" Más allá de Charter... " [#...

SomechaptersOfme tarafından

53.9K 5.3K 3.8K

Evelyn Parker es transladada a Nueva York, a un viejo pero experimentado centro de desintoxicación llamado "C... Daha Fazla

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
- Nota -
- Nota importante -
- Capítulo 28 - (Maratón)
- Capítulo 29 - ( Maratón )
- Capítulo 30 - ( Maratón )
- Capítulo 31 -
- Nota -
- Capítulo 32 -
- Capítulo 33 -
- Capítulo 34 -
- Capítulo 35 (Final) -
- Agradecimientos -
- NOTA IMPORTANTE -

Capítulo 11

1.4K 148 47
SomechaptersOfme tarafından

Depegando la cara de la almohada y tratando de coger el mi teléfono de la mesilla sin mirar, abrí los ojos y froté mi el derecho con la otra mano.

- ¿Si? - Pregunté parpadeando.

- Buenos días.

Michael.

Me senté en la cama de un golpe y abrí los ojos de repente para mirar el reloj que estaba en la mesilla.
Eran las ocho y media de la mañana y Michael ya me estaba llamando.

- Buenos días - dije antes de bostezar.

- ¿Estabas durmiendo? - Preguntó seguramente sonriendo.

- Sí. - Dije sincera.

- Lo siento. - Susurró. - No pretendía despertarte.

- No te preocupes, ahora eres mi jefe, puedes hacerlo.

- Qué bien te lo has tomado hoy - susurró riendo. - ¿Dormir te ayuda a ver mejor las cosas?

¿Dormir?...

- Digamos que sí. - Hice una pausa mirando mi cama. Mark no estaba. - ¿Pasa algo?

- Me gustaría empezar hoy, si no tienes problema.

- Oh...

- ¿Tienes algún paciente por la mañana?

- No, tan temprano... No.

- Genial. Pues te veo a las diez, en casa. - Susurró. - ¿Te parece bien?

- Perfecto.

- Como a mi. - Dijo sorprendiéndome otra vez.

--------------------------------------------

Caminando hacia la cocina, pude ver que aunque mi cuarto estaba vacío, Mark continuaba en casa. Estaba sin camiseta, preparando el desayuno mientras que, de vez en cuando, comía algo de lo que había por la encimera.
Al verme, sonrió y se apoyó sobre la encimera de color gris esperando a que dijera algo pero que estuviera sin camiseta no ayudaba.

Tenía el pelo alborotado, en ese momento me di cuenta de que lo llevaba mucho más largo de lo que recordaba y ahora, unos cuantos tatuajes adornaban su brazo y su hombro derecho.

Ni siquiera anoche me di cuenta.

Estaba guapo. Siempre lo había sido solo que robarme y engañarme hacía que pensara que Mark dejaba mucho que desear.

- ¿Qué piensas? - Preguntó  sonriendo.

- Nada. - Dije avanzando hacia uno de los taburetes.

- Siempre he pensado que mientes muy mal. De forma penosa de hecho. - Dijo riendo volviendo a moverse por la cocina.

- Gracias. Ahora vete. - Dije cogiendo un puñado de cereales de chocolate.

- Oye... - Me señaló. - No seas grosera.

- He tenido un buen maestro - dije mirándole de reojo.

- ¿Me vas a decir ya qué cojones te pasa?

- ¿Y tú? ¿Me vas a contar para qué cojones has venido?

- Quería verte, te lo demostré anoche - rodé los ojos - ¿acaso no me crees?

- Está complicado hacerlo - comenté en voz baja.

- Eve...

- ¿Qué? - Le pregunté alzando la mirada. - No me pasa nada.

- Estás alterada y me alarmas a mi - dijo cediéndome un vaso de zumo.

- Asi que has venido porque me echabas de menos. - Susurré cambiando de tema.

- ¡Oh, Dios...! - Exclamó riendo.

Sus ojos negros se hicieron un poco más pequeños cuando empezó a reír. Entonces recordé que a otra persona de este planeta le pasaba lo mismo cuando sonreía... Aunque lo hiciera poco.

