- Kageyama, por favor levántala para mí.
- ¡No!, no quiero, no la levantaré para alguien que sé que fallará - con el ceño fruncido respondió de mala gana, bufó antes de decir - prefiero pasársela a Asahi senpai o a Tanaka senpai antes que a ti.
- Por favor, sé que puedo golpear mirando el balón - su ira comenzaba a sobrepasarlo, empuñó su mano derecha, tanto que se veían zonas blancas en sus nudillos. Su cara de a poco comenzaba a ponerse roja. "Estúpido Kageyama" - de nuevo actúas como un rey tirano, el gran rey tiene razón, eres un dictador - sabía que estaba metiendo el dedo en la llaga, su punto débil, disfrutó por un segundo hacerlo sentir mal, pero luego, inmediatamente, vino el remordimiento - sorry - dijo con la cabeza gacha.
- Mi respuesta definitiva es: me niego rotundamente - ardía en mierda, qué se creía Hinata en querer cambiar el ataque que era efectivo por algo nuevo y que lo más probable es que no resultara.
- ¡Estúpido Kageyama! - lo agarró de la camiseta, lo forzó a agacharse para quedar cara a cara, cuando esto sucedió su corazón se aceleró tanto, tanto, que creía se le iba a salir por la boca - tsk - chasqueó la lengua y tuvo que soltarlo, sentía como comenzaba el calor en sus mejillas, al darse cuenta fue exponencial lo rojo que se puso, cruzó los brazos sobre su pecho.
- Hinata, creo que Kageyama tiene razón esta vez, ¿por qué no continúas como hasta ahora?, el ataque rápido que hacen funciona, sólo cierra los ojos y golpea - mientras hablaba Sugawara posó su mano sobre el hombro derecho de Hinata intentando confortarlo.
- ¡Así jamás podré alcanzar al pequeño gigante!, ¡siempre seré Hinata la MALA COPIA de él! - se dio media vuelta y se retiró enfurruñado apretando los puños de ambas manos y pisando muy fuerte, descargando su rabia con el suelo, gotitas de sudor cubrían su frente.
"Maldito Kageyama, ¿qué le cuesta apoyarme?, si no creo sea taaaaaan difícil, es un egoísta y mediocre que no quiere avanzar, ¡mierda!, estoy tan enojado que podría golpearlo, lo agarraría de la camiseta mientras conecto mis nudillos a su mejilla y luego acercaría su cara para verlo a los ojos y después, y después...¡aaaaah mierda!, estúpido Hinata no imagines eso, aaaaah, ¿por qué?, maldito Kageyama, ¡sale de mi mente!... Otra vez esa imagen mental de sus labios, esos labios finos, rosados y definidos... Aaaah, lo odio, lo odio, lo odio... Maldito Kageyama, ¿qué se cree?, maldito Kageyama...".
En la sala del club Tanaka y Nishinoya estaban mirando una revista en actitud sospechosa, cada vez que daban vuelta una página abrían los ojos y cuchicheaban.
Hinata se acercó sigiloso por sus espaldas, cuando llegó entremedio de ambos, estiró su cuello tratando de ver mejor, "maldición soy muy pequeño, ¡aaaah no lo admitas!, ten orgullo Hinata estúpido".
- ¡¿Qué están viendo?! - no aguantó y les habló cerca de sus oídos con la intención de asustarlos, por lo visto lo logró.
- ¡Aaaah! - gritaron al mismo tiempo. Tanaka cerró la revista de golpe y cubrió la portada con las manos - ¡Hinata estúpido! - se miró con Nishinoya evaluando la posibilidad de compartir la revista con Hinata, Nishinoya asintió entrecerrando los ojos tratando de imitar una mirada de mafioso, pero él no estaba tan seguro.
- Por faaaa, díganme de que trata la revista por favor - Hinata estiró los labios haciendo un pequeño puchero, sus ojitos miraban hacia arriba tratando de parecerse al gato con botas. Agarró sus manos detrás de su espalda y giró sus caderas de un lado a otro levemente.
