" Más allá de Charter... " [#...

By SomechaptersOfme

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Evelyn Parker es transladada a Nueva York, a un viejo pero experimentado centro de desintoxicación llamado "C... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
- Nota -
- Nota importante -
- Capítulo 28 - (Maratón)
- Capítulo 29 - ( Maratón )
- Capítulo 30 - ( Maratón )
- Capítulo 31 -
- Nota -
- Capítulo 32 -
- Capítulo 33 -
- Capítulo 34 -
- Capítulo 35 (Final) -
- Agradecimientos -
- NOTA IMPORTANTE -

Capítulo 16

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By SomechaptersOfme

Siempre estaba equivocada. Hubo un tiempo, en el que pensaba que todo se solucionaba durmiendo pues, ese era el único momento del día en el que todo lo que pasaba por mi mente no eran preocupaciones pero, cuando empecé a soñar con aquellos ojos marrones, me di cuenta de la gran tontería que era pensar que todo se solucionaba echando una cabezacita.

Mientras estaba en la ducha, supe que llamaron a la puerta unas tres veces pero, decidí hacer caso omiso y disfrutar de aquellos momentos a solas en los que al menos, no me temblaban las piernas por culpa del hombre de pelo rizado.

Las ideas no se aclaraban, seguían estancadas en mi cabeza como si estuvieran dispuestas a quedarse ahí durante mucho más tiempo del que pensaba.

Mirándome en el espejo tras haber terminado de arreglarme, pensé sin querer, una vez más en la mala suerte que tenía con los hombres. Primero Mark y ahora Michael... Aparecían como si nada y se apropiaban de lo que querían. Por eso el problema era yo misma.

- Me ha mentido - susurré cerrando los ojos.

" ¿Crees que está jugando contigo? "; la voz de mi conciencia iba a empezar con un interrogatorio más y no estaba dispuesta a pasar por aquello.

Cogí mi chaqueta, mi teléfono y caminé rápidamente hacia la puerta deseando que la voz de mi conciencia no interrumpiera mi plan de no querer sacar el tema otra vez, al menos de momento.

" No puedes dar todo por hecho si no has hablado con ambas partes "; susurró como si estuviera detrás de mi. " Ni que fuera la primera vez que te pasa. "

- Pero la última sí. - Dije antes de salir de la habitación.

-------

El restaurante estaba cerrado, un corpulento guardaespaldas estaba parado delante de las puertas marrones que daban paso al comedor que, según Frank, decía que era maravilloso y la comida era increíble.
Podía asegurar que la comida en esos momentos no me importaba en absoluto.

Cuando me acerqué me di cuenta que, el hombre que estaba en la puerta era uno de los guardaespaldas de Michael. Nada más verme, me recibió con un leve movimiento de cabeza y abrió una de las puertas al instante.

Efectivamente, Frank tenía toda la razón del mundo, el comedor era un lugar magnífico, me llevó a recordar incluso al del hotel en el que tuve la oportunidad de estar con Michael. Techo y paredes altas, lámparas de araña y montones de mesas y sillas de madera robusta se encontraban vacías menos una de las ellas. La que estaba más próxima a la barra del lugar. Frank estaba junto a Michael, que parecía no estar prestando demasiada atención a las palabras que decía su amigo tras acercar un cigarrillo a su boca.

Me acerqué a ellos haciendo que Frank guardara silencio al ver como Michael alzaba la mirada para encontrase con mis ojos oscuros.

Sabía que me pasaba algo porque, frunció el ceño directamente hasta que miró mi mano vendada.

- Buenos días - dije. - ¿Puedo sentarme?

- Por supuesto - contestó él sin dejar de mirarme.

- Gracias.

- ¿Qué tal has dormido? - Preguntó de repente.

- Muy bien. - Susurré mirando un plato de pastas.

- Me alegra saberlo. - Miré a Michael dedicándole una sonrisa forzada.

- ¿Vendrás con nosotros a la entrevista, Evelyn? - Inquirió Frank guardando un folio en el bolsillo interior de su chaqueta.