Michael...

- A las diez empiezo un nuevo trabajo - dije de repente.

Mark se acercó a mi para sentarse a mi lado : - ¿y estás nerviosa?

- Nerviosa no, aterrada. - Reconocí.

- Eve, no lo estés. Eres buena. - Susurró mirándome.

- Me preocupa él.

- ¿Él? ¿Tu jefe? - Preguntó haciendo que asintiera después. - Mm... ¿Es de estos que llevan corbata, que no tienen pelo y que siempre están con cara de amargados? - Reí un poco al escuchar sus palabras.
Me detuve unos segundos para mirarle, mordiendo mis labios sabiendo que quizás no debería contarle nada a Mark.

- No. No lo es. Es todo lo contrario. - Levantó sus cejas. - Pero, ¿sabes? No eres es el más indicado para que te cuente esto.

Mark sonrió y encogió sus hombros.

- Como quieras, Eve.

- No me llames Eve. Ya no tengo quince años - dije antes de acercar el vaso a mi boca.

- Anoche te daba igual que te llamara así. - Le volví a mirar de reojo.

- ¿Cómo conseguiste mi número? ¿Y cómo sabías donde me mudé? - Le pregunté para cambiar de tema otra vez.

- Ay, Evelyn. Sabes que siempre voy a terminar encontrándote - susurró riendo.

- Das miedo.

- Le pregunté a Dean - por poco escupí todo el zumo al oirle. Estaba alucinando, estaba en contacto con mis amigos de la Universidad.

- ¿Contactaste con Dean?

- Seguía guardando su número. Porque para tu información, la gente que se muda, no hace como que ha desaparecido del mapa, como hiciste tú.

Negué con la cabeza.

- Él sabía lo de Charter, así que fui - le miré asombrada. - Allí me dijeron que ayer mismo lo dejaste y que ibas a trabajar para otra persona. Por cierto, la chica del mostrador de las trenzas era preciosa. - Dijo antes de mirarme. - También me dieron tu dirección.

- Qué fuerte...

- Lo que es fuerte es que hayas dejado ese trabajo. Ya puede ser bueno el que te hayan ofrecido.

- No sabes cuánto me pagan... - Susurré dejando la frase en el aire.

- ¿Quién cojones te ha contratado, Evelyn? - Le miré y negué con la cabeza.

- No te lo pienso decir.

- Ya tiene que ser influenciable, para que ayer y hoy estuvieras con el mismo problema con la cabeza.

Ayer, hoy y todos los días...

----------------------------------------------

La señora que en las anteriores ocasiones me había guiado desde la entrada hacia la biblioteca de Neverland acababa de llamar a la puerta de la sala de libros más espectacular que había visto nunca.

- Adelante.

La voz de Michael al otro lado consiguió hacer que me pusiera un poco más nerviosa mientras aquella mujer abría la puerta.
Estaba reunido y a aquel hombre que estaba sentado al otro lado de su escritorio le conocía. Fue a visitarle a Charter.
Se trataba de David, su médico.

Al verme, Michael esbozó una sonrisa mientras yo le agradecía a aquella señora que me hubiera llevado hasta allí.

- ¡Cuánto tiempo, Evelyn! - Exclamó David levantándose para acercarse a mi y tenderme su mano.

- Sí, mucho. Encantada de volver a verte, David. - Dije antes de separar mi mano de la suya.

- Michael me ha contado que vas a atenderle de nuevo. - Asentí. - Me parece una buenísima idea. A todos nos viene bien hablar con alguien sobre nosotros mismos.

- Cierto, espero poder ayudarle en todo lo que pueda. - Michael se levantó de su asiento cuando me escuchó decir aquello esbozando una sonrisa más mientras se acercaba a David, para posicionarse delante de mi.

- Seguro que lo harás.

David nos miró a ambos y sonrió con él antes de alejarse de nosotros para salir de la biblioteca y así poder empezar la terapia.

