Annabeth PoV:
-¿De verdad este es tu auto?- Preguntó aún incrédulo.
-Mi padre me lo obsequió cuando cumplí 16. Al igual que hizo el señor Grace con Jason y Thalia.-
-Mi madre a los 16 me llevó a dar el examen de manejo.-
-Eso está muy bien, porque si te comportas cómo el chico de 17 que eres, tal vez te deje conducir de vuelta.-
-Yo soy muy maduro déjame decirte.- Y me sacó la lengua. Yo sólo reí y detuve el auto a una orilla de la calle.
-¿Traes tus documentos?- Pregunté.
-Si, ¿por?-
-Bájate.- Dije desabrochando mi cinturón y bajándome del auto.
-¿Por qué bajamos aquí?-
-Ten.- Le tendí mis llaves. -Pero si te estrellas, tú lo pagas todo. Entendido.-
Asintió, me abrazó súper fuerte y me levantó del piso para girarme por los aires. Ambos estábamos riendo como dos maníacos hasta que me bajó, me besó y me acompañó hasta el asiento del copiloto para abrirme la puerta, después corrió hasta el asiento del piloto, y nos llevó hasta el centro comercial.
Cuando llegamos, lo arrastré hasta la tienda de arriendo de trajes, estuvimos más de una hora sólo porque Percy no quería rentar uno muy costoso para no malgastar mi dinero.
-Vamos, te invito un helado.- Dijo cuando salimos de la tienda.
-De acuerdo, pero sólo esta vez.- Le respondí.
-Eso lo veremos. ¿Recuerdas lo que hiciste para convencerme hace rato?-
-Si lo recuerdo, pero ¿qué tiene que ver eso con esto?- Pregunté. Él se acercó a mi y me tomó de la cintura.
-Yo también tengo mis métodos para convencerte.- Susurró, lo que me provocó un sonrojo violento.
Luego me besó y me levantó del suelo para luego girarme.
Es increíble lo mucho bien que me hacía estar con Percy a mi lado, a pesar de que llevamos muy poco tiempo juntos, y estamos en la etapa a la que todo el mundo llama "La Luna de Miel", donde esta todo pintado de color de rosas y con corazones por todas partes.
Cuando terminamos de ir por el helado y fuimos a mi casa, hablé con mi padre y dejó que él se preparara allá, para no tener problemas de horario, Helen insistió, ella es muy estricta con la hora en ocasiones importantes.
Llegué y fui a mi cuarto, luego de mostrarle a Percy el que prepararon para él. Me puse un vestido de Rosa con volados en la parte de abajo, y brillo en la parte de arriba con un cinturón en la cintura. Unos tacones blancos con una cinta y un collar con flores de colores pálidos. Dejé mi cabello suelto con rizos un poco más trabajados de los que tengo y me puse un poco de maquillaje sencillo.(Multimedia)
Cuando estuve lista, salí de mi cuarto y fui a dónde estaba Percy, para ver si necesitaba algún tipo de ayuda.
-Hola Listilla, ¿qué haces aquí?- Me preguntó luego de abrir la puerta. Estaba muy guapo con ese traje, sólo que la chaqueta estaba mal abrochada y la corbata mal puesta.
-Vine a preguntarte si necesitas mi ayuda. Ya estaba lista y aún no es necesario bajar.-
-Estas hermosa por cierto, aunque tú ya eres hermosa de por si, pero ahora estas mucho mejor.- Dijo nervioso. -¿Me entiendes?-
-Si, pero de todas formas me haces sonrojar.- Sonreí y él me devolvió la sonrisa. -Entonces, ¿quieres que te ayude con la corbata?- Aún trataba de ponérsela bien.
-Si gracias.-
Le arreglé todo con lo que tenía problemas, lo tomé de la mano y bajamos.
-Espera Annabeth, no tan rápido.-
-¿Qué pasa?- Pregunté preocupada.
-Tengo miedo de lo que me pueda decir tu familia.-
-Sólo no te alejes mucho de mí, y demuéstrales cuánto me quieres y todo saldrá bien.-
-De acuerdo, voy a confiar en ti, pero si te equivocas me voy a enfadar.- Amenazó.