- Sí Michael lo ve conveniente, claro que iré. Puesto que, es mi trabajo.

- Si no quisiera que me acompañaras no crees que, ¿ya te lo habría dicho?

- ¿Seguro? - Inquirí cruzando mis brazos. - Porque creo que hay cosas que no me has contado.

Michael suspiró cogiendo su vaso de zumo para luego desviar la mirada con el mismo descaro con el que yo le estaba hablando.

Sí, le culpaba por mi comportamiento infantil y por mis ganas de largarme de allí pero era mi deber quedarme como psicóloga y mi castigo estar sentada ante él por estar enamorada de mi jefe.

Frank soltando una risilla de desconcierto por nuestra rara actitud, nos miró a ambos como si no fuéramos de este planeta y tras unos segundos, esbozó una sonrisa torcida totalmente inesperada.

- Bueno - dijo acercando el cigarro a su boca - creo que tenéis que arreglar algunos asuntos antes de que haya una cámara delante, ¿no? - Se levantó. - Sí, me parece que sí.

Tras contestarse a así mismo, Frank se alejó de nosotros con rapidez consiguiendo que una vez mas estar sola con Michael fuera posible.

En realidad toda esta historia era rara y nos estaba pasando factura, aunque a Michael no sino, a Lisa y a mi. Y él parecía no darse por aludido. No sabía si estaba jugando o si le parecía tan divertido que había decidido seguir con esto hasta que alguna de las dos lo descubriera.

Con cuidado, crucé mis piernas bajo la mesa y esperé a que dijera algo. Lo más seguro era esperar un interrogatorio pero, iba a contraatacar, debía hacerlo si él pensaba que esta vez se saldría con la suya.

- ¿No vas a decirme por qué te has levantado de mal humor? - Encogí mis hombros al escucharle. - Voy a tener que acostumbrarme a el cuando te despiertes cada mañana en mi cuarto.

Le miré a los ojos con ambas cejas levantadas asombrada por la facilidad que tenía para mentirme.

" No sabes nada aún "; callé a la voz de mi conciencia sacudiendo un poco mi cabeza para tratar de concentrarme.

- ¿Cómo puedes ser tan mentiroso? - Le solté negando con la cabeza.

- ¿Perdón? - Inquirió perplejo ante mis palabras.

- ¿Crees qué no tienes nada que decirme?

- Dame una pista porque no tengo ni idea de lo que te pasa, Evelyn.

- Piensa un poco, Michael. - Dije levantándome.

- Evelyn. - Me llamó en seguida pero no me detuve.

No podía expresar cuan cansada estaba de pasar siempre por lo mismo cuando se trataba del amor. Asustaba sentir más que la persona que crees que te quiere pero lo peor no es eso, lo peor no es querer " más que... " Sino, sentirse engañado, estafado y utilizado por la persona por la que empiezas a sentir cosas que también se vuelven inexplicables.

Y a mi me tocaba pasar tiempo a su lado.

...

Vi como respiraba hondo tratando de controlar los nervios antes de que comenzara la entrevista, vi como colocaban sus rizos de forma que, sus ojos quedaban visibles ante los objetivos que estaban a unos metros de él... Y aún después de todo, sentía que hacía bien quedándome ahí con él.

Aunque él ahora debía odiarme por mi comportamiento de antes.

Agaché la cabeza y suspiré tratando de concentrarme, pues ver esta entrevista desde tan cerca sin retoques, seguramente me ayudaría a acercarme un poco más a Michael.

- Dime una cosa.

Su voz sonó tan cerca de mi que, tuve que dar un paso hacia atrás cuando alcé la mirada y le encontré delante de mi.
Con timidez, tragué saliva y esperé a que terminara aquella frase mientras me fijaba en como me miraba a través de sus largas pestañas.

- ¿Tiene que ver con nosotros? - Susurró muy rápido.

No tenía pensado contestarle, por eso, desvié la mirada hacia otro lado.

- Evelyn. - No quería hablarle. - Evelyn, por favor.

- No es el momento.

- No he hecho nada, Evelyn. - Dijo dando un paso hacia a mi.

