Votos y comentarios, please!!!
Liam bebió un trago de su cocacola.
-Se te notan las raíces.
-¡A la mierda, otro como Harry! No he tenido tiempo para la peluquería.
-Vale, no digo nada más... Sólo que antes no solías ser tan descuidado con tu look.
-Ahora tengo una bebé y a mi marido embarazado. Harry ha estado con malestar y vómitos y he estado más pendiente de él y de Eileen que de mi pelo.
-¿Y no temes que Harry crea que te descuidas y pierdes interés?
-Pues no pero gracias por la inseguridad que me has dado, Liam.
Eileen sollozó y Niall movió el carrito, calmándola.
-Lo siento es sólo que... Bueno, vas en ropa de deporte y con raíces. Estás un poco descuidado.
Niall dejó su cocacola, sacó su móvil y abrió la cámara frontal.
-Tengo un poco de ojeras.
-La verdad sí.
-Dios mío. Voy hecho un desastre.
Eileen chilló y Niall se levanto y la sacó del carrito. Se la apoyó contra el hombro pero la niña chillaba.
-¿Qué te pasa con Louis?
-Bueno, es como si estuviese más pendiente de Savvy que de mí...
-Creéme, no quieres seguir por ese camino. Yo cometí ese error con Harry. Me puse celoso de mi propia hija. Le eché en cara cosas muy injustas y le culpé por hacer lo que yo debería estar haciendo con él, cuidar y criar a mi bebé. . Así que cambia esa actitud y deja de compadecerte, porque decidisteis tener una hija, así que sacúdete la autocompasión y el egoísmo y empieza a madurar.
Liam guardó silencio.
-Eso ha sido un poco presuntuoso de tu parte.
-No, es que tú querías oír otra cosa. Querías que te dijera que tenías razón y que Louis está siendo desconsiderado por cuidar a Savannah en vez de atenderte.
-Tú no entiendes...
-Sí lo hago, y casi le pongo los cuernos a mi marido por ser inmaduro y egoísta como tú. Le hice mucho daño a Harry, y he tenido suerte de no perderlo.
-Te crees muy maduro y no entiendes una mierda.
-Sí que lo entiendo.
-Mejor te preocupabas de no perder a Harry, deberías mirarte al espejo.
Niall se levantó y colocó a la niña en el carrito.
-Nos vamos.
Harry escuchaba a Louis hablar sin parar. Savannah estaba despierta pero tranquila.
-Se quejó del sexo y tuvo un gatillazo.
-Oh, Dios. ¿No pudo?
-Le sentí perder la erección aún dentro de mí.
-Dios mío eso es horrible...
-Está raro.
-Niall pasó una etapa rara tras nacer Eileen.
-Me lo dijo –Louis agarró un pañuelo y se sonó la nariz, roja de llorar –y que fue un poco cabrón.
-Pero Liam... Tienes que decirle algo.
-No le hablo –sollozó Louis.
-Bueno, tranquilo... Ya pasó, hoy seguro se disculpará... –Harry le abrazó y entonces se abrió la puerta.
-No veo necesaria tanta efusividad –dijo Niall con una voz que podía cortar el hielo.
-Hola, amor –dijo Harry apartándose de Louis.
-Hola, Niall –dijo Kyle saliendo del baño.
-Ni tampoco veo porqué no puedes abrochar la camisa.
Kyle, Louis y Harry le miraron.
-Cariño, ¿estás bien?
-Perfectamente. –Niall abrió una bolsa de plástico de supermercado que llevaba –toma, te he traído bombones de tus favoritos, y helado de chocolate y menta. Y también he traído este nuevo lubricante sabor menta con efecto calor, por si quieres probarlo.
Silencio. Kyle carraspeó.
-Creo que debo irme –dijo al fin.
-Sí, yo también...
Se despidieron y se fueron. Harry miró a su marido, aún de pie junto al carrito de Eileen, que dormía.
-Niall, ¿estás bien?
