejo, "parece una muñeca, wow no debería pensar así"; Nishinoya fue el único que no pensó en nada, por su mente sólo habían imágenes de él junto a la hermana de su mejor amigo, ella era sexy y muy fogosa, se tuvo que controlar para no tener una erección al recordar esa noche maravillosa que pasaron juntos; Suga sonrió, encontraba tierno a Hinata, miró a su capitán que no le quitaba los ojos de encima Hinata y sintió unos celos de otro mundo, arrugó el rostro y le tomó el hombro a su novio.
- Si quieres tener una buena noche deja de mirarlo de esa forma – dijo amenazante, "Daichi estúpido".
- No lo estoy mirando de 'esa' Forma, estoy asombrado de que Hinata esté con Kageyama y que sea tan desinhibido en coquetearle delante de todos nosotros – lo miró con una sonrisa socarrona – ¿acaso estás celoso?.
- Nooooo ¿cómo crees? – dijo con demasiada ironía, rodando los ojos dentro de sus órbitas.
Daichi se acercó a su oído y susurró para que los demás no escucharan – esta noche te voy a demostrar que al único que miro de 'esa' forma es a ti amor.
- Bueno – dijo mimado, le sonrió, "te quiero besar Daichi, quiero abrazarte y decirte te amo frente a todos, pero sé que tú no quieres".
Hinata estaba en lo mejor de su pose, Kageyama miró alrededor y apretó aún más los puños.
- Hinata deja de hacer eso, si no paras te voy a comer delante de todos, además no sólo me provocas a mí, creo que hay algunos que te están mirando con otros ojos – dijo todo esto entre dientes, miró a Yachi – hola Yachi – dijo no tomándola mucho en cuenta.
- Hola Kageyama...
- Kageyama nos escapamos para que me des un besito, sólo uno – le sonrió coqueto.
- Maldición Hinata deja de provocarme que de verdad no me voy a aguantar – lo tomó por los hombros, lo giró y lo llevó dentro de la cancha
Así comenzó el entrenamiento, Hinata saltaba más alto que nuca, se notaba que estaba feliz, Kageyama no falló ni un solo pase, eran el complemento perfecto.
Suga y Daichi se miraban de vez en cuando, Suga no podía disimular la mirada de amor a su capitán, Daichi se estremecía de los nervios al recibir esas miradas ya que los podrían descubrir.
Ambos recordaron en un minuto que a Hinata estuvieron a punto de violarlo, según lo que les contó Kageyama, estaban sorprendidos de verlo tan bien, no así a Kageyama que estaba moreteado, pero entendieron que el amor los había ayudado a salir adelante, se miraron cómplices.
Estaban en un partido entre todos los integrantes del equipo, en un minuto Hinata hace un remate perfecto pasando por el muro de Tsukishima, Tanaka y Enoshita, fue de tal perfección que Kageyama lo felicitó, lo abrazó y levantó para luego pegarlo a su cuerpo, el naranjito de deslizó hasta caer en sus pies, su polera se subió ya que quedó entremedio de sus cuerpos dejando al descubierto una hermosa cintura, ambos se miraron lascivamente, fue una abrazo erótico, muy erótico, no ayudó en nada a bajar las pasiones cuando Hinata se lamió los labios para luego morder su labio inferior sin quitarle los ojos a su amado, todos estaban más que sorprendidos, estaban estupefactos, algunos sintieron un alza en su temperatura corporal, tuvieron que apartar la vista de ellos, era muy erótico todo, Kageyama lo miraba con tal grado de deseo que todos imaginaron lo que iban a hacer al salir del entrenamiento, nadie se atrevió a separarlos, fueron sólo dos minutos de esa escena, Hinata fue el que detuvo el contacto.
- Gracias Kageyama – le cerró un ojo.