- Michael, por favor. - Señalé a su espalda. - Te están esperando.

- Sabes que no soy un mentiroso. Lo sabes, ¿verdad?

Mordí mis labios al mismo tiempo que miraba aquellos ojos marrones que en ese momento se estaban clavando en mi rostro llenándome de ganas y de deseo por querer volver a besarle cuanto antes.

Asentí una sola vez para que pudiera ir a empezar la entrevista sin remordimientos.

-------

La verdad, Michael había estado maravilloso durante la entrevista. Parecía un niño tímido en algunas ocasiones, sobre todo cuando alguna pregunta hacía referencia a su ámbito personal hasta que, de repente se convertía en un adulto y hablaba sin pudor de negocios y música haciendo que me quedara prendada de él.

Todo el mundo pero yo la primera.

No hablamos más, ninguno de los dos fuimos capaces de empezar la conversación seguramente por la tensión que por culpa de ambos se iba creando.

- Evelyn - Frank me llamó cuando estaba a punto de entrar en mi habitación. Le miré. - Michael me ha pedido que te diga que si es posible, vayas a su habitación.

Y yo solo asentí dándome cuenta de que si quería verme ahora seguramente sería para regañarme. A lo mejor me despediría... Y lo peor no era perder el puesto, lo peor sería dejar de verle.
No verle más.
No podía evitarlo, ya me había acostumbrado a verle muchas horas a la semana y sinceramente, sería un tormento no poder verle más.

- Voy ahora mismo - dije caminando de nuevo por el pasillo para llegar a su habitación que, era la que más lejos se encontraba de todas.

Ni siquiera le pregunté a Frank si él sabía de qué quería hablar mi jefe conmigo, estaba tan bloqueada que no me había dado ni cuenta de que no había dejado mis cosas en mi cuarto.

Cuando ya estaba delante de la puerta respiré hondo y traté de hacerme a la idea de que si me echaba podría superarlo. Debía superarlo.

A los pocos segundos de llamar, un guardaespaldas apareció abriéndome paso hacia el interior de la suite. Eso sí que era una habitación como Dios manda. Michael nos había ofrecido a Frank y a mi disfrutar los tres de una suite como la suya pero nos negamos, porque era excesivo.

Cuando terminé de cruzar aquel pasillo, miré a mi derecha y vi que el salón estaba vacío. Iba a esperarle ahí. No tenía pensado llegar hasta el dormitorio.

Entrelacé mis propias manos sujetando mis cosas y contuve el aliento cuando escuché unos pasos acercándose a mi. Efectivamente era él. Michael salió de una de las habitaciones que estaban mas al fondo, regalándome una sonrisa nada más verme.

Parecía no estar enfadado.

- ¿Has venido a interrogarme? - Preguntó mirando la carpeta de siempre.

- No, mmm... - Titubeé bajando la mirada hacia a ella. - Solo que no me ha dado tiempo a dejar mis cosas. Frank me dijo que querías hablar conmigo.

- Debemos hablar, ¿no crees?

Asentí justo antes de que Michael emprendiera camino hacia el fondo de la suite.
Justo donde no quería ir, me llevaba él.

Me quedé estática pensando que el salón donde me recibió era mas que un lugar seguro para ambos. Ninguno ahí intentaría nada raro y si la preocupación era que alguien nos escuchara, nadie iba a hacerlo. Apostaría a que el chico que estaba en la puerta, no estaba pendiente de nosotros.

- Evelyn - Michael dijo mi nombre esbozando una sonrisa al ver que aún seguía sin moverme del sitio. - ¿Qué pasa? - Inquirió riendo un poco a medida que avanzaba hacia a él. - No voy a morderte.

- Ya. - Dije cuando abrió una puerta para dejarme entrar a mi primero.

- A no ser que quieras que lo haga.

Me quedé mirándole fijamente cuando escuché aquellas palabras que, aunque no hubiera querido, me hubieran hecho temblar aunque hubiera estado encerrada en un iglú.

Suavizó la situación con una sonrisa hasta que volví a caminar fijándome dónde estábamos.