- Recuerda que...

- No las pienso tomar, David. No te preocupes por eso. - Pareció asegurarle Michael sin dejarle terminar una sola frase.

- Si no me haces caso, hablaré con Evelyn y no te librarás - dijo David señalándome mientras reía.

- No te preocupes por nada - insistió Michael soltando una risilla empujándole hacia la puerta.

Me reí al verles así, era divertido ver a Michael reír y saber que estaba contento era bueno para él. Aunque para mi también.

Cuando regresó le miré curiosa con ganas de preguntarle sobre lo que estaban hablando ambos por eso, en cuanto se acercó a mi crucé mis brazos y le pregunté sin rodeos.

- ¿A qué se refería David con eso de que " no te librarás "?

- Hubo un problema la última vez que vino a verme.

- ¿Qué tipo de problema? - Inquirí dando un paso hacia a él.

- Para mi viaje, por si acaso me pasaba algo...

- ¿Por si te pasaba algo? - Le corté.

- Por si me daba una crisis de las mias - dijo hablando claramente haciendo que lo entendiera - escondí en mi maleta unos botes de pastillas pero no tomé ninguna. - Me aseguró. - Y David las vio, se alarmó y... - Suspiró pasando una mano por su frente.
- Pensó que te las llevaste a escondidas para tomarlas.

- Piensan que no soy suficientemente fuerte como para dejarlas pero ya no las tomo desde que me dijiste en Charter que no era necesario que las tomara. - Susurró volviendo a meter las manos en sus bolsillos.

- Yo te creo - dije asintiendo.

Le creía.

- Por eso estás aquí, Evelyn. - Susurró mirándome a los ojos.

- ¿Empezamos? - Le pregunté para no llevar la conversación a otro nivel.

- Claro. - Susurró sonriendo.

---------------------------------------------

Michael se sentó en el sofá, con los codos apoyados en sus rodillas y bajando la mirada al suelo.
Ya empezaba a estar inquieto, incómodo, alterado porque íbamos a hablar de él y, Michael odiaba hablar de su vida.
Yo, me senté en una silla delante de él, para poder verle mientras contestaba. Puse mi libreta sobre mi regazo y con mi bolígrafo en la mano empecé a preguntarle:

- ¿Cómo estás?

Respiró hondo antes de contestar: - Físicamente estoy bien, me veo con fuerza pero, mentalmente estoy... Saturado.

- ¿Por tema profesional o personal?

- Ambas cosas. - Susurró mirando sus manos.

- Empecemos por lo profesional. Dijiste que no estabas trabajando ahora mismo.

- Exacto.

- Entonces, ¿por qué te satura el tema profesional en este momento en el que no trabajas?

- Digamos que... Los cantantes y compositores estamos trabajando las veinticuatro horas del día por las ideas que nos pueden surgir y bueno, ahora mismo estoy bloqueado. - Cerró los ojos por unos segundos. - Soy una persona metódica y perfeccionista, me gusta crear melodías diferentes que nadie haya escuchado nunca antes y el hecho de no decepcionar a nadie me mantiene en presión constante. - Explicó.

- Pero si ahora estás descansando, deberías hacer exactamente eso, olvidarte por completo del trabajo y hacer lo posible para relajarte.

- No puedo.

- ¿Por qué?

- Es complicado de explicar. - Dijo mirándome.

- Seguro que podré entenderte. - Le aseguré sonriendo.

-  Siento que me he perdido. - Dijo para después hacer una pausa. - Es como si... No me encontrara a gusto en ninguna parte del mundo. Me fui de viaje y regresé a casa pensando que era lo correcto y al volver, - sonrió cansado - sentía que esta ya no era mi casa, ni mi lugar favorito. No sé lo que me está pasando. - Susurró pasando una mano por su nuca. - Es de locos, ¿sabes? Idealicé este maravilloso lugar en mi cabeza y ahora que lo tengo no lo disfruto lo más mínimo porque no me llena. Nada llena el vacío del que te hablo siempre.