Tanaka y Nishinoya cayeron ante los encantos de Hinata, "awwwwwwwwww, es tan adorable".
- Bueno, está bien - Tanaka le hizo señas para que se acercara y se sentara entremedio de ellos.
Ambos se apegaron a Hinata, colocando sus cabezas muuuy cerca de sus mejillas, Hinata sentía el calor que expedían, por un momento se incomodó pero luego se olvidó del asunto al fijar sus ojos en la revista que Tanaka abrió por la mitad.
- ¡Ooooooh! - Hinata gritó.
- Calla Hinata, shhhhh - dijo Nishinoya posando su dedo índice sobre sus labios.
- Pero... Pero... Sale una mujer totalmente desnuda - sus mejillas exhibían un exquisito color rosa.
- Si serás... Obviamente, si es una revista para adultos... Por eso no queríamos que los demás nos descubrieran - Tanaka tenía sus ojos clavados en la foto de una mujer de dieciocho años que estaba acostada sobre blanca arena, con las piernas semi cruzadas cubriendo su vagina levemente, el pelo negro y liso, abierto en abanico, sus pechos eran gigantes y desafiaban a las leyes de la física al estar firmes y no desparramados por los costados de su pecho, su abdomen era plano, su piel blanca hacía un pequeño contraste con la dorada arena - este definitivamente es mi tipo de mujer, pechugona, agarraría esos pechos, los masajearía sin descanso para luego chuparlos.
- ¿De qué estás hablando Tanaka?, ¿pechos?, ¿chupar? - el capitán se acercó, observaba a sus espaldas - así que de eso se trataba... - les pegó un coscorrón a los tres en fila - eso es para adultos.
- ¡Auch! - Nishinoya se sobaba la cabeza.
- Aaaah - Hinata se agarraba su cabeza con ambos manos.
- ¡Ay! - Tanaka se colocó su mano derecha sobre la zona golpeada - no tenías que hacer eso Sawamura san.
- Jajajajajaja - se rió complaciente - está bien que vean eso, sólo salió a relucir mi complejo de capitán y de senpai, pero no sean tacaños y compartan la revista - el capitán se unió al grupo - a mí me gustan con cuerpo más atlético de mi tamaño o más bajas, de pelo corto, ojos grandes, senos medianos, siempre sonriente y piernas bien formadas - no se daba cuenta pero estaba describiendo a la capitana del equipo femenino de voleibol - ¿y a ti Nishinoya?.
- Como Shimizu senpai pero si no es ella tendría que ser más altas que yo, así quedo a la altura de sus senos y tengo excusa para no mirarla a los ojos - les cerró el ojo picarón con su típica sonrisa y levantó el pulgar estirando el brazo - ¿Hinata?...
"Piensa, piensa Hinata...". Lo primero que vino a su mente fue Kageyama, "aaah maldito Kageyama no aparezcas en mi imaginación, chuuu, chuuu, vete, fuera" - eeeeh, no sé.
- ¿Cómo que no sabes?, eso es raro, tienes que tener un estereotipo o alguna característica que te agrade, ¿los pechos?, su cara... Algo, danos algo Hinata... - Tanaka volvió a mirar la revista.
Hinata apretó los labios sacando un poco su legua, apoyándola en la comisura derecha y rodando sus ojos hacia el techo tratando de pensar en sus gustos, otra vez apareció Kageyama posando en su cerebro, le tiró un beso con la mano, faltó poco para que soplara el beso, "fuchi, puaj, sale de mi mente ¡maldito Kageyama!...", deliberadamente decidió decir todo lo contrario a las características de Kageyama.
- Mmm si tuviera que decir algo... Sólo por decir... Creo que sería... A ver... Podría ser... Tal vez...
- Hinataaaa enfócate - Sawamura san volvió a golpear a Hinata.
- Ya, okey... ¿Dónde iba?... Ah, sí, sería de mi tamaño o más baja - "Kageyama tiene el pelo negro... - de cabello claro y mas largo que un hombre obviamente, contextura promedio, de senos normales, ni grandes ni pequeños, con una sonrisa siempre, amable, de rostro dulce, inteligente, delicada... Eso sería.