El partido continuó, algunos estaban desconcentrados, no podían dejar de recordar la escena tan caliente protagonizada por Hinata y Kageyama, se demorarían en acostumbrarse a verlos juntos, ya que salían chispas cuando sus cuerpos se unían o sus miradas se cruzaban, en cambio, la relación de Suga y Daichi pasaba totalmente desapercibida, estaban como siempre, es cierto que son más maduros y que la relación la llevan a escondidas pero a Suga le comenzó a molestar al ver a Kageyama tan decidido y que ellos demostraban su amor, sentía una pizca de envidia por lo que interiormente se enojaba con su novio y lo miraba reprobatoriamente, pero inmediatamente alejaba esos sentimientos porque su deseo se había cumplido no podía ser tan exigente con él, además se irían a vivir juntos, "estoy siendo demasiado exigente y mal agradecido".
El entrenamiento terminó, todos estaban saliendo del gimnasio cuando el entrenador Ukai llama a los dos enamorados.
- Hinata, Kageyama, vengan un momento – dijo en un tono neutro.
Ambos se miraron y caminaron hacia él, ya se imaginaban lo que quería hablar con ellos, Hinata estaba un poco arrepentido de haber sido tan obvio.
- Diga entrenador – habló Kageyama.
- Voy a ser muy sincero y directo con ustedes, tengo que preguntarles – tosió, estaba incómodo – ¿está pasando algo entre ustedes? – un leve sonrojo apareció en sus mejillas.
- Sí, somos novios – respondió Kageyama.
- Ah... Bueno... – se tomó la nuca incómodo.
- Entrenador ¿hay algún problema con eso? –preguntó Hinata haciendo un pequeño puchero.
- No... Eeeh, bueno... Es que... No sé... – se cohibió, no sabía qué decir.
- Entrenador, trataremos de dejar nuestra relación fuera de los entrenamientos y de los partidos – dijo Kageyama muy seguro, él llevaba las riendas de todo.
Hinata sólo miraba con admiración a su novio, no dijo nada, estaba embelesado con esta nueva actitud de Kageyama, una actitud de protección, de seguridad, de convicción; por fin se sentía amado, respetado y seguro, se sonrió sin darse cuenta.
El entrenador asintió, no sabía como afrontar una relación entre sus pupilos, era la primera vez que esto sucedía, o por lo menos la primera vez que se enteraba... Suspiró, "pensar que partieron como rivales, incluso se odiaban y competían hasta por quien llegaba antes... Esta juventud", miró de reojo a Takeda sensei, éste estaba conversando con Kyoko sobre los permisos para viajar y los últimos ajustes. Takeda sensei notó una mirada fija en él y se dio vuelta, les sonrió a los tres y de pronto alzó la mano.
- Hinataaaaa – lo llamó, a lo que Hinata fue corriendo – Hinata tu permiso falta.
- Oh verdad, lo tengo en mi bolso, en la sala.
- Ve a buscarlo ahora mismo, hoy es tu último plazo, mañana a primera hora se los debo llevar todos al director.
- Ossu – respondió y se dirigió a la salida, pero Yachi lo detuvo.
Yachi, le entregó las carpetas antes de salir – las olvidaste en el suelo, recuerda estudiar Hinata – hizo todo lo posible por sonreír.
- Gracias Yachi eres fuawwwww – la abrazó con cariño.
- ¡Hinata!¡imbécil!, sólo están esperando tu permiso apúrate – gritó Kageyama rojo de ira.
- Ya vooooy – contestó y salió corriendo, Kageyama iba detrás pero caminando.
El pequeño hiperactivo y ahora coqueto Hinata, llegó a la sala y entró veloz, alcanzó a escuchar... "¿Viste la cintura de Hinata?"...
- ¿qué cosa? – preguntó, pensó que había escuchado mal.
- Nada, nada, Kyoko san cada día está más linda, ¡¿viste su cintura?! – respondió Ennoshita sonrojado, lo habían pillado en el acto, pero se zafó magistralmente.
- Ah – Hinata se acercó a su bolso.