- ¿Qué crees que puede llenarlo?

- No lo sé pero trataba descubrirlo. - Dijo mirando a su alrededor. - Pensaba que aquí estaría mi refugio, mi lugar y no. Ya ni siquiera funciona subir al árbol, dejar la mente en blanco y dejar que la música y la inspiración vengan a mi. No me viene nada interesante.

- Estás agobiado.

- Saturado hasta las cejas - dijo desplomándose dejando que su espalda tocara de lleno el respaldo del sofá en el que se encontraba.

- ¿Y esto va hilado a lo personal?

- No imaginas cuánto. - Susurró negando con la cabeza. - La gente no confía en mi palabra, al igual que David. Tú misma lo viste. Si estuve en Charter fue por algo, si intenté irme de viaje sólo también fue por algo pero fue regresar y volver a lo mismo de siempre. Dudas, preguntas y miedos por todas partes. Así no puedo vivir. - Cerró los ojos. - No existe un lugar en el mundo en el que tenga paz, en todos sitios hay gente y la gente no me cree, por lo tanto no puedo estar tranquilo ni feliz. - Dijo como conclusión.

- ¿Ya no crees que exista ese lugar? - Le pregunté mirando el papel que estaba llenando de apuntes.

- Hay una parte de mi que nunca pierde la fe.

- Eso es bueno - dije señalándole con el bolígrafo.

- Pero... No sé si quiero compartirlo con alguien. A veces me gustaría estar solo en un lugar tranquilo, ¿sabes?

- ¿Cómo te lo imaginas? - Sonrió al escuchar esa pregunta.

- No quiero saber cómo es, solo quiero pisarlo y saber que ese es el lugar perfecto donde quiero perderme y no regresar al mundo real. - Sonreímos a la vez. - No quiero regresar a este mundo donde la gente no me cree aunque... Tú hoy me has creido. - Asentí.

- Porque no me has dado motivos para no hacerlo.

- ¿Ni siquiera lo que te dije ayer basta para que no me creas? - Sonreí más al escuchar su pregunta refiriéndose al tema de mi posible contrato roto para tener algo más que una relación jefe / psicologa.

- Soy muy profesional - le dije a punto de reír.

- Te pones muy seria cuando preguntas.

- Te estás desviando del tema - le advertí levantando una ceja.

- Lo siento. - Dijo volviendo a sentarse como antes.

- Volviendo al tema de tu estado de ánimo - recalqué. - ¿Quieres pasar tiempo solo para mejorarlo?

Pasó una mano por su frente pensando una respuesta.

- Ahora no podría.

- ¿Por qué?

- No podría.

- ¿Tienes algún motivo para pensar que no puedes?

- Ahora... No es el momento. - Le miré y vi que estaba evadiendo mirarme. Estaba centrado en la palma de sua manos mientras jugaba con sus propios dedos.

- Michael.

Al oirme, alzó la mirada y mordió su labio inferior dejándome sin defensas otra vez.

Benditos ojos...

- ¿Es que pasa algo?

- Creo que... No es el momento de huir. Ahora no.

- ¿Pero...?

- Ahora que estás aquí no voy a ir a ninguna parte - dijo bajando la mirada. - Ya lo he dicho. - Musitó pasando las manos por la tela de su pantalón.

Me sonrojé inconsciente mientras trataba de ocultar mi rostro con mi pelo y bajaba la mirada hacia el folio.

- Aunque también tendré entrevistas y un montón de asuntos que atender por eso... - no le dejé terminar.

- Entiendo.

- Claro.

Ya estábamos nerviosos, sin dejar que el otro terminara de hablar y sin cruzar las miradas por puro nerviosismo.
Contra su mirada no podía nadie, eso estaba claro y que dijera esas cosas tampoco ayudaba.