-Hinata creo que te gusta Yachi san.
- Sí, yo pienso lo mismo - Nishinoya afirmaba con la cabeza.
- Yo también, la describiste tal cual - el capitán se tomó el mentón pensativo arrugando la frente.
- ¡No!, están equivocados - "sólo son características contrarias a las de Kageyama", calor invadió sus mejillas, "mierda me estoy poniendo rojo" - no es lo que ustedes creen - negaba moviendo su cabeza de un lado a otro.
- Así que te gusta Yachi san - Kageyama apareció tras el capitán.
- ¡Ya dije que no! - Hinata odió que Kageyama pensara que le gustaba Yachi san, de verdad lo odió, "no puede ser... Maldito Kageyama malinterpretado todo, estúpido Kageyama, ¿pero no me debería importar tanto?", se armó de valor y preguntó - ¿y a ti Kageyama? - Hinata se puso nervioso, estaba ansioso por una respuesta, sus manos comenzaban a sudar, se las retorcía intentando calmar sus nervios.
- ¿Qué pasa hoy que todos aparecen por la espalda?, ¿acaso son ninjas?, tsk - Tanaka estaba cabreado quería seguir viendo la revista sin interrupciones y así lo hizo ignorando al resto.
- No sé, sólo me gustan sin muchos senos, en realidad prefiero que tengan poco ... Ah y lo más importante bien acinturadas, no pido mucho en realidad - subió los hombros.
- ¡Sin mucho seno!, Kageyama nunca creí que te gustaran planas - Nishinoya sonreía abiertamente palmeando la espalda de Kageyama.
- Sí Kageyama es raro... - el capitán lo miraba como si fuera un bicho raro.
"Acinturadas... Sin senos...", Hinata no pudo evitar el impulso por mirarse en el pequeño espejo que estaba colgado en la pared, todos se preguntaban por qué había un espejo en la habitación, no es común uno en una pieza que siempre ocupaban chicos, pero ahí estaba. "No tengo mucha cintura, en lo de los senos estoy bien... ¡Mierda, Hinata estúpido!, maldito Kageyama que me hace pensar cosas estúpidas...", Hinata agachó la cabeza, y negó un par de veces, suspiró profundamente y por primera vez reconoció lo que negaba hace ya varios meses, "¡no puede ser, me gusta Kageyama!, ¡demonios!, ¡maldición!, maldito Kageyama, ¿qué voy a hacer?". Ensimismado en sus pensamientos se giró para sacarse la polera pasando a llevar al maldito Kageyama.
- Enano, fíjate por donde te mueves.
- No me digas enano, tirano estúpido - el sonrojo cada vez se producía con mayor facilidad, una vez reconocido el asunto tu traicionero cerebro se pone en alerta para que no te pillen creando el puto efecto contrario. Le dio la espalda para que no le mirara el rostro.
- Que no soy tirano, proyecto de persona - dijo poniendo su mano sobre la cabeza de Hinata pero sin tocarlo haciendo referencia a su estatura, su ceño fruncido estaba más profundo de lo normal pero hablaba tranquilo.
- ¿Qué dijiste, rey de pacotillas? - Hinata estaba comenzando a subir el tono, ya rojo como sandía madura.
- Ustedes dos dejen de discutir, simios con bajas calificaciones - dijo Tsukishima al entrar en la sala junto con Yamaguchi.
- Sí, como dijo Tsuki, dejen de discutir — exclamó con poca seguridad.
Enoshita apareció por la espalda de Tanaka para ver qué es lo que estaba leyendo...
Sintió una respiración en su nuca - Insisto, ¿qué sucede hoy que todos aparecen por tu espalda?, me doy por vencido... ¡Estoy viendo una revista de mujeres desnudas ¿ya?! - gritó en un arranque de ira.
Todos se dieron vuelta a mirarlo estallando en carcajadas.
"Maldición me gusta el maldito bastardo de Kageyama". Hinata volvió a mirarse al espejo ahora sin su camiseta, "tal vez pueda sacar cintura".