Era el dormitorio.

Un cuadro de un tamaño importante estaba colgado en la pared del fondo, sus colores oscuros hacían resaltar con precisión los tonos claros de las paredes y de los muebles que adornaban la habitación que, al estar colocados perfectamente junto a las paredes, dejaban un amplio espacio desde la puerta hasta la cama que era descomunalmente grande.

Desvié la mirada de la cama hacia el mueble que estaba colocado contra una de las paredes y caminé hacia el para dejar mis cosas pensando que no me gustaba ese silencio con Michael porque me alarmaba y me hacía querer mirarle como no debía hacerlo.

- ¿Qué te ha pasado en la mano? - Susurró sentándose en el sofá de la esquina.

- Fue una tontería, me corté con un plato - dije a punto de reír por lo absurdo que sonaba.

- ¿Te duele? - Preguntó haciendo que le mirara.

- No.

- Entonces bien - dijo estirando su brazo sobre el respaldo del sofá mientras no dejaba de mirarme.

- Sí, supongo.

- ¿Te ha gustado la entrevista?

¿Qué estaba pasando?

Fruncí el ceño unos segundos para pensar claramente qué podía estar pasando por la cabeza de Michael para traerme hasta aquí y solo preguntarme por su entrevista.

- Has estado muy bien. - Le contesté. - Pareces muy cercano al público cuando titubeas y cuando ríes.

Alzó el mentón y sonrió ampliamente, como si le hubiera gustado lo que dije.

- Pues estaba bastante cohibido - reconoció asintiendo.

- ¿Por qué?

- Parecías estar enfadada conmigo, bastante, de hecho y, no estaba demasiado cómodo contestando. - Sonrió. - Creo que ya me he acostumbrado a responderte solo a ti.

Crucé mis brazos y me apoyé en aquel mueble posando mi mirada en aquel cuadro que parecía no tener demasiado sentido en ese momento pues, Michael me estaba desconcentrando con sus palabras.

- Pues insisto, yo te he visto muy bien.

- Gracias. Trato de controlarme. - Asentí sin saber qué añadir a eso. - Contigo lo sigo intentando y no da resultado.

Dios mio.

Cerré los ojos y caí en la cuenta de que la conversación del principio solo la había entablado para que me confiara y así tenerme a su merced.

- Ya no pareces enfadada - susurró.

Me vi obligada a mirarle con rapidez cuando escuché aquella frase acompañada de su voz maravillosa.

- ¿Qué te pasaba?

Posé una mano en mi frente y suspirando pensé en soltarlo todo para así, dejarme de tonterías con Michael. Seguro que él podía explicarme todo lo que estaba ocurriendo.

- Lisa me pidió que habláramos - dije como si fuera un susurro.

- ¿Y hablásteis? - Preguntó tranquilamente.

- Sí. En mi casa.

- ¿Fue a tu casa?

- Tuve que darle una tarjeta.

- ¡Ah, cómo a mi! - Exclamó con sarcasmo.

- Sí, como a ti. - Dije asombrada ante su reacción. - Michael, no sé cómo puedes estar tan sumamente tranquilo, de verdad.

- Te dijo que estábamos juntos, ¿verdad? - Preguntó haciéndome asentir. - ¿Y le creíste?

- Pues sí - susurré. - Parecía sincera.

- Y yo un mentiroso, ¿no? - Suspiró con rapidez desviando la mirada hacia un lado para evitar mirarme.

- Me dijo que estábais juntos desde antes de que ingresaras en Charter.

- Yo ya te expliqué lo que ella hizo por mi. No voy a repetirlo una vez más.

- Michael, me lo aseguró. Me dijo que te quería, que estuvo esperando a estar divorciada para poder estar contigo.

Me señaló con su mano : - repite esas nueve últimas palabras en tu cabeza, Evelyn y luego responde a mi pregunta, " ¿soy un mentiroso? ". Porque yo creo que no.