- Como consejo yo... - Traté de aguantarle la mirada un total de tiempo que ni yo misma creía posible. - Te diría que, por unos días no recibas visitas de nadie, de nadie que tú no quieras, claro. Si te lo digo es porque esas personas pueden hacer que vuelvan tus inseguridades y saquen tu vulnerabilidad fuera y no te hagan sentir a gusto en casa, por eso mismo quizá ya no te sientas bien aquí por culpa de como te hacen sentir los demás. - Me miró atentamente. - Trata de descansar, de dormir - insistí - come bien, por favor y busca ese lugar, porque estoy segura de que existe. - Dije antes de bajar la mirada hacia mi libreta.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? - dijo levantándose al mismo tiempo que yo.

- Claro.

- ¿Tú ya has encontrado ese lugar? - Le sonreí mientras guardaba el cuaderno en mi maletín.

- Mm... Creo que no. A parte, creo que no tiene porqué ser exactamente un lugar con un techo y un suelo - comenté antes de mirarle. Por su expresión parecía curioso por mi forma de verlo, su ceño fruncido y sus dientes clavándose en su labio inferior me hicieron sonreír un poco.

- ¿De dónde has sacado esa teoría?

- No lo sé, se me ha ocurrido escuchándote. - Susurré cogiendo mi chaqueta.

- ¿En serio? - Asentí. - Wow. - Parecía un niño sorprendido. - ¿Y podríamos hablar de ello?

Miré el reloj de la biblioteca y mordí mis labios, recordando que, en mi maletín ya llevaba el horario completo con todas las horas perfectamente apuntadas con los pacientes que atendía en casa y las respectivas horas libres que tenía para él. Al sacar la hoja, le señalé que en media hora tenía un paciente él, pareció entenderlo porque esbozó una sonrisa torcida.

- Mañana tienes dos horas libres después de mi terapia.

No podía creerlo.

- Eh... Sí.

- Pues, te invitaré a un café para hablar de esto. - Dijo sonriendo.

- Michael... - No me dejó continuar.

- Como amigos que comparten teorías, nada más. - Dijo esbozando otra sonrisa. - Estaré contando las horas que faltan para volver a verte.

----------------------------------------------

Para mi sorpresa, al llegar a casa, Mark aún seguía en ella y eso que le dije que en cuanto desayunara se marchara pero como siempre, no me hacía caso.

- Bienvenida a casa, cariño - dijo saliendo de la cocina acercándose a mi y dejando un beso en mis labios pillándome desprevenida.

- ¿Qué... Qué haces? - Le pregunté.

- Te hice una comida rápida - susurró señalando la mesa del salón que estaba llena de comida con una pinta increíble.

- Esto... Mark... - Me interrumpió con un beso.

- Te prometo que me iré, pero tenemos que hablar de muchas cosas antes de que desaparezca, ¿no?

Le miré y asentí un par de veces: - ahora no va a poder ser, tengo un paciente y...

- Oh, perdona no lo sabía. - Dijo disculpándose con una sonrisa. - Me iré para que puedas trabajar a gusto y sin molestias. - Susurró cogiendo del perchero su cazadora. - No voy a volver a no ser que me llames, ¿vale? Así sabré si tienes intención de hablar las cosas conmigo. - Dejó un beso en mi mejilla y volvió a sonreír. - Te quiero mucho, Eve.

Y sin decir nada escuché como cerró la puerta y salió de casa.
¿Cómo era posible que pasaran estas cosas justo en el momento en el que más tranquilidad necesitaba para trabajar?

Suspirando, me senté en una de las sillas que estaban alrededor de la mesa pensando que había sido muy rastrero por mi parte haber utilizado a Mark para sacar de mi cabeza a Michael, a mi jefe.
Y aún habiendo caido tan bajo, seguía pensando en él, en su forma de sonreír cuando algo le hacía ilusión y en su mirada curiosa ante mis comentarios.

¿Qué iba a hacer ahora?

Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

806K 120K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
886K 105K 121
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
625K 58K 45
"ADAPTACIÓN" Me ví obligado a casarme con el hombre más frío, cruel, orgulloso, prepotente y multimillonario de todo el país solo por un contrato que...
158K 22K 21
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...