-Sí, perfectamente. Yo... ¿Por qué no estamos haciendo mucho el amor?
-Bueno, me paso media vida con la cabeza dentro del váter y sí lo hacemos... Ayer yo estaba enfermo.
-Pero te atraigo.
-Amor, estoy embarazado de seis semanas, tengo muchas náuseas, sólo eso. Pasó igual con Eileen las primeras semanas... Y sólo han sido dos días.
-Bueno... Tengo que ir a ducharme. ¿Te encargas de Eileen?
-Claro...
Louis entró en casa y sacó a Savannah del carrito. Liam asomó la cabeza desde el salón.
-Buenas noches. Ha llamado tu madre.
-¿Y por qué no me llamó?
-Que si podemos ir mañana.
-Bueno, me parece bien.
-Louis, yo no voy a poder. Tengo que arreglar cosas en Londres y no puedo viajar ahora a Doncaster.
-¿Cómo?
-No puedo –Liam se dio la vuelta y subió las escaleras. Louis se quedó mirando sin comprender.
Harry estaba jugando con Eileen, poniendo su mano en la de la niña.
-Vamos a ver qué pasa con tu papá. Tarda.
Harry golpeó la puerta del baño.
-Niall... ¿Estás bien?
-Perfectamente.
-¿Seguro?
Niall abrió la puerta del baño.
-Ya estoy listo.
Harry estuvo tentado de cubrirse los ojos para no deslumbrarse.
-¿Qué... Por qué no has ido a la peluquería?
-Porque no tenía tiempo, hasta dentro de unos días y me he dejado mucho. No sé como no me dijiste nada.
-No es tu color habitual.
-No sé, en la caja lo parecía.
-Es muy... Rubio. Tienes roja la nariz.
-Me puse una mascarilla porque tenía la piel toda apagada y quitar impurezas.
-Tienes la piel delicada, eso debe ser tu salón de belleza.
-No, mi marido debía verme guapo. Me he puesto estos jeans ajustados y una camisa de las nuevas, no puedo ir todo el día en ropa deportiva... Sobre todo con tanto chico joven en la casa.
-Tienes 22.
-Ya debe haber llegado Calum y esta noche es para ti. Lleva a Eileen con él –Niall besó la cabeza de Eileen –hasta mañana, princesa.
Harry se llevó a Eileen y cuando volvió se encontró a Niall sobre la cama. Con unos slips muy pequeños y semitransparentes.
-Niall, ¿qué es eso?
-Estoy avivando la llama.
-Quería cenar.
-Luego, ahora vamos a hacer el amor.
-Pero tengo hambre.
Niall guardó silencio. Harry se acercó y se sentó a su lado.
-¿Qué pasa, cariño?
-Liam dijo algo. Y tiene razón. Estaba dejado. No estoy cuidando la pareja ni mi físico.
-Niall, estás cuidando la pareja de un modo increíble. Me siento querido y cuidado y yo también estoy dejado. Mira mi pelo, y las uñas, hace semanas no las cuido. Tenemos un bebé. Es normal. Y me gustas con tu ropa deportiva y las raíces.
Niall sonrió.
-Busqué en Cosmopolitan.es como reavivar la pasión con tu hombre.
Harry se rió sin parar. Incluso se dobló. Niall se rió con él.
-Así que compré un regalo, me arreglé y compré ropa interior sexy.
-Ay... Se te ve toda la polla y es tan pequeño que se te salen los huevos.
Niall rompió en carcajadas.
-Calla –dijo tratando de acomodar los testículos.
-No caben –Harry no podía dejar de reír. Niall siguió maniobrando. – y amor, ese tinte es raro y huele muy fuerte.
-Dios, Harry.
-Vamos a cenar y luego hacemos el amor... ¿Sí?
-De acuerdo.
Harry se volvió a reír de los huevos huidizos. Al fin de un tirón rompió el calzoncillo.
-Ponte tu pantalón deportivo sin nada debajo. Será divertido.