I Want To Break Free •TERMINA...

By FanficsDeQueen

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Londres, una familia de cuatro damas, integrada por la abuela Joahnna, la tía Fredderina, la madre Brianna y... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
FINAL
SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
FINAL - Capítulo 40

Capítulo 10

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By FanficsDeQueen

"Tú sabes que yo me tengo que ir muy pronto, no habrá tiempo para el amor, que va frio sobre nosotros " — John Deacon and The Immortals

-¡Mamá! ¡Brianna! — grito Fredderina mientras bajaba de las escaleras, muy contenta

La abuela Joahnna se puso de pie, mientras sonreía, ver de nuevo a su hija le hacía sentir muy contenta, mientras Brianna, se puso de pie y se llevó las manos al pecho, se sentía tan bien de ver a su hermana salir de su recamara.

-Mamá — volvió a decir Fredderina

-¿Qué es lo que sucede? — pregunto su madre

-¡Estoy embarazada! — grito ella — Tendré un hijo de Freddie

Brianna dejo caer su taza de café y la abuela se dio la vuelta, no otra vez.

-¿Qué? — tarareo Brianna, aún sin poderlo creer

-Estoy embarazada y es de Freddie — volvió a gritar ella

-¿Pero cómo que estas embarazada? ¿Cuándo paso? — pregunto Brianna

-Fue un día antes de la boda — contesto ella — Me siento tan feliz

-¿Y cómo sabes que lo estás? ¿Ya lo confirmaste? — cuestiono molesta la abuela

-No, pero sé que mi corazón lo dice ¡Seré mamá! — Fredderina casi llegaba a las lágrimas

-Pero ¿Y Freddie? Él es el padre de ese supuesto hijo y no

-Si Freddie no me quiso en la boda, tampoco va a querer a su hijo — la mirada de Fredderina cambio a una dura — No necesito de él para cuidar a mi hijo

-¡Dios! — grito la abuela — No pude haber engendrado madres solteras — reclamo la abuela

-Mamá, ahora no hay tiempo para tus groserías — regaño Brianna

-Gracias — agradeció Fredderina

-Voy a ir por una prueba. No puedes estar embarazada y mucho menos de Freddie. Así que espera aquí. Mientras yo iré a la farmacia — ordeno Brianna, Fredderina asintió nerviosa

La espera había sido eterna. Después de que Brianna regresara con dicha prueba, Fredderina corrió al baño para confirmar si estaba embarazada o no, por lo tanto, Joahnna y su hija menor, se mordían los labios de los nervios y miedo. Finalmente la puerta se abrió y de esta salió Fredderina, con una prueba en manos y esperando a que esta funcionará.

-¿Ya pasaron los quince minutos? — pregunto Joahnna, mientras se cubría los ojos

-Sí. Pero esta cosa no funciona — contesto Fredderina

-Déjame ver — dijo Brianna y se acercó a su hermana

-No ha marcado nada — contesto ella

-Tal vez esta cosa ya no sirva — dijo Brianna, mientras sacaba la otra prueba de la bolsa — Prueba con esta

Y así Fredderina lo hizo, volvió a hacerse la prueba, esperaron otros quince minutos y finalmente esta dio el resultado.

-¡Voy a ser mamá! — grito Fredderina, enseñando la prueba, la cual marcaba positivo

En ese momento entro Rogerina a la casa de las damas y se quedó congelada al escuchar dicha declaración de su tía Fredderina.

-¿Qué estas qué? — pregunto emocionada la joven

-Estoy embarazada, tendrás un primo, querida — anuncio Fredderina

-¡Ay! — grito alegremente Rogerina — Tendré un primo — y ella comenzó a aplaudir

-¿Cómo pueden estar tan contentas? — regaño Joahnna — Ni siquiera estas casada

-Por favor, abuela — Rogerina rodeo los ojos — Por una vez en tu vida, deja de ser tan aguafiestas

-Rogerina, no le hables así a tu abuela — reprendió Brianna — Esta vez apoyo a mi madre. Tienes que hablar con Freddie y decirle que esperas un hijo de él

-No, no quiero hablar con él — negó Fredderina — No me hace falta

-Pues entonces tendrás que criar sola a tu hijo, como lo hizo tu hermana — dijo por ultimo Joahnna

Fredderina bajo la mirada, su madre tenía razón, eso le iba a costar demasiado.