" Estuvo esperando a estar divorciada para poder estar contigo. "

Parpadeé perpleja pensando que sí, que quizás tenía razón pero tener a Lisa en mente no ayudaba a poder pedirle perdón por mi comportamiento.
Había tenido motivos para creer en su palabra porque parecía muy sincera cuando hablaba de sentimientos y tampoco tenía motivos para no creer en ella.

Cuando volví a mirar a Michael, parecía estar esperando a que dijera algo pero, ¿qué iba a decir? Si seguramente estaba haciendo el ridículo con mi forma de llevar este tema que me sacaba de quicio. Por eso mismo, cogí mis cosas con rapidez decidida a salir de allí. Pero como no, Michael lo impidió acercándose al instante. Ya delante de mi, sin dudarlo ni un solo segundo, me arrebató las cosas de mis manos para volverlas a dejar en su sitio.

- No vas a irte - dijo negando con la cabeza. - Estoy harto de que todos se vayan de mi lado y tú no vas a dejarme.

- Michael, deja que me vaya - susurré intentando volver a coger las carpetas.

- No lo hagas, por favor. - Dijo dando otro corto paso más quedando así a escasos centímetros de mi.

- Mira, lo siento, ¿vale? - Susurré de repente cansándome. Cerré los ojos, moviendo la cabeza de un lado a otro intentando entrar en razón. Al abrirlos, le encontré mirándome con los labios entreabiertos. - La creí, sí y no quiero pensar que ella me haya mentido por algún motivo, simplemente ha tenido confianza conmigo y ha decidido contarme cuánto te quiere, ¿por qué no debo creerle?

- ¿Y por qué no me crees a mi? - Soltó una risilla cínica y empezó a hablar de nuevo. - Soy yo él que te cuenta mi vida en sesiones en las que lo paso horriblemente mal.

Oh, eso me hizo daño, Michael.

Di un par de pasos hacia atrás para encontrar un sitio más cómodo en el que no tuviera su pecho casi pegado a mi nariz. Necesitaba aire y coraje para seguir con esta conversación.

- ¿Ahora lo pasas horriblemente mal en las sesiones, Michael? - Dije alterándome. - Quizás ha sido mala idea que me contrates porque puede que sigas pensando igual a cuando estabas en Charter.

- ¿Y ahora a qué te refieres?

- A eso que me dijiste de que no te escuchaba, que no me importaba lo que dijeras.

- A eso no me refería, Evelyn.

- Si piensas así de mi trabajo y de mi forma de llevarlo a cabo no sé qué demonios hago trabajando para ti. - Solté cruzando mis brazos.

- ¿No confías en mi? - Parapadeé un par de veces al escucharle.

- Sí. - Dije sin dudar, sorprendida de mi misma.

- Entonces solo le encuentro un fallo a esta conversación.

- ¿Cuál?

- Que no te estoy besando ahora mismo.

Entreabrí mis labios nerviosa por sus palabras y negué con la cabeza viendo como se acercaba a mi. Con decisión,  le esquivé empezando a caminar dándole la espalda.

- No hagas eso. - Dijo como si fuera un susurro.

- ¿El qué? - Pregunté sin saber donde meterme.

- Rechazarme.

Le miré a los ojos sabiendo que si lo hacía caería con precisión en su trampa, y en la mía también, pero, ¿cómo evitarlo?

Como si estuviera hipnotizado, sin poder dejar mirarme a los ojos, volvió a avanzar hacia a mi esta vez de forma lenta pero como siempre, llamando mi atención.

- No quiero que te vayas. - Susurró quedándose a escasos centímetros de mi cuerpo. - No puedes marcharte, ¿lo entiendes? No puedes hacerme esto. - Respirando costosamente fui caminando hacia atrás tratando de contenerme para no caer pero, Michael parecía no darse por vencido conmigo porque, cada vez que yo retrocedía, él avanzaba con cautela hacia a mi. En silencio terminé topándome con la puerta de un armario que me hizo saber que el juego se había terminado.

Con cuidado agaché la cabeza y traté de controlar mi ritmo cardíaco que seguía descontrolado gracias a la cercanía de Michael.
Entonces, supe que no había marcha atrás cuando los dedos de Michael fueron directos a desabrochar mi americana bajo el silencio de ambos que solo era apenas interrumpido por mi descontrolada y arrítmica forma de respirar.