-No te creo nada.- Solté una carcajada. -¿Quieres bajar? ¿O te quedarás arriba encerrado?-
-Voy a bajar.-
-Así se habla sesos de alga.-
Llegamos a la sala, dónde no había nadie aún, en el comedor tampoco, en la cocina sólo estaban los encargados de la casa, entre ellos Susan a quién le pregunté dónde estaba todo el mundo. Y al parecer es muy temprano y todos estaban arriba aún. Dejé a Percy en la sala y fui a ver a los enanos, necesitaba hablar con ellos.
- Hola chicos. ¿Cómo están el día de hoy?-
-¿Qué quieres Annabeth?- Preguntó Bobby.
-¿Por qué debo querer algo? ¿No puedo simplemente venir a verlos porque los quiero?- Se lo pensaron un poco.
-No.- Respondieron al unísono. -No creemos que vengas a vernos porque nos quieres, considerando que en un rato cenaremos todos juntos.-
-Ustedes son raros, pero ahora se superaron a sí mismos. Lo que dijeron fue enorme.-
-Gracias.- Dijo Matthew. -¿En qué podemos ayudarte?-
-Percy cenará con nosotros y no quiero que lo espanten, háganlo sentir cómo en casa.-
-¿Percy es el chico del que nos hablaste el otro día?- Preguntó Bob.
-El mismo, ahora es mi novio y quiero que me ayuden a que le agrade a papá. Por favor.-
-¿Qué ganamos a cambio?- Preguntó Bobby.
-Yo no quiero nada Annie, me basta con ver te feliz.- Dijo Matthew, lo abracé con mucha fuerza.
-Y tu Bobby ¿qué quieres? Que no sea muy exigente, esta vez estás sólo.-
-Esta bien, esta vez no pediremos nada.- Por fin se rindió.
-¿Qué les pasa hoy?- Me miraron raro. -Ustedes jamás hacen algo por alguien sin pedir algo a cambio.-
-Siempre hay una primera vez para todo.- Dijeron al unísono.
-Voy a hacer que les creo, ahora terminen luego y bajen a conocer a Percy, ¿o prefieren que les ponga las corbatas y zapatos como cuando eran niños?- Pregunté. Me miraron mal. -¿Se dan cuenta de que si las miradas matasen yo no habría pasado sus dos años?-
-Pues te lo mereces.- Dijo Bobby mientras yo salía de su cuarto muerta de la risa.
Bajé las escaleras para volver con Percy y llegué con una sonrisa a su lado.
-¿Qué es tan divertido?- Preguntó con una sonrisa.
-Mis hermanos me desean bajo tierra.- Su rostro cambió a uno preocupado. -No me mires así, si sabes que no es cierto.-
-¿Qué acaso no tengo derecho a preocuparme?-
-Si qué tienes, pero nada relacionado con las amenazas de muerte de mis hermanos. ¿Cómo es qué no lo sabes?- Su rostro se volvió serio.
-Annabeth, soy hijo único hasta dónde sé.-
-Lo lamento, no lo sabía.- Dije abrazándolo. -Perdóname.-
-No te preocupes, de todas formas no te lo había dicho.-
-Es sólo que yo no me imagino mi vida sin mis hermanos, y todas las personas a las que rodeo tienen hermanos.-
-Annie, ya olvídalo, es un detalle sin importancia.-
-Pero yo...- No pude terminar porque me besó, un simple y cariñoso beso. -Creo que esa forma de cerrarme la boca me encantó.-
-A mi también.- Dijo y luego reímos, hasta que sonó en timbre.
No le di mucha importancia, porque de seguro Susan o Helen irán a abrir, o puede que incluso mi padre, yo sólo trataba de controlar mis nervios porque mi hoy no sólo mi familia conocerá a Percy, sino también la familia del posible socio de papá. Y eso me aterra, se supone que si nuestra familia no le agrada, es muy poco probable una asociación.
-Annabeth, ponte de pie, tu padre fue a abrir la puerta.- Dijo Helen, le obedecí al instante aunque Percy no. -Y tú también niño.- Como un rayo se paró derecho.
-Sonríe.- Susurré.
-¿Por qué?- Preguntó.
-Educación.- Al instante mostró su mejor sonrisa que me volvía loca.
Se podía escuchar como mi padre hablaba con personas en el pasillo, durante esos segundos se hicieron presentes Malcom y los enanos justo a tiempo para que ellos entraran.
Y lo que vi me sorprendió aún más, ya que mi padre no entró con unos completos desconocidos, él entró con personas en quienes nos hemos apoyado toda la vida.
Frente a mí, se encontraba toda la familia Grace.