Mientras tanto en la casa de los chicos. Freddie terminaba de meter alguno que otro traje, dentro de su maleta, estaba preparando su equipaje completo, para pasar algunas semanas fuera de Londres. Brian se preparaba un poco de cereal, Roger leía el periódico, John apenas iba bajando, con un biberón en manos y aún en pijama.

-Vaya ojos, John — dijo Brian, mientras caminaba a la sala

-¿Qué te paso viejo? — cuestiono Roger

-Nada. Creo que Sammy está enfermo, no paro de llorar en toda la noche — se quejó John

-Vaya, eso sí que suena mal. Tal vez debes llevarlo al médico, es tu hijo —Brian se encogió de hombros

-El médico que me recomendó Brianna salió de viaje, no conozco a alguien más — contesto John

-Por cierto, ¿Qué paso con Brianna, tú? — pregunto Freddie a Brian

-Desde que ese bigotón me declaro la guerra, no la he vuelto a ver — contesto decaído Brian

-Freddie, ¿Para qué la maleta? — esta vez Roger se puso de pie y se dirigió a su amigo

-Tengo que ir a América — dijo Freddie — Tengo un caso nuevo y no pienso perderlo

-¿De qué caso? — dijo John, mientras revolvía el biberón

-¿Cómo qué qué caso, John? — salto Freddie, mientras se llevaba las manos a la cintura

-Sí ¿Cuál caso? — dijo John

-El que David nos pidió — respondió Freddie — Tenemos que ir los dos a América, para resolverlo

-Lo siento, pero no puedo ir — soltó John

-¿Cómo diablos no? — Freddie comenzó a molestarse

-Mi hijo está enfermo. No voy a viajar con él, estando así — John se encogió de hombros

-Puedes dejarlo con nosotros — ofreció Roger

-Ni muerto — contesto sarcástico John

-John, no seas imbécil, si no vas, David te va a correr — aconsejo Freddie

-Pues puedo conseguir trabajo en otro lugar, todos necesitan abogados — contesto John

-Pues ninguno te va a pagar como David

-Lo siento, pero no iré — fue lo último que dijo John y subió las escaleras rápidamente

-Siempre he pensado que John es un imbécil — se burló Roger — Pero en fin, me iré a trabajar

-Chicos — hablo Freddie — ¿Alguien sabe algo de Fredderina? — pregunto apenado él

-Lo último que supe de ella, fue que no ha querido salir de su recámara — respondió Brian

-Ni hablar — dijo algo triste Freddie

Brian y Roger se miraron entre sí, mientras se apartaban. La puerta sonó una y otra vez, mientras Roger se ofrecía a abrir, Freddie cerro su maleta por completo.

-¿Quién es? — grito Roger

-Brianna, ¿Esta Freddie? — grito la mujer desde el otro lado de la puerta

Roger abrió los ojos como platos, mientras dejaba de acercarse a la puerta. Escuchar la voz de Brianna, le hizo temblar de miedo, dejando la puerta y salió corriendo a la cocina, para esconderse.

-¡Cobarde! — grito Brian y corrió a abrir la puerta

-Hola Brian — saludo ella, enviando una sonrisa

-Hola, hermosa — contesto él

-¿Esta Freddie? — ella pregunto nerviosa

-Sí. Pero pasa, por favor — Brian se hizo a un lado y ella entro a la casa

-Hola, Brianna — dijo Freddie sorprendido — ¿A qué se debe tu visita? — Freddie le ofreció asiento a la joven

-Venia a pedirte algo — ella miro a Freddie, bastante seria

-¿De qué se trata?

Brian, Freddie y Brianna, se sentaron a hablar cómodamente en la sala de estar.

Mientras tanto en la casa de las damas, Rogerina terminaba de hacer su tarea, Fredderina comenzaba a tejer un lindo suéter para su bebé, que venía en camino y otro para el pequeño Sammy. La abuela Joahnna leía el mismo periódico que siempre, todas hacían un quehacer diferente.

También, fuera de la casa de las damas, los cuatro fabulosos bigotones, temblaban de miedo, a punto de tocar la puerta de la casa de las damas, con los planes de tener una linda visita a sus cuatro amores.