- Quiero volver a sentirme como el otro día - susurró consiguiendo que alzara la mirada hacia sus ojos que, no dejaban de mirarme.

- No me hagas esto - musité apoyando mi frente contra su hombro.

- Si no te lo pidiera me estaría engañando a mi mismo. - Dijo aferrando con delicadeza la tela de mi camiseta contra sus dedos.

- Pero estamos engañando a Lisa - susurré cerrando los ojos con fuerza.

- No estamos engañando a nadie. No voy a estar con ella.

- No importa que vayas a estar con ella - dije volviendo a mirarle - es que se supone que ya estás... - Me interrumpió pegando su pecho al mio, avanzando un paso más.

- No estoy con ella y si lo estuviera, que no es sí, tendría que dejarle porque no hay forma de sacarte de mi cabeza, Evelyn. Haría lo posible por verte, por estar contigo a tu lado cada minuto de mi vida, Evelyn. Aunque ella lo supiera, aunque guardáramos el secreto tal y como hacemos ahora, te juro que no me importaría porque te buscaría una y otra vez. - Hizo el amago de sonreír cuando llevó sus manos a rodear el contorno de mi rostro cuando, por timidez, incliné la cara hacia abajo para no mirarle. - No quiero hacer otra cosa en el mundo que no sea besarte.

- ¿Qué tendrá? - Pregunté atreviéndome a mirarle otra vez.

- ¿Besarnos? - Asentí. - No podría explicártelo sin pensarlo antes largo y tendido. ¿Tú podrías? - Mordí mis labios y encogí mis hombros.

- No creo que sepa hacer una explicación exacta pero, al menos así lo he sentido. Besarte ha sido como conocer la parte buena del mundo. - Sonreí inconscientemente. - Esa parte que no conocía. - Fruncí el ceño inclinando el rostro hacia a un lado para verle mejor. - No entiendo porqué estás solo, cualquier mujer merecería los besos que me has dado a mi. Pero, ¿sabes? Ahora que no puedo dejar de mirarte voy a sincerarme, ya que no me queda demasiada cordura. Aunque estuvieras con otra persona, con ella... Dejaría que me besaras. Y si por algún motivo no quisieras hacerlo por respeto, fidelidad... Tal ver por ella, no lo sé. Sería capaz de pedirte, rogarte... Incluso suplicarte, Michael, por un beso que durara tan solo un segundo. Un efímero segundo. - Susurré acercando mis labios a la comisura de los suyos. - Porque te aseguro que en la fracción más mínima del Universo, me haces sentir todo lo que podríamos vivir en siete vidas juntos. 

Michael cerró los ojos cuando terminé de hablar dejando que, con timidez y culpabilidad al mismo tiempo, mis labios se unieran a los suyos consiguiendo que todo empezara de nuevo.

- ¿Siete vidas juntos? - Susurró enredando sus dedos en mi pelo con delicadeza.

- Sí.

- No hemos contado bien. Tenemos que estar más tiempo juntos, ¿no crees?

Rodeé su cuello con mis brazos y sin dejar de asentir le aferré de vuelta a mi cuerpo porque era lo que más necesitaba en ese preciso momento.

A Michael.

Sus labios en sincronía con los mios hacían que sintiera con intensidad como me besaba al mismo tiempo que sus brazos me rodeaban y sus manos trataban de despojarme de la ropa que aún cubría mi cuerpo.

Sus dedos con delicadeza acariciaban mi cuello y mis hombros como si fuera de porcelana.

Sus ojos, de vez en cuando me observaban durante los pocos segundos que detenía el beso. A veces sonreía y rozaba su nariz con la mía hasta que volvía a empezar todo el proceso de besos y caricias que conseguían volverme loca.

Quise volverle loco a él del mismo modo.

Solo quería que se sintiera como la otra vez. Como hace días. Y lo iba a conseguir.

** Por aguantar conmigo esta espera insufrible que me ha hecho echaros muchísimo de menos... Mil gracias ♥

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