-¿Creen que estén? — pregunto Paul McCartney

-Claro, no creo que sean de las mujeres que salgan y eso — respondió George

-Solo espero no encontrarme con ese desagradable papá soltero — soltó Paul una vez más

-¿De quién hablas, McCa? — dijo John Lennon, al arquear una ceja

-Del amigo del bigotón — respondió él

-¿El que tenía un bebé? — esta vez Ringo hablo

-Ese mero

-Odio a esos cuatro tíos, son tan desagradables como feos — escupió George

-A mí me parecen muy amigables — sonrió Ringo, los otros tres lo miraron mal

-En fin — suspiro John — Ustedes pueden adelantarse, iré por un ramo de rosas, tal vez con eso Fredderina me perdone

Lennon comenzó a caminar, los otros tres lo miraron irse, para después tocar el timbre una y otra vez. Rogerina les abrió la puerta y de muy mala gana, tuvo que dejarlos entrar, no sin antes maldecirlos.

-Niña, ¿Esta tú mamá? — pregunto George

-No. En estos momentos debe estar con mi papá, tal vez, hablando de su próximo viaje — mintió Rogerina

-¿Próximo viaje? — pregunto aterrado George — Ese maldito rizado no puede ganarme la guerra — susurro George

-¿Disculpe? — Rogerina se cruzó de brazos

-Nada, iré a buscarla, tal vez la encuentre — dijo George dándose la vuelta y saliendo de la casa de las damas

-Pero tu abuela sí está, ¿Verdad, niña? — pregunto coqueto Paul

-No soy niña, mi nombre es Rogerina — la joven rodeo los ojos

-Como sea, Rogerina, Regina, niña, joven, abuela, ama de casa, bla, bla, bla — se burlaba Paul — Iré a ver a mi novia

-Mi abuela no es su novia — grito molesta ella, Paul la ignoro y entro a la casa

Rogerina trato de ignorar la presencia de Ringo en ese lugar, trato de darse la vuelta y entrar, pero Ringo se lo impidió.

-Rogerina, linda — hablo él

-¿Sucede algo, Ringo? — ella se volvió con una sonrisa

-Escucha, me di cuenta de que había un cine del otro lado de la ciudad, y me preguntaba si ¿Quisieras ir conmigo? — dijo apenado Ringo

-Lo siento, pero mi mamá no me dejaría — contesto Rogerina

-Por favor, acepta mi invitación, te prometo que nos vamos a divertir — rogo él

-Deja que pida permiso a mi mamá, tal vez me deje — contesto Rogerina

Ringo aprovecho el momento, para poder hablar con la joven. Este comenzó a contar chistes, sus aventuras y más cosas, a Rogerina le gustaba eso de él.

-Hola, amor mío — saludo Paul, la abuela salto de un brinco

-¿Qué demonios haces aquí? — pregunto Joahnna, muy molesta

-Tu nieta, la niña rubia, me dejo entrar — y Paul le guiño el ojo

-Escuincla, ser del mal — escupió Joahnna

-Mi querida y amada orquídea, Luna de noche, sol de mi día, estrella de mi cielo, he venido a luchar por ti — recitaba Paul

-¿Qué demonios quieres? — ella arrojo su periódico y se puso de pie

-Que me digas que serás el amor de mi vida, para toda la eternidad — pido Paul, de rodillas

-Si te digo que sí ¿Vas a dejar de decir tanta estupidez?— la abuela se cruzó de brazos

-Solo por un sí — prometió Paul

-Entonces si — dijo inconsciente Joahnna — Aceptó ser tu novia — y cerró los ojos, deseando morir

-¡Ay! — grito bastante feliz Paul

Tan pronto a como pudo, tomando muy distraídamente a la abuela, Paul la tomo de la cintura, la sentó sobre su rodilla, Joahnna se tomó del cuello de él, para no caerse y en ese momento, Paul clavo un beso a la abuela, uno muy apasionado y largo.
En ese justo momento, la puerta se abrió, de ella entro Freddie y se quedó muy sorprendido a ver dicha escena, después entro John y todo las esperanzas que tenía, para poder estar con Joahnna, murieron en el momento justo, de ver a su amada, besarse con el bigotón.

-¡Abuela! — grito Rogerina, Paul y Joahnna se separaron en seguida.

La abuela Joahnna miro a John frente a ella, un enorme hueco en el pecho, le impidió respirar, mirando los ojos grises de John, cristalizarse. Paul sonrió victorioso, el gano después de todo.

-¿Qué es lo que sucede contigo, abuela? — regaño Rogerina

Paul se sintió un poco avergonzado, pero no tanto como la abuela, los dos, involuntariamente se quedaron callados, John los seguía mirando con cierto desprecio. Rogerina tomo del brazo a Freddie y trato de ignorar el ambiente.

-Sígame señor Mercury, mi tía está en la cocina — indico Rogerina, guiando a Freddie, para que este hablará con Fredderina

Joahnna siguió sin decir ninguna palabra, cuento se arrepentía de haber dicho que si a Paul.

-¿No nos vas a felicitar, John? — se burló Paul

-¿Felicitarlos? — John trato de hacerse el fuerte — ¿Por qué?

-Porque mi amada Joahnna y yo, ya somos novios — presumió Paul, mientras abrazaba a la abuela y besaba sus labios de nuevo

-No me alegro por ti — sonrió John — Si no por ella

-John — trato de hablar Joahnna

-¿Y cómo esta tú hijo? — interrumpió Paul

-Oh, muy bien — respondió John — Esta semana iremos a visitar a su mamá

Joahnna miro sorprendida a John, sin evitar morderse los labios, debido a los celos.

-¿Así que tienes esposa? — dijo Paul

-Claro, pienso traerla a Londres, extraña a su hijo y por supuesto al padre de su hijo — mintió él

-Espero conocerla — sonrió sinceramente Paul

-Yo también espero que tú y tu novia la conozcan, ella es muy agradable — sonrió John

En ese momento la puerta se abrió, Rogerina la abrió después de oír que tocaban. Era John Lennon, con unas rosas en manos.

-Hola — saludo Freddie, mientras entraba a la cocina, muy nervioso

-Freddie — susurro Fredderina, sus ojos se inundaron a ver que Freddie estaba frente a ella — Regresaste

-Brianna me pidió que hablará contigo. Dijo que tenías algo importante que decirme — contesto cortante él

Fredderina se puso roja, nunca imagino que Brianna hiciera eso, sabía que su hermana menor cumplía lo que se proponía, pero esta vez había llegado lejos.

-Sí, hay algo importante que decir, pero primero quiero que me escuches — pidió ella, Freddie se cruzó de brazos

-Te escucho — hablo Freddie

-Lo que tengo que decir es sobre John — hablo cabizbaja ella, Freddie rodeo los ojos

-Él y yo. Lo que pasa es que — hablo la joven

-Lo que pasa es que Fredderina y yo, vamos a iniciar una relación — dijo entrando a la cocina John Lennon, interrumpiendo a Fredderina

Fredderina se volvió a John bastante molesta, quería matarlo. Por su parte, Freddie sintió una a puñalada más en el pecho, negó con la cabeza y se dio la vuelta.

-¡Eso no es cierto! — grito Fredderina — Freddie espera por favor — pidió entre lágrimas ella

-Espero y sean muy felices — dijo Freddie, con los ojos llorosos — No te lo mereces después de todo — dijo él y salió rápidamente de la cocina

John seguía en la plática, muy molesto, decepcionado, se sentía el más grande perdedor de todos. Ya estaba todo perdido, Joahnna, nunca fue para él. Miro a Freddie salir de la cocina y camino a la puerta.

-John, nos vamos ahora — grito Freddie, John asintió

-Antes de que te vayas, John — dijo Joahnna — Tengo que decirte algo

-Ya no quiero escucharte — dijo John por último y junto con Freddie, salieron de esa casa

Después de dieciséis grandes y largas horas de vuelo, dos más en encontrar un hotel de lujo, Freddie junto con John, habían llegado a América, para cumplir con el trabajo que David les había pedido. John termino de abrigar bien al pequeño Sammy, le puso un gorro color rojo, una chaqueta de piel y le dio muchos ositos. Finalmente había aceptado ir con Freddie a América, ya nada le detenía a que quedarse. Tanto como Freddie y él, sentían que ya lo habían perdido todo, así que les haría bien un viaje. Freddie se asomó por la puerta y volvió a rodear los ojos. Ya estaban listos para la junta de trabajo, el único problema era Sammy.

-No me digas que piensas llevarlo — reclamo Freddie

-¿Ves a alguien con quien dejarlo? — John se encogió de hombros

-No — respondió el

-Pues lo llevare a la junta, no hay otra solución — John camino a la sala, para acomodar a Sammy en su carriola

-La única solución, es que busques una niñera — aconsejo Freddie

-Lo haré cuando volvamos — dijo por último John y salieron de la habitación

La junta había iniciado, Freddie Mercury había presentado sus supuestas soluciones, al igual que los demás abogados, solo que en el turno de John, Sammy comenzó a llorar, debido a que aún seguía un poco enfermo, John aun así, continuó presentando su proyecto, arrullando a Sammy en brazos. La junta termino y para suerte de los dos, había sido todo un éxito, se habían llevado el primer lugar, todos los créditos y por supuesto, habían ganado el caso.

David Bowie, el jefe de John y de Freddie, salió algo molesto de la sala de juntas, Freddie se llevó las manos a la cabeza y John trato de que Sammy estuviera en silencio.
David Bowie era un hombre rubio, de ojos azules, solo que su ojo izquierdo tenía la pupila más dilatada, debido a un problema de la infancia. Él era alto y por supuesto muy amable, solo que este día no parecía lo mismo. David se acercó a ambos y los miro con una sonrisa.

-Excelente trabajo, Freddie — felicito él — John — y se dirigió molesto a él

-¿Si, David? — contesto nervioso él

-¿Qué fue eso? — y se cruzó de brazos

-Si lo dice por Sammy, le prometo que nunca más va a volver a suceder. En cuanto le consiga una niñera a mi hijo, todo estará bajo control — explicó John

-Espera un momento — interrumpió Bowie — ¿Tú hijo?

-Así es — John sonrió orgulloso

-¿Y desde cuándo? Nunca supe que te habías casado, ¿Cómo se llama tu esposa? — pregunto David

-Oh no, John no — trato de hablar Freddie

-Joahnna — dijo rápidamente John — Su mamá se llama Joahnna

-Oh, pues espero conocer algún día a Joahnna — dijo entre risas David — Y sobre la niñera

-Sí. John le promete que buscará una — dijo Freddie

-Escucha, tengo una hermana, que acaba de graduarse, tiene veinticinco años y la verdad es que prefiero verla trabajar, a que salga con sus amigos a quien sabe dónde — dijo Bowie

-¿Y tu hermana? — sonrió Freddie, entendiendo lo que Bowie quería decir

-Pues ella podría ser la niñera del pequeño Sammy, claro, si tú quieres — ofreció David

-¿Hablas en serio? — pregunto emocionado John

-Le hablare, para que se aliste, la llevare al hotel donde se están hospedando — continuo Bowie

Más tarde, David Bowie llevaría a su hermana al departamento de Freddie y de John, estos abrieron la puerta, llevándose una muy hermosa sorpresa.

-Chicos, les presentó a mi hermana — dijo David — Mary Bowie

La joven, que vestía un hermoso traje de terciopelo, color amarillo, una boina del mismo color, zapatillas negras, guantes blancos, con un pequeño adorno de rosas cerca del cuello. Mary era rubia, de ojos azules y de labios gruesos, tenía una muy hermosa sonrisa, que parecía conejo a la hora de sonreír. Freddie y John se quedaron hipnotizados por su belleza, ella era todo un encanto.

-Yo seré la niñera del bebe — ella sonrió a ambos, Freddie y John asintieron como un par de tontos.

Esa noche en Londres, Brianna daba la vuelta a la esquina, después de ir a comprar unos sobres, para hacer café en su casa, era la hora de cenar, una noche muy fría y ella temblaba de miedo, algo le hacía tener esa sensación. Brianna siguió caminando, sintiendo algunos pasos detrás de ella y continúo con el paso más acelerado.

-¡Brianna! — gritaron, después de tomarla del brazo con fuerza

-¡Suéltame! — grito ella

-Soy yo, George — susurro él

-¿Qué es lo que quieres? — dijo ella fastidiada

-Esto — dijo George, antes de tomarla por la cintura y clavar un beso en ella

-¡Déjala en paz, imbécil! — gritaron, al separar bruscamente a George de Brianna

George se estrelló contra la pared, sintiendo después como un golpe le caía en la cara, Brianna grito llena de terror, había reconocido aquella voz, Brian estaba detrás de todo